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Quizás...
Solo si quizás.






—Eres hermoso, realmente hermoso. Nadie puede superar este cuerpo traído de los dioses, estas facciones realmente delicadas cual príncipe, tus hombros anchos haciéndote ver dominante contrasta con tu suave mirada. Mm... Eres irresistible —decía Suho mientras se miraba enfrente de un espejo largo de cuerpo completo alabandose a sí mismo e incluida sus facciones de forma dramática y narcisista —Literal, siento que no puedo con mi belleza.

Y un sin de más palabrerías de ese estilo soltaba el dichoso castaño, siendo eclipsado por su propia belleza hasta que es interrumpido por alguien que abrió la puerta de forma sorpresiva.

Kai nunca se imagino ver y escuchar a su líder en aquella situación dejándole realmente sorprendido mirándolo con el ceño fruncido.

—Emm... ¿Qué se supone que haces? —preguntó pasando una rápida mirada por el cuerpo de su mayor apretando sus labios sintiendo una atmósfera pesada.

—¿Se ve muy raro? —soltó incrédulamente el castaño señalando su cómica y extraña situación.

—No, claro que no. —Contestó con sarcasmo. —Es totalmente normal encontrar a tu líder en ropa interior mirándose en el espejo alabando su cuerpo mientras se toquetea, en serio es totalmente normal. Es algo de todos los días, eh.

—Ya sabía yo que esto iba a ser extraño —susurró más para si mismo mientras tomaba sus prendas empezando a vestirse rápidamente unos simples jeans con una camisa un poco apretada resaltando sus abdominales marcados.

—Pero ¿qué tratabas de lograr con eso? —preguntó entrando a la habitación con totalidad cerrando la puerta detrás de si.

—Fui a ver un psicólogo para que me ayude con mi baja autoestima y él me dijo que lo primero que debo de hacer en las mañanas al despertar es mirarme al espejo y decir todo lo bueno de mí, resaltar mis puntos fuertes para que aprenda a valorarme —explicó de brazos cruzados con total naturalidad.

—No sabía que era tan fácil revelar la depresión —asumió Kai con un poco de humor. —Hay gente que nunca lo revela. Bien hecho, Hyung.

—En realidad yo tampoco, el primer paso "aceptar la depresión" completado —sonrió orgulloso el líder acercándose a la mesita de noche, tomó una libreta y tachó algo en su interior con un lápiz. Suspiró y volvió a acercarse al moreno —Igual, más que depresión me dijo que poseía una baja autoestima y cobardía ante la vida, debo de aceptarme tal cual como soy.

—¿Y qué vas a hacer? ¿Comprar los tres álbumes Love Yourself de BTS? —preguntó con humor el acompañante riéndose un poco por su mal chiste.

—Exacto —chasqueo los dedos Suho.

Justó en ese momento la puerta es abierta interrumpiendo la charla.

—Hyung, el manager me dijo que te entregara esta caja —la voz de Chanyeol se hizo presente mientras con una mano tomaba la nombrada caja y con la otra sacaba el contenido de adentro incrédulo —Pero ¿puedes explicarme por qué compraste las tres temporadas Love Yourself de BTS?

—Eso no te incumbe, Chanyeol —sonrió grandemente el líder quitándole el objeto al más alto y dejarlo en su cama con desdén.

—¿Y por qué sonríes de esa forma tan falsa? —preguntó nuevamente con el ceño fruncido señalándolo.

—El cuarto paso es siempre sonreír —respondió con simpleza dejando a los menores un tanto confundidos.

—Creo que se te chiflo el cerebro desde que te reconciliaste con Irene hace una semana —asumió el pelinegro.

—Digo lo mismo —concordo el moreno.

—No se me chiflo, solo me he dado cuenta de las cosas y a partir de ahora tengo que cambiar —explicó sonando sabio cruzando un brazo y con la otra mano tocaba su barbilla.

—Si tú lo dices... —susurró Kai rindiéndose levantando los hombros.

—Una pregunta —habló Chanyeol inmediatamente cambiando la atmósfera con su seria voz. —¿Ustedes han notado el cambio de Baekhyun?

—¿Cómo así? —inquirió el líder.

