Capítulo 16

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Kim se encuentra de nuevo frente a la casa de Porsche. Con el ceño fruncido observa como su hermano abandona la casa junto a Vegas y Porsche. Por un momento Kim se plantea seguirlos para averiguar a dónde se dirigen, pero al final decide no hacerlo y al poco tiempo se da cuenta que ha sido lo mejor, pues poco después de que los otros tres se marcharan, un grupo de hombres comienza a rodear la casa. Poniéndose en alerta, Kim toma el arma que esconde en la parte trasera de sus pantalones y se dirige al lateral de la casa.

Llega a la parte trasera de la casa sin ser visto por los presuntos intrusos, una vez se encuentra ahí, sube la barda y se adentra en la casa por la puerta trasera.

Dentro de la casa, Arm y Pete intentan arreglar el desastre que había hecho Pol en la cocina, mientras que Macau y Chay juegan videojuegos en la sala de la casa junto a Tankhun y Pol que animan a cada chico tomando distintos bandos.

Todos se alertan al escuchar un ruido en la parte trasera de la casa. Pete les hace una señal a todos para que guarden silencio, a la vez que tanto él como Arm sacan sus armas y caminan hacia la parte de atrás de la casa con armas en en posición de ataque. Pol también saca su arma y se coloca frente a Tankhun y los dos menores resguardándolos con toda su altura.

Pete está cada vez más cerca de la puerta trasera cuando esta se abre abruptamente asustando a todos. Kim aparece con su andar silencioso de siempre tomando a todos por sorpresa.

—¡Ai'Kim, casi nos matas del susto! —exclama Tankhun con enojo —¿Qué haces aquí? —pregunta enseguida Khun con curiosidad.

Pete y Arm suspiran aliviados y están a punto de bajar sus armas cuando Kim los previene de no hacerlo.

—No las guarden —indica a los guardaespaldas y dirigiéndose a su hermano dice: —Y tú baja la voz, no grites. Unos hombres están rodeando la casa, es mejor que...

En ese momento se escucha como dichos hombres irrumpen dentro de la casa por la parte de enfrente, rompiendo puertas y ventanas.

—¡Abajo! —grita Kim en dirección de su hermano y los otros dos chicos, cuando suenan los primeros balazos.

Pete y Arm corren hacia la sala y resguardándose detrás de dos columnas responden los disparos de los intrusos, liberando el camino a Pol para que saque a Tankhun y a los chicos del lugar en donde habían quedado atrapados en la sala, frente al televisor, detrás de uno de los sofás. A la distancia pueden observar a Nop peleando con un grupo de hombres en la entrada que da a la calle.

Pol logra sacar a Khun y a los chicos de su escondite detrás del sofá y los dirige hacia las escaleras. Khun logra subir al segundo piso, y justo cuando Macau y Chay están a punto de seguirle, un disparo se desvía provocando que los dos chicos se tiren al piso para evitar ser alcanzados por la bala. Pol toma a Macau que intenta a su vez ayudar a Chay, pero es sorprendido por otro balazo que lo hace retroceder y ser arrastrado por Pol hacía las escaleras.

Uno de los hombres logra escapar del frente que habían formado Pete y Arm en la entrada, quienes ahora pelean cuerpo a cuerpo con más de los mismos intrusos, y se acerca directamente a Chay con el arma apuntando a la cabeza del chico que se encoge en el piso cubriendo su rostro con ambos brazos.

Kim que en ese momento derribaba a otro de los intrusos corre en dirección del atacante y de una patada derriba la pistola con la que este apuntaba al chico que continúa en el piso, soltando un grito de rabia Kim vacía el contenido de su arma en el cuerpo del atacante. Y después de asegurarse que no hay más tipos amenazándolos, se dirige donde Chay se encuentra acurrucado y con una suavidad que contrasta drásticamente su reciente agresividad, se agacha y hace que Chay deje de cubrirse el rostro.

—¿Estás bien? —pregunta en un susurro suave tomando a Chay por los hombros. Este lo mira con sus grandes ojos completamente aterrorizados. A Chay le toma unos cuantos segundos reaccionar y cuando lo hace solo asiente repetidas veces, a la vez que se levanta de su lugar en el piso, apoyándose del soporte que le ofrecen las manos de Kim.

En ese momento Khun y Macau vuelven a bajar por las escaleras.

—¡Hay más arriba! —anuncia Khun que en ese momento llega donde se encuentran Kim y Chay con Macau pisándole los talones.

Pete y Arm continúan peleando con los otros tipos en la entrada, evitando que estos se adentren por completo en la casa. Kim suelta una maldición viendo alrededor en busca de una vía de escape para los otros tres. Cuando por la puerta de atrás entran más tipos, acorralándolos de nuevo, esta vez en la cocina.

Esta vez Macau no se queda quieto y tomando una de las armas de los hombres que están en el piso, ayuda a Kim a deshacerse de los nuevos intrusos, sorprendiendo gratamente a su primo que sonríe al ver la destreza con la que el menor maneja el arma como todo un experto. Ambos chicos avanzan cuerpo a cuerpo para enfrentarse a los matones, asegurándose que tanto Chay como Khun se encuentran seguros detrás de ellos en la cocina.

Se escucha la llegada de una moto al frente de la casa y todos se alertan pensando que se trata de más hombres.

—¿Dónde está Pol? —pregunta Arm en medio del forcejeo que mantiene con uno de los tipos de la entrada.

—¡Arriba! —contesta Macua en un grito disparando a uno de los tipos.

—¡Ve a ayudarle! —grita Pete que en ese momento libera a Arm del tipo que lo sometía contra el suelo. Arm toma su arma y corre escaleras arriba para ayudar a su amigo.

