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Amara y Amalia.

Las primas Petrova eran tan iguales y tan diferentes a la vez. Su parecido físico, confundía a cualquiera y de hecho era extraña la manera en cómo tenían sus rasgos tan parecidos, pero personalidades diferentes, pero era algo que a Amalia le molestaba. Le molestaba que las compararan siempre que tenían oportunidad.

Eran primas, no hermanas y podías diferenciarlas porque Amara la ponían de primero siempre aunque la castaña de ojos grises fuera la mayor y de noble corazón que siempre ayudaba a su familia.

Incluso podías comprobarlo cuando Amalia decidió que la llamaran "Amalia Gilbert" en vez de su apellido original. Así no tendrían manera de asociarlas y es que Amara no era tan santa como todos la veían, pero la castaña solo era la menospreciada de la familia y tratar de sacar la verdad de su prima era en vano, en vano, hasta que una bruja muy poderosa vio el lado verdadero de Amara: Qetsiyah.

──¿Qué hace una chica tan bonita por aquí? ──preguntó un hombre de piel blanca, apuesto y de cabello castaño. La castaña que estaba arrancando flores para poder ponerlas en un florero y decorar su casa, se volteo inmediatamente al escuchar la voz masculina.

El hombre rápidamente cambió su semblante a uno serio, sorprendido y admirado de ver la belleza de la chica.

──Lo siento, te confundí con alguien más ──se disculpo avergonzado.

──Amara Petrova. Lo sé, todos me confunden con ella, somos primas, pero prefiero que me llamaras Amalia Gilbert ──aclaro la castaña y se volteo nuevamente para seguir recogiendo flores.

──Silas ──se presento.

──Lindo nombre. Si ves a Amara dile que no voy a esperar a que ella se le de la gana de ir a cenad, si me permites, tengo que irme ──se apresuró a decir y se fue, pasando al lado del chico que la siguió con la mirada. Realmente pensaba que no se parecían en nada si lo pensaba bien.

Esa fue la primera vez que Silas vio a la prima de su amante y sólo eso basto para que el hombre quedara cautivado con la chica que siempre estaba callada, prefiriendo oír antes que hablar.

El tiempo pasó y Silas comenzó a estar mucho más tiempo con Amara y el hombre que tenía a dos mujeres a sus pies se preguntaba la razón por la que Amalia no pensaba lo mismo de él, era tan diferente a Amara y a Qetsiyah. Amalia por otro lado nunca había tenido novio, porque todos los chicos preferían estar con su prima, pero por alguna razón Silas parecía estar interesado en ella, pues siempre tenía una excusa para acercarse a ella.

Eran como dos almas enamoradas que sabían que no podían estar juntas, pero lo estaban en silencio y la prueba de amor más grande, fue cuando Silas le pidió a Qetsiyah que lo ayudara con un hechizo de inmortalidad. Qetsiyah y Amara fueron engañadas al creer que ellas serían las mujeres que estarían con Silas para toda la eternidad, pero Amalia Gilbert fue quien recibió el don, siendo así la primera opción de alguien por una vez en su vida, aunque su felicidad duraria poco cuando Amara intervino, siendo ahora tres inmortales.

Una asesinada por Qetsiyah, otra estando en un sueño profundo convertida en roca y luego Silas quien fue encerrado con la cura de la inmortalidad.

Así comenzó todo...

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Tatia y Cyrielle.

Tatia Petrova era una vikinga, viuda y con un hijo. Era la primera doppelgänger al igual que Cyrielle Gilbert-Petrova, su prima con la que era no tan cercana, pero aprendieron a convivir, ya que solo se tenían una a la otra y la ojigris era quien cuidaba un poco más del niño, no le gustaba dejar al pequeño solo. Hasta que una noche, Cyrielle no tuvo más remedio que dejarlo a solas por un par de minutos mientras que salía a buscar a su prima, el pequeño estaba hirviendo en calentura y pasó durmiendo toda la tarde.

No estaba mejorando.

Cyrielle corría alzando un poco su vestido de los costados para que este no se rompiera al correr. Su cabello era largo con algunas trenzas que se movían por el viento y por la desesperación con la que corría, estaba tan cegada que ni siquiera se dio cuenta de que un hombre venía caminando hacia a ella con la mirada baja, hasta que choco con él.

La castaña cayó sentada y miró rápidamente al hombre con el que choco, este estaba aún de pie, como si el golpe no le hubiese dolido.

──Disculpa no te vi, estoy algo apresurada ──se disculpo la castaña algo avergonzada mientras miraba la mano frente a ella, el hombre quería ayudarla a pararse en cuanto vio que la chica había caído.

