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Quizás...
Si él hubiera callado.








POV’ Suho.






°°°°°



No sabía donde me encontraba y la oscuridad era lo único que veía en aquel extraño vacío. Confundido y mirando hacia todas las direcciones empiezo una caminata  pérdida, sin saber a donde llegaría o que iría a encontrar, solo me arriesgue en un sin sentido que ni yo mismo sabría que sobrellevaría.

De pronto escucho pasos detrás mío pero por más que girará sobre mis hombros no veía nada, sólo oscuridad. A los segundos mi piel logra erizarse del miedo ya que aquellos lentos pasos avanzaron con rapidez demostrando que aquel extraño ser se encontraba corriendo.

Sin espera aceleré el paso queriendo escapar pero por alguna razón sentía como no llegaba a avanzar, como si en el suelo hubiera una maquina corrediza impidiendome ir más allá quedándome en el mismo sitio. Hasta que por fin una mano tomó mi hombro haciéndome girar con brusquedad.

Sorprendido me encuentro a lo lejos una extraña silueta, era un hombre con traje cuyo rostro se perdía en la oscuridad no logrando reconocerlo y junto a él estaba Irene, se escuchaban murmullos y palabras que no lograba identificar confundiéndome por lo que decidí acercarme pero al dar mi primer paso este resuena por todo el lugar como eco captando así, la atención de la pelinegra.

Sus ojos conectaron directamente con los míos como si estuviese pidiendo ayuda y quise correr, intenté ir a ella pero mis pies se quedaron pegados contra el suelo, no podía dar un paso. Me alteré, me asusté y me inquieté al ver como aquel hombre se acercaba cada vez más a mi Reina que tan asustada la tenía.

—¡Irene! —vocifero con temor tratando moverme, algo que no funcionó —¡Irene!

Sentí como toda mi vida desvanecer al ver como aquel hombre la empujó a un acantilado y ella simplemente cayó como si de una pluma se tratase.

—Esta es mi recompensa —escuché como susurró con una voz realmente siniestra, áspera, vil y netamente varonil. Pensé que todo acabaría ahí pero ese hombre giró a verme y empezó a caminar hacia mí dirección pero no se porque tuve miedo. Por alguna razón sabía que no me haría nada bueno al verme pero seguía sin poder moverme.

—¡No, no! —exclamé queriendo escapar, queriendo ir con Irene —¡No, por favor!







°°°°°









—¡Suho, levantate! —aquel grito logró hacerme abrir los ojos de forma rápida recobrando por fin la conciencia, que tan perdida la tenía. Con pereza froté mis párpados escaneando mi alrededor desorientado tratando de acostumbrarme a aquella luz tan brillante que tanto fastidiaba.

—¿Q-Qué pasó...? —susurré sintiendo algo mojado caer de mi rostro y tocándome un poco noté que provenía de mis ojos. Entonces, no solo en el sueño lloré sino también en la realidad.

—¿Por qué gritabas tanto? —preguntó Chanyeol sentandose a mi lado hundiendo un poco el colchón. Colocó su mano en mi hombro para luego mirarme con preocupación.

—Nos preocupaste, ¿lo sabes? —esta vez fue Kai, quien parecía enojado reprochándome el hecho. —Empezaste a gritar cosas raras y pensamos que algo te había pasado.

—N-No tienen porque preocuparse... —Sequé aquellas castas lágrimas para luego desviar la mirada hacia otro punto sin poder verlos a los ojos. Resople un poco sintiendo como mis manos temblaban.


¿Por qué aquella reacción?
Es solo un sueño, ¿no?
¿O será...?


Una pequeña pizca de esperanza domó mi ser. Tal vez, tenga que ver con uno de los tantos recuerdos olvidados aunque seguía sin entender como es que lo había postergado, es decir, no estaba borracho ni nada.

¿Qué digo? Debió de haber sido un sueño sin sentido.


—Ash... —con fastidio sobé aquella cabeza sintiendo como otra vez aquel dolor hacia de las suyas y sin preámbulo saqué de la mesita de noche una pastilla junto a una botella de agua.

—¿Qué es eso? —Kai me tomó bruscamente del brazo mirándome con una gran interrogante apretando sus dientes —¿¡No te dije que vayas al doctor!? ¿¡No se supone que fuiste!? ¿¡Qué haces con estas pastillas, eh!? ¡Contestame! ¡Mejor las iré a botar!