El tipo que peleaba con Arm, derriba a Pete contra el piso quitándole el arma de las manos y le apunta con su propia arma directo a la frente de Pete que no se deja intimidar por la amenaza del intruso. En cambio Pete solo respira agitado y sonríe de lado cuando escucha el disparo que alcanza al tipo frente a él, que enseguida cae de rodillas en el suelo con un chorro de sangre corriéndole por la frente y todo el rostro.

La sonrisa de Pete crece cuando se da cuenta de quien ha sido la persona que lo acaba de salvar, Vegas todavía sostiene el arma en alto con mano firme, mientras escanea el lugar con mirada furiosa en busca de más amenazas. Cuando se asegura que todos los demás hombres han sido derribados por su primo y hermano, se acerca a Pete para ayudarlo a levantarse del piso.

—¿Estás bien? —pregunta Vegas extendiendo su mano libre hacia Pete.

Pete la toma de inmediato y se ubica frente a Vegas sacudiendo sus manos en sus pantalones antes de contestar: —Lo estoy, gracias.

Vegas asiente y acerca a Pete a él para que este se ubique a uno de sus costados mientras ambos avanzan hacia la cocina, en donde Kim y Macau se aseguran de despejar todo el sector. Al ver que han derribado a todos los hombres los primos comparten un abrazo espontáneo de emoción, abrazo que rompen rápidamente cuando notan que tienen compañía.

Vegas se acerca a su hermano y lo envuelve en un fuerte abrazo, asegurándose que el menor se encuentra bien.

—Estoy bien. No te preocupes —asegura el menor de los dos hermanos con una pequeña sonrisa tirando de sus labios. Pete se acerca a los dos hermanos y conforta a ambos con una apretón en sus hombros, al sentir su caricia ambos hermanos lo unen a su abrazo y los tres permanecen abrazados por varios minutos.

Detrás de ellos, Porsche corre hacia el centro de la cocina para envolver a su hermano en sus brazos. Kim observa como el menor de los dos hermanos entierra su rostro en la seguridad que le ofrece el cuello de su hermano mayor y por un momento Kim desea poder ser él quien reconforte al chico, el repentino impulso lo hace sentir incómodo y se siente aún peor cuando Chay levanta la mirada y lo atrapa observándolo.

De inmediato Kim aparta la mirada y centra sus ojos en su propio hermano mayor que luce completamente traumatizado por todo lo ocurrido.

Guardando su arma en la parte trasera de sus pantalones, Kim está a punto de acercarse a su hermano cuando por la escalera bajan Arm y Pol, el último baja apoyándose en los hombros de Arm con una mueca de dolor en el rostro. Todos se acercan a ayudar a Pol y Kim detiene su avance y observa a todos, manteniéndose como siempre a la distancia.

~

Después de deshacerse de los cuerpos de los hombres y de limpiar todo lo posible la casa, se reúnen todos en la sala para discutir qué harán con la desastrosa situación.

Kinn Wen y Benz habían llegado casi inmediatamente después de Vegas y Porsche, y junto a los hombres que habían acompañado a Wen habían ayudado con la limpieza de los cuerpos y la casa.

—Sin importar que vayamos a hacer con todo esto, una cosa es segura... —murmura Kinn y después de una pequeña pausa que toma para ver a todos continua —No se pueden quedar a pasar la noche aquí.

Nadie responde de inmediato. La mirada de Kinn se posa por todos los conocidos rostros. El mayor de sus hermanos se encuentra sentado en uno de los sofás con Arm y Pol a cada lado, el último sin más heridas que unos cuantos golpes. En el sofá más grande se encuentran acurrucados unos encima del otro; Pete, Macau, Chay y Porsche, sentados en ese orden. La mirada de Kinn se posa en este último.

—No, definitivamente no nos podemos quedar aquí —murmura Porsche cuando su mirada se encuentra con la de su novio. —No con tu padre cazándonos como malditos animales.

Kinn hace una mueca al escuchar la grave acusación de Porsche y no puede evitar replicar con lo que considera una postura neutral.

—No es seguro que él esté detrás de todo esto... —murmura Kinn perdiendo seguridad al final de la frase cuando Porsche se levanta con furia inundando sus ojos.

—¿Eres idiota o que te pasa? —pregunta Porsche acercándose deliberadamente a Kinn que lo mira con súplica en el rostro. Porsche suspira para intentar tranquilizarse un poco antes de continuar. —Entiendo que sea difícil de aceptar porque se trata de tu padre. Pero no puedes negar lo evidente, esta noche tu padre raptó a mi madre a quién habían tenido secuestrada todos estos años y como si esto no fuera suficiente intentó matarnos a mi hermano y a mi, sin importarle que ustedes sus propios hijos estuvieran de por medio, ¿que tan ciego tienes que estar como para seguir defendiéndolo? —pregunta Porsche más que enojado, frustrado.

—Hasta dónde sabemos tu madre fue secuestrada todos estos años por tío Kan. Él fue quien la raptó hoy del lugar donde Vegas la mantenía encerrada —dice Kinn enfocando con esmero el nombre de su primo antes de continuar —y también fue él quien dió las órdenes a sus hombres de venir a esta casa. ¡Eran sus hombres, Porsche! —exclama Kinn exasperado, refiriéndose de nuevo a su tío.

—¡¿Y quién se supone que está detrás de todas esas órdenes?! —pregunta Porsche retomando su enojo, a lo que Kinn solo suspira sin saber cómo responder a eso.

La pareja continúa discutiendo sin lograr ponerse de acuerdo. Pete los observa desde su lugar en el sofá ahora sentado entre Macau y Chay que se refugian en cada uno de sus brazos.