—No lo sé, por alguna razón esta más distanciado. En realidad yo no le había echado mucha importancia pero Chen me dijo que ayer cuando Baek se estaba bañando él quiso meterse y cuando lo hizo se puso a gritar y de paso, salió corriendo del baño —explicó un poco confundido.

—¿Quién? ¿Baekhyun? —preguntó sin poder creerse lo Kai.

—Sí.

—La verdad no lo sé pero si me he dado cuenta de que se ha alejado de nuestro contacto —asumió Suho pensativo recordando la veces en donde el pequeño Bacon rechazaba sutilmente sus agarres. —Igual tal vez sea una faceta por el momento, no podemos sacar muchas conclusiones a la deriva.

—Tal vez tengas razón.



(...)






Caminaba por los pasillos emocionado, sus pantalones deportivos negros y camisa blanca venían holgados junto a su desordenado cabello castaño el cual no se veía nada mal. Entre sus manos tenía una bebida energizante y sonreía con emoción al verla.

Suho estaba delirando en su caminata hasta que se encuentra con la hermosa chica pelinegra que tan loco lo traía, ella tan única como siempre junto a su amiga delgada se ojos pequeños.

—Irene, Hola —saludó el chico sonriendo sutilmente.

—Hola —contestó ella un poco tímida mirando hacia otro lado que no fuera él.

—Yo también estoy aquí —agitó sus manos Seulgi con humor.

—Ah, si. Hola a ti también.

—Por alguna razón me siento la tercera a la izquierda, igual me sorprende verlos juntos ¿cuándo se reconciliaron? —preguntó con interés mirándo a los dos de forma picara. —Unni, no me dijiste nada.

—En realidad, solo somos amigos —apresuró a decir el chico con una risa nerviosa.

—Por ahora —Seulgi le envió una mirada juguetona a la pelinegra logrando que esta le golpeara con el codo. —Auch.

—Largate y no fastidies —susurró Irene con molestia.

Seulgi dijo unas cuantas palabras más y se fue de ahí enviando indirectas.

—Lo siento, ella es algo... rara, así, creo.

—No importa —negó inmediatamente Suho para luego extenderle la bebida energizante. —Te traje esto.

—Gracias...

—La verdad decidí traerte esto en ves de agua es porque este te da más energía además el agua es para dieta y siempre lo tomas. Prefiero que tomes esto, te ayudara mejor a tu salud —explicó mientras ponía sus manos en los bolsillos de su mono.

Irene miró la lata leyendo los contenidos. —Tiene muchas calorías, la empresa no me va a dejar tomarlo.

—Tranquila, ya mandé suministros secretos a tu casa para que puedas tomar uno de ves en cuando y darle a las chicas también —contestó con relajo dejando confundida a su compañera.

—Suho, eso no era necesario.

—Claro que sí, estás muy delgada y eso puede afectarte no solo física sino también mentalmente, "debemos de tener una buena salud emocional eso dijo el psicólogo —dijo imitando la voz de alguien externo al que la chica no conocía.

—Estas muy raro —aseguró mirándolo con los ojos entrecerrados un poco confundida.

—¿No te parece que incentiva mi atractivo? —dijo este de forma coqueta haciendo una pose mirando hacia la nada.

—Creo que mejor me voy —y así Irene dejo solo a Suho posando. El castaño al ver su espalda alejarse se quejo un poco pero no le quedo de otra ver como desaparecía del pasillo.

Ciertamente era difícil para él volver a acerse a ella, era muy difícil y aunque pareciera que lo tomaba con tanta calma en realidad su cuerpo se encontraba muy agitado. Su corazón no dejaba de latir desenfrenadamente por la ansiedad causándole mareos y si no fuera porque se agarro de la pared hubiera caído.






«Cada vez se vuelve más frecuente...»



Su cuerpo empezó a temblar sin explicación alguna mientras su respiración se agitaba a causa del aire y otra vez esos dolores de cabeza agonizantes hizo eco por su mente. Soltó quejidos mientras arrastraba su espalda contra la pared hasta caer al piso y sin quererlo tuvo que sacar de su bolsillo una de sus pastillas tomándola con temblor.