De ahí empezamos a forcejear la pequeña caja y la verdad es que no estaba de humor para esto ¡que se calle de una maldita vez o mi cabeza explotará por su culpa!

—¡Ya, ya! ¡Yo fui al doctor! —exclamé de pronto haciendo que este se detuviera en su acto mirándome sorprendido.

—¿Y qué te dijo?

—Vamos, cuenta —se unió Sehun, quien todo este rato parecía estarnos viendo sin hacer ni un mínimo sonido.

—Me dijo que... —balbuceo un poco indeciso. Vaya problema que me he metido y ciertamente me dolía mentirles así pero sólo lo haré por esta vez, será algo pequeño y sin valor pues a fin de cuentas terminaré haciéndome un examen sí o sí, por lo que suspiré pesadamente y luego los giré a ver —No es nada grave pero me recomendó tomar estás pastillas, así que no me las quites y deja que las tome.

—¿Estas seguro? Me parecen que son las mismas pastillas que te has estado tragando desde hace más de dos mes —dudó el moreno cruzándose de brazos.

—Si no me crees no me importa, igual puedes llamar al doctor Kim ¿quieres llamarlo? Pues hazlo y preguntale, toma mi teléfono —agarré aquel aparato extendiéndoselo a lo que el negó con rapidez.

—Está bien, está bien. Te creo.

—Y ahora que estas bien dinos qué soñaste —habló Chanyeol mirándome curioso mientras me tomaba la pastilla sintiéndo como aquellos seis ojos vigilaban atentamente cada mínimo movimiento.

Exhale fuerte. —No me acuerdo.

En seguida todos empezaron con los abucheos empujandome a lo que reí. Sí, ellos me miraron como si fuese un bicho raro pero realmente estaba agradecido por pasar aquellos divertidos momentos.

En serio los quería mucho, son como mi familia.

Luego de tantas palabrerías ellos se marcharon de mi habitación y yo solo me le quede viendo al gran ventanal que se posaba enfrente mío, podía ver la gran ciudad que se había vuelto Seul con el pasar los años, en donde he crecido y pasado todos mis 28 años de vida. Pensar en el tiempo transcurrido, en mi época escolar, de cuando era un simple trainer, cuando debute y todos los conciertos que he llegado a dar, ciertamente estoy muy agradecido de todos aquellos momentos desde lo más profundo de mi corazón pero había algo que no podía negar y era de que los últimos años ha logrado ser un infierno para mí.

Me he convertido en un ser realmente despreciable y no lo digo porque las personas me odien, estoy hablando del autorechazo que tengo hacia mí mismo.

Tal vez, solo tal vez ideolice un poco el amor.

Tal vez estaba equivocado y el sufrimiento que he estado teniendo no sea culpa de Irene sino algo que me he logrado causar yo mismo.

Me siento un completo masoquista pensando en el pasado, me gustaba ser pisoteado por ella, que me rechazase todos los días, que le dijera un "te quiero" cuando ella me respondía con un "Te odio".

¿Por qué era tan tonto?
¿Y por qué lo sigo siendo?

Soy un maldito cobarde que no sabe ni que hacer en su existencia. Me he llevado estos cuatro años de mi vida haciendo qué, haciendo nada.

Sí, amaba a Irene. Ella, mi reina y aunque se que nunca lograré olvidarla por lo menos por mí, por mi familia y amigos deba de seguir y dar vuelta a la página pero para eso debo de descubrir lo que nos arruino, lo que nos separo.

Y esta noche lo iba a descubrir, yo mismo iría a la empresa.






POV’ Kai




—¡Si, les gane otra vez! —exclamo con emoción Sungwoon restregandonos en la cara las cartas por milésima vez para luego tirarlas al piso y levantarse a realizar su baile de la victoria —¡Les gané! ¡Les gané! ¡Oh sí, oh sí!

—¡Esto es trampa! —Jimin tiró sus cartas mirando con enojo al menor quien no dejaba de bailar haciéndole burlas.

—¡Claro que no! Yo gané y punto —río el rubio sacándole la lengua al otro.