—Entiendo que quieras confiar en tu padre como el maldito hijo ejemplar que has sido toda tu jodida vida. Pero es estúpido que sigas negándote a aceptar la verdad —suelta de repente Vegas entrando en escena, caminando hacia el sofá donde se encuentran Pete y Macau, ubicándose detrás de estos apoyando  sus dos manos detrás del asiento, resguardando a las dos personas que más le importan en este momento.

Kim y Wen, con los que Vegas conversaba hace unos segundos apartados de los demás también se acercan, y vuelven a encontrarse todos reunidos en la sala.

—¿Cuál es esa verdad, según tú? —pregunta Kinn con desdén.

—El último lugar donde estuvo tío Kan antes de atacar la casa donde se encontraba la madre de Porsche fue en la mansión, seguramente viendo a papá. Y la mitad de los hombres que atacaron esta casa eran hombres de papá vestidos como hombres de la segunda familia —responde Kim en cambio.

Un largo silencio sigue a la respuesta de Kim.

—Desde hace años intento hacerles entender a ambos —continua Kim viendo a sus dos hermanos, —que el peligro nunca fue externo, causado por la segunda familia como papá se ha esmerado en hacernos creer todo el tiempo. Siempre han sido ellos dos jugando sus juegos de poderes con nosotros como sus pequeños títeres, poniéndonos en contra los unos con los otros para lograr dividirnos y que así nos destruyeramos mutuamente. Así es como han funcionado siempre las cosas en nuestras familias, una familia destruye a la otra y se queda con el poder. Así ha sido generación tras generación.

Concluye Kim con tono y mirada fría. Años investigando su historia familiar le permiten hablar con seguridad esperando así lograr que Kinn  abra los ojos. Kinn intenta replicar pero es silenciado por el mayor de sus hermanos.

—¿Qué vamos a hacer? —pregunta Tankhun con una seriedad que sorprende a todos, sus dos fieles guardaespaldas continúan sentados a cada uno de sus lados.

—Kim tiene un plan, un tanto descabellado, pero puede que funcione... —murmura Vegas con su característica sonrisa de lado en el rostro.

~

Decidir dónde iban a pasar la noche había sido otra disputa. Kinn había sugerido que tanto él como Tankhun y sus guardaespaldas deberían de regresar a la mansión de la primera familia para no levantar sorpresas sobre su plan, pero Tankhun se había negado rotundamente, pues según sus propias palabras "no pensaba perderse de toda la diversión" además que estaba seguro que si se marchaba ahora ellos lo excluirían del plan que habían armado.

Kim entonces, había ofrecido que todos a excepción de Kinn, pues este si volvería a la mansión esa noche, se quedaran en su apartamento.

La respuesta a la sorpresiva invitación es silencio absoluto. Chay se incomoda de inmediato y le susurra algo a Macau que a su vez le susurra algo a su hermano.

Vegas rueda los ojos con molestia ante la petición de su hermano y alentado por un pequeño apretón de mano de Pete, termina ofreciendo el apartamento al que pensaba mudarse con Macau, este ya había sido asaltado por los hombres de su padre y su tío, y estos no habían encontrado lo que buscaban por lo que no volverían al lugar, lo que lo volvía remotamente seguro. Macau invita a Chay que acepta de inmediato, Porsche por su puesto no abandona a su hermano, y Tankhun junto a sus guardaespaldas se les une también. Rechazando así todos la invitación de Kim que luce igual de imperturbable que antes, sin mostrar molestia alguna, al menos no de forma externa pues sus ojos no dejaban de ver a los dos menores del grupo con ligera molestia.

Con su destino decidido todos parten de la casa de Porsche. Kinn, Wen y Kim son los únicos que van en distinta dirección cada uno a su respectiva casa.

Al llegar al apartamento de Vegas se dividen las habitaciones disponibles y todos se acomodan con lo que encuentran pues tanto las camas como los demás muebles continúan dañados.

A mitad de la noche Pete se despierta en la cama improvisada que había armado junto a Vegas en la habitación en la que se habían quedado las noches anteriores. De inmediato se preocupa al no encontrar a Vegas junto a él, somnoliento Pete camina fuera de la habitación y sigue el pequeño rastro de luz que lo lleva hasta la cocina.

Vistiendo solo su pantalón de pijama, Vegas se encuentra frente a la estufa con los brazos cruzados sobre su pecho desnudo. Pete se detiene por unos segundos a admirar la atlética figura del cuerpo frente a él, toda esa maravillosa piel expuesta estaba logrando despertarlo casi por completo.

Vegas parece sentir su mirada pues en ese momento se gira y atrapa a Pete observándolo. Una sonrisa de satisfacción se abre paso por el rostro de Vegas, esta vez no se trata de su característica sonrisa torcida, sino de esa sonrisa que Pete solo le había visto en sus momentos más íntimos, lo que provoca que Pete se avergüence violentamente cuando los recuerdo lo asaltan.

Vistiendo solamente su ropa interior y la camisa que hace juego con el pijama que Vegas usa, Pete se acerca a Vegas y sin decir nada o pedir permiso rodea su cintura con sus brazos. Los brazos de Vegas rodean a Pete al instante y permanecen abrazados por largos minutos, hasta que el agua que Vegas calentaba en la estufa comienza a hervir, haciendo un sonido burbujeante que los alerta de la cocción.

—¿Qué haces? —pregunta Pete con voz suave y rasposa. Vegas suelta su agarre en la cintura contraria y se gira para apagar el fuego donde se encuentra el agua ya hervida. Pete aprovecha para tomar un vaso y servirse un poco de agua. Vegas a su vez se aleja de la estufa y busca en los gabinetes del otro extremo, cuando encuentra lo que busca lo sostiene en alto y mostrándolo a Pete contesta a su pregunta.

