Capítulo 7: Un Axel borracho

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-Muy bien, ahora que todo está más calmado les puedo finalmente comentar que vinimos a hacer aquí.- Cristh se encontraba de pie frente a todos nosotros mientras lo observábamos sentados en el sofá.-¡¿Qué les parece una fiesta en la piscina?!

Y como esperé hubieron una diversa variación de reacciones:

-¿Enserio?- Cuestionó Betany.

-¡Perfecto!- Exclamó Shadow.

-¡Me parece bien!- Chilló Penélope.

Por otro lado el resto no opinamos. Solo asentimos.

Osea, Axel, Mark y yo.

-Con que traje piensas que me voy a bañar ¿eh?- Indagó Betany enarcando una ceja.

-¿Acaso no recuerdas los que dejaste aquí? Me parecen suficientes como para compartir ¿no?- Preguntó Cristh.

-Es cierto pero no, lamentablemente solo tengo dos, alguna se quedará sin poderse bañar.- Comentó Bet mientras haciendo un puchero con los labios miraba a Penélope.

-No se tienen que preocupar, de todas formas no lo pensaba usar. Axel me había avisado de lo que probablemente se haría, por lo que traje conmigo lo que me he de poner.- Comentó Penélope mientras dirigía su mirada en dirección al susodicho.

Con razón en el rostro de Axel no hubo ni un indicio de sorpresa o abnegación.

Unos minutos más tarde ya me encontraba en una gran habitación mientras Betany buscaba en los armarios.

-No es por sonar entrometida pero... ¿Vives aquí o algo así?- Esa duda hacia un tiempo que rondaba por mí cabeza por lo que la decidí formular.

-No del todo pero Cristh es mi mejor amigo y vengo muy seguido.- Aseguró mientras aún seguía buscando.

-La verdad es que siempre he querido tener ese tipo de relación con un hombre, un mejor amigo.- Comenté mientras en mí mente me grababa la extensa y amplia habitación con armarios de madera fina y ventanas con hermosa vista.

-¿Y qué hay de Jeremy? ¿No te parece algo así como un mejor amigo?

-La verdad es que siendo mi novio no todo se lo puedo contar. Todos los hombres aman una mujer segura de sí misma, con las cosas claras y emocionante, pero eso no soy yo. Soy más bien, indecisa y aburrida.

-Vas fatal.- Murmuró Bet mientras suspiraba volviéndose hacia mí.-Al final es cierto que sí que te afectó...

-¿A qué te refieres?- Pregunté confusa.

-Penélope, sin darte cuenta ella a sido parte de todo esto.

-No te logro entender...

-Indirectamente todos sus comentarios te han terminado afectando. Créeme amiga, no son verdad.

Asentí con una mueca en el rostro mientras señalaba lo que ocupaba sus brazos.

-¿Son esos?- Indagué con curiosidad. Ella asintió.

-¿Cuál te gusta más?- inquirió Betany mientras los dejaba colocados en la cama para qué los pudiese apreciar un poco más.

Eran unos bikinis muy parecidos tan solo con diferencias en color y estampado.

Tenía para elegir entre un conjunto negro con estampado de fresas y uno amarillo con estampado de cerezas. Eran algo reveladores por lo que para no resaltar demasiado me decidí por el más oscuro.

-Este me gusta más.- Afirmé mientras lo señalaba.

-Muy bien, está dicho. Tómalo, me iré a cambiar.

Un minuto después ya se encontraba fuera.

-Valla, Bet ¡Te queda genial!- Exclamé sorprendida notando la maravillosa manera en la que marcaba sus caderas y definía su perfecto cuerpo.

-Lo sé.- Aseguró orgullosa. Deseaba tener su confianza y seguridad.

-¿A qué esperas? ¡Vamos ve!- Exclamó Betany mientras en contra de mi voluntad me empujaba hacía el baño.

-Que sepas que yo sola puedo ir, ¿eh?

-Tal vez, pero tú cara decía lo contrario.- Murmuró mientras se encogía de hombros y dirigía de vuelta al espejo.

Unos segundos después cerré la puerta, me coloqué el conjunto negro y salí.

-¿Crees que me queda bien?- Pregunté dudosa, no me había convencido la imagen vista a través del espejo.

