Capítulo 19

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Por la mañana...

Habían sido años muy difíciles, estaba agotada tanto física como mentalmente. Pensaba que la vida la odiaba profundamente y sin razón. Siempre trató de ser una buena hija, madre y esposa. Nunca fue desobediente a sus padres, ni siquiera cuando la obligaron a casarse con alguien que no amaba. Le fue fiel a su esposo en todo momento, cuidó y amó a su hijo con toda su alma. Ella era una buena mujer, la vida fue muy injusta.

Aunque sus padres sabían de los abusos de su esposo, nunca hicieron nada para ayudarla, la dejaron sola cuando más los necesitó y eso terminó de matar su alma. Sólo tenía corazón para su hermoso hijo, el único recuerdo que tenía de su verdadero amor.

Sentada en el comedor de su enorme cocina, pensó en las muchas ocasiones que tuvo para poder escapar de ese infierno, pero Dong-Wook la tenía amenazada con matar a su hijo. Nunca entendió el porqué de tanto odio hacia una bebé que no tenía la culpa de nada. Jungkook siempre fue un buen niño, amaba a su padre aunque éste nunca demostró una pizca de amor por él. De niño, siempre que sacaba buenas calificaciones llegaba corriendo eufórico y feliz a mostrárselas, recibiendo un "Buen chico" de parte del hombre.

Pasó los años viendo a su hijo mendigar un poquito de cariño de parte de ese hombre frío y malhumorado. Nunca quiso que su hijo pasara ningún desprecio, pero no tenía de otra, y decir la verdad no era una opción.

Esa mañana su esposo había dormido hasta tarde y aún no se levantaba, agradeció internamente por eso. Últimamente estaba de muy mal humor y los golpes eran más fuertes. A pesar que el hombre estaba en sillas de ruedas, siempre la tomaba por su largo cabello y la golpeaba hasta más no poder. Tenía un año sin salir de su casa, las compras las hacía la empleada. Y es que Dong-Wook le prohibió tener contacto con otras personas y la encerró como si de una delicuente se tratase.

Si tan sólo pudiera devolver el tiempo e irse lejos con aquel hombre que demostró que la amaba por sobre todas las cosas, nada de eso estuviera pasando, y sobre todo, él estuviera vivo.

—¿Dónde está mi desayuno? —Se escuchó la voz aterradora de su esposo— Muévete, tengo hambre.

Ella asintió sin decir una sola palabra, le dedicó una sonrisa forzada y se levantó en busca de la comida.

Él la miró detenidamente, contemplando lo que según él decía "Su obra de arte". No sintió compasión ni siquiera al verla que no podía caminar correctamente, ya que días anteriores casi le rompió la pierna con un bate, sólo porque ella estaba distraída viendo por la ventana y no le prestó atención a lo que él le estaba diciendo.

Tenía que pagar su frustración con alguien.

—Aqui tienes —Habló bajito, dejando un plato de comida al frente de Dong-Wook, en la mesa del comedor— Buen provecho.

—¿Y tú no vas a comer? —Preguntó en tono brusco.

—No tengo hambre, no te preocupes —Sonrió.

—Por mi muerete de hambre —Dijo con desinterés y comenzó a comer.

Ella asintió nuevamente y se sentó en el otro extremo de la mesa que daba vista a la ventana, pero estaba atenta a cualquier cosa que decía su esposo, para evitar otro acontecimiento no deseado.

Pero su cara de asombro fue muy notoria al ver a un chico que conocía perfectamente pasar al frente de su casa.

No podía ser cierto...

¿Por qué justo ahora?.

Su esposo, quien la estaba observando desde que comenzó a comer, frunció el ceño al ver como trató de disimular su rostro lleno de asombro y confusión. Eso hizo que la rabia corriera por sus venas, ¿qué estaba escondido? ¿por qué se veía tan nerviosa?.

—¿Viste un fantasma o qué? — Preguntó serio, colocando sus utensilios a un lado de su plato y jalando la silla de ruedas en dirección a su esposa— Estás pálida, ¿Me dirás qué te pasa, cariño?.