—Fideos instantáneos ¿quieres?

Pete sonríe con esa sonrisa suya que deja ver los hoyuelos en sus mejillas y asiente repetidas veces con emoción. Vegas también asiente y toma otro paquete de fideos y los coloca en el mostrador junto a la estufa, para luego buscar en los gabinetes de abajo dos tazones. Vegas prepara todo mientras Pete solamente se dedica a verlo realizar cada uno de sus movimientos con gracia y agilidad.

Distraído de nuevo por su magnífica figura, Pete se pregunta si Vegas hacía esto con frecuencia, el cocinar para sí mismo y quizás incluso también para su hermano.

Una vez termina de servir, sobre el mostrador de la cocina se encuentran dos tazones humeantes de fideos, Vegas se acerca a Pete con dos pares de chopsticks en manos. Pete intenta tomar uno de los pares pero Vegas lo aleja de su alcance haciéndolo para atrás y un poco hacia arriba. Pete lo mira un tanto extrañado, pero cuando mira la sonrisa torcida en el rostro de Vegas entiende el juego y sabe que debe ganarse los chopsticks.

Poniendo el vaso que sostenía en manos a un lado en el mostrador, Pete se acerca a Vegas e intenta tomarlo de los hombros, pero este se aleja de él con la sonrisa traviesa todavía en el rostro. Pete lo mira con ojos entrecerrados, pensando en cuál será su siguiente movimiento. No se le ocurre nada así que acomodando mejor la camisa que le queda grande en los hombros vuelve a intentar acercarse a Vegas. Esta vez sí logra alcanzarlo, pues la concentración de Vegas se encuentra fija en la porción de piel de las clavículas de Pete que quedan expuestas gracias al ancho cuello de la camisa.

Pete aprovecha el breve momento de distracción de Vegas y lo toma por las caderas para acercarlo a él.

Vegas parece perder por completo la concentración de su pequeño juego y con la mirada fija en el cuello de Pete, avanza hasta refugiar su rostro en ese cálido y sensible sector del cuerpo ajeno. Pete suspira al sentir la cercanía de Vegas y olvidando tambien el tonto juego, Pete envuelve sus brazos alrededor de Vegas, regocijándose en la suavidad y la calidez de su piel. Vegas parece fundirse en el abrazo de Pete y liberando sus manos de los chopsticks iguala el abrazo de Pete todavía con su rostro enterrado en la curva del cuello de Pete.

Permanecen abrazados lo que parece una eternidad pero en realidad se trata solo de unos cuantos minutos. Pete traza con sus manos distintos patrones en la piel de la espalda desnuda de Vegas, mientras que este hace lo mismo con sus manos en la cintura de Pete por debajo de su camisa de pijama. Después de otros minutos más Vegas despega por fin su rostro del cuello de Pete y lo desliza un poco hacia arriba para verlo al rostro. Los ojos de Pete lo reciben con la misma calidad de siempre y esto es todo lo que Vegas necesita para unir sus labios a los de Pete.

El beso que comparten es suave y duradero, muy diferente a todos los que han compartido antes, es como si ambos intentarán asegurar la presencia del otro en ese lugar, en ese preciso momento. Sus narices se rozan en un gesto mucho más tierno que el beso que comparten en ese momento, sus labios vuelven a encontrarse y la intensidad de su contacto aumenta poco a poco, sin que ellos ni siquiera lo noten.

Pete solo se da cuenta del cambio cuando siente como las fuertes manos que se aferraban hace dos segundos a su cintura, ahora lo toman por los muslos y lo suben al mostrador de la cocina, ubicándolo en algún lugar entre la estufa y el lugar donde habían dejado olvidados sus tazones de fideos. Pete sube sus manos hasta enredarlas en el suave cabello de Vegas que muerde sus labios cuando Pete tira de su cabello con un poco de fuerza.

Rompen el contacto de sus labios para recuperar un poco la respiración, Pete ladea su rostro permitiendo acceso a Vegas al sector de su cuello, sector que Vegas comienza a marcar con sus dientes.

—Se va a enfriar la comida... —susurra Pete sin darle mucha importancia en realidad pues es él quien ahora se pierde en el cuello de Vegas, murmurando esto último cerca de su oído izquierdo, el cual perfila con su lengua antes de enderezar su rostro para encontrarse con la mirada ardiente de Vegas.

—Que se enfríe, no me importa... —murmura Vegas con la voz entrecortada antes de volver a apoderarse de la boca de Pete con gesto hambriento, mordiendo los labios contrarios, chupando y succionando la lengua de Pete, hasta dejarlo sin aliento y temblando, provocando que este se olvide de todo a su alrededor y se derrita en sus manos.

Pete besa la boca de Vegas con la misma intensidad y sus manos comienzan a desviarse por el cuerpo contrario hasta llegar a la cintura del pantalón de pijama, Vegas gruñe contra la boca de Pete cuando siente como este comienza a jugar con el borde de su pantalón, deslizando su mano pero sin adentrar su mano por completo.

Pete está a punto de bajar el elástico del pantalón para tomar a Vegas en su mano cuando escuchan como unos pasos se acercan a la cocina.

—Juro que no estoy viendo nada. No veo nada, solo vengo por un poco de agua... —murmura Macau entrando en la cocina con sus dos manos cubriendo sus ojos.

Vegas suelta una maldición contra el cuello de Pete y a regañadientes se separa de él, girando un poco el rostro para observar con gesto molesto a su hermano que en ese momento termina de servirse su vaso con agua y se gira a mirarlos quitando sus manos de sus ojos, con gesto titubeante.