—Ash... Me rindo —aventé las cartas con fastidio ya dándome por vencido. Llevábamos dos horas jugando y aquel integrante de Wanna One seguía ganando, para mí que hacia trampa. Él no me engañaba además de que ¡las cartas eran suyas!

—Ya me aburrí de este juego, hagamos otra cosa —mostró un tierno puchero Taemin cruzándose de brazos.

—Ah sí, mejor hablanos de tu relación con Jennie —dijo Sungwoon totalmente emocionando mientras me miraba curioso algo que me incómodo por completo.

—No quiero hablar de eso... —resople mirando un punto desconocido de la casa recostando mi espalda contra el sofá.

—¿Por qué? —preguntó Jimin preocupado tomándome del hombro.

—Porque es falso, ¿verdad? —acertó Taemin dejándome sorprendido.

—¿Cómo lo sabes?

—No es de extrañar, te pasó lo mismo con lo de Krystal y también esta lo de Baekhyun con Taeyeon —se encogió de hombros sonando obvio. —Oh más bien casi todas las relaciones de la SM han sido falsas. Hace diez años debuté; lo sé todo, Kai. No soy un tonto y tampoco llegue ayer.

—Tienes razón... —balbuceo apenado. Después de todo no le podía ocultar nada a Taemin, él mas que nadie sabía los trucos de la compañía.

—¿En serio? ¿Entonces tu relación con Jennie es falsa? Yo de verdad pensé que habías cambiado a Kim Lip por ella, aunque las dos son muy bonitas. Suertudo tú, podrías aprovechar —bromeo Sungwoon, un comentario que me pareció fuera de lugar.

—¿Cambiar? Lo haces sonar como si ella fuese un objeto.

—N-No, no lo decía con esa intención —rectificó de inmediato pero ya era tarde, estaba molesto.

—Jennie no me gusta ni me interesa, yo sigo enamorado de Kim Lip —me sincero sintiéndome un tonto abriendo aquella nefasta herida que no dejaba de marcar mi ser.


¿Qué podría hacer para estar de vuelta con ella?


En serio estaba tan mal y triste, quería tenerla de vuelta, sentir su delgado cuerpo abrazar el mío, sus chistes y su tierna manera de expresar sus sentimientos. Simplemente era alguien que no quería perder por nada del mundo pero tenía que esperar, aceptar el hecho de que me odie y cuando esto acabe pueda explicarle todo porque la verdad no quiero tener una relación con ella cuando se supone que mi "novia" es Jennie. Imaginense como se van a poner los medios si llegan a descubrirnos, tal vez a mi no me vaya tan mal pero estaría arruinando la carrera de Kim Lip, todos la tacharían como la "amante" cuando en realidad era lo contrario.

La quiero tanto pero por más que la extrañe tengo que pensar en su bienestar, no importa que me odie. Realmente pensar en esto me da cierta ironía, amar a alguien que te odia por una simple jugada del destino y que a pesar de ello siempre velas por su seguridad cuidandole desde las sombras ¿Adivinaron quién es?

Ahora pienso que Suho no es tan tonto como lo pintaba, solo un poco —mucho— dramático y cobarde, tal vez si él hubiera usado otra táctica o algo diferente pudo haber tenido su final feliz hace tiempo.












POV’ Suho.











—Te dejaré las llaves y cuando termines no olvides volver a cerrar la puerta, ¿entendido? —me dijo el Sr. Jeon mientras caminaba apresuradamente por aquellos opacos pasillos de la SM.

Yo solo respondí con un simple asentimiento de cabeza viendo todo mi alrededor con sorpresa, me encontraba en el tercer sótano de la compañía, en donde se encargan de guardar todos los horarios de los grupos. Es decir, en cada sala hay unos grandes estantes repletos de todo lo que ha hecho un artista alrededor de los años desde su debut hasta la actualidad. Pensar en aquello me hizo darme cuenta en lo tan controlador que llegaba a convertirse la industria con el pasar de los años, todo tan bien preparado que hasta incluso llegaba a dar miedo.

Él me entrego las llaves dejándome enfrente de una puerta que tenía un cartel que decía "EXO" para luego retirarse y dejarme sólo ya que estaba ocupado.

Veo las llaves entre mis manos y luego hacia mis dos costados pensando en lo deteriorado que llegaba a verse estos pasillos, parecía hecho de una película de terror, los pasillos vacíos y con mala iluminación, el silencio abrazador y cada paso sonaba como un eco interminable, ciertamente daba algo de miedo saber que era el único que se encontraba aquí abajo.

