Todas las mañanas Namjoon siempre era el último es desayunar, siempre se quedaba dormido por su trabajo que lo deja hasta altas horas de las noches hasta el amanecer como también el anhelo de que alguien viniera por su pequeño yo.

Eso quedó en el pasado.

Hoy la banda se extrañó y se sorprendió que su líder este despierto antes que ellos, y por supuesto antes de Jin porque siempre él era el madrugador y prepara el desayuno.

- buenos días - dice Namjoon con la voz ronca y sería emitiendo un aire se profesor estresado mientras tomaba su café, y era raro él nunca toma café.

Jin mirando a los demás y luego a su líder habla por ellos.

- buenos días Nam - dice sonriendo pero algo incómodo - voy hacer el desayuno...quieres o...?

- ya desayuné Jin no te preocupes por eso - dice sin apartar su vista de su celular mientras da otro sorbo de café - pero si me darías otro sorbo de café me encantaría

- claro

- sin azúcar porfavor y gracias.

Jin está desconcertado por eso, osea, ¿Su líder que odiaba el café antes ahora lo adora que hasta sin azúcar? Raro. Pero hace lo que le pide, pero nota que hay algo extraño en la cocina porque no ve indicios de un desayuno preparado solo el café.

Jin después de darle su café a Nam se dispone hacer el desayuno, tiene a dos pequeños hambrientos que atender, yogurt de frutas para Jimin y de fresas para Yoongi con cereales y avena, con una rica ensalada de frutas y jugo de manzanas. Después hizo el de los chicos tostadas,tocino y huevo y el mismo jugo.

Cuando termina nota que Nam no está en la mesa solo la taza.

- donde está Namjoon? - pregunta Jin sirviendo y pasando los desayunos de los pequeños a jungkook y a Taehyung para que se lo den.

- dijo que se iría a la empresa, tiene trabajo que hacer - dice Hoseok comiendo su desayuno y mirando con ternura a Jimin que está haciendo un desastre con su yogurt. - awww Jimin eres tan adorable!

Todos estuvieron de acuerdo excepto Yoongi que se molestó por no recibir también atención, pronto todos hicieron mimos a los pequeños y olvidaron a Namjoon por un momento.

Lo que no sabían es que él líder estaba escuchando su conversa y su corazón se partió de lo rápido que lo olvidaron, con el corazón roto pero sin lágrimas se fue en silencio a la empresa donde trabajo por horas hasta altas horas de la noche.

Ya era la madrugada y el líder entró a la casa en silencio, tenía hambre y como siempre  no le guardaron algo de cenar, pero ya estaba acostumbrado cuando esto sucedía, solo fue a la despensa y comió lo primero que encontró unas papas fritas y con eso se fue a la cama.

Solo durmió durante cuatro horas cuando sonó la alarma con pesar hizo su rutina, lavarse, cambiarse y bajar por su café. Antes lo detestaba pero como decidió ser grande se tragó sus quejas y se sirve una gran taza. No desayuna tanto solo el café y a veces una tostada, tenía una dieta estricta pera no subir de peso, solo comía cosas pequeñas y hasta dejaba porque se sentía lleno.

Estás muy gordo Namjoon

Las palabras de sus seguidores suelen doler.

Hoy era sábado no había trabajo pero eso no quitaba lo que tenía que hacer, cuando los chicos bajan le da los buenos días y se despide para irse a la empresa a seguir componiendo.

Debes trabajar duro para que la gente te reconozca y te amen Namjoon

Este patrón lo tuvo durante semanas y los chicos se daban cuenta, su líder estaba más delgado de lo usual, ojeras adornaban su rostro día a día, si no trabajaba componía o si no practicaba hasta que estaba entumecido completamente, no lo habían visto probar bocado de comida de Jin siempre dice que ya comió algo y casi nunca está en casa.

Su líder se estaba desmoronando frente a ellos.

Ya no sonreía, ya no hablaba al menos que le preguntarán, ni se sentía, era como ver a un fantasma. Era tan silencioso que daba miedo.

Jin estaba preocupado por Namjoon el patrón no se detenía o seguía empeorando, hasta podía suponer que estaba enfermo pero no decía nada. El resto de la banda al parecer no se daban cuenta y le decían a Jin que estaba exagerando, aunque eso le molestó al mayor decidió creerles y dejó de preocuparse tanto.

Pero ojalá no lo hubiese ignorado.