Estaba perdida y sabía lo que vendria después.

Trago grueso al ver la mirada tan oscura e intimidante de su esposo, eso no era una buena señal.

—Acabo de ver a Park Jimin —Soltó sin más.

—¡Ese bastardo! —Gritó furioso, rompiendo un vaso en el proceso— Debí matarlo cuando aún tenía oportunidad, ¿cómo es que ahora vuelve así como si nada? Él fue el único culpable de que mi familia se arruinara.

Shye proceso lo que su esposo acababa de decir. Su familia ya estaba arruinada desde el primer momento en que él puso un pie en su vida, sólo vinieron desgracias tras desgracias. Nunca fue feliz a su lado, era fuerte por su hijo, pero nunca quiso estar con un hombre como él; un hombre que la maltrataba tanto física como mentalmente, era despota y egoísta, sobre todo, odiaba a su hijo.

Ella estaba callada, sólo observando como su esposo se colocaba cada vez más rojo de la rabia, pero sabía perfectamente que se iba a desquitar con ella. Desde que Jungkook se fue de la casa, los golpes y maltratos fueron más intensos, estaba cansada, muy cansada.

—Si ese chico regresó, significa que buscará a Jungkook —Dijo, mientras se pasaba las manos por el rostro— No puedo permitir que después de tanto esfuerzo, haga que se salga de la iglesia. Estoy seguro que si los busca, el imbécil ese va a caer rendido a sus pies.

—Tal vez no lo busque —Comentó Shye en un susurro.

—¡Y a ti quien te preguntó! —Espetó y le dió una fuerte cachetada— ¡No sirves para nada! Por tu culpa es que Jungkook es un marica de mierda.

—No le digas a mi hijo así —Habló con un poco de molestia— Nadie elije a quien amar.

—¡Ja! Lo dice quien se enamoró de un pobre campesino sin un centavo en el bolsillo —Se burló, y la tomó del cabello haciendole daño— Fui yo quien te hizo importante, sin mi no eres nadie.

—Sueltame me lastim...

—¡CÁLLATE! —La jaló más fuerte y le un fuerte golpe en la mejilla— ¿Quieres terminar como terminó el bastardo de tu amante? ¿¡ESO QUIERES!?.

—Él nunca fue mi amante —Gimió de dolor— Te lo dije muchas veces, nunca estuve con él después que me casé contigo, Dong-wook.

—¡Pero tuviste un hijo de él! —Reprochó con ira—Quise criarlo a mi modo, que fuera igual a mi, aunque no fuera mi hijo, pero nunca quisiste; siempre lo mimabas y lo consentias en absolutamente todo, ¡Yo quería que fuera un verdadero hombre! No como el pedazo de imbécil de su padre —Soltó su cabello y la tomó con brusquedad por el rostro— Él debió ser igual a mi.

Y aunque sabía perfectamente que lo que diría a continuación podía ser la causa de su muerte, decidió hablar y no seguir escondiendo lo que sentía.

—¿Sabes algo? —El hombre frente a ella asintió— Jung-Wook si fue un verdadero hombre, al que siempre amé y voy a amar hasta mi último aliento. A ti nunca te quise, además, me das asco. Nunca iba a permitir que dañarás el corazón de mi hijo, porque es el único recuerdo que tengo de mi verdadero amor.

Dong-wook cada vez tenía su rostro más rojo, estaba furioso. Todas esas palabras lo dejaron en un estado de shok. Nunca su esposa le había dicho tales palabras, ni un sus más retorcidos sueños se imaginó que justamente ella le dijera todas esas palabras.

Y como Shye quería, dieron justo en su orgullo.

—Tu nunca le llegarás ni siquiera a los tobillos, hijo de puta —Y lo siguiente que sintió, fueron las manos de su esposo en su rostro.

—¡VOY A MATARTE! —Gritó sin importarle si alguien más escuchaba.

De forma rápida, Dong-wook se tiró de la silla quedando justo encima de su esposa. Los golpes iban y venían de forma muy dolorosa, no había manera de como detener al demonio que había despertado y eso la aterró aún más.