Sacudí mi cabeza evitando aquellos pensamientos y entré a la sala notando como habían grandes estantes con carteles de los años como "2012", "2015",  "2017" y entre otros más. Yo obviamente opté por el del "2014" ya que ese fue el año en donde ocurrió el incidente con Irene.

Ahora ¿Cuál es mi plan? Se preguntarán, ¿no?

Antes de ir a reclamarle a cualquier ser de la empresa primero me encargaría ver el horario que tuve el 2 de Mayo del 2014, tal vez encuentre algo porque ahí hasta aparecen todas las salidas y permisos que hemos tenido así que la noche de la fiesta debe de estar por lógica. Pero vaya el trabajo que me ha tocado hacer, tendré que leer todos aquellos papeles hasta encontrar el que necesito.

Suspire exhausto y tomando aire nuevamente recargue mis energías empezando a tomar algunos documentos y colocarlos en el escritorio para ir leyéndolos.

Año, fecha, día y horas.
Párrafos, oraciones y palabras, muchas palabras.

Las horas iban pasando y mientras mas tiempo transcurría más papeles de forma desordenada se esparcía en el escritorio. Ciertamente me sentía muy exhausto, hoy no tuve mucho tiempo que digamos ya que estaba en unas secciones de fotos, en reunión para posible drama y entrenando en la compañía, este día tan agitado me tocó tener a una semana de año nuevo. Aunque tenía que acostumbrarme.

Un principio de año, trabajos y más trabajos.

De pronto todo se empezó a volver borroso, me sentía absorto en un extraño mundo que parecía querer carcomerme, frotaba mis ojos y bostezaba en cada instante pero nada me ayudaba. Un dolor ligero apareció en mi cabeza volviéndose cada vez más fuerte aumentando mis mareos, estaba cansado y realmente necesitaba descansar pero no podía parar, no ahora que sentía que estaba muy cerca hasta que por fin vi la hoja que decía "02/05/2014".

Me emocioné recuperando algo de mis fuerzas y empecé a leerlo todo con cuidado sin saltar ni un punto o alguna coma, debía de verlo todo.

Los minutos pasaron y cuando terminé de leer la última palabra de aquella hoja mis ojos se humecieron pero no de la tristeza sino de la rabia que estaba teniendo, sentí de pronto un sentimiento de odio y rencor abrazar mi corazón, la ira se hizo presente y sin darme cuenta tomé todos los papeles del escritorio para aventar todo con fuerza contra el suelo. Destroce todo soltando gruñidos y gritos de frustración.





¡Esto no podía estar pasandome! ¡No a mí!

¿¡Por qué no hay nada!? ¿¡Por qué no aparece que fui a esa maldita fiesta!?




Sentía como la ansiedad empezaba a carcomerme vivo tocando mi rostro y cabellos queriendo encontrar como relajar ese sentimiento. Me tiré al piso derrotado viendo todos aquellos papeles tirados delante mío y lo peor fue cuando vi mi celular entre ellos, sin darme cuenta lo arrojé.

Con temblor lo tomé entre mis manos queriendo ver si servía pero este, no volvió a encender. Había destrozado el teléfono.

—No es justo, así no se vale —susurré arrugando mi nariz mientras me recostaba en suelo dejándome llevar por los mareos y dolores, solo me deje vencer cayendo en aquel abismo negro que tanto me estaba llamando hacía rato.




Cerré los ojos y desaparecí.






(...)







Me rasqué el cabello soltando un largo bostezo e incómodo en aquella posición me remuevo hacia otro lado. Sentía que en la superficie en donde me encontraba era demasiado dura para mi gusto y el frío lograba hacerme tiritar.

—¡Hace frío! —grité esperando que alguno de los miembros me escuchará pero los segundos pasaban y el frío persistía junto a aquel nefasto silencio —¡Que hace frío, joder! ¡Suban la calefacción!

Me levanté bruscamente con enojo pero al instante me calle dándome cuenta que no estaba en mi casa, seguía en aquella sala acostado en el frío piso pero aunque este fuese incómodo por alguna razón sentí que dormí tan profundamente, hacía tiempo que no dormía tan bien.