Sorry for ruining the mood... —se disculpa Macau viendo a su hermano con una sonrisa maliciosa. —Sugiero que si quieren continuar con sus actividades nocturnas lo hagan en su habitación, o sino el próximo que los va a encontrar puede ser Tankhun. And you'll be damned for life —añade Macau con la sonrisa maliciosa todavía en el rostro.

Vegas vuelve a gruñir esta vez frotando su frente contra el hombro de Pete con frustración. Pete solo sonríe y acaricia el cabello de Vegas como única forma de consuelo. Una vez Vegas despega su frente de su hombro Pete se baja del mostrador y volviendo a centrar su atención en los tazones con fideos, antes olvidados dice:

—Íbamos a comer fideos, ¿Quiere unirse a nosotros, Khun Macau? —pregunta Pete viendo al menor de los hermanos esperando por una respuesta. Macau asiente repetidas veces y se acerca a las sillas que están del otro lado del mostrador.

—Solo Macau. No es necesario que uses formalidades conmigo —pide Macau a Pete en un susurro alegre acomodándose en su lugar frente al mostrador. Y con un gesto malévolo parecido al de Vegas, añade: —Mucho menos después de ver como le comes la boca a mi hermano.

Vegas le da a su hermano una mirada de advertencia, a la vez que comienza a preparar un tercer tazón de fideos. Pete solo sonríe un tanto avergonzado y se ocupa tomando los dos tazones de fideos para calentarlos un poco en el microondas. Una vez los ha calentado Pete entrega uno de los tazones a Macau que no pierde tiempo y comienza a comerlo de inmediato. A su vez Vegas le entrega el tazón con fideos recién servidos a Pete y toma el que Pete había calentado para comenzar a comer de este.

Cada uno con sus respectivos tazón de fideos en manos, ambos se unen a Macau en las otras sillas del mostrador y los tres comen en silencio por varios minutos, hasta que Macau es el que vuelve a hablar con el único objetivo de avergonzar a su hermano.

So, P'Pete, ¿como fue que lograste hacer de mi hermano un completo idiota en tan poco tiempo? —pregunta el menor con esa sonrisa que ambos hermanos parecen compartir.

Pete casi se atora con los fideos debida a la risa que le provoca el comentario del menor, y tosiendo un poco hace el intento de levantarse para ir por un poco de agua, pero Vegas se le adelanta, levantándose de su asiento y regresando segundos después con un vaso con agua para Pete.

La sonrisa de Macau se agranda más todavía y este le entrega una mirada a su hermano que parece decir "ves a esto me refiero, mandilón".

—No digas nada y come, o yo mismo voy a llenarte esa bocota que tienes de fideos —amenaza Vegas, provocando que tanto su hermano como Pete sonrían ante su tono de fastidio.

Macau no vuelve a mencionar nada y los tres continúan comiendo en un silencio cómodo. Silencio que solo se mira interrumpido una que otra vez por otra pequeña pequeña discusión entre los hermanos, con la que Pete se da cuenta una vez más de lo cercano que son ambos chicos y de lo cómodos que estos se sienten a su alrededor.

El pecho de Pete se llena de calidez al ver como los dos hermanos sonríen el uno al otro mientras se molestan mutuamente, sentados uno a cada lado suyo, permitiéndole estar en medio de los dos para así disfrutar de ese maravilloso vínculo que ellos comparten.

Por primera vez en mucho tiempo Pete siente que forma parte de algo especial, muy diferente al vínculo que comparte con sus amigos en la primera familia. Esto se siente como algo más íntimo y más propio, una familia. En ese momento Pete sabe que si los hermanos se lo permiten él con gusto se uniría a su pequeña familia y la atesoraría profundamente en su corazón, protegiéndolos con su vida de ser necesario.

~

A la mañana siguiente es hora de poner en marcha el plan de Kim. Tankhun acepta regresar a la mansión de la primera familia junto a sus guardaespaldas temprano por la mañana. Porsche y Pete se encuentran con Big en la casa de Porsche, este les entrega lo que habían acordado por mensajes y les dice que Kinn había dado órdenes de dejarlos entrar en la mansión, limpiando el nombre de ambos entre los demás guardaespaldas. Pete nota que las dudas se acumulan en los ojos de Big, pero agradece que a pesar de eso sigue las órdenes de su jefe sin hacer ninguna pregunta o soltar alguna queja.

De regreso en el apartamento de Vegas, Pete y Porsche se encuentran con que el amigo rubio de este se encuentra ahí. Al entrar en la sala los encuentran hablando bastante cerca el uno del otro, el rubio sostiene una tableta digital en sus manos y parece mostrarlo algo a Vegas en este, acercándose cada vez más a él, tanto que Pete se pregunta si eso no se considera invasión al espacio personal.

Cuando una de las manos del rubio se posa alrededor de la cintura de Vegas acercándolo más a él, Porsche se sorprende al escuchar el gruñido que suelta su amigo a su lado. Al girarse a ver a Pete, Porsche suelta una fuerte carcajada que llama la atención de los hombres que acompañaban al rubio, todos levantan la cabeza para verlos, todos menos Vegas y su amigo que continúan hablando concentrados el uno en el otro.

—No te hacía del tipo celoso —suelta Porsche todavía sonriendo con diversión al ver la expresión de molestia que inunda el rostro de Pete.

A Pete le cuesta horrores despegar su mirada de Vegas y del amigo de este, pero cuando lo logra se gira a observar a Porsche con el ceño fruncido. —¿De qué hablas? No estoy celoso —miente Pete, volviendo su mirada ceñuda al par de amigos que se encuentran a la distancia. Y casi vuelve a gruñir cuando esta vez es Vegas quien se acerca al rubio para ver mejor lo que este intenta enseñarle en la tableta que sostiene en sus manos.