──Discúlpame tú a mí, fui yo quien no te vio ──respondió y ayudo a que Cyrielle se incorporará ──. Siento que te he visto en algún lado, te pareces a alguien ──hablo asombrado por la belleza de la chica.

──Tatia Petrova, es mi prima ──respondió algo aburrida de siempre escuchar aquello, no había nadie más que se pareciera a ella más que su prima.

──Disculpa si ofendí a una chica tan linda como tú ──sonrió el hombre coqueto.

──No se preocupe. Prefiero que me llame Cyrielle Gilbert ──sonrió tímida pues aún tenía su mano con la del hombre y la quito cuando se dio cuenta. El hombre de cabello largo parecía estupefacto con sus ojos grises y con ella en sí.

──Hermoso nombre. Yo soy Elijah Mikaelson.

──Apellido sofisticado, me gusta. Si me disculpas, iré a buscar a Tatia, mi sobrino esta muy enfermo ──Cyrielle se despidió con una sonrisa y finalmente se fue en busca de su prima.

Siendo seguida con la mirada de Elijah Mikaelson sobre ella.

Y, solo fue cuestión de tiempo en que Elijah y Cyrielle se volvieran cercanos, debido a que Tatia y el hermano menor de Elijah, Niklaus tenían un amorío y este último se llevaba bastante bien con Cyrielle. Podría decirse que eran mejores amigos y la castaña se llevaba bien con el resto de su familia, como con Rebekah.

Pero no todo eran buenas noticias, debido a que el sobrino de Cyrielle no mejoro. No fue hasta que Elijah dio la idea de que su madre podía hacer que mejorará porque era una muy buena bruja.

Y así fue. El niño pudo mejorar a los pocos días y ambas no sabían como agradecerle a la mujer y a cambio, Esther Mikaelson les pidió un poco de su sangre, y aunque su petición fue rara, ambas aceptaron en hacerlo, sin saber en lo que vendría y es que días después de la petición de Esther, la familia Mikaelson comenzó a cambiar en cuanto a comportamientos, pero Cyrielle estaba tan enamorada de Elijah que no le dio importancia, hasta un día.

Un día en donde Cyrielle vio las intenciones de su prima hacia Elijah.

──¡Tú ya tuviste tu esposo, tienes un hijo, Tatia! ¡Por una vez en tu vida quieres dejarme ser feliz con alguien! ──Cyrielle gritaba furiosa mientras seguía a su prima caminar al fondo del bosque.

Esta le daba la espalda.

──¿Vas a responder o solo vas a ignorarme? Porque parece que es lo único que haces bien, tu hijo estuvo enfermo mientras que ibas a disfrutar ──la castaña estaba enojada y como no, si su prima siempre le quitaba la oportunidad de ser feliz con alguien.

Al no obtener respuestas, Cyrielle se rindió.

──Entonces me iré yo, con mi sobrino y no tendrás el derecho de verlo, después de todo haces muy bien en ignorar todo lo que pasa a tu alrededor ──soltó dándose la vuelta y camino devuelta a la aldea decidía a llevarse a su sobrino con ella.

En unos minutos de decisión y cuando estaba más cerca de su aldea, unos gritos la hicieron salir de sus pensamientos. Esos gritos, podía reconocer de quien era.

──¡Tatia!

De inmediato salió corriendo nuevamente por el bosque. Lo que vio fue simplemente aterrador para sus ojos; su prima estaba en el suelo, con una gran herida en su cuello, Elijah estaba con sangre en su boca y manos.

Cyrielle no sabía lo que había pasado, sus ojos estaban negros, parecía un demonio, pero volvió a la normalidad cuando vio a la castaña quien se puso de rodillas frente a su prima y revisar que aún tuviera pulso.

──Elijah, ¿que hiciste? ──preguntó horrorizada. Su prima no tenía pulso y se levanto con las manos llenas de sangres ──. ¡Para esto quería tu madre nuestra sangre! Para convertirlos en monstruos ──exclamó la castaña con lágrimas en sus ojos.

Elijah estaba procesando lo que acababa de pasar y quiso acercarse a la castaña que dio un paso atrás y le hizo una señal con su mano para que se detuviera, pero sus ojos volvieron hacer negros, la sangre que tenía Cyrielle en sus manos era tentador para él.

──Cyrielle, corre. Corre y recuerda que siempre te voy amar, pero no podemos estar juntos, no por ahora ──advirtió y Cyrielle no dudo ni dos segundos para salir corriendo con el corazón a mil.

