¿Pesadilla o Realidad?

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—Mi lindo Misaki....

Pensamientos como estos rondaban por la cabeza de un cierto pelo plateado en medio de una reunión de una de sus obras.

—¡Medio millón!— empezaron a discutir por el número de copias.

—¡Es demasiado!— respondió alguien.

—¡Es una obra de Usami Akihiko, solo con su nombre venderíamos 100 mil en un abrir y cerrar de ojos!— después de esta declaración todos en la sala quedaron en silencio.

—La obra es magnífica, como siempre— dijo un relajado Isaka —Para mi, un millón está bien para iniciar— ya con esto se dio por terminada la reunión.

El escritor salió rapidamente de ese lugar, estaba ansioso por llegar a casa y ver la cálida sonrisa de su castaño que dijo que lo esperaría con la cena lista.

Cómo pueden saber, Misaki ya había empezado a trabajar en Marukawa a tiempo completo, y de una de esas casualidades de la vida, fue asignado Emerald, en especial al grupo que se hacía llamar Doncella. Debido a este trabajo Misaki tenía horarios pesados, pero al pasar ya dos años Akihiko ya se había memorizado cuando iniciaba ciclo y terminaba, además que él a presenciado esas etapas muchas veces.

Ese día Akihiko no había llevado el auto, y no le gustaba usar el metro, además no quería irse en taxi, decidió caminar hasta su casa o hasta donde se cansara.

Camino un buen rato a paso lento, cada persona que pasaba lo miraba con asombro y otros con dudas puesto a que no estaban del todo seguros a que ese fuese quien ellos creían, a Akihiko le valió y siguió con su camino.
Siguió y después de una hora llegó a su edificio, de milagro, subió hasta su pent-house y cuando abrió puerta, como él deseaba, un alegre Misaki lo fue a recibir.

—Estoy aquí— aviso el escritor entrando a su hogar siendo recibido por su adorado novio
—Hola, bebé— lo saludo para después tomarlo de la cintura y darle un largo beso.

—Bienvenido, Usagi-san— le desbordó una hermosa sonrisa junto con un muy notable sonrojo.

Ya habían pasado 6 años desde que empezaron a salir, 6 hermosos años, que en la mente del mayor eran suficientes para ya pedir matrimonio. Es que todo era tan hermoso, él tenía a alguien a quien amaba y lo amaran, lo tenia para él y solo para él, era simplemente magnífico.
Akihiko quería formar una familia con el castaño, verlo vestido con un traje blanco caminando hasta el altar, con una sonrisa y un notorio sonrojo, simplemente hermoso.

—Usagi-san— el llamado de su amado lo sacó de sus pensamientos —Mañana voy a salir con unos amigos.

—¿Amigos?— pregunto curioso.

—Si, unos amigos que tenía en la universidad —dijo sonriente.

—Mmm...—dudaba en decirle algo, pero él confiaba en su novio, si no si iba a ver con Haruhiko, Ijuuin, Kouruko, u otros pretendientes que habían salido con el pasar de los años, entonces estaba bien —¿A que horas volverías?

—No se, tal vez un poco tarde.

—Está bien— lo apoyó con muchos celos, pero debía controlarse, no queria echar a perder la bella relación que tenía con su amado el cual lo quería para esposo por sus estupidos celos.

Después de una deliciosa cena ambos se fueron a dormir, Akihiko obligó a Misaki a dormir con él, aunque no era que lo había obligado, pero para él, Misaki necesitaba una excusa para dormir juntos, algo que le parecía adorable.

Al día siguiente, Misaki se estaba preparando para ir a trabajar, al fin había salido de ciclo e iba alegre a trabajar como siempre. Hizo todos los deberes del hogar como estaba acostumbrado a hacer y se fue al trabajo.

Tiempo después Akihiko despertó y bajo a desayunar, como hace poco había terminado una novela tenía tiempo libre, se puso a jugar con los Suzuki-san, después se aburrió y como no regresaba Misaki, se dispuso a dormir un rato.


–.–.–.–.–.–

Ya pasaban de las 9 de la noche y Misaki aún no regresaba, acto que a Akihiko le parecía extraño, ya que Misaki ya había salido de ciclo además que no creía que su reunión con sus amigos fuera tan larga, decidió no seguir pensando en eso y seguirlo esperando.

—Ya son las 11 y media, es el colmo— dijo Akihiko frustrado, tomó su saco y sus llaves, salió rápidamente del pent-house a buscar a Misaki

Volvió a marcarle a Misaki pero no respondía, cosa que alteraba más al escritor, ya era la décima vez que no tomaba su llamada.

—¡Maldición! ¡Responde, Misaki!

Manejo un buen rato y nada, no lo encontró en ningún lado...

