12.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Cada voto y cada comentario cuentan :)   

12-

Llevaba cinco días con Los Tigres de L.A. y sentía que no estaba avanzando nada en absoluto respecto al caso.
Cada día tenía que llamar al inspector Williams y, de hecho, ni siquiera sabía qué decirle.

Era un club de traficantes y mafiosos bastante tranquilo, para ser sinceros.

Era de noche cuando bajé las escaleras hasta el salón principal. Había estado leyendo y releyendo informes desde hacía horas en la habitación.

Cuando abrí la puerta hasta el salón lo primero que me llamó la atención fue la cantidad de gente que se encontraba allí, charlando y emborrachándose. En la barra de striptease bailaba una muchacha semidesnuda, con el cuerpo lleno de tatuajes y el rostro ojeroso. Tras observar unos segundos sus movimientos pude decir claramente que era drogadicta, heroína y cocaína, seguramente.

—Hola, preciosa —la voz de Trevor Smith a mi espalda me sobresaltó.

Me giré y lo miré unos segundos.

Era joven, seguramente no pasaría de los treinta años. Sus ojos enrojecidos eran azules y el olor a cerveza de su aliento me provocó una gran arcada, que supe controlar a tiempo.

—¿Quieres bailar?

—No, gracias —dije, sonriendo débilmente.

—¿No eres stripper? —insistió, poniendo su mano sobre mi hombro.

Yo se la aparté con firmeza y lo miré fríamente.

—No, soy bailarina. Y no, no voy a bailar contigo, Trevor.

Él se apartó de mí.

—De acuerdo, no te pongas así —murmuró, largándose.

Yo suspiré, aliviada. La verdad es que no me habría gustado hacerlo, pero en caso de haber sido necesario, habría recurrido a la violencia con ese gilipollas.

Volví a encaminarme hacia la barra del bar y al llegar observé cómo Nessie servía con maestría un par de vasos de whisky. Dirigí mi mirada en rededor y una imagen me pareció de pronto casi tan vomitiva como el aliento de Trevor:  a mi derecha Kevin hablaba junto a Tracy, la rubia que también era miembro del club.

Ella se tocaba el pelo coquetamente mientras sonreía estúpidamente y se mordía sus labios excesivamente llenos. Era una mujer impactante, pero por lo que había podido ver de ella, su inteligencia dejaba mucho que desear.

Ante mis anonadados ojos, Tracy comenzó a trazar un camino con sus dedos por el cuello de Kevin mientras se reía y él le seguía el juego.

—Ten cuidado con esa, es una auténtica zorra —me alegró escuchar la voz de Nessie a mi lado, especialmente corroborando mis pensamientos.

—¿Qué demonios le pasa? —me giré hacia Nessie, ya no quería observar más ese espectáculo.

—Antes de que llegaras tú… de hecho, desde hace unos años, Tracy ha intentado que Kevin saliera con ella. Pero no ha habido manera, al parecer el chico no es tan tonto como para ofrecerle más que un par de polvos rápidos.

Sentí una especie de golpe en la cabeza.

—¿Se han acostado?

—Recuerda lo que te dije cuando te conocí, Lana. Las chicas no saben resistirse a Kevin y, digamos que Kevin no sabe resistirse a nada.

Bufé.

—¡Haz algo! —me instó Nessie.

—¿Algo? Y qué hago, ¿le parto un vaso en la cabeza a Tracy?

Nessie pareció barajar la idea como una posibilidad válida, pero finalmente la descartó.

—Quizás sea mejor algo menos sangriento. O menos mortal —me tocó el hombro, para que me levantara— vamos, corre o Tracy estará dibujando caminitos por los pantalones de tu chico antes de que te des cuenta.

Decidida me levanté de la silla en la que me había sentado y me dirigí hacia ellos. No es que me importara dónde metía “su juguetito” Kevin, de hecho ni lo sabía ni quería saberlo, pero si algo no iba a tolerar era que pusiera en riesgo el caso acostándose con otra chica públicamente. No aceptaría una infidelidad, aunque ni siquiera estuviéramos saliendo de verdad.

Tan pronto como me vio acercarme, Kevin se puso tenso.
Llevaba tres días enfadado conmigo, después de lo que había ocurrido en el río.

Tracy lo notó y se giró hacia mí. La estúpida sonrisa se borró de su rostro tan pronto se fijo en mi cara de pocos amigos.

—¿Qué pasa? —dijo, con tono frío.

—Lárgate —moví los dedos, como diciéndole adiós.

—¿Cómo que…? —intentó decir.

—¡Que te vayas de una vez y te alejes de mi chico! —exclamé.

Supongo que es así como las chicas malas se tratan entre ellas, ¿no? En la vida real, con un novio real, seguramente ni me hubiera atrevido a acercarme. Simplemente me habría resignado a seguir buscando nuevos chicos y a olvidar, pero allí yo era diferente, podía dejar salir mis verdaderos pensamientos.

Tracy, con la confusión reflejada en el rostro, se alejó de nosotros.
Yo me senté junto a Kevin, mirándolo fijamente. Él aún se encontraba sorprendido.

—¿Qué acaba de pasar? —preguntó.

—Nada. Absolutamente nada.

Su mirada se tornó enigmática, me habría encantado saber qué estaba pensando, pero entonces una voz me hizo volver a posar los pies sobre la Tierra. Era Martin, el amigo de Kevin, que acababa de llegar hasta nosotros y al parecer ya estaba bastante borracho.

—¡No me puedo creer que llevéis sin veros casi todo el día y lleguéis ahora y ni siquiera os deis un beso! —gritó—. ¿En qué momento te ha crecido una vagina, Kevin?

Yo alcé la vista, desconcertada.

—¿Cómo? —dije, pero mi voz se vio ahogada por la de los demás participantes de la fiesta.

—Es verdad, ¡nunca los veo besándose!

—¿Tenéis ochenta años?

—¡Enséñale lo que es un hombre, Kevin!

Incluso logré distinguir la voz de Nessie entre los gritos, y, muerta de vergüenza, giré la cabeza y miré a Kevin.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro

#acción