Las lágrimas caían sin parar. En un abrir y cerrar de ojos había perdido a su prima para siempre.

Pero, la velocidad de Elijah fue mucho más rápida cuando olió la sangre de la ojigris cuando se corto sus mejillas con unas ramas de un árbol que choco contra su cara mientras corría. Elijah estaba frente a ella nuevamente, haciéndola frenar y lo único que sintió antes de morir fue los dientes de Elijah sobre su cuello, hasta matarla.

¿Ahora como Elijah le iba a explicar a su hermano que había matado a la mujer que amaba y a su mejor amiga? Si Niklaus se estaba volviendo loco, ahora mucho más.

──Te amo, Cyrielle. Lo siento.

La sed le había ganado a Elijah.

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Katherine (Katerina) y
Atena (Arabella)

1864.

Katherine Pierce no recordaba cuando fue la última vez que vio a su prima Arabella Gilbert. La última vez que la vio fue cuando su padre se la llevó por querer ayudar a su prima con su hija y se opuso a que se la llevaran o tal vez cuando se reencontraron en Inglaterra y conocieron a los hermanos Mikaelson que termino en una tragedia cuando Klaus las quiso utilizar para su ritual para despertar su lado hombre lobo.

Ambas primas se separaron y se fueron por caminos diferentes, pero fueron convertidas por la misma persona: Rose. Pasaron muchos años en donde ambas primas creyeron que la otra estaba muerta, ambas cambiaron sus nombres, Katerina Petrova se volvió Katherine Pierce y Arabella Gilbert, solo se cambió su nombre a Atena, porque creía que no tenía nada que temer con Klaus, no le tenía miedo a la muerte y paso largos años estudiando a los vampiros y creando objetos que le ayudarán a ella y a sus futuros familiares contra ellos.

Atena no era fan de ser una y mucho menos ser una doppelgänger, conociendo ambas historias pasadas, recordaba nunca llevarse mal con su prima y creía que la historia termino diferente. Viajar a Mystic Falls para poder ver a sus otros familiares que según recordaba todo fue gracias a Amalia Gilbert quien comenzó con el apellido y se extendió a una extensa familia Gilbert.

Con las mismas ansias de querer destruir a los vampiros.

Sin embargo, llegar a Mystic Falls la hizo reencontrarse con su prima en una pequeña tienda del pueblo con un hombre apuesto de ojos azules, que a simple vista parecía ser inocente.

──Cuando escuche hablar de Katherine Pierce nunca creí que fuera esa linda chica que vi hace tanto años, mi querida prima ──la castaña de ojos grises sonrió contenta y Katherine al escuchar aquella voz conocida se dio la vuelta al mismo tiempo con el hombre.

Katherine sonrió al ver a su prima, aunque una ola de enojo golpeo sus pensamientos y sentimientos, a simple vista su prima parecía ser la misma de siempre y eso le traía malos recuerdos de hace muchos años. ¿Cómo podía seguir conservando su sentido de humor? Ella había cambiado y mucho, ahora todo lo quería exclusivamente para ella sin importar a quien matar.

──Son iguales. Nunca me dijiste que tenias una prima ──comentó el ojiazul y Atena sonrió algo confundida, no lo conocía en lo absoluto. Parecía un muñeco y como Atena pensó antes, inocente.

──Y yo nunca creí volver a verte, Atena, es cierto cuando escuche hablar de una hermosa Gilbert. Él es Damon ──se giro a él ──, y toda la vida nos han dicho lo mismo ──Katherine sonrió, sonrió sinceramente por una vez en mucho tiempo.

Katerina hubiese saltado directo a abrazarla con lágrimas en sus ojos, pero Katherine prefería mantenerse al margen.

──Gusto conocerlo, Damon. Si me disculpan tengo que irme, nos vemos luego querida prima ──Atena sonrió y salio de la pequeña tienda, mirando una libreta mientras esperaba a Giuseppe Salvatore.

Su falta de atención hizo que su libreta cayera al suelo, y su frente quedará estampada en el pecho de un hombre apuesto que en cuanto Atena lo vio sus palabras salieron más como tartamudeos.

El hombre era muy apuesto, su cabello era castaño brillante, sus ojos eran verdes y parecía un hombre serio que podría matarla ahí mismo si quería, pero su sonrisa la hizo pensar todo lo contrario.

──Disculpa, no te vi, estoy algo apresurada ──hablo Atena rápidamente.

──No te preocupes, fui yo quien no te vio ──se apresuró a recoger la libreta de la chica y se la entregó con una sonrisa encantadora ──. Te me haces conocida, llegué a confundirte con alguien.

