Este capítulo va dedicado a todas las personas que no se cansan de soñar, a todas las personas que aún se buscan y que piensan reescribir su historia, a esos finales dolorosos pero necesarios, a esos nuevos comienzos que abren puertas inimaginables, esta historia va dedicada a ti que no te cansas de luchar.

Sahara

Llegamos pronto a casa y nuestra ropa no tarda en ser retirada y en unos cuantos pasos terminamos en la cama, nuestros labios se encuentran como si se hubieran separado durante siglos y anhelado durante cada segundo de ellos, sus besos son agua de panela caliente en un día frío, sus caricias son un dulce abrazo en la mañana y su cuerpo es como un inefable atardecer que torna el cielo de un color cálido y hermoso.

Quiero recorrer cada parte de su cuerpo y nunca más separarme de él, quiero grabar cada gesto en mi memoria y cada sentimiento en mi corazón.

Nuestros cuerpos se acercan y se alejan en un vaivén encantado y todo lo que puedo ver es ella, todo lo que puedo sentir es ella, todo lo que quiero en esta vida es ella.

Nuestras emociones nos llevan a un éxtasis explosivo y finalmente descansamos, mi cuerpo descansa sobre el suyo y pienso sobre lo que acaba de pasar, todo lo que pasó no es más que una confirmación de que la amo, tuvimos sexo pero no fue una relación de una aventura de una noche, pude percibir nuestra conexión y entendí que lo que siento por ella va más allá de lo que pensé, si es que hay algo más allá del amor, eso es lo que siento.

No hablamos, no nos movemos, creo que no hay suficientes palabras que puedan expresar lo que sentimos y no es necesario decir nada, solo nos quedamos juntas arropadas por las sábanas.

Mi cabeza descansa en su pecho mientras ella la acaricia y quedo dormida entre sus brazos.

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Me levanto y lo primero que veo es su rostro, no puedo evitar querer darle un beso y eso es lo que hago, dejo muchos besos en su rostro lo que hace que ella se despierte.

—No sabía que los besos también podían despertarte.

—Necesito más mañanas como esta donde en vez de recibir una cachetada el amor de mi vida me bese. —Dice con su voz un poco ronca y adormilada—

—Si vas a decir cosas sin sentido mejor te despierto a cachetadas.

—¡Qué cruel eres!, no son cosas sin sentido, mis sentimientos no son sin sentido.

—Ignoraré que dijiste eso.

—¿Por qué?, ¿No soy el amor de tu vida?

—Eres muy cursi. Voy a vomitar.

—Qué romántica eres.

—Sí que lo soy, ahora déjame ir al baño y prepararte el desayuno, que por cierto, deberías despertarte por si incendio la cocina.

—Nada me va a separar de la cama o de ti.

—Es cierto, igual no es necesario que te despiertes, se me olvidaba que la pirómana eres tú.

—Tratas muy mal a tu novia, necesito una indemnización.

—Deja de bromear y levántate.

—Hablo en serio, tienes dos opciones: o me das un beso o respondes mi pregunta.

—¿Qué pregunta?

—¿Soy el amor de tu vida?

—¡Elisse!

—Respuesta incorrecta.

—¿Hablas en serio Elisse? me voy a mear.

—Sigo sin escuchar una respuesta válida.

—Sí. —Murmuro entre dientes—

—¿Qué?, no pude escucharte.

—¡Elisse!

—Sigo sin oírte.

—¡Qué sí!

Ruedo los ojos y me dirijo a la cocina.

Me dispongo a cocinar pero mi celular suena (probablemente salvándonos a mí y a Elisse de una intoxicación gracias a mi culinaria)

—¡Hola Hiraku!, ¿Cómo estás?

—Hola, ¿sobrellevando todo y tú?

¿Cómo estoy? Mi mayor temor que era perder a mi madre se hizo realidad y aunque lo he ignorado sé que estoy mal.

—Hiraku, siempre puedes hablar conmigo, de lo que sea.

—Lo sé, gracias, he estado yendo al psicólogo y me siento mejor, no es como si un par de terapias solucionaran todo pero creo que voy por buen camino, la psicóloga es muy agradable, pero no me cambies de tema, ¿tú cómo estás?

—Hablé con mi mamá.

—Oh, ¿Estás bien?

—No he pensado mucho en ello así que sí.