Ella se giró hacia mí.

-¡Joder! ¡Te queda hermoso!- Su cara mostraba una inesperada sorpresa.- Y tienes el valor de decirme que a mí me queda genial, por Dios.- Dijo mientras negaba.

Solté una risa nerviosa. Sentía mis mejillas arder.

-Muchas gracias.- Le sonreí mientras achinaba mis ojos.

-Oh, lo olvidaba, aquí tienes.- Me lanzó un pequeño y transparente vestido de malla.-Es para que lo utilices encima de tu bikini. Cuándo te quieras dar un chapuzón en la piscina te lo podrás quitar.

Asentí.

Estaba lista por lo que una vez que ambas nos colocamos las mallas nos dirigimos hacia la piscina.

-Valla... Que rápido que me has cambiado- Siseo Penélope mientras pasaba por mí lado pareciendo molesta.

Cuando me iba a acercar a ella para hablar una mano en mí hombro me detuvo.

-No lo hagas, Khloe.- Me recomendó Bet mientras negaba con su cabeza.

Cuándo nos llegamos a la piscina todos estaban allí.

-¡Ahora sí que estamos todos!- Exclamó Mark con una bebida en su mano.

Yo me sentía nerviosa, era consciente de que la malla apesar de hacerme sentir menos descubierta solo me daba la sensación y realmente mucho no aportaba.

Las palabras de Mark hicieron que todos dirigiesen su mirada hacia nosotras.

Betany rápidamente se desenvolvió y se llegó hasta Shadow para pedirle una copa. Por mí parte yo me llegué a uno de los extremos de la piscina donde me quedé sentada. Axel se encontraba flotando con su pecho al aire mientras extendía sus brazos. Su abdomen mostraba unos cuadros bien definidos y un pecho prominente. Sin darme cuenta me encontré observándolo.

-Aquí tienes amor.- Murmuró Jeremy. Mis ojos se abrieron como platos por la sorpresa, parecía no haberse fijado en la dirección de mi mirada por lo que mi corazón luego de unos segundos regresó a su ritmo normal.

Al mirarle pude notar la copa que mantenía en su mano, contenía un líquido de color rojo sangre. Parecía estarmerlo ofreciendo.

-¿Qué es?- Pregunté con algo de vergüenza por mí poco conocimiento en bebidas.

-No te preocupes.- Le restó importancia.- Yo tampoco sé.- Aceptó mientras se encogía de hombros y se preparaba para saltar a la piscina.

Apesar de apenarme había comenzado a normalizar nombrarle por el seudónimo de amor.

Cuándo terminó su conteo se lanzó al agua, mojando todo a su paso, en el cual no soy excepción.

Comencé a reír a carcajadas luego de observar la graciosa manera en la que casi resbalandose se zambulló.

Todos los chicos se encontraban en diferentes tareas. Mark se servía una cerveza, Penélope tomaba el sol, Shadow conversaba con Betany, y Axel, Axel me observaba.

Cuándo nuestras miradas se cruzaron no pude evitar sonrojarme, todo su cuerpo se encontraba hundido en el agua, exceptuando sus ojos y cabello. Sus ojos apesar de ser tapados por parte de su cabello de igual forma eran visibles mostrándose tan electrizantes, notables y azules como siempre.

Nuestro pequeño contacto se cortó en el momento en el que se terminó por zambullir ahora sí, cubriendo todo su cuerpo.

No tardó muchos segundos en nuevamente subir a la superficie, mientras a pasos lentos caminaba a través del agua su cabello goteaba hacía sus hombros y rostro. Parecía un dejá vu, me recordaba a hace unos días cuando a través de la ventana lo observé. Con su cabello pegado al rostro, empapado. La única diferencia es que ahora parecía aún más sexy, su modo lento y atrapante de caminar lo hacía lucir mucho mejor. Parecía estarlo haciendo a propósito.

Cuándo finalmente salió de llegó hasta la zona de bebidas donde ya se encontraba Mark.

-¡Olle, Khloe!- Gritó Betany en mí dirección.- ¡Ven aquí!