Siempre pensó que iba a morir de muy anciana junto al amor de su vida y lo último que vería sería la hermosa sonrisa de su hijo; pero no, eso nunca fue posible. Cuando sus padres se enteraron que estaba embarazada de un simple campesino, la obligaron a casarse con el único hombre que aún la aceptaba así. Entregaron a su hija a un hombre frío y despiadado; y aunque ellos sabían lo que su hija viviría a su lado, nunca hicieron nada. Tampoco le dieron el amor que su nieto necesitó de sus abuelos.

Ya no sentía su rostro y estaba a punto de desmayarse, la sangre salpicaba por todos lados y su esposo no tenía intención de para. Sabía que todo había sido culpa por decir todas esas cosas, pero tenía que desahogarse por primera vez.

—¡Si no fuera por mi, serías la burla de todo el mundo, mal agradecida! —Masculló con furia y tomándola del cabello con fuerza— ¿Crees que puedes insultarme y todo quedará así? Pues no, estás equivocada —Sonrió con malicia—Debí educarte mejor, amorcito.

Un golpe en la cabeza.

—El bastardo de tu hijo también fue un mal agradecido, después de todo lo que le di, ve como me pagó —Hablaba sin parar mientras le hacía más daño.

Sacudió su cabeza contra el suelo con fuerza.

—Eres igual que una cualquiera, Shye.

Jaló su silla y comenzó a pasar las ruedas por el brazo derecho de su esposa.

—¡AAAAA! ¡Eres un psicópata! —Gritó adolorida— ¿Qué hice para que me odies tanto? —Susurró con dificultad, ya se le era difícil hablar debido al dolor que sentía en todo su cuerpo.

—¡Por el simple hecho de elegirlo siempre a él! —Confesó con rencor— ¡Yo siempre fui mejor! Desde la escuela te quise, pero no, fuiste la típica estúpida que prefiere al pobre del pueblo.

—Yo no...

—¡Que te calles te dije! — Le dió otra fuerte cachetada— Juro que de aquí no sales viva.

Y otra vez, comenzó al golpearla pero aún más fuerte y con la firme decisión de matarla, esconder el cadáver y que todo quedará así como si nada.

Ella sólo podía pensar en su hijo, en que nunca pudo obtener el perdón de Jungkook y que ahora moriría y no podría verlo por última vez. No podía ver más su hermosa sonrisa, esa forma en que sus ojitos brillaban cada ves que le gustaba algo. Moriría y no podría abrazarlo por última vez y decirle cuánto lo amaba, que todo lo que hizo fue para protegerlo.

"Si hay vida después de la muerte, espero volver a ser tu madre" Fue su último pensamiento antes de quedar inconsciente por unos minutos.

«Tu eres fuerte, levántate» Escuchó una voz a lo lejos que la hizo abrir sus ojos de golpe.

Pudo darse cuenta que Dong-wook había parado con los golpes y se limpiaba la sangre que tenía en las manos. Rápidamente observó todo el lugar con mucha cautela. Pudo ver que había un jarrón en la mesa que estaba a su lado, pero sentía que no podía levantarse, su cuerpo dolía muchísimo.

Respiró profundo y tomó fuerzas de dónde no tenía para poder empujarlo y levantarse.

—¡Maldita infeliz! —Diji con un poco de dificultad por caer bruscamente al suelo.

Shye no le hizo caso y se acercó para tomar el jarrón en sus manos.

—¿Que? ¿piensas hacerme algo a mi? —Se burló— Jamás matarías ni una mosca.

—Jamás dije que voy a matarte, solo quiero uir de aquí —Habló bajito.

—¡Nunca te iras— Gritó desde el suelo— Eres mía y no puedes irte.

Comenzó a gatear en el suelo para tratar de alcanzarla, pero se le era imposible, y eso lo comenzaba a frustrar.

—Quiero la llave de la casa —Dijo Shye con voz débil—Me iré y no volverás a saber de mi.

—¡Ni loco! Primero tienes que matarme —La retó— No te irás de aquí.