—¡Oh no! —exclamé levantándome completamente del suelo balanceandome de un lado a otro y para conseguir el equilibrio adecuado me apoye en la encimera del escritorio.

Debe de ser tarde, muy tarde. Si dormí así de bien deben de ser las ocho o nueve de la mañana, eso creo yo.

Froté un poco mis ojos, arreglé lo más que pude mi desordenado cabello y tomé los papeles empezandolo a ordenar de forma rápida, cuando por fin termine tomé mi celular destruido y lo metí en mi bolsillo. Ya era hora de irme y cerrar.

Cuando me fui acercando a la puerta empecé a escuchar cosas extrañas, eran pasos y voces lejanas que lograban marearme y confundirme. Al principio pensé que era mi imaginación pero a los segundos me di cuenta de que eran dos personas y estaban cada vez más cerca de mí.

Bueno, no era malo que me vieran así que tomé la manilla de la puerta pero cuando estaba apunto de girarlo me detuve en seco escuchando:

—En serio por favor, no —era la voz de la mismísima Irene, algo que me sorprendió mucho. Se escuchaba un poco débil e inestable.

—Vamos, solo será por un rato —aquella voz, varonil, áspera y un poco vieja, le daba unos cuarenta o cincuenta a aquel tipo. No se porque pero mi sangre hirvió escuchando esas simples palabras, con solo escucharlo me dio mala pinta. —No quisiste en un hotel, entonces puede ser aquí.

—Te estoy diciendo que no. —Al instante quise salir para defenderla pero por alguna razón me detuve. La conversacion parecía ir a un rumbo extraño.

—Recuerda que yo te salvé y te hice debutar.—Asco, eso fue lo que sentía al escuchar hablar aquella voz tan repugnante que llegaba a mis oídos irritandolos.

—Nunca te pedí que me ayudaras. —Así es Irene, a estos tipos se le trata de manera fría y distante.

Pero había algo en la voz de aquel hombre que se me hacía tan familiar, por alguna razón se parece al del hombre de mis sueños.

—Solo dejate, ¿sí? ¿O es que sigues enamorada del bribón de Suho? Hace cuatro años paso todo y te ayude a deshacerte de él, necesito mi recompensa. Estoy harto de esperar así que si no quieres por las buenas lo harás por las malas —después de escuchar aquello me quede perplejo analizando todas aquellas extrañas palabras.

Entonces...

Él es el culpable.

Él es maldito que nos separó.

Él que nos arruinó y me hizo sufrir.

No se como, pero escuchar aquellas palabras me hizo odiarlo, detestarlo, aborrecerlo con toda mi alma aún si haberle visto el rostro. Quería ir y destruirlo, matarlo a golpes, deformarle el rostro a mi propio gusto y que se arrepienta de todo lo que me hizo pasar. Tengo que hacer que aquel maldito pagué, que pagué por todo el sufrimiento y dolor que llegue a sufrir. Mi alma se destruyo por su culpa, mi vida perdió sentido por su culpa y me quede varado en la nada decidiendo entre si caer o quedarme en la orilla ¡y todo por su culpa!

Por ello y miles de razones más, tomé la manilla de la puerta girándola con mis manos tensas al punto de marcarse las venas y la abrí.

Todo pareció detenerse, por un momento la vida pareció haber parado las manillas del reloj y el tiempo transcurrió en cámara lenta como si quisiesen que me detuviera pero yo no quería detenerme. Haría un buen espectáculo con su rostro y les daría un perfecto escandalo al país empezando a penas este año 2019.


Quizás... Si él se hubiera quedado callado y haber sido más inteligente no habría cavado su propia tumba pero era el momento y la espera había acabado o bueno, eso creía. En serio quería creer que todo habría acabado ahí pero en el transcurso de los días, del tiempo, de las semanas me fui dando cuenta que este tema era más complejo y que mi amor por Irene debió de haberse esfumado porque en el futuro, por más que me duela decirlo, me arrepentiré de haberla dejado entrar en mi corazón.

Ellos me destruyeron y yo, sólo me quede como un tonto viendo como incendiaban mi corazón para nunca volverlo apagar.















••••••




Hasta aquí el capítulo de hoy. Estoy tratando de poner la historia más épica y atractiva a su gusto.

¿Les gustó el capítulo de hoy?


























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