Yo negué con mi cabeza rápidamente. La verdad no tenía planeado bañarme en este momento, el aire era un poco intenso por lo que temía por el frío, y por qué bueno, prefiero sentarme y pensar.

Ella nadando se acercó a mí.

-Muy bien, te entiendo.- Aceptó mientras asentía.- ¿Pero podrías, ayudarme un momento?- Preguntó mientras me tendía una de sus manos. Yo asentí y la tomé agradeciendo que quisiese hacerme compañía.

Aunque de igual manera rápidamente mis erróneos pensamientos fueron borrados pues sin esperarlo tan siquiera un momento tomó mi mano y me empujó hacia el agua.

-¡No...!- Chillé mientras sentía como mi cuerpo se hundía en el agua. Moví mis brazos de manera histérica mientras intentaba llegarme a la superficie, cuándo estuve con parte de mi cuerpo fuera lo primero que hice fue maldecir.

-¡Jodida Betany!

Todos los chicos a mí alrededor sin un dedo de disimulo comenzaron a reír. Aún no había podido quitarme la liga del cabello. ¡Me había tomado totalmente por sorpresa!

-¡Te voy a matar!- Sentencié entre risas mientras corriendo hacia ella hacia mí mayor esfuerzo.

-Era una broma, pero ¿a que está agradable el agua?

-¡¿Te estás burlando de mí?!- Pregunté.

-Quizás.

La tarde fue muy divertida, había decidido por mí bien y el de todos no prestarle más atención a Axel, y apesar de la dificultad, lo logré.

El líquido que Jeremy me había ofrecido dos horas atrás finalmente había terminado por digerirlo. Era fuerte y amargo, no estaba muy acostumbrada a consumir alcohol por lo que me resultó un poco raro.

Un aturdidor mareo azotó mi cabeza pero rápidamente se enfumó. Me había gustado, lo debía de aceptar pero no, no lo volvería a tomar.

Había comenzado a tomar confianza, algo que era poco común en mí. Por lo que luego de muchas insistencias por parte de Betany y aclaraciones sobre que se me veía todo de igual forma, me la terminé por quitar.

Yo aunque no iba al gym había recibido muy buena genética y sumando eso con mis dietas, poseía un cuerpo con algo de curvas, un abdomen plano y una pequeña cintura. Una de las partes que más amaba de mi cuerpo.

Sin darme cuenta había olvidado algo.

-¿Bet?

-¿Qué pasó?- Preguntó mientras me observaba.

-¿Te echaste crema solar?

-Mierda.- Por su reacción pude intuir que no.

-Chicas, no se preocupen, de todas formas hoy el sol no ha sido lo suficientemente fuerte como para quemarlas demasiado.- Shadow estaba acostado en una de las camillas a mí lado mientras participaba en la conversación.

El sol se había escondido por lo que ya todos habíamos salido fuera. La piscina estaba sola a excepción de un inflable en forma de flamenco que anteriormente Penélope utilizó.

Una toalla envolvía mi cuerpo. No estaba dispuesta a exponerme al frío. Lo amaba sí, pero no a ese nivel de arriesgarlo todo y mucho menos mí vida. No estaba en condiciones de adquirir una enfermedad.

Mark y Axel se encontraban mal. Ambos al parecer habían bebido demasiado. Fueron llevados a una habitación, todo sucedido mientras distraída disfrutaba de la alberga. Estaban algo perdidos y mareados.

-Bet, creo que tomaré mi abrigo, tengo algo de frío.- Comenté mientras me levantaba.

-Te acompaño.- La detuve.

-No te preocupes, me parece saber dónde es.- Aseguré con una sonrisa. Ella asintió.

Según recordaba debía tomar el pasillo recto, la escalera de en medio y llegarme a la última habitación de la segunda planta.

Cuándo estuve frente a una de las puertas la reconocí como la indicada, así que tomando la manilla la abrí.

Encima de la cama se encontraba mi abrigo, lo tomé y me lo coloqué mientras me observaba a través del espejo. El traje de baño era un poco revelador gracias a su escote, por lo que parte de mi pecho salía a relucir.

Cuándo me coloqué el abrigo rápidamente la temperatura subió y no pude evitar suspirar de alivio.

-Mi abrigo te quedaba mejor.- Mi corazón se detuvo al escuchar su voz, sonaba arrastrada pero de igual forma reconocible.