—Ay, por favor no hagas eso.

—¿Qué?

—Sabes qué, siempre ignoras lo que sientes.

—No es así.

—Lo es, mereces sanar, no te hagas esto, no evites los problemas.

Hiraku tiene razón, me he prometido vivir pero aún sigo evitando lo que siento, merezco y debo sanar porque si no lo hago todo seguirá igual.

—¿Me podrías pasar el número de tu psicóloga? 

—Estoy orgullosa de ti, te lo envío por Whatsapp,tengo que irme, bye.

Hiraku suele hablar durante horas conmigo, pero fingiré que no fue raro que hablara menos de 5 minutos.

—¿Con quién hablabas?

—¿Celosa?

—Sí. Sonaban cercanos.

—Es Hiraku, la que conociste.

—¿Ella y tú han sido novias?

—¡No!, no quiero ni imaginarlo, ella es como una hermana para mí.

—Ok. Agradezco que haya llamado, estaba muy dormida y casi te dejo cocinar.

—También lo agradezco, ¿pedimos algo?

Elisse asiente y toma el teléfono para pedir algo, pedir por el teléfono nunca se me ha dado bien.

—Sí, por favor una pizza vegana y una gaseosa, muchas gracias.

—¿Eso llamas desayuno?

—¿Qué tiene? la pizza es rica.

—Lo es pero no para desayunar.

Elisse insiste en que la pizza es lo mejor que podemos comer y después de comerla nos quedamos en la cama.

—Alguien está llamandote. —Digo moviendo quien ya se está durmiendo—

—Contesta tú.

Contesto y la voz enfadada de Sophie me espanta.

—¡Elisse ya deberías estar aquí, ¿Olvidaste el comercial?

—Hola Sophie.

—Ash tú, ¿Podrías decirle que se despierte de una buena vez y venga para acá?

Elisse despierta completamente y toma el teléfono.

—No trates así a mi novia.

—Ok pero levántate ya.

—Ya vuelvo amor.

Elisse se levanta de mala gana, se viste y después de darme un beso se va.

Tengo casa sola así que no puedo aguantarme las ganas de cantar y bailar como loca.

Antifragile suena por los parlantes y no puedo evitar bailar el coro exageradamente.

Mi playlist pasa a We are bulletproof: The eternal de BTS y los recuerdos no tardan en llegar a mi mente, esa canción me acompañó en mis momentos más difíciles donde perdía la esperanza de poder salir adelante, de cumplir mis sueños, esa canción me consolaba y a la vez me hacía llorar ya que relata la vida artística de los chicos que no fue nada fácil, pero a la vez te da coraje y valentía al verlos ahora y ver que su esfuerzo valió la pena, esa canción me hacía pensar: Ojalá pueda decir lo mismo en unos años, ojalá pueda contar mi historia y estar orgullosa... Ojalá de aquí a allá haya sanado y creo que ahora puedo decir eso.

Sigo en busca de tener más éxito, sigo en búsqueda de llenar los corazones de más personas con mi música, sigo en búsqueda de sanar, sigo en búsqueda de mi verdadero ser, pero puedo decir que he avanzado, puedo contar mi historia y a pesar de todo sentirme orgullosa de ella, puedo decir que he estado mal todo este tiempo y que aún lo estoy pero estoy dispuesta a sanar.

Me llega un mensaje de Hiraku con el número y nombre de su psicóloga y la llamo.

—Hola, ¿hablo con Caitlyn?

—Sí, ¿Con quién tengo el gusto de hablar?

—Hola, soy Sahara, soy amiga de Hiraku quien me recomendó hablar con usted, ¿está disponible hoy?

—Sí, ¿Estaría bien a las 12 en mi consultorio?

—Sí claro, allá estaré.

—Ok, nos vemos.

Y entonces descanso, descanso porque cada parte de mí se siente agradecida por todo lo que ha pasado, porque después de tanto tiempo lo he logrado, porque sé que este es solo el principio de mi vida, de una historia que mi corazón anhelaba escribir desde que nací pero que por circunstancias de la vida no fue tan sencillo y alguien más tomó el bolígrafo.

Es solo el principio, el principio de muchas experiencias y recuerdos que esperan ser saboreados y yo estoy lista para vivirlos al máximo. Estoy lista para sanar.

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No me toquen, ando sensible, nos vemos en el epílogo T_T