—¡¿Donde estas?!— decía furioso entre dientes —No tiene caso— se rindió y se dirigió a su hogar muy preocupado.

Estacionó el auto y subió por el elevador, y casualidad, Misaki estaba abriendo la puerta principal del pent-house.

—¡Misaki!— gritó un furioso escritor.

—¿Usagi-san? ¿Que haces afuera?

—¡¿Podría saber el por qué llegas a esta hora?! ¡Son las 2 de la mañana!— trato de sonar calmado pero fue en vano, ya había alzado la voz hacia el castaño.

—¡O-Oh!... es que fuimos al karaoke y al parecer nos tardamos más de lo planeado— le contestó nervioso.

—¿Seguro?

—Si, Usagi-san— le dijo calmado —Mejor entremos a dormir— dicho esto abrió la puerta permitiendo el ingreso de ambos, se fueron a bañar y vestir para irse a dormir en sus respectivas habitaciones.

—A donde crees que vas— dijo divertido, tomándolo de la mano y jalandolo hasta la cama de su habitación —Dormimos juntos, ¿recuerdas?

—Jaja siempre tu, Usagi-san— dijo terminándose de acomodar en los brazos del mayor.

—Mm... Hueles diferente— soltó al oler el cuello del menor.

—¡A-Ah! Debe ser por un nuevo jabón— otra vez nervioso, debía ser por que Akihiko andaba olfateándolo por todo el cuello.

—Está bien... Buenas noches, pequeño.

—Buenas noches, Usagi-san.

—Te amo, bebé— dijo para segundos después caer profundamente dormidos.

Al día siguiente....

Ya era sábado, el caso es que ninguno de los dos tenía trabajo, estaban relajados en la sala de estar, Akihiko leyendo una novela y Misaki un manga. Todo estaba tan tranquilo si no fuera por un celular que empezó a sonar.

—¿Quien es?— preguntó Akihiko sin ganas.

—¡Usami-sensei! ¡Los necesitamos en la editorial ahora!— gritó alterada Aikawa.

—No quiero, hoy es sábado y quiero pasarlo con Misaki— dijo con tono seco.

—¡Por favor, sensei! Solo seran unas horas— trato de convencerlo.

Dio un gran suspiro de frustración y decidió contestarle a la desesperada editora —Esta bien, pero será poco tiempo.

—¡Gracias, sensei! Aquí lo esperamos— dicho esto cortaron la llamada.

Misaki miraba confundido al escritor, esperando una explicación de que había hablado por teléfono.

—Misaki, tendré que ir a la editorial unas horas— dijo fastidiado.

—No hay problema Usagi, trabajo es trabajo.

—Bueno me iré, o sino ese demonio vendrá por mi— después de alistarse, le dio un beso en la frente a Misaki y se fue rumbo a la editorial.

Después de 4 largas horas al fin había finalizado su trabajo. Ya caía la tarde, el cielo aún estaba un poco claro, aún se podía mirar con claridad a lo lejos.

Akihiko conducía tranquilamente su deportivo rumbo a su hogar, tarareaba un poco el pensar que habría hecho Misaki de cenar. Siguió conduciendo hasta pasar por un parque, no habían personas, por eso pudo ver fácilmente dos cuerpos muy juntos, abrazados por así decirlo, dándose un beso muy apasionado.

Akihiko rio al ver tal pareja, solo le recordaba a él y su castaño, lo que antes ese acto le entristecía debido a que su amor no era correspondido, ahora era todo lo contrario ya que al fin había conocido la felicidad que se miraba en esas parejas.

Al acercarse más al parque, volvió a ver a la pareja, su corazón empezo a latir con fuerza, sus manos estaban temblando, los ojos le ardían, y no podía respirar bien. Freno el auto precipitadamente, haciendo que saliera un chillido desde las llantas, debido a la fricción de estas con el pavimento y dejando posibles marcas en este.

—No...

La imagen que veía le destrozó el corazón, fácilmente reconoció a las personas que conformaba aquella feliz pareja. Era Misaki, SU Misaki, en brazos de otro hombre sin poner resistencia, al contrario, parecía feliz sin importarle si alguien los veía. Lo que le dio más coraje era que el afortunado hombre era nada más ni nada menos que el famoso mangaka Ijuuin Kyo, uno de los tantos pretendientes del castaño.

Estacionó el auto rápidamente y bajo de este azotando la puerta al bajar, camino a paso rápido con los puños cerrados y la mirada oscurecida pero fija a su objetivo.

—¡MISAKI!— gritó furioso alarmando a la pareja, dándose cuenta rápidamente de quien se trataba

Akihiko al ver sus reacciones, Misaki asustado y Ijuuin con una sonrisa, lo enfureció más. Aceleró su caminar dirigiéndose a la pareja, reunió toda su fuerza en uno de sus brazos, con el otro lo tomó en su chaqueta y le regaló un fuerte puñetazo en la cara haciendo que este cayera al suelo deliberadamente.