—Si me iré, le pediré perdón a mi hijo y le diré toda la verdad.

—Sobre mi cadáv... —No terminó de hablar, debido a un fuerte golpe en la cabeza que lo hizo quedar completamente inconsciente.

Desesperada y con poco tiempo, tomó las llaves que estaban en el bolsillo del pantalón de su esposo y salió de su casa.

Se sentía cansada, ya no podía soportarlo más. Sabía perfectamente que si seguí en esa casa lo que podía esperar era la muerte. Por esa misma razón, salió corriendo, con una herida profunda en la mano que no sabía exactamente como se la hizo y ferozmente golpeada. Aprovechando que su marido estaba inconsciente por el golpe que logró darle, subió a su auto y manejó sin rumbo, sólo quería escapar de ese lugar.

Recordó la cabaña que sus padres le dieron la cual su esposo no sabía que existía, sólo sus padres y Jungkook sabían de su existencia. Pero primero, dejó una carta en el correo de su hijo, y con las pocas fuerzas que aún le quedaban, se fue a esperar que su hijo pudiera leerla e ir por ella.






Dos días después...

La habían mantenido dormida durante dos días para poder curar sus heridas y aplicarle algunos tratamientos, su estado era muy delicado y Hoseok decía que había sido un verdadero milagro que aún estuviera con vida, después de todos los golpes que recibió.

Jungkook se encargó de poner la denuncia con todo y pruebas, pudieron arrestar a Dong-wook, lo mejor aún, no le dieron derecho a una fianza. Eran tantos delitos que le era difícil salir ileso.

El maltrato a una mujer era un crimen y ahora él estaba pagando por eso.

Por otra parte, Jungkook se sentía un poco más relajado al saber que su madre estaría segura, tenían muchísimas cosas por hablar, pero por los momentos la dejaría descansar.

Había mantenido a Taehyung lejos de todos esos problemas, solamente le decía que todo estaba bien y que pronto volvería a casa. A veces notaba muy extraña la preocupación del chico para con él, pero decidió ignorarlo porque no quería hacerse malas ideas; pero en momentos era difícil ignorar la forma en que lo miraba, de como quería estar siempre a su lado y a veces le hablaba muy mal de Jimin. No le agradaba para nada.

Con Jimin habló mucho en esos últimos días, aunque sabía que no era sano, eso le daba mucha paz. El rubio lo estaba ayudando con todo lo de su padre, su mejor amigo era el abogado de Jungkook y por eso se mantenían en constante comunicación.

Namjoon dominó muy bien el caso de Dong-wook, sabiendo que el hombre estaba perdido tan sólo con las pruebas de los golpes que tenía Shye, trató de dar lo mejor de si mismo y hacer todo lo posible para anular todo pensamiento del juez en darle una fianza por su condición. Jungkook le dió la información necesaria como para saber que su familia era muy adinerada y con su dinero podrían sobornar a cualquiera; pero el abogado era aún más inteligente y no se le escapaba absolutamente nada.

Descubrieron que tuvo muchas amantes a las cuales maltrataba también. Todas esas mujeres hablaron al saber que él ya no tenía escapatoria, ellas no tenían que temer.

Y todo eso, Namjoon lo logró en dos días.

Era excelente.

Jungkook se encontraba haciendo el desayuno cuando sintió una suave mano pasar por su hombro, supo de inmediato de quién era.

—Debes descansar — Dijo, aún sin quitar la mirada de la comida que estaba preparando.

—Tengo hambre, hijo, quiero probar tu deliciosa comida —Susurró, aún estaba débil.

Jungkook apagó la sopa que ya estaba lista y se volteó para estar frente a frente con ella.

—Eres terca —Sonrió y la abrazó con delicadeza— Vamos, te llevaré la comida a la mesa.

—Kook...

—Hablaremos después de comer, mamá —Le dió un beso en la frente y la ayudo a sentarse.

Shye miraba a su hijo y no pudo evitar llorar, su hijo había crecido tanto y ella se perdió muchas cosas. Sabía que también era la culpable de que perdiera toda su adolescencia al convertirlo en Sacerdote. Le dolia el corazón de sólo pensar en todo el daño que le provocó a Jungkook.

