EL DEBER DE LA LITERATURA

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ADVERTENCIA: esta entrada entregará más preguntas que respuestas.


Esta semana (y desde hace años en realidad) que vengo pensando sobre qué es aquello que la literatura debe entregar o lograr, cuál es el deber inherente a ella. Lo que, da lo mismo quien escriba o quien lea, cuándo se lea o se escriba, ni cómo se lea o se escriba, siempre va a permanecer inalterable. Porque, después de todo, es lo que la literatura ha sido llamada a hacer.

Tras mucho pensarlo, sintiéndome otra vez en la universidad, más concretamente en esa época en que los profesores nos hacían a mis compañeros y a mí preguntarnos qué es literatura y qué no, llegué a la conclusión de que no tengo ni puta idea de cuál es el supuesto deber de la literatura. Quizás esto se deba a que he escuchado tantas opiniones al respecto... he leído tantas teorías que dicen ser las correctas. O quizás se deba a que ninguna de ellas me convence.

Pero vamos por partes: ¿han escuchado o leído sobre supuestos deberes de la literatura? De ser así, ¿cuáles fueron? Por mi parte, pasaré a enumerar las que recuerdo.

1.- La literatura DEBE reflejar una ideología o una creencia.

Reconozco que esta es una de las que más me molestan, ya sea que el autor sea obligado a esto (como sucedía con los escritores comunistas o con los escritores fascistas) o que sea su decisión. Sé que es casi imposible que un autor no traspase al texto o sus personajes sus propias perspectivas de la vida. Yo misma lo hago en mis novelas, pero intento (repito: intento) que no sea demasiado notorio, porque sé cuán molesto es toparse con un libro que en vez de ser una novela o un poema o un cuento no es más que un panfleto, ya sea de una postura política, religiosa o filosófica. 

Les pondré un ejemplo concreto: yo soy desde los siete años miembro de lo que comúnmente se conoce como iglesia mormona. Si no los conocen, se los resumo: la iglesia mormona tiene, además de su propio libro (El Libro de Mormón) y varias doctrinas y ordenanzas diferentes a las otras ramas del cristianismo, algunas reglas bastante estrictas sobre lo que se debe o no debe hacer. Estos mandamientos implican, por ejemplo, no beber té o café, ni alcohol, ni ingerir drogas. También, se nos llama a tener una vida sexual contenida en el matrimonio, por lo que ni la fornicación, ni el adulterio, ni la homosexualidad están permitidas. Sí, bastante retrógrado. Pues bien, cuando yo escribo, no lo hago con mi religión en la cabeza, simplemente porque mis personajes no son mormones. Yo soy mormona, no ellos. ¿Por qué, entonces, sus vidas deberían estar regidas por las mismas reglas que se me han enseñado desde la infancia? Mucho menos es mi intención convertir a mis lectores, ni con textos directos ni con patrañas escondidas en las actitudes de mis personajes. Ese es otro de los motivos por lo que me parece tan deplorable Crepúsculo, la obra de Stephanie Meyer. Esta autora, para el que no lo sepa, también es mormona y eso se hace evidente cuando uno lee su saga, sobre todo en la relación entre Edward y Bella. Sí, ella explicó la renuencia del vampiro a tener relaciones sexuales fuera del matrimonio por la época en la que nació (principios del siglo XX, si no recuerdo mal), pero déjenme que les diga que Edward Cullen es, además de un vampiro vegetariano que brilla, la representación perfecta de las enseñanzas de la iglesia mormona en cuanto a la castidad. Y ya casados, es la representación perfecta de un patriarca mormón. Para mí, ese tufillo a panfleto es innegable en todo el libro, aunque quizás me esté dejando llevar por la paranoia, no sé...

Creo que si el autor tiene una postura sobre lo que sea, está en su derecho a traspasarlo a su libro. Después de todo, el libro es suyo. Pero que luego no se enojen si los lectores les alegan por panfletistas. 

Eso va para ti: Julio "El Libro de Manuel" Cortázar.

Y para ti, Borges... sobre todo para ese libro que quisiste quitar de tu bibliografía.

2.- La literatura DEBE ser bella. 

Otra postura que he escuchado mucho. Debo reconocer que me río un poco cuando alguien tuerce el gesto al leer un garabato o una escena grotesca. Supongo que esto nace de la creencia extendida de que los libros deben cuidar el lenguaje, tanto al nivel del narrador como por parte de los personajes. Según esto, la literatura debería ser entonces un reflejo purista y no realista del habla... los personajes deberían hablar como robots y decir "recórcholis" cuando están enojados. 

Pero también, las personas que le otorgan este deber a la literatura creen que la literatura no puede reflejar realidades duras o feas. Recuerdo una vez que mi mamá me dijo que lo que escribían mis compañeros de taller no era literatura porque hablaban sobre la pedofilia de manera explícita (y no amorosa) o porque ponían garabatos verso por medio en sus poemas. Dicha perspectiva me hace preguntar si se puede hablar de algo feo mientras suene bonito. Como Neruda, por ejemplo, que describió una violación de manera muy, pero muy poética. ¿Él estaría perdonado? 

3.- La literatura DEBE hablar de los temas que importan en la actualidad.

Si fuera así, todos deberíamos estar escribiendo sobre Trump, sobre terrorismo, sobre la ideología de género, sobre el feminismo, etc. Y sí, muchos lo hacen porque quieren, porque dichos temas les gustan y los inspiran. Sin embargo, no es el caso de todos. A mí no me interesan estos temas, lo siento. Quizás en el futuro, pero hoy por hoy no. 