-¿Qué haces aquí?- Pregunté conmocionada mientras me giraba en su dirección, estaba recostado a la pared junto a la puerta.

-Eso no importa... Por cierto...- Extendió su mano mientras me señalaba.- Te ves... ¡Muy bien!

Me sonrojé con una mezcla de nervios e inseguridad.

-¿Estás bien?- Cuestioné suavemente mientras me le acercaba.

-De maravi...- Había perdido el equilibrio y de no ser porque llegué a tiempo, hubiese tenido un momento muy íntimo con el suelo.

-¿Te puedes sostener?- Pregunté insegura en cuanto a soltarle. Asintió.

Cuándo retiré mis manos volvió a caer.

-Valla, parece que no.

-¿Sabías Khloe qué... tienes un nombre muy bonito...?- Preguntó mientras caminando no desviaba su mirada de mí. Guardé silencio.- Y tus ojos... Wow, nunca había visto unos... Tan hermosos ojos cafés...

Me sentía incómoda y conmovida al mismo tiempo, una rara sensación.

-Acuéstate aquí.- Murmuré una vez nos llegamos a la cama.- ¿Te duele mucho la cabeza?

Asintió colocando una mano en esa zona con una expresión de dolor.

-Iré a preguntarle a Betany donde ha de haber pastillas, ya vendré.- Al intentarme levantar su mano me detuvo.

-¿Podrías quedarte aquí?- Preguntó con una expresión dolorosa en el rostro.

-Axel, ciertamente no me parece lo mejor, yo...

Mis palabras se cortaron, sentía qué apesar de dirigirle la palabra no me prestaría la más mínima atención, el estaba pendiente a otra cosa, una vez más.

Su mirada estaba fija en mis labios. No me podía mover. Sentía que sí lo hacía algo se iba a romper, sabía que con él, esos pequeños momentos eran delicados, cada pequeña acción o palabra lo desbordaria.

Recostado en la cama comenzó a inclinar su rostro hacia mí, lo estaba sintiendo cada vez más cerca. Su mirada estaba ahora en dirección a mis ojos, fija e intensa.

Solo unos centímetros nos separaban, un suspiro, un movimiento, un impulso. Solo eso, un pequeño paso.

Su respiración estaba sobre mis labios. Mis ojos poco a poco de fueron cerrando mientras yo sin ser consciente de nada, me dejaba llevar.

Me mantenía quieta esperando cualquier acción. Parecía indeciso, se había detenido en frente mío, ligando nuestras respiraciones, sentía su agitación.

La distancia finalmente se acortó luego de unos segundos de ansiosa espera. Al parecer estaba dándome tiempo a que me quitase, retirase, arrepintiese. Pero yo no sabía que hacer, no sabía que quería.

¿Qué podría hacer si ni yo misma me entendía?

Dándole paso a nuestras bocas, mis labios tocaron los suyos algo indecisos, mientras los suyos poco a poco me devoraban.

Había comenzado siendo un tierno beso, inseguro, lento, lo que rápidamente cambió.

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Las manos de Axel recorrieron mi espalda mientras haciendo círculos sus dedos se entretenían, las mías estaban en sus hombros moviéndose en una repetida sintonía entre su cabeza y hombros. Su lengua chocó contra mis labios pidiendo el paso, y sin darme cuenta me estaba perdiendo en él. En sus manos recorriendo mi piel, su boca explorando la mía y sus azules ojos cerrados solo para centrarse en mí.

Mis manos llegaron a su cabello empujándolo hacia mí. Nuestras lenguas jugaban al compás, rozandose y haciendo contacto. Un gruñido salió de sus labios mientras aumentaba la intensidad.

-Axel.- Susurré sobre sus labios mientras me separaba, algo que al parecer no le gustó ya que colocó sus manos en mis hombros y me atrajo una vez más a él.

Sabía que estaba mal, sabía que no debía de hacer esto.

Su lengua de adentraba a mi boca provocándome escalofríos mientras sus manos exploraban mi abdomen, rozandolo y provocando que de mi boca saliese ahora de una manera más incitante su nombre.

-No sabes cuánto te deseo...- Murmuró fuera de sí.