Entendió muy tarde que nadie elije a quien amar, porque ella amó durante todos estos años al padre de su hijo y nunca pudo enamorarse de Dong-wook por más que lo intentó. Entendió que Jungkook tal vez no eligió amar a Jimin, su corazón y mente lo escogieron porque lo hacían sentir en paz. Ellos se amaban y merecían estar juntos.

Jungkook se acercó a su madre y dejo el plato de comida al frente de ella, agradeció con una pequeña sonrisa pero no pudo esconder a tiempo sus lágrimas, y eso su hijo lo notó.

—Mama, ¿Qué pasa? —Preguntó con preocupación— ¿Por qué lloras?

—No pasa nada, mi amor —Trató de sonreír— Es sólo que... te hice tanto daño y...

—Hey mamá, cálmate por favor, no digas eso —Se acercó, limpió sus lágrimas con delicadeza y besó su frente—Tal vez no fue tu culpa, olvidemos el pasado. El causante de todo nuestro sufrimiento está pagando por eso. Mi padre ya no nos hará daño.

Ella soltó un largo suspiro y decidió que era el momento perfecto para decirle la verdad a su hijo.

—Kook —Lo llamó con dulzura y él asintió— Debo decirle algo.

—Debe ser importante, pero me gustaría que comas algo primero, tienes dos días sin comer y estás muy débil —Dijo con preocupación.

—No puedo esperar más —Insistió— Debes saber la verdad, Jungkook.

—¿De qué verdad hablas, mamá?.

—Dong-Wook no es tu verdadero padre —Confesó con nerviosismo— El sólo se casó conmigo para que mis padres no pasaran vergüenza ante la sociedad.

Jungkook estaba en un estado de shok, muchas respuestas vivieron a su cabeza, desde los maltratos físicos y verbales que su padre tenía con él, hasta el nombre que su madre dijo cuando estaba dormida. Nunca se esperó eso, pero muchas veces esa pregunta venía a su cabeza, ¿seré realmente su hijo? ¿si es mi padre, porqué me trata tan mal? Nunca supo lo que era un amor paternal y ahora podía entenderlo. Dong-wook siempre lo odió por ser hijo de otro hombre, pero él simplemente no tenía la culpa de nada.

No podía molestarse con su madre porque primero tenía que escuchar sus razones para esconderlo por todos estos años.

—¿Que dices? —Había escuchado perfectamente, sólo quería confirmarlo.

—Tu verdadero padre se llama Jung-Wook, hermano de Dong-wook —Sonrió con nostalgia— Él era su medio hermano, tu abuelo embarazó a una de las sirvientas de la casa y ella fue despedida en silencio —Se levantó de la silla del comedor y guió a Jungkook para que se sentarán en el sofá de la sala, luego continuó— Ellos no se fueron del pueblo, su madre consiguió otro trabajo y pudo darle una educación digna, pero eran de muy bajos recursos —Suspiró con tristeza— Nos conocimos en la secundaria, íbamos a la misma clase. Yo sabía que eran hermanos por el increíble parentesco y sus apellidos, pero ellos nunca hablaron o quedaban en el mismo grupo, es más, parecía que se odiaban —Jungkook escuchaba atento— Cuando estuvimos en el último año, yo ya tenía citas a escondidas con Jung-Woo, enserio lo amaba, era muy lindo y respetuoso.

—¿Que pasó con él? —Preguntó Jungkook con evidente curiosidad.

—Espera un poco —Su madre soltó una pequeña carcajada.

—Esta bien —Asintió y se recostó mejor del sofá.

—Dong-Wook siempre me invitaba a salir y yo lo rechazaba; realmente nunca me gustó por ser egocéntrico y narcisista, siempre presumía que tenía muchísimo dinero y podría darme lo que yo quisiera, nunca me dijo que podía quererme realmente —Hizo una mueca de asco— Cuando estábamos en la preparatoria, exactamente en el último año, me entregué a Jung-Wook por primera vez, tal vez el momento fue tan especial que olvidamos por completo usar protección, y de ese acto de amor, naciste tú —Acarició la mano de su hijo y depositó un suave beso en ella— Mi padre sospechaba que estaba saliendo con el chico pobre de la preparatoria, pero nunca lo confirmó ya que mis amigas siempre me cubrían para poder verlo.

