Sueños

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Soñar.

Los sueños son raros, bizarros, hasta divertidos para querer seguir soñando ver cómo termina la historia.

Para Namjoon, los sueños son los mismos, la misma mierda de hace años.

Susurros de desprecio hacia él, caras conocidas molestas por él, ojos acusadores, criticones y juzgadores.

El mismo sueño, la misma pesadilla, solo que esta vez había alguien que no había visto en años. Una sensación cálida lo rodea mientras caminaba por el espacio de su mente. Se detiene y mira a aquella mujer que aún extrañaba.

- mamá...- dice Namjoon, mamá está aquí y alejara por un momento esas voces y esos ojos, es un sueño, es consciente de eso. Deseaba no despertar cuando la abracé porque todo se abra ido y el sueño finalizará.

La mujer de mirada cálida extiende sus brazos mientras se arrodilla en el suelo.

- ven con mami pequeño Nam - dice la mujer con una cálida sonrisa.

En el sueño Namjoon ya no era grande, era pequeño como cuando tenía cinco. Sus diminutas piernas  corrieron hacia ella mientras saltaba a sus brazos, ambos seres se abrazaron por un largo tiempo.

Namjoon lloraba de alivio, de alegría. Pensaba si este sería el fin estaría contento que mami lo viniera a buscar para llevarlo con ella.

Pero no era así de fácil.

- mi pequeño tesoro, es hora de irme - dice la mujer separando el abrazo y levantándose

- que? No! Llévame contigo mami! - Nam la agarra de la mano deteniendola. Namjoon ya no era pequeño volvió a crecer - porfavor sacame de aquí.

La mujer lo miraba triste, pasó una mano sobre el rostro de su querido hijo.

- mi pequeño tesoro aún no es tu hora de partir...no te puedo llevar - y con eso se aleja tranquilamente- pero siempre te cuidare...mi bebé hermoso.

- porfavor no...no quiero estar aquí! No me dejes mami! - suplicaba Nam llorando desconsoladamente mientras miraba a su madre alejarse. - mamá! No te vayas! Mami!

Namjoon la llamaba mientras corría pero no podía alcanzarla, la mujer se alejaba hasta que desapareció dejando a Namjoon solo otra vez.

- no no no no!! No!! NO!! - gritaba Nam mientras saltaba y pisaba fuerte en el mismo lugar - no es justo!! NO ES JUSTO!!! - se jalaba los cabellos hasta tener mechones atrapados en su manos.

Los susurros volvieron y Namjoon quiso huir de ellos pero una gran masa lo atrapó llevándoselo a la oscuridad.
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Namjoon se despierta por un fuerte dolor en su cuerpo, estaba en el suelo su pesadilla lo había echo correr tanto que terminó cayéndose de la cama.

La luz se filtraba por las cortinas, ya era de mañana. Nam resopló y se puso de pie para luego paralizarse, su entrepierna estaba fría y húmeda, luego miro su cama estaba mojada.

Maldiciendo por dentro se va a cambiar, si no lo hace él nadie lo hará. En el baño cuando el agua fría mojaba su cabeza el recuerdo de la pelea de ayer regresa. Sinceramente se siente mejor escupir la verdad, pero otra parte teme es que había empeorado más la situación con la relación con los chicos.

Pero, ¿Acaso importa? Su relación, su amistad ya estaba jodida antes así que lo ignoren otra vez no habrá gran diferencia.

Eso es, las cosas volverán como antes los chicos lo ignorarán, trabajará como un burro y su pequeña mente morirá. Pensando esto debería hacerle un regalo de disculpa a la doctora, creo que esto de la terapia debe parar.

¿De que vale hacer tanto esfuerzo de tener una mente joven si los que le rodean la siguen cagando?

Saliendo de la ducha con ese pensamiento, busca ropa cómoda que ponerse y sábanas nuevas en su armario. Pero algo cae a su pies una pequeña caja que conoce tan bien.

Siente la opresión en su pecho, son sus cosas de pequeño. Aún recuerda que aunque no se sentía bien cuando entraba a su espacio una parte de él se sentía contenta cuando podía chupar su chupete y abrazar su peluche.

Era un recuerdo dulce y a la vez doloroso.

Quería abrir la caja una vez más, pero ¿Y si todo empeoraba? El conflicto interno era grande, no sabía que hacer, su lado grande y su lado pequeño peleaban por el control. Quiere consuelo pero ese consuelo lo pone impotente.

En un ataque de rabia tira la caja hacia el otro extremo de la habitación, y se sienta en el suelo aún envuelto en toallas. Mirando un punto fijo donde estaba la caja.

Namjoon temblaba de impotencia, y gruesas lágrimas se deslizaban por su rostro, evitaba gritar aunque quería hacerlo. No se sentía a gusto hacerlo aquí podría llamar la atención de otro oídos que no lo querían en absoluto.

Pensando en que hacer vio la tarjeta de la doctora, y en modo automático sin saber porque lo estaba haciendo tomo su teléfono y marcó el número.

Un pitido.

Dos pitidos.

- hola? Soy la doctora Rosi, en que puedo ayudarte?

Namjoon se quedó en silencio no sabía que decir, solo necesitaba...

- hola?

A alguien que le diga que hacer.

- doctora Rosi soy Namjoon puedo verla? Porfavor?

Necesita a alguien.

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