Capítulo 7

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Noche en un Cielo Púrpura

«Fue cuando lo vi que me di cuenta que no tenía que buscar nada más a mi alrededor. Su mirada me decía que estaba esperando por mí también y no tenía duda sobre lo que ambos sentimos esa noche bajo el mismo cielo púrpura»

Vera miró al chico frente a él con nerviosismo, había conversado con él por las redes sociales y no esperó en ningún momento que se llegase a sentir de esa forma. La mirada de Blazz estaba fija en ella, se había arrepentido en el mismo momento en que hizo la pregunta, tenía que asegurarse antes pero su mente y cuerpo se adelantaron a todo.

—¿Qué?—dijo ella esperando haber escuchado mal.

El chico lo vio como una oportunidad para cambiar su pregunta pero prefirió continuar con ella. Se arrepentiría si la cambiaba, él quería saber de una vez si era Vera, no quería encariñarse con alguien más.

—¿Eres Vera Zabat?—preguntó nuevamente—. ¿Escribiste Noche en un cielo púrpura?

—¿Cómo sabes eso?

—Porque estoy leyendo tu historia—respondió, Vera se cruzó de brazos sin entender.

—No entiendo, ¿cómo...?—y una idea llegó a su cabeza—. ¿Trabajas en Juana Blanca?

—Ehh algo así.

—¿Cómo que algo así? ¿Trabajas o no?

—Digamos que conozco al dueño—respondió y pensó en una excusa para darle—, estudio con su hijo.

Vera no se creía del todo la historia que le estaba echando Blazz. Miró hacia la mesa en donde él se encontraba antes y se encontró con Otis, quien estaba más interesado en ver por la ventana que en ellos.

—¿Tu amigo es el hijo del dueño? ¿Por eso conoces a Joanne Jones?

—No lo es, el hijo es otro chico—dijo y suspiró—. Joanne es emm, una amiga de la infancia—mintió.

Creyó mantener a Vera un poco desconcertada para poder ingeniarse un mejor plan, pero ella regresó con la misma pregunta que no sabía cómo responder.

—¿Cómo sabes de mi historia?

¿Qué le iba a decir? ¿Oye Vera, mi papá es el dueño y me da los manuscritos rechazados porque me divierte leerlos y editarlos? ¿Cómo alguien podría reaccionar bien con ello? Blazz la miró esperando que por arte de magia llegase alguna idea a su cabeza; se sintió incómodo cuando ella se quedó parada frente a él esperando su respuesta.

Blazz era malo mintiendo, por lo que esa no sería una opción. Vera lo descubriría sin mucho esfuerzo, pero la verdad era un poco extraña. Sí, él leía manuscritos rechazados, sí, los editaba y los releía hasta que quedaran bien a sus ojos, pero eso no significaba que andaba por la calle comentándole a todos sobre ello.

Al final del día, esos manuscritos no le pertenecían a él, tampoco a Juan Blanca sino al autor. Sólo al autor, ¿podrían llegar a molestarse por ello? Él sólo quería ayudar; incluso había contactado a algunos autores para darle un feedback sobre su obra.

—¿Y bien? ¿No piensas decirme?

—Me dejas en medio de una lucha entre mi cabeza y mi corazón—dijo él citando una frase del personaje principal, Vera frunció sus labios y lo miró con duda—. Quizás si tuviese otra oportunidad, habría hecho que nuestro encuentro fuese diferente.

Y eso la dejó sin palabras, Blazz había citado una de sus anteriores historias. Nadie más que ella había sido partícipe de la lectura, a menos que él realmente trabajase en Juan Blanca y supiese todo eso. ¿Había una posibilidad de que le hubiese mentido diciendo que sólo conoce al dueño?

Ella abrió la boca para decir algo, pero no supo qué decirle.

—Blazz—interrumpió Otis salvando a su mejor amigo—. Tu papá te dijo que tenías que llegar temprano a casa hoy—le dijo y Blazz asintió.

—Sí, yo...—miró a la chica—. Nos veremos luego, Vera Zabat—le dijo para despedirse y caminar con su amigo hacia la salida, se dio una vuelta en la puerta y la miró, ella tenía la vista fija en ambos, caminó hacia ella y habló rápido—. Que genial es encontrarte, soy gran fan—dijo y salió corriendo del local.

Vera frunció el ceño sin comprender, pero decidió que al llegar a su casa lo iba a descubrir.

...

«Si me pidieran poder describirte, diría que eres un enigma, alguien tan difícil pero al mismo tiempo tan entretenido de conocer. Eres como un ángel pero que se esconde en la oscuridad, bajo la misma oscuridad de mis pensamientos dolorosos.

Si pudiese describirte, diría que eres todo lo que algún tiempo soñé pero que jamás pensé llegar a conocer»

—Te ves alterada—escuchó la voz de Jenell cuando llegó a su casa, Vera sólo asintió y caminó hacia la cocina para buscar algo de beber.

Jenell llegó junto a ella y miró beber de la botella de agua.

—¿Me dirás que ocurrió?

—Sólo es algo que tengo en mente.

—¿Una nueva idea?

—Un pensamiento recurrente durante toda esta tarde? Hoy un chico...

—Oh, un chico—sus ojos brillaron y la miró entretenida—. ¿Cómo era el chico? ¿Era guapo?

—Debe de estar todavía en el Instituto.

—Eso no le quita lo guapo—Vera rodó los ojos—. ¿Qué? Si es legal, no hay problema.

Vera rodó los ojos restándole importancia a los comentarios de su mejor amiga. Jenell era un poco superficial a veces, no le molestaba en nada, su carrera funcionaba con ello, con lo físico, con la imagen del otro. Era entendible por qué podía llegar a ser así a veces.

—¿Te sabes alguna frase de mis historias?

—No me has dejado leer tus historias—mencionó ella—. Aunque dudo aprendérmela, tendría que ser como un amor a primera vista con la historia para ello.

—¿Crees que un chico podría aprendérsela?

—¿Un chico que acabas de nombrar por primera vez en tu vida, ha leído tus historias y yo no?—fingió molestia—. Me siento ofendida.

—Creo que trabaja en Juana Blanca—mencionó ella, sacó su celular del bolsillo delantero de su jean y se metió en sus redes sociales—. Lo seguí ayer y conoce a Joanne Jones—comentó ingresando a su perfil—, además que la cuenta de Juana Blanca lo sigue. Tiene que tener algo que ver allí.

Jenell le quitó el celular para mirar el perfil del chico. Una sonrisa divertida apareció en su rostro.

—Es guapo, muy guapo—le dijo—. Que importa si es una cría.

—No seas una acosadora.

—Aquí dice que tiene dieciocho años, tiene el emoji del dieciocho tachado—comentó—. Mira esta foto, no puedes negar que lo es.

Le mostró la pantalla y Vera observó la foto del chico, sí era guapo, pero no era el punto en ese momento. Ella quería saber por qué él la conocía.

—Descubriré lo que tiene oculto—dijo y tomó su celular para abrir el chat con él—. Veamos cómo termina esto.

Y con sólo darle un toque a la pantalla, inició sin darse cuenta, una nueva historia.


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Esto se pone agradable a la vista 🤷🏻‍♀️

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