Pasaron diez minutos tirado ahí hasta que por fin logró calmarse, se levantó con dificultad sintiéndose realmente pesimista no entendiendo hasta cuanto tenía que soportar esos dolores. Hacía unos días se hizo unos exámenes y pronto le darían los resultados. Él empezaba a temer, tenía miedo de lo peor.

—¿Suho? —una voz familiar logró llamar su atención. El mencionado giró y se encontró con aquel maldito hombre, él era quien había tratado de sobrepasarse con Irene y también estaba seguro de que fue él el que los separó.

—¿Qué quieres? ¿No te bastó todos esos adornos en la cara que te di o quieres más? —preguntó ironico el líder de EXO señalando el ojo morado y labio roto del contrario.

—Mm... Si —asintió con ironía aquel hombre tocando su labio inferior. —Pero me temo que tendré que rechazar esa oferta. La verdad estaba de paso y te vi de casualidad, por lo menos me ahorraré el tiempo en llamarte más tarde.

—¿Llamarme? ¿Para qué? Dímelo ahora que no quiero acompañarte a tu oficina.

El Sr. Jeon miró a ambos lados del pasillo y al examinar que estuviese vacío su falsa y tosca sonrisa desapareció mostrando una expresión muy enojada.

—Solo era para avisarte que el fin de semana recibirás nuevas noticias, es el agradecimiento por haberme dejado el rostro colorado —lo miró con recelo para después seguir caminando hacia su destino. Sus hombros rozaron y Suho sin querer atinarse a esperar la dichosa noticia lo toma del brazo con brusquedad.

—¿Qué hará? —preguntó entre dientes.

—Haré lo suficiente como para que te arrepientas con toda tu alma, me suplicarás piedad, rogarás por mi ayuda y no tendrás escapatoria de mí —susurraba con normalidad como si fuese lo más normal del mundo sin olvidar la pizca de maldad. —Es para que aprendas a no meterte conmigo...

Y sin decir nada más aquel hombre se va dejando a un Suho muy confundido.
La guerra había empezado y no sabía que tipo de escudo tener, aquellas palabras le causaron un revoltijo total y en lo único que pensaba era en proteger a Irene.





(...)



—¿¡Dónde esta mi camisa roja!? —gritaba Chanyeol a sus compañeros de grupo, entre el montón de personas que iban y venían por los camerinos con rapidez.

—¡Ya va, ya va! ¡No encuentro mi crema! —esta vez exclamó Baekhyun exasperado mientras buscaba como loco en su mochila.

—Ash... Creo que me voy a volver loco, hacen mucho ruido —se quejó Kyunsoo tapándose el rostro con una toalla mientras se encontraba echado en el sofá.

La gente iba y venía, maquillaban a algunos miembros, ayudaban a otros con sus vestuarios y habían terceros que esperaban su turno. Era un domingo en la noche y EXO estaba dando un gran concierto en Seul, un estadio lleno de gente que no hacía nada más que gritar, emocionarse y hasta algunos llorar de la felicidad.

—Siento que moriré si sigo así... —susurró Xiumin masajeando sus hombros.

—Suerte para ti que ya te irás al servicio militar —asumió Chen llegando se repente por detrás del mayor y masajeandole de forma muy fuerte aquellos anchos hombros.

—¡A-Ah! ¡O-Oye! —reprochó aquel alejandose. —No tan fuerte.

En la sala llego Suho, el único que faltaba para sumarse a ellos. Se veía muy feliz y energético mientras tomaba una bebida fría.

—¡Oh, yo quiero! —exclamó Chanyeol acercándose a su mayor, le quitó el baso y trato de tomar su contenido. Tarde se había dado cuenta que no quedaba nada. —¡Suho, yo quería!

—Llegaste tarde, no es mi problema. Igual hay más al final de pasillo. —Se encogió de hombros inocente.

—¡EXO ya es hora de salir! —la voz del mánager interrumpió lo que estaban haciendo y con maldiciones y promesas Chanyeol se dirigió al escenario sin haber podido probar la bebida fría.