El hombre creía que la chica era hermosa y con una belleza única.

──Katherine Pierce, mi prima. Prefiero que me llames Atena Gilbert, soy nueva y busco a Giuseppe Salvatore ¿lo conoces?

──Atena, hermoso nombre. Yo soy Stefan Salvatore y topaste con suerte porque ahora te llevare con mi padre ──Stefan sonrió y Atena comenzó a caminar a su lado con una sonrisa.

Desde ahí, Stefan cada que veía sola a la chica tenía una excusa para acercarse. Sus ganas de conocerla más era extraña, tenía una esencia que no tenía Katherine. Creía que Atena era especial, mientras que la castaña pensaba en sí alguna vez volvería a ver a Elijah, pero esos pensamientos por más de setecientos años eran cansados que simple decidió olvidarse de aquello.

Atena quedo completamente estupefacta cuando se dio cuenta de lo que su prima tramaba y como no se decidía por ninguno de los dos hermanos Salvatore. No era la misma que alguna vez conoció y la maldición Petrova parecía estar apareciendo, ya que, Katherine había comenzado una especie de competencia con su prima por Stefan.

Katherine no era tonta y sabía que Stefan estaba enamorado de su prima. Atena estaba consciente que era novio de su prima y respetaba aquello, pero Katherine no pensaba de la misma forma, por lo que Atena Gilbert fue traicionada por su prima.

Katherine le dijo a Giuseppe Salvatore que su prima era una antigua vampira. Atena sin poder librarse fue sentenciada a muerte, fue perseguida por Stefan, sin resultados algunos, pues Katherine lo obligo a olvidarla.

Pero su victoria no llegó muy lejos cuando Giuseppe Salvatore leyó la carta de la inteligente Gilbert en donde habían pruebas en donde decía que Katherine Pierce era un vampiro y donde Atena revelaba que ella también lo era, pero había creado objetos que ayudarían a atraparlos.

Lo rumores de una caza de vampiros se extendió por el pueblo. Katherine hizo un trato con George Lockwood para poder salvarse, después de convertir a los hermanos Salvatore.

A principios de 1865, Katherine Pierce fue atrapada, siendo seguida por ambos hermanos. No resultó como Atena tenía planeado, porque su prima salió ilesa de ahí, con los hermanos Salvatore en transición para ser vampiros, pero Giuseppe Salvatore pareció no leer lo último de la carta, porque Atena no sólo había escrito la carta para decir lo que era su prima, si no que también para declarar lo que a Katherine Pierce le esperaba si seguía viva.

Yo fui quien realmente salvo a Emily Bennett,
por lo que ella me debía algo. Si Katherine Pierce
queda viva seré yo quien la mate porque regresare
o será mi doppelgänger a quien le daré el
poder para que ella lo haga.

──Ahora puedo recordar a Atena ──murmuró Stefan cuando se convirtió en vampiro y con la carta que su padre no terminó de leer ──. Juro que te esperare.

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Elena y Amelia.

2009

Amelia Gilbert solo recuerda convivir con su prima Elena cuando eran pequeñas y es que bueno, ambas primas pasaban peleadas y normalmente porque les gustaba molestarse entre ellas y las peleas no eran para nada agradables si vivías en su mismo techo. Por lo que sus padres decidieron separar a ambas niñas lo cual hizo que no tuvieran contacto por muchos años.

Pero todo eso cambia cuando los padres de Elena y Amelia decidieron que después de mucho tiempo ellas convivieran, para su desgracia, lo que termino en un accidente con sus padres muertos, quedando ambas chicas huérfanas y al cuidado de su tía Jenna, sin embargo, Amelia decidió irse con su abuela, la cual murió un año después del accidente por lo que no le quedó más remedio a la chica Gilbert que ir nuevamente a Mystic Falls ahora si para estar al cuidado de su tía Jenna.

Amelia no sabía lo que le esperaba. Muchos dicen que nunca tuvo que poner un pie en Mystic Falls, pero Amelia también era una Petrova, por lo que los acontecimientos le ocurrirían yendo a ese pueblo que estaba maldito o no.

En donde la castaña conocería a Stefan Salvatore y Elijah Mikaelson, en donde la castaña tendrá que escoger entre alguno de los dos, quienes tuvieron historia con su doppelgänger.

¿Amelia estará dispuesta a tomar el riesgo del mundo sobrenatural por alguno de los dos chicos apuestos que tienen secretos? ¿Podrán Elena y Amelia romper la maldición Petrova para llevarse bien alguna vez?