Capítulo 5.

Era un nuevo día en el instituto, y el sol brillaba con fuerza en el patio, llenando el aire con el bullicio de estudiantes conversando y riendo entre ellos. Jimin estaba sentado en una banca, disfrutando de una leche de fresa que había comprado en la cafetería. Aunque era su último año, se sentía un poco solo, ya que no había hecho muchos amigos en el instituto debido a malas experiencias pasadas. Taehyung, su mejor amigo, estaba en Seúl, y Jimin echaba mucho de menos su compañía.

De repente, un chico se acercó a él. Jimin levantó la vista y reconoció a Hyunjin, el chico que le había pedido las respuestas del examen de matemáticas. Jimin sonrió nerviosamente al recordarlo; recientemente había descubierto algo interesante: Hyunjin era primo de Jungkook.

—Hola, Jimin —dijo Hyunjin con una sonrisa algo apagada—. ¿Cómo estás?

Jimin notó que la sonrisa de Hyunjin no era del todo genuina y le devolvió el saludo con amabilidad.

—Hola, Hyunjin. Estoy bien, gracias. ¿Y tú? Pareces un poco... desanimado.

Hyunjin suspiró y se sentó en la banca al lado de Jimin.

—La verdad, no muy bien. Rompí con mi novio recientemente —confesó, mirando hacia abajo—. Ha sido un tiempo difícil.

Jimin lo miró con comprensión.

—Lo siento mucho, Hyunjin. Debe ser duro pasar por eso. Si quieres hablar de ello, estoy aquí para escuchar.

Hyunjin asintió, aliviado por la oferta.

—Gracias, Jimin. En realidad, no tengo muchos amigos con los que pueda hablar de esto. Todo ha sido muy reciente y... solo me siento un poco solo.

Jimin intentó ofrecer palabras de aliento. Sabía lo que se sentía no tener con quién hablar, después de todo estuvo sin socializar durante casi toda su estancia escolar.

—Si necesitas distraerte o simplemente alguien con quien hablar, aquí estoy.

Hyunjin sonrió levemente con las mejillas de un color rosa, sintiéndose un poco más animado.

—Lo aprecio, Jimin. No muchas personas se ofrecen para escuchar, así que gracias.

Jimin sonrió, sintiéndose bien al poder ayudar a alguien.

—De nada. Además, siempre es bueno tener con quién platicar. ¿Qué tal si damos una vuelta o hacemos algo para distraernos un poco?

Hyunjin asintió, agradecido por la oferta de Jimin.

—Sí, me parece una buena idea. Gracias por estar aquí.

La conversación continuó con Hyunjin hablando un poco más sobre lo que había estado pasando y Jimin escuchando con empatía. Aunque Jimin seguía pensando en Jungkook, estaba contento de haber podido brindar un poco de apoyo a Hyunjin en un momento difícil.

Jimin y Hyunjin comenzaron a caminar por el patio del instituto, charlando sobre temas triviales para pasar el tiempo. Mientras discutían sobre películas recientes y música, Jimin notaba cómo la conversación ayudaba a distraer a Hyunjin de sus pensamientos tristes. Sin embargo, el ambiente se tornó un poco más tenso cuando Hyunjin mencionó algo que hizo que Jimin temblara un poco.

—No soy muy unido a mi familia —comentó Hyunjin—. De hecho, crecí la mayor parte de mi vida junto con mi tía y mi primo que son de Seúl. Pero mis padres decidieron mudarse a Busan hace dos años, y aquí estoy. A veces extraño a mi primo; era como un hermano para mí.

Jimin miró a Hyunjin con sorpresa, su corazón dio un vuelco. Sin pensar demasiado, le preguntó:

—¿Cuál es el nombre de tu primo?

Hyunjin lo miró, sin notar la intriga en la voz de Jimin.

—Ah, Jeon Jungkook. Es genial, estudia artes en Seúl. ¡Es increíble! De hecho, es muy cotizado por allá.

El mundo de Jimin pareció detenerse por un momento. Jungkook. El mismo nombre que había visto en las historias de Instagram de Hyunjin. La conexión se hizo evidente de inmediato. Intentó mantener la calma, aunque su corazón estaba latiendo con fuerza.

Ahora conocía su apellido.

—Wow, parece que es realmente talentoso —dijo Jimin, intentando controlar su emoción.

Hyunjin asintió con entusiasmo.

—Sí, lo es. Siempre me ha sorprendido lo bien que hace las cosas. A veces siento que no le doy suficiente crédito, pero es una inspiración para mí.