—¿No? Pues, avísale a tu rostro, que no deja de asesinar con la mirada al pobre amigo rubio de Vegas —se vuelve a burlar Porsche.

Pete se obliga a sí mismo a despegar la mirada de los otros dos y a componer su gesto cuando se da cuenta que su amigo tiene razón.

"No seas idiota, solo están hablando de los detalles del plan" se dice a sí mismo, fastidiado por ese sentimiento de molestia punzante que inunda su pecho al notar la cercanía de los dos.

—No le des mucha importancia. Es normal sentirse así. Sobre todo sabiendo del extenso pasado que tienen los dos primitos. Créeme, sé lo que te digo... —murmura Porsche hablando desde su propia experiencia.

Pete parece meditar las palabras de su amigo por varios minutos. Y al final decide que su amigo tiene razón. Sin embargo, sabe que en algún momento tendrá que hablar de esto con Vegas, pero no ahora cuando están a punto de enfrentarse a los dos cabezas de familia.

—Tienes razón, tenemos cosas mucho más importantes en las que enfocarnos en este momento. No debo distraerme con tonterías —asegura Pete. Y no miente, al menos no en parte. Pues aunque se siente inquieto, es completamente capaz de hacer a un lado su molestia y de concentrarse en cumplir con su parte del plan. Priorizando como lo ha hecho siempre su deber.

—¡Hey, si te afectan, no son ninguna tontería! —exclama su amigo, rodeando los hombros de Pete con un brazo, acercándose a él con gesto animado. —Solo asegúrate de hablarlo cuando las cosas estén más tranquilas.

Pete asiente con firmeza y le entrega una de sus sonrisas de hoyuelos a Porsche que como siempre reacciona de forma exagerada, atrapando a Pete en un abrazo eufórico, los gritos emociones de ánimo de Porsche captan la atención de todos de nuevo, esta vez incluso la de los dos amigos que los observan a la distancia.

Porsche se da cuenta que la mirada de Vegas está fija en ellos, enfocada en el agarre que sus brazos mantienen alrededor de Pete. Con sonrisa traviesa, Porsche aprieta más el cuerpo de su amigo entre sus brazos, hasta que este se queja debido a la falta de aire. Satisfecho con la mueca de fastidio que mira en el rostro de Vegas, Porsche suelta a Pete y aprovechado que Pete se voltea y comienza a caminar hacia la cocina, Porsche levanta una mano y permite que esta aterrice con toda su fuerza sobre el trasero de Pete provocando que este salte sorprendido por el contacto.

Pete se gira de inmediato a ver a Porsche, y sonríe y lo empuja de modo juguetón cuando la mano de Porsche no suelta su trasero hasta que lo ha apretado con su mano varias veces. Pete se aleja del agarre de su amigo de un fuerte empujón que solo provoca que Porsche ría con más ganas.

De camino a la cocina Pete siente una intensa mirada en él pero no se atreve a levantar la mirada sabiendo muy bien de quién se trata.

~

Wen había llegado esa mañana al apartamento de Vegas con buena parte de sus hombres, para que estos les sirvieran de ayuda en el ataque que estaban planeando a la primera familia. Vegas a su vez había acudido esa mañana junto a Benz y Nop a reclutar algunos hombres que no fueran fieles a su padre. Había sido un movimiento riesgoso pero Vegas se había asegurado de ir a los lugares por los que su padre nunca se paseba, estos resultaban ser la mayoría de sus territorios pues Kan nunca visitaba ni sus territorios, ni sus almacenes, siempre delegando este tipo de trabajo a Vegas, que manejaba la mayoría de los negocios de la familia a la perfección, llevaba años haciéndolo por sí solo, mientras que su padre solo se la pasaba viajando para luego regresar y tomar todo el crédito del trabajo realizado por Vegas.

El involucrarse en los negocios y el conocer los territorios que manejan mejor que su padre le había permitido a Vegas reclutar una buena cantidad de hombres que todavía eran leales a él. Estos junto a los hombres que trabajan para Wen les da un número más que suficiente para llevar a cabo su plan.

Se encuentra hablando con Wen, comparando diferentes estrategias de ataque y escape, mientras este le muestra algunos gráficos en su tableta cuando Vegas nota la llegada de Pete y Porsche. El toque de su amigo en su cintura le es natural pues este siempre ha sido del tipo que se expresa mejor a través del contacto físico. Sin embargo esta vez, Vegas se incómoda al saber que Pete los está observando y cuando desvía la mirada en dirección de los dos guardaespaldas nota la molestia en el rostro de Pete.

Vegas no puede evitar sonreír para sus adentro, pero como lo hace siempre, controla su expresión para que esta no lo delate. Sin embargo, cuando su mirada capta la siguiente interacción de los dos amigos, su intento de sonrisa desaparece y es reemplazada por un gesto de profunda molestia.

Vegas sabe que Porsche está jugando con él cuando mira la forma en la que este sonríe en su dirección antes de soltar a Pete de su abrazo. Vegas lo ve en su mirada antes de que la mano de Porsche se mueva, la sola insinuación hace que se olvide por completo de lo que Wen le explica y centre toda su atención en Porsche y su maldita mano larga.

Don't you fucking dare... —murmura Vegas entre dientes con gesto fiero en el rostro. Pero Porsche como si pudiera escucharlo y le importara una mierda su advertencia, sonríe más en grande y hace exactamente lo que Vegas se temía. —I'm gonna fucking kill him! —gruñe Vegas cuando mira la forma familiar y desvergonzada con la que Porsche toma a Pete por el trasero. Pero lo que más le molesta es la reacción de Pete, ¿qué es lo que hace Pete? Pues sonríe.

"He fucking smiles!

I'm going fucking insane and he just smiles at the bastard!"