—Debió ser difícil para ustedes —Comentó Jungkook, entendiendo perfectamente la situación.

—Y mucho —Asintió con una sonrisa— Cuando descubrí que estaba embarazada, me sentí aterrada, pero jamás pensé en interrumpir mi embarazo, eso nunca —Negó con la cabeza— Cuando se lo comenté a Jung-Wook, el me pidió que nos fuéramos a otro lugar, me dijo que podíamos escaparnos y poder tener a nuestro bebé, pero mi padre descubrió mi prueba de embarazo y todo pasó tan rápido. De un día para otro, el hombre que yo amaba y prometió amarme desapareció sin dejar rastros. Mi padre me comprometió en matrimonio con un hombre que yo siempre odié y que siempre estuvo atento a cualquier error que cometiera su hermano para meterse conmigo —Sus ojos se pusieron acuosos al recordar— Desde el primer día, los insultos y golpes eran rutina de todos los días, tal vez no me golpeaba fuerte por el embarazo, pero luego que naciste, siempre fui al saco de boxeo de Dong-wook. Hace dos días, me confesó que lo hacía porque escogí a Jung-Wook y no a él.

—Eso no le daba derecho a hacerte todo lo que te hizo, mamá —Gruñó Jungkook con evidente enojo— No elegimos a quien queremos amar, nuestro corazón escoge a una persona y es difícil soltarla así como así. No era tu culpa, ¡Joder!.

La ira corrió por sus venas y sólo podía imaginar todo el sufrimiento que su madre vivió y él no pudo darse cuenta a tiempo, ¡Quería matarlo!.

Respiró profundo para tratar de calmarse.

—¿Nunca más supiste de él? ¿Está vivo? —De repente sintió mucha curiosidad.

—Nunca supe nada más, él simplemente desapareció.

—¿Y como era él?.

—Era exactamente igual a ti, pero con el cabello castaño; sus ojos negros son idénticos a los tuyos, siempre están brillando. Sus finos labios y esas pequeñas arrugas que se hacen en las esquinas de tus ojos, todo es igual. Tu nariz y esos dientes de conejo —Una lágrima corrió por su mejilla— Era fuerte porque te tenía a ti y podía ver su reflejo a través de ti. Pero lo más importante, tienes sus mismos sentimientos; eres bueno, amable, optimista y gracioso, eso lo caracterizaba, su buen corazón.

—Lo amaste mucho...

—Nunca dejé de amarlo, cariño.

Jungkook atrajo a su madre y la abrazó con delicadeza, sabía que recordar todo el pasado la afectaba en sobremanera, así que por los momentos, sólo iba a cuidarla y ayudarla a recuperar toda su confianza en si misma. Ella nunca mereció todo el dolor que le causaron.

Luego de darle de comer y hacer que tomara una ducha, le recostó en la cama para que tratara de dormir. Le cantó una hermosa canción para que no tuviera pesadillas, no sabía si realmente funciona, pero lo hizo.

Le cantó una canción de un cantante que había escuchado hace un tiempo, no recordaba su nombre, pero si el nombre de la canción "Snooze", siempre le recordaba que todo iba a estar bien.

Luego de que su madre se durmiera, salió al jardín de la cabaña a pensar algunas cosas, pero su mente estaba tan desordenada que no lograba organizar sus pensamientos.

Así que decidió llamar a alguien.

—¿Estás ocupado? —Preguntó al sentir que habían contestado la llamada.

Estoy terminando de organizar unas cosas aquí, pero dime, ¿me necesitas? —Habló la persona del otro lado de la línea.

—Si te diría que si, ¿vendrías?.

Para ti siempre estoy disponible, dame la dirección de dónde estés y ya mismo llego.