—¡¿Que haces?!— gritó Misaki al ver tal escena.

—¡¿Que mierda haces tú?!— pregunto Akihiko desesperado.

Misaki lo ignoro y se arrodillo a ayudar a su mangaka favorito.

—Si que pega fuerte, sensei— dijo un adolorido hombre sosteniéndose el lugar afectado por el golpe —Ahora que está aquí será más fácil... Misaki...

—<<¡¿Lo llamó por su nombre?! ¡Maldito!>>— pensaba Akihiko conteniéndose a molerlo a golpes —¡¿Desde cuando?!—preguntó fuertemente —¡¿Por él llegaste en la madrugada?! ¡¿ESTABAS CON ÉL?!— la voz de escritor se hacía cada vez más y más fuerte asustando a Misaki, haciendo que tomaba el brazo de Ijuuin con fuerza, enfureciendo y elevando más los celos de Akihiko.

—L-Lo siento, Usagi-...Usami-san...— se corrigió, haciendo estremecer el corazón del escritor.

—¿M-Misaki?...— preguntó con un dolor en el pecho que era indescriptible, bajando su tono de voz —¿Que está pasando...?

—Yo...Yo l-lo amo a él...— dijo cabizbaja —Y si... estuve con él— afirmó.

—Exacto, él me ama a mi y no a usted— terminó de decir el mangaka con una sonrisa de triunfo.

Akihiko estaba estático... 6 años tan felices, y de un momento a otro se había esfumado. Volteo la vista al castaño y este tenía la vista puesta en otro lugar.
Tomó al mangaka de su chaqueta de nuevo, elevándolo un poco, se podía ver claramente el golpe junto a su labio partido y sangrante.

—¡MALDITO DESGRACIADO!— le gritó en la cara al hombre que le había arrebatado al amor de su vida.

—¡Déjalo, por favor!— le pidió desesperadamente el castaño, mientras tomaba ahora a su "ex pareja" del brazo.

—¿Por qué?— preguntó a penas audible aflojando el agarre que le tenía a su rival —¿Por qué me haces esto, Misaki?— volvió a preguntar con su voz grave pero dolida.

—Lo amo, no solo por sus obras si no por su persona, me hace muy feliz. Lo siento, Usami-san. Se que me amas y le agradezco por eso, pero yo... ya no puedo corresponder a esos sentimientos— explicó tomando sus manos.

—¡Pero yo te amo, Misaki!— dijo vencido.

—¡Pero yo ya no! Ya no....

—Vamonos ya, cariño— le ordenó tomándolo de la cintura.

—Si...— asintió, para darse la vuelta y empezar a caminar junto a su nueva pareja. Antes de que pudiera dar un paso más, su brazo fue tomado deteniendo su andar y el de su acompañante.

—¿Alguna vez me amaste?— le preguntó con un rostro que reflejaba dolor, un inmenso dolor —¿Aunque sea me quisiste? O ¿Valoraste?

—Y-Yo... Usami-san, yo si lo qui-...

—No se preocupe por las cosas de Misaki, enviaré a alguien por ello— interrumpió a su ahora pareja —Adiós, Usami— se despidió aquel afamado dibujante en tono de burla por su triunfo, mientras se llevaba a Misaki fuera del lugar.

Akihiko quedó quieto, preguntándose si esto era una pesadilla o la maldita realidad, la estupida y horrorosa realidad. Sus mejillas comenzaron a humedecerse, perdió el equilibrio de sus piernas y cayó de rodillas aún mirando el lugar donde había desaparecido la luz de su vida muy feliz con otra persona.

Comenzó a llorar de esta cruel realidad, puso ambas manos en el pasto, sus lagrimas caían a mares y sus lamentos empezaban a salir de su boca, se escuchó el quebrar de su corazón, como cada pedacito de este caía de forma dolorosa. Su dolor incrementaba cada vez más, lloraba y lloraba, sabiendo que eso no iba a cambiar nada...

—¡MISAKIII, TE AMO, NO ME DEJES!— con ese grito que hizo hasta a las aves revolotear, libero todo el dolor que se había acumulado en su pecho, su vista se volvió borrosa, mirando el camino donde su amado se fue.

La vida era tan irónica, la misma persona que llegó a su vida y reparo su corazón, ahora lo había vuelto a destruir e irse en el acto,pero esta vez el daño era irreparable, incurable, jamás dejaría de doler.

Todo daba vueltas, no supo cuántas cosas estuvo gritando, estiró su brazo como si quisiera alcanzarlos y tomar lo que es suyo de vuelta. No solo lo quería, lo necesitaba, esa única persona que lo hacía sentir así de bien, ahora lo iba a matar de tristeza.