Eso hace que Vegas se pregunte cuán familiar son los dos chicos el uno con el otro. Tiene sentido que sean tan cercanos pues han sido compañeros de cuarto todo este tiempo pero... What the fuck?

Vegas no puede evitar preguntarse hasta qué punto eran cercanos los dos guardaespaldas. Por la reacción de Pete le queda claro que no es la primera vez que Porsche lo tocaba de esa forma, que más había hecho Porsche, compartían algo más que habitación ¿se habían visto desnudos? ¿se habían tocado mutuamente? ¿se habían besado?

Quizás incluso habían llegado a tener sexo...

"Ain't not fucking way!

¡Maldito Porsche! ¡Aléjate de él, imbécil!"

Con ese último pensamiento Vegas se da cuenta de que es la primera vez que se siente tan posesivo sobre una persona. Usualmente, el perdería el interés en la persona con la que se acostara después de un primer encuentro, pero con Pete esto no había ocurrido, Vegas ya había aceptado el hecho de que por más que tuviera al guardaespaldas de mil formas distintas, nunca tendría suficiente de él, sin embargo, este sentimiento de posesividad era nuevo, y no sabía cómo lidiar con el.

En ese momento Vegas con todo gusto sacaría su arma y dispararía al novio de su primo ahí mismo, así quizás este debaja de sonreír con victoria y suficiencia en su dirección como si tuviera algún derecho sobre Pete.

Todavía rabioso Vegas se despide de su amigo que le desea buena suerte en el ataque y le dice que espera noticias suyas en su casa. Wen no iría con ellos para no verse envuelto en la disputa directamente.

Al quedarse solo, Vegas se olvida de Porsche. Y busca a Pete con la mirada. Había esperado encontrarlo en la cocina pero este no está ahí, por lo que todavía con la rabia y el sentimiento de posesividad revoloteando en su interior Vegas va en busca de su chico.

~

Cuando entra en la habitación que ha estado compartiendo con Pete, Vegas lo encuentra vestido con su uniforme de guardaespaldas de la primera familia, con broche y todo. La simple vista del uniforme lo hace sentirse enfermo, y quiere arrancar el traje del cuerpo de Pete pieza por pieza.

Ellos no han hablado de la posición en la que se encuentra Pete respecto a la primera familia, este había huido de ellos pero Vegas no estaba seguro de que pensaba hacer Pete después de que todo esto terminara, los dos han estado evitando el tema todo este tiempo, demasiado enfocados en otras cosas. Y Vegas en vez de intentar tener esa conversación con Pete como una persona madura y responsable, hace lo único que sabe hacer para distraerlos a ambos.

Se acerca a Pete con mirada profunda y seductora. Cuando Pete siente su presencia se gira y captura su mirada un poco sorprendido de verlo ahí. Vegas tira de la chaqueta del traje de Pete, acercándolo más a él, recorriendolo con la mirada de arriba abajo. Pete sigue su mirada y cuando sus ojos se encuentran Pete siente la necesidad de explicarse pero Vegas se le adelanta y habla primero.

—Detesto este estúpido uniforme... —murmura Vegas con fastidio, y con voz ronca añade —No le hace justicia a tu precioso cuerpo...

Pete sonríe con suavidad ante el intenso cumplido y permite que Vegas lo acerque más a él, esta vez rodeándolo con los brazos por la cintura.

—Big nos lo entregó hoy temprano y me lo estoy probando —explica Pete.

—¿No es el tuyo? —pregunta Vegas un tanto confundido, jugando distraídamente con la tela de la camisa blanca del traje.

Pete niega con suavidad —Big buscó los de nosotros —dice refiriéndose a Porsche y él —pero no pudo entrar a nuestra habitación por lo que nos trajo dos de los suyos o de alguien más, no sé exactamente de quién son. Quizás esa es la razón por la que me queda extraño...

Vegas vuelve a recorrer a Pete con la mirada de arriba abajo y nota los lugares donde el uniforme se ajustaba más de la cuenta a su cuerpo. Una sonrisa se desliza por el rostro de Vegas cuando sus manos se mueven prácticamente solas hacia las caderas de Pete.

—Nunca dije que te quedara extraño. El uniforme es horrendo, pero tu cuerpo es maravilloso... —murmura Vegas rodeando a Pete para ubicarse a su espalda. Pete ladea la cabeza pero no se mueve y permite que Vegas rodee su cintura con sus brazos. —I'd still fuck you with just that on... —susurra Vegas antes de morder con suavidad el lóbulo de la oreja derecha de Pete, provocando que este tiemble entre sus brazos como lo hace siempre que Vegas exhala su cálido aliento en su piel.

—Vegas... —murmura Pete con lo que pretende suene como un tono de advertencia pero sale demasiado débil y solamente anima a Vegas a continuar con su efectiva técnica de seducción.

—Be a good boy for me, Pete... —murmura Vegas empujando sus caderas hacia delante hasta rozar su semi-dura erección contra el trasero de Pete, que se ajusta a su cuerpo a la perfección.

Pete suelta un suspiro tembloroso y lleva sus manos al encuentro de las de Vegas, acercando más su cuerpo a este último que muerde la sensible piel de la oreja de Pete a su antojo.

—No podemos, en poco tiempo tenemos que irnos. Porsche nos estará esperando fuera en menos de veinte minutos... —dice Pete en un desesperado intento por mantenerse cuerdo.

Vegas suelta un gruñido ante la mención del nombre de Porsche y muerde con más fuerza la piel de Pete, esta vez dejando una marca en su cuello.