Jimin forzó una sonrisa, sintiendo una mezcla de sorpresa y nerviosismo. La coincidencia era demasiado fuerte para ignorarla. Decidió cambiar el tema de conversación para no delatarse.

—Eso suena increíble. Debe ser genial tener a alguien tan talentoso en la familia —dijo Jimin, tratando de sonar natural.

—Sí, definitivamente lo es. Me alegra que se le esté yendo tan bien —respondió Hyunjin, sintiéndose un poco más animado.

En la casa de los Park, la tarde estaba llena de risas y juegos. Jimin y Juna estaban cómodamente instalados en el sofá, jugando a las cartas. Ji—hoon, a un lado de ellos, hacía lagartijas en el suelo, y Juna, en un momento de maldad, le dio una patada, haciendo que Jihoon se cayera y luego se riera mientras se reincorporaba. Jimin miraba la escena con una sonrisa.

En medio de la diversión, Jimin sintió su celular vibrar en su bolsillo. Ignorando a sus hermanos, tomó su celular y miró la pantalla, vio que la llamada era de @jjeongukk.07.

¡Era Jungkook! Jimin, sorprendido y nervioso, lanzó el celular al sofá sin pensarlo mucho.

Para su mala suerte, el teléfono cayó justo al lado de Juna, quien lo recogió con la intención de dárselo a Jimin. Sin embargo, cuando vio la pantalla, enarcó una ceja al ver la foto de perfil de la llamada: un chico sin camiseta.

Juna, con una sonrisa traviesa, miró a Jimin y exclamó:

—Oye, Jimin, ¿quién es este chico sin camiseta que está intentando llamarte? ¿Tienes algún secreto que no nos hayas contado?

Jimin, al darse cuenta de lo que Juna había visto, se ruborizó y trató de mantener la calma.

—¡Juna! Eso no es lo que parece. Solo... no respondí la llamada. Olvídalo —dijo Jimin, intentando recuperar el control de la situación.

Jihoon, que había estado observando la escena, se unió a la broma y dijo:

—¿Entonces, Jimin? ¿No piensas presentar a tu misterioso amigo sin camiseta?

Juna, disfrutando de la broma, añadió con un tono juguetón:

—¡Ah, y por cierto, Jihoon! ¿No has notado algo raro? Tu aroma se volvió un poco amargo. ¡Está celoso! ¡Jihoon no quiere que le arrebaten a su hermano omeguita! ¡Aww!

Jihoon frunció el ceño, claramente interesado y un poco preocupado. Se incorporó del suelo y miró a Jimin con una mezcla de curiosidad y seriedad.

—¿Quién es ese chico, Jimin? ¿Y por qué tiene una foto así? —preguntó Jihoon, intentando sonar casual pero con un toque de tensión en su voz—. Y, por favor, ten cuidado con esas personas. No quiero que te metan en problemas.

Jimin, aún sonrojado, intentó calmar a Jihoon.

—Es solo alguien con quien hablo de vez en cuando. No te preocupes, está bien. No es nada serio.

Jihoon asintió lentamente, aunque su expresión seguía mostrando una ligera preocupación. Juna, viendo la interacción entre sus hermanos, decidió intervenir para aliviar la tensión.

—¡Vamos, no te preocupes tanto, Jihoon! Solo es un amigo de Jimin. Vamos a seguir con el juego —dijo Juna con una sonrisa—.

Jimin, aunque aún algo incómodo, agradeció el intento de Juna por cambiar de tema.

Cuando Jimin finalmente pudo ir a su habitación, su emoción era palpable. Comenzó a saltar por su pequeño espacio, sintiendo una energía contagiosa. Su lobo interior parecía moverse con alegría, como si también compartiera la emoción del momento. Se lanzó sobre la cama, abrazando una almohada mientras tomaba su celular con rapidez.

¿Por qué Jungkook lo había llamado? Solo habían hablado por mensajes hasta ahora, nunca por chat de voz. ¿Acaso quería hablar con él?

Con las manos temblorosas, Jimin abrió Instagram y vio una llamada perdida y un mensaje reciente.

Jungkook

Hola Jimin, lamento haber desaparecido. Había perdido mi celular y pensé que sería irrespetuoso no disculparme, especialmente porque has sido tan amable conmigo. No quería que pensases que te estaba ignorando.