Sintió cómo un temblor por todo su cuerpo y poco a poco su vista se iba oscureciendo y solo dejó caer su cuerpo fuertemente contra el pasto, aún con su mano estirada trato de alcanzarlos, alcanzar lo que ya no estaba ahí y en un santiamén calló en brazos de la oscuridad.

–.–.–.–.–.–.–


—¡AAAH!— se escuchó en escalofriante grito por todo el pent-house, seguido de un fuerte golpe al suelo.

Akihiko había caído del sillón boca abajo, siendo suavemente tapado por la cobija que lo cubría cuando estaba en el sillón.

—¡¿Usagi-san?!— una hermosa voz pregunto alarmado —¡¿Que paso?!— pregunto aún más alarmado al ver a un escritor pasmado en el suelo.

—¿Misaki?— preguntó confundido —¿Que haces aquí?

—¿Como que qué hago aquí?— preguntó divertido —Regrese hace una hora.

—¿Regresar de donde?

—Te dije que hoy iba a salir con unos amigos de la universidad y cuando regrese estabas dormido en el sillón y no quise despertarte.

—<<¿Todo fue un sueño?>>— pensó —¿Que hora es?

—Son las 7 de la tarde— contestó tranquilamente —¿Te hiciste daño? Ven, levántate— ayudo con un poco de dificultad al mayor a levantarse.

Ya levantado se sentó en el sillón mientras que Misaki se volteo a dirigirse a la cocina por algo de hielo para la cabeza del escritor, algo que le fue imposible ya que unos brazos lo jalaron y lo sentaron en el regazo del escritor, seguido de varios besos en la mejilla y en el cuello.

—Te amo tanto, Misaki... por favor nunca me dejes— decía entre besos abrazando más fuerte al menor.

—Nunca lo haría....

Dicho esto ambos quedaron el silencio, hasta que Misaki volvió a hablar.

—Usagi-san, tengo que decirte algo...

Esas palabras tensaron al mayor al recordar ese sueño, mejor dicho pesadilla, temeroso preguntó de que se trataba...

—¿Que es, Misaki?

—Yo...Yo...

—<<Por favor no...>>—decía en pensamientos olvidando las anteriores palabras el menor.

—....E-Estoy embarazado...

—¿Eh?— Akihiko quedó en shock, al darse cuenta que lo que le dijo su amado no tenía nada que ver con lo que había pensado que era —¿C-Como...?

—S-Soy un d-doncel...— contestó a punto de quebrar en llanto —Me di cuenta de estado hace días, cu-cuando fui a un chequeo al hospital y me d-dieron los resultados p-positivos de una prueba de embarazo y mi estado como do... doncel— trato de explicar torpemente, con un hilo de voz y la cabeza baja, jugando con sus dedos debido a los nervios que se presentaban al estar sentado en el regazo de su amante dándole a saber tan gran noticia.

Akihiko no supo que decir.

—E-Entiendo si tu no...— no pudo acabar esa horrible frase ya que sus labios fueron opacados por un beso lleno de amor y alegria.

—¡Gracias, Misaki!— dijo feliz el escritor, esparciéndole besos por todo el rostro a su amante —Me has hecho el hombre más feliz...— después de esta confesión unieron sus labios en un largo y profundo beso cargado de amor.


9 meses después...

En la sala de un hospital se encontraba un afamado escritor tomando de la cintura a un hermoso castaño que sostenía un pequeño bulto cubierto de mantas blancas.

—Es hermoso..— dijo el menor haciendo más fuerte el agarre.

—El más hermoso— completo el escritor,
sobándole cuidadosamente la cabecita al pequeño niño de cabellera plateada.

La alegria que desbordaba de aquella pareja era inmensa, Akihiko aún recordaba aquella horrible pesadilla pero poco a poco la iba olvidando. Toda su atención era para su hermoso esposo, el cual Akihiko le había propuesto matrimonio días después de enterarse que iban a ser padres y se casaron dos meses después de comprometerse.

Su pequeño hijo, un hermoso varón de ojos esmeraldas y pelo plateado que sonreía al medio abrir sus bellas joyas mirando a sus padres, se miraba aún más bello mientras trataba de abrir mejor esos hermosos ojos heredados de su papi/mami.

¿Pesadilla o Realidad?... por fortuna una espantosa pesadilla, que al pasar de los años, iba a ser olvidada gracias al amor de familia que tanto añoraba este hombre solitario, que esperó tantos años por esto y al fin lo tenía.

Fin.








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¿¿Que les parecío?? Sinceramente me dolió escribir Ijuuin x Misaki y romperle el kokoro a nuestro sensual novelista, but ¡¡salió bien!!

Voten si les gusto y comenten si quieren (^>^)

Ya con esta me despido...


Bye~

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