También me molesta cuando al escritor se le exige tratar de los temas que atañen a su país. Quizás eso no ocurra tanto en Wattpad, pero el mundo editorial está muy normado por esto. Si no te exigen vender, te exigen innovar o hablar "de lo que importa". Ser, como decimos siempre Ciruela y yo, "la voz de tu generación". 

4.- La literatura DEBE dejar una enseñanza.

Sé que suena añejo, pero esto ocurre también en la actualidad. Tal vez de una manera más velada, pero ocurre. 

Antes los temas estaban restringidos. No se podía tratar abiertamente la homosexualidad, o la violencia, o el antipatriotismo. Allen Ginsberg se fue a juicio por su poema "Howl", Óscar Wilde debía esconder bajo refinadas metáforas lo que de verdad quería decir, etc. Si bien ahora esto ya no ocurre con tanto descaro, mucho menos en plataformas como Wattpad (excepto cuando se trata de una crítica negativa a un libro muy leído), a veces sí le exigimos a las novelas tratar los temas "de la manera adecuada". No digo que esto esté mal... de verdad hay libros que provocan escalofríos, sobre todo los que tratan la pedofilia como si estuviera bien, o el incesto como si fuera lo mejor que te puede pasar en la vida. Sí, coincido; también me pasa. El problema es que a veces, al exigir esto, le estamos otorgando al escritor un papel que no es su deber representar.

En un libro, un autor puede tratar cualquier tema y hacerlo desde la perspectiva o en el tono que le parezca más apropiado. Si esto termina siendo un "mal ejemplo" para sus lectores, ¿es realmente culpa suya? Yo leí desde muy joven libros que eran bastante fuertes. Leí sobre violaciones, asesinatos, y cosas de ese estilo. Y todavía no he violado ni matado a nadie. Alguien podría decir que quizás en ese libros que leí el malo recibe su merecido, pero no. A los doce años leí con fascinación un libro de Hannibal Lecter (además de ver las películas, por supuesto) y, para quien no lo sepa, este tipo no recibe su merecido al final de ninguno de sus libros. Es más, Thomas Harris lo vuelve un personaje tan interesante, culto y atractivo, que uno puede caer en la trampa. Y sí, no negaré que por algunos años me llamaron mucho la atención los asesinos en serie, pero ni comencé a matar animales, ni adquirí un gusto desmedido por la sangre y el dolor ajeno. 

¿Esto se debe al cuidado especial que tuvo Thomas Harris al escribir su saga, pensando en todos los posibles adolescentes que lo leerían? No. Se debe, simplemente, a que un libro, por mucho que a uno le guste, no puede llevarte a hacer cosas que nunca te nacieron hacer. Si lo logra, es porque en el fondo uno tenía esa tendencia y la novela no hizo más que pulsar la tecla correcta. O porque estás aparentando. Así lo veo yo al menos.

5.- La literatura DEBE entretener v/s la literatura DEBE hacer pensar

Acá, lo reconozco, no tengo problemas con la primera postura en sí, sino con la amplitud de la palabra "entretener". Si solo nos paramos a pensar las infinitas formas que tiene la gente de entretenerse, lo que parece divertido e interesante, podemos estar eternamente aquí. Pero, como bien sabemos, la gente lee lo que quiere leer. Si el tema de mis libros, por ejemplo, no le divierte a X persona, X persona no me leerá. La oferta está expuesta en las vitrinas de las librerías o en la página de inicio de Wattpad, y cada usuario o lector decide que es lo que lo entretiene. El autor, por tanto, solo debe esperar que su tema llame la atención de alguien. 

Saldado ese problema, nos topamos con otro: decir que la literatura debe entretener la pone al mismo nivel, al parecer, que la televisión. O eso dicen al menos los que afirman que los libros deben entregar algo más profundo, algo como un mensaje. Kafka, nada menos, decía que un buen libro debía ser como un mazazo en la cabeza. Pero, ¿no será demasiada la presión? Y en cuanto a la postura opuesta, pedirle a los libros que siempre entretengan, ¿no será frivolizarlos? 

¿Con cuál quedarse entonces? Pues con el que quieras. El problema surge de nuevo cuando los Pro Profundidad afirman que todo libro que entretenga es una basura o cuando los Pro Diversión catalogan a todas las novelas profundas de pretenciosas.


Casi todas las posturas citadas me parecen, si no inocuas, sí inevitables. Yo he caído en varias a lo largo de mi vida como lectora y caeré de nuevo en ellas en el futuro. A pesar de esto, trato de no olvidar que cada una de ellas condicionan al escritor y al lector. Y eso no es que esté mal, al menos no siempre. Pero independientemente de que esté mal o no, le quita libertad, ya sea al acto de escribir o al acto de leer. Ningún escritor va a avanzar tranquilo en sus obras si siente el deber de reflejar sus creencias religiosas o políticas, o el deber de tratar temas bellos de forma bella, o el deber de hablar sobre lo que importa, o el deber de no herir la sensibilidad de nadie, o el deber de entretener o de ser profundo. 

Por esto, suelo decirme que la literatura solo se debe a sí misma. Sin embargo, decir esto es casi igual que no decir nada. Entonces reformulo y digo que la literatura debe ser lo que el autor espere de su obra... hasta que recuerdo que no siempre la obra es un fiel reflejo de lo que el escritor quiere decir. Finalmente, para legar la responsabilidad, afirmo que la literatura debe ser lo que el lector ande buscando. el problema es que eso me hace sentir más presión que todo lo anterior. 

Al final, quedo igual que al principio: con muchas ganas de escribir, pero sin saber si la estoy cagando o no.   

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