Jimin jadeó, sorprendido. ¿De verdad Jungkook no lo había estado ignorando? Se quedó mirando el mensaje, sin saber cómo responder de inmediato. Su mente se llenó de nervios y emoción. Finalmente, decidió escribir una respuesta.

Jimin

¡Hola Jungkook! No te preocupes, espero que te encuentres bien. ¿Cómo se perdió tu celular?

Justo cuando estaba a punto de cerrar el chat, el teléfono de Jimin sonó nuevamente. Era una llamada entrante de Jungkook. Su corazón dio un brinco y, con manos temblorosas, aceptó la llamada.

¿Jungkook lo estaba llamando? ¡Jungkook lo estaba llamando!

Jimin se tardó unos segundos en pensar si debía contestar o no, hasta que al final lo hizo con mucho nerviosismo, con las mejillas tan rojas como una manzana madura.

La pantalla se iluminó con el nombre de Jungkook, y cuando la voz del otro lado se escuchó, Jimin casi no pudo contener su sorpresa. La voz de Jungkook era un tono ronco y amable a la vez, sexy y misterioso. Era la primera vez que escuchaba ese timbre de voz y se sentía como si estuviera derritiéndose.

—Hola, Jimin. Soy Jungkook —dijo Jungkook, con una voz que a Jimin le pareció increíblemente seductora—. Espero que no te moleste que te haya llamado.

Jimin, completamente nervioso, apenas pudo responder.

—H-hola, Jungkook. No te preocupes, entiendo ja,ja—expresó con una risa corta que se le escapó a causa de los nervios de haber escuchado al alfa por primera vez. La voz de Jungkook tenía un matiz que lo hacía sentir tan a gusto, pero también lo llenaba de ansiedad.

—Quería disculparme adecuadamente. Realmente no quería que pensases que te estaba ignorando —continuó Jungkook—. ¿Podemos hablar un poco ahora? Es la primera vez que hablamos por teléfono, así que quiero aprovechar para conocerte un poco mejor.

El simple hecho de que Jungkook propusiera una llamada en ese momento hizo que Jimin se pusiera aún más nervioso. Su corazón latía a mil por hora y sus manos temblaban. Miró alrededor de su habitación, sintiendo que el espacio se achicaba.

—S-sí, claro. Podemos hablar ahora —dijo Jimin, intentando controlar su ansiedad.

A medida que escuchaba la voz de Jungkook, Jimin se daba cuenta de lo envolvente y cálida que era. La conversación comenzó a fluir mientras Jimin trataba de calmarse, disfrutando del tono encantador y profundo de Jungkook que lo hacía sentir aún más nervioso pero feliz al mismo tiempo.

Jungkook rió suavemente, y Jimin sintió que su corazón se aceleraba aún más.

—Bueno, para responder a tu pregunta, perdí mi celular en el gimnasio. Lo dejé en los vestidores y, al parecer, alguien lo tomó. Tuve que comprar uno nuevo y recuperar todas mis contraseñas. Fue un desastre —explicó Jungkook.

Jimin sintió un suspiro de alivio al entender la situación.

—¡Vaya, eso suena complicado! No me había imaginado que fuera así —dijo Jimin, sintiendo un poco de consuelo al comprender por qué Jungkook había estado desaparecido.

—Sí, fue una pesadilla —confirmó Jungkook—. Pero me alegra poder hablar contigo ahora. Me interesaba saber más sobre ti, ya que has sido muy amable conmigo.

Jimin sintió una calidez en su pecho al escuchar las palabras de Jungkook.

—Yo también quiero conocerte mejor —dijo Jimin, sintiendo que la conversación comenzaba a fluir con naturalidad.

Jungkook se detuvo un momento, escuchando atentamente.

—Oye, Jimin, no sé si te parezca raro, pero noto un acento en tu voz. ¿Eres de Busan?

Jimin se sorprendió al escuchar la observación de Jungkook.

—Sí, lo soy —admitió Jimin—. Nací y crecí en Busan. ¿Lo notaste por mi acento?

Jungkook rió suavemente.

—Sí, tienes un acento muy característico de Busan. Es interesante, me gusta.

Jimin se sonrojó aún más al escuchar el cumplido.

—¡Oh, gracias! —dijo Jimin—. Me alegra que te guste. Es raro que alguien lo note.

La conversación continuó de manera fluida, con Jimin sintiendo que su nerviosismo se desvanecía poco a poco mientras hablaba con Jungkook, sin embargo un sentimiento extraño comenzó a formarse en el pecho de ambos.

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