Mis dedos tocaban su abdomen mientras lentamente elevaban su descubierta camiseta. Axel me empujó por los hombros y me recostó a la cama mientras yo algo fuera de lugar le seguía el ritmo.

Nuestras miradas conectaron una vez más antes que nuevamente se lanzase encima de mí rozando con sus dedos mis descubiertas piernas y muslos dibujando signos de infinito en diversas partes de mí anatomía.

-Axel.- susurré en un gemido pronunciando su nombre, lo que le hizo jadear.

Dejó mi boca y mientras yo respiraba buscando aire él dejaba un camino de besos por mí cuello y nuca.

-Yo...

-Calla.- Sentenció mientras colocaba un dedo encima de mis labios.

Su voz había cambiado ya no era arrastrada y titubeante, era ruda y excitante.

Mi corazón latía acelerado y mis pensamientos daban vueltas en solo un nombre.

Axel.

Sentía unas intensas mariposas en el estómago y una incesante necesitad de volver a besarle y tenerlo junto a mí.

Agarrándome de sus hombros me coloqué encima suyo, ahora cambiando a mejor mí posición.

-No...

-Ahora calla tú.

Tomé con una mano su cabello y nuevamente posé su boca sobre la mía. Se sentía bien tomar el control.

-Khloe...- Un gemido ronco salió de su boca.

Mis manos pasaban por su cuerpo explorando, y aunque quizá no pareciese, no sabía que hacer.

Mis manos rozaron su pantalón puntualizando su zona íntima en la cual noté una gran elevación, su cabeza se había alzado en el momento en el que mi mano se desvió, una vez devolví mis manos a su pecho el gruñó.

-No...- Lo callé con un beso una vez más.

-En este momento, mando yo.

Mi boca viajó por su barbilla recreando lo que me había hecho el momento atrás. Mi mano volvió a rozar su zona la cual era a simple vista complemente notable.

Mi cuerpo me pedía a gritos un mayor contacto pero debía de ser fuerte, debía soportar.

Cada vez que mi mano se posaba cerca de su entrepierna el no paraba de gruñir, jadear y gemir.

Y Debo admitir que me encantaba. Su cuerpo se extremecia y su mano intentaba liberarlo, lo cual en ningún momento le permití. Su miembro sería mío cuando lo quisiese tomar.

-Quiero qué la to...

🔥🔥


-¿Khloe? ¿Estás ahí?- Preguntó Bet del otro lado de la puerta. Interrumpiendo su oración.

De repente todo volvió a mí, recordé el lugar, quién y que representaba para mí Axel. Y algo más, mucho más importante.

Jeremy.

Sin importarme Axel me separé de él lo más rápido imposible empujándolo lejos de mí hacia el otro extremo de la cama.

Acomodé mi cabello intentado disimular lo ocurrido y a la vez mi agitación.

-¡S-si estoy aquí!- Me fue imposible evitar tartamudear. Decir que me sentía nerviosa y culpable sería un pecado.

¡Me sentía fatal!

Axel aún recostado en la cama había decidido hacerse el dormido, o eso creo.

Segundos después Betany abrió la puerta y entró.

-Amiga te noto agitada ¿qué sucedió?- Indagó Bet nada más me vió.

-Yo pues, estaba... Bajé a buscar agua a toda velocidad, pero cuando llegué ya Axel estaba dormido, se sentía mal...

-Valla, para llegar a correr de tal manera te tuviste que asustar.- Murmuró con gracia.

-Si... Gran susto que me llevé.

-Es raro que lo hayan colocado en esta habitación pero bueno, da igual.- Asentí mientras desviaba la mirada por la sensación de culpabilidad que me consumía.- ¿Piensas volver a bajar?

Lo pensé por unos segundos.

-Sí, necesito tomar.- Realmente lo necesitaba.

Quería tanto olvidarme de lo que hice. Sí, lo se, muy cobarde.

-¡Valla eso es nuevo! Pues no se diga más, vamos.

Me tomó del brazo y me llevó hasta allá.

Ni siquiera yo entendía la razón solo sabía que la había jodido demasiado.

Mierda. Mierda. Mierda.

Puto Axel y su jodida manera de ser.

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