Te la envío en este instante. Y por favor, no demores.

Estoy subiendo a mi auto.

Jungkook envió rápidamente la dirección del lugar en donde estaba, con la esperanza de poder hablar todo esto con alguien y sentirse tranquilo.

En veinte minutos llegó su invitado, el chico bajó rápidamente del auto y vió a Jungkook sentado en las escaleras que daban a la entrada principal de la cabaña, estaba con la cabeza gacha y se notaba que estaba llorando. No lo pensó mucho y corrió hacia él, lo arrulló en sus brazos y dejaba besos en su cabello negro y sedoso.

—Esta bien, ya estoy aquí —Dijo con dulzura en su voz para tratar de tranquilizarlo— Puedes llorar si quieres, siempre voy a estar aquí.

—Gracias por venir, te necesitaba mucho —Sollozó bajito— Enserio te necesitaba.

—Shhh, no te esfuerces, tendrás tiempo para contarme lo que te pasó, ahora relájate y respira profundo.

—Gracias por volver, Jimin.

Él no dijo nada, sólo se limitó a abrazarlo aún más fuerte y transmitirle todo su amor y comprensión. Sin presiones, menos con segundas intenciones, él estaba ahí para apoyarlo en un momento difícil. Pero se le era imposible no sentir eras mariposas en su estómago al escuchar que le estaba agradeciendo por regresar, no quería hacerce falsas ilusiones, pero también quería tener una pizca de esperanza de poder estar otra vez con el chico que amaba

Lo ayudó a levantarse y entraron a la casa; se sentaron en el sofá y Jimin recostó la cabeza de Jungkook en su regazo. Todo estaba en silencio, el rubio acariciaba el cabello negro del mayor, mientras que éste se quedaba ormido poco a poco. Tal vez sólo necesitaba eso.

Yoongi caminaba por la calles del vecindario sin un rumbo en específico, últimamente estaba muy solo; Jimin se la pasaba terminando de organizar las cosas para abrir la academia y Namjoon estaba con lo del caso del padre de Jungkook. También que su madre se había juntado con sus amigas de la preparatoria y ahora salían casi todos los días, él era el único que no tenía nada que hacer.

Quiso ir por unas cervezas, tal vez beber un poco lo ayudarían a no pensar demasiado.

Pensó en todo lo que había logrado hasta ahora, era alguien exitoso y con mucho dinero, pero soltero. No es que eso fuera una extrema necesidad para él, pero también quería a alguien a quien amar y ser amado, tal vez tener hijos o cosas así. Rechazó a tantas personas y ahora se arrepiente de eso.

O tal vez ninguna de ellas era la indicada.

Cuando llegó a la tienda para comprar las cervezas, encontró nuevamente a Taehyung sentado solo en una mesa, tenía la mirada perdida y se veía realmente mal.

No lo pensó mucho y caminó hacia él, no sabía porque lo hacía pero no perdía nada con hacerlo.

—Hola, Taehyung —Lo saludó con una sonrisa— ¿Esperas a alguien?.

—¡Yoongi! ¿Cómo estás? —Trató de sonreír con alegría— No espero a nadie, siempre acostumbro a venir por aquí.

—Estoy bien —Se sentó del otro extremo de la mesa quedando frente a él— Ya que no esperas a nadie, creo que puedo hacerte compañía. Claro, si quieres.

—Seria una excelente idea —Sonrió con timidez.

—¿Quieres una cerveza? —Preguntó Yoongi.

—Me encantaría —Acepto con su bonita sonrisa cuadrada.






Holiiiiissssss, he vuelto después de mil años JAJAJJAJA.

Tuve muchísimos inconvenientes, pero bueno, lo importante es que ya estoy aquí y espero no demorar demasiado.

Espero que les guste mucho este capítulo. Son las 1:43am aquí en Venezuela y me estoy durmiendo jejejeje.

No sé olviden de votar y hacerme saber en los comentarios si les gustó el capítulo.

Nos leemos en la próxima actualización (⁠✿⁠ ⁠♡⁠‿⁠♡⁠)

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