Ellos empezaron a cantar sus más recientes álbumes y canciones, los más destacados como Love Shot y Tempo. Todo iba bien, o eso parecía hasta los momentos. A solo iniciar el concierto Suho se empezó a sentir mal de pronto. El trato de ser fuerte pero mientras más pasaban los minutos mas sentía como su mundo se nublaba, como un inmeso dolor en el abdomen le marcaba, las piernas le flaqueaban y su respiración se hacía inestable, y nada ayudaba el que este cantando y bailando difíciles coreografías.

—Suho, ¿estás bien? —preguntó Kai detrás del escenario, viendo a su mayor pálido y un tanto extraño. Justó antes de empezar el concierto estaba más que feliz y con energía pero ahora parecía extraño, y todos se empezaban a dar cuenta.

—N-No lo sé... —susurró confundido mientras  se aguantaba de una silla. El sudor emanaba todo su cuerpo y el dolor era constante, principalmente en su abdomen. —M-Me duele mucho...

—¿Y si tomas la medicina? —preguntó Según con preocupación.

—Ya la tomó —intervino Xiumin.

En eso llega Baekhyun y Chen con caras largas.

—¿Qué dijo? —apresuró a decir ansioso el mayor de todos.

—Lo siento, Suho. No nos quieren escuchar, tendrás que presentarte sí o sí —asumió con desgano Baekhyun. —¿Te sientes muy mal? Si en serio no puedes, no lo hagas. No puedes arriesgarte así por algo estúpido. Yo me se tus líneas, las puedo hacer.

—No importa, solo falta media hora para terminar. Voy a seguir —habló con dificultad el castaño. Justo los directores los llamaron y tuviendo que interrumpir su charla se dirigieron al escenario.

Dos canciones interpretaron, las cuales entre todos ayudaban (disimuladamente) a su líder. Lo tomaban de los hombros o hacían que él se recargara en ellos pero por más que trataban de disimularlo todo con sonrisas y bromas poco a poco los fans y la gente detrás del escenario se estaban dando cuenta del terrible estado de Suho.

Y no pasó mucho para que de pronto a mitad de la canción este castaño se desplomara contra el suelo quedando inmóvil. Sehun, quien estaba cerca de él se acercó exclamando su nombre pero al ver como su líder parecía dormir plácidamente con una respiración que casi ni se notaba, su corazón estaba débil.

No pudo evitar gritar asustado, no pudo evitar correr hacia Xiumin, quien estaba cerca de ellos, y lo abrazó con temor.

El susto fue grande, llegaron diversos guardias de seguridad y se llevaron a Suho entre sus manos con preocupación. No pasó mucho tiempo que la ambulancia llegara y él líder de EXO fuera llevado al hospital de urgencias.

El concierto tuvo que seguir, los chicos a fuerzas tuvieron que terminarlo dándoles palabras para que no se preocuparan las fans y cálidas —fingidas— sonrisas pero por dentro sus corazones se encontraban angustiados. Aquello les recordaba a más de uno como la había pasado Luhan, Kris y Tao. Aún enfermos, con huesos rotos e infecciones se presentaban, se desmayaban se lastimaban a si mismos.

Después de unos veinte minutos el concierto dio por terminado y los chicos corrieron, casi volaron hacia el hospital. No cambiaron sus ropas, no se desmaquillaron, no tomaron agua y ni fueron al baño, solo fueron a por su amigo.

—¿Dónde esta? ¿Dónde esta Suho? —preguntaban entre todos entrando al vacío hospital.

El mánager Kim había venido con ellos, quien se encontró con el Sr. Lee viniendo hacia ellos con un doctor. La vida parecía quererles jugar una mala broma, el tiempo no quería perdonarles y las personas a veces podían resultar muy despiadas.

Solo bastaron tres simples palabras que lograron enloquecer a los 7 chicos, tres simples palabras que les dieron infinidades de reacciones llevándolos hacia otro mundo. No, esto no podía pasarle a Suho.

Pero le pasó.

Quizás... solo si Quizás, lo hubieran cuidado más aquello no hubiera pasado y no estarían llorando desconsoladamente en el hospital.















••••••



¿Qué es lo que tiene Suho?
¿Podrán adivinar?

Lo sé, desparecí un largo tiempo. La verdad mi inspiración estaba muy mala, espero no volver a retrazarme tanto.

Besitos😘😘
























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