—No menciones a ese imbécil. Todavía estoy considerando dispararle en la cabeza por atreverse a tocarte de esa forma —espeta Vegas con molestia. —Y tú solo le sonreíste, Pete. Le sonreíste como si estuvieras acostumbrado a su toque... —murmura Vegas de nuevo en el oído de Pete, empujando más sus caderas hacia delante contra el trasero de Pete que se restriega deliciosamente contra él.

—N-No es así... —dice Pete entre jadeos.

Vegas lleva sus dos manos al inicio del pantalón de Pete y lo desabrocha con destreza. Sin perder tiempo Vegas adentra ambas manos en la ropa interior de Pete que ya se encuentra sorprendentemente húmeda. Pete muerde su labio inferior cuando siente la fuerza con la que Vegas toma su erección que se encuentra dolorosamente dura. Una de las manos de Vegas acaricia su erección de arriba abajo esparciendo el líquido pre-seminal por toda la extensión, provocando que Pete tiemble y gima mientras se entrega por completo a las caricias de Vegas.

La misma mano que había recogido su espeso líquido se mueve ahora hacia su parte trasera. Pete debe morder su labio con más fuerza para evitar soltar el grito que amenaza con salir de su garganta cuando siente como esa misma mano acaricia entre sus nalgas, esparciendo el líquido que escurren sus dedos por los bordes de su entrada. Pete no encuentra a donde aferrarse por lo que entierra sus uñas en sus muslos, restregando su cuerpo hacia atrás contra el de Vegas que lo sostiene a la perfección.

—Solo yo puedo tocarte de esta forma Pete, dilo. Repítelo así como repites una y otra vez mi nombre cada vez que me pierdo en tu interior... —murmura Vegas en su oído, sus manos todavía tocando a Pete en los lugares más sensibles. Pete suelta un fuerte gemido cuando siente como un largo dedo se adentra brevemente en él, solamente para salir un segundo después, tentándolo, jugando con su cordura. Pete está a punto de suplicar a Vegas que se deje de juegos cuando siente como este gruñe a su espalda —¡Dilo! —exige Vegas con voz potente, a la vez que con su otra mano retoma sus bruscas caricias en erección, volviendo completamente loco a Pete.

—Si, si, solo tú puedes tocarme así... lo haces tan bien. Vegas por favor... —súplica Pete, desesperado por alcanzar su liberación. Pete puede sentir como Vegas sonríe en su cuello y de forma inesperada, Vegas gira su cuerpo, deteniendo las caricias de sus manos para tomar a Pete por las caderas. Pete está a punto de protestar cuando siente como su boca es invadida por la lengua de Vegas que saquea todo a su paso dejándolo sin aliento.

Pero nada prepara a Pete para lo que Vegas hace después.

—Córrete en mi boca, bonito —suelta Vegas y un segundo después se deja caer de rodillas frente a Pete, tomándolo con fuerza de las caderas.

Con la respiración agitada y el corazón acelerado Pete observa el hambre en los ojos de Vegas y por un momento Pete siente que podría correrse solo con el poder de esa potente mirada. Es incapaz de explicar la enorme satisfacción que siente al ver a ese precioso hombre de rodillas frente a él, devorándolo con esa mirada hambrienta, con su boca abierta y dispuesta solo para él.

¿Cómo podría siquiera pensar en el toque de otro cuando tenía a semejante hombre frente a él?

De rodillas frente a él, pidiéndole que se corriera en su boca.

Pete siente que sus rodillas se aflojan cuando la cálida boca de Vegas rodea su erección. Lo hace con una maestría y destreza tal que Pete sabe que no aguantará por mucho tiempo.

—Mnnh, Vegas... —gime Pete con la voz estrangulada cuando siente como la lengua de Vegas hace remolinos en la punta. Las manos de Pete se aferran al cabello de Vegas con fuerza y aunque intenta ser gentil, Pete no puede evitar mover sus caderas hacia delante, empujando más profundamente en la boca de Vegas. Apenado Pete retira un poco las caderas pero Vegas no se lo permite y está vez empuja él mismo las caderas de Pete hacia adelante, follando profundamente su garganta. —Jodida mierda... —gruñe Pete con los dientes apretados.

Vegas lo toma tan bien que Pete no es capaz de aguantar mucho más. Pete intenta apartar un poco a Vegas para no ahogarlo con su semen, pero este no le permite alejarlo y enterrando sus dedos en las nalgas de Pete lo empuja hasta el fondo de su garganta.

—Vegas, estoy.... Aghhh... —gruñe Pete, antes de temblar de pies a cabeza y correrse en abundancia en la boca de Vegas.

Pete se entrega al desgarrador orgasmo repitiendo el nombre de Vegas una y otra vez, aferrándose a los hombros de Vegas a la vez que inclina la cabeza hacia atrás en total éxtasis.

Vegas observa el rostro contraído en placer de Pete y su sola expresión hace que Vegas quiera devorarlo con más ansías. Su rostro es tan bonito, sus gemidos son tan sexy, música para sus oídos. Todo él, es perfecto. Por lo que Vegas no se sorprende cuando se encuentra a sí mismo lamiendo la palpitante erección de Pete desde la punta hasta la base, borrando todo rastro de semen con su boca y tragándoselo todo después. Pete suelta pequeños gemidos cuando siente cómo Vegas lo limpia con su lengua por completo.

Y una vez Pete ha bajado de su espiral de placer se desliza hasta arrodillarse frente a Vegas en el suelo. Vegas une su frente a la de Pete y espera así a que sus respiraciones se regulen. Cuando Pete abre los ojos lo encuentra viéndolo fijamente.

—Eres adictivo —murmura Vegas sobre los labios de Pete.

Pete cierra los ojos al escuchar el tono rasposo de la voz de Vegas.

—Y tu eres letal... una completa amenaza para mi cordura. Nunca he deseado a nadie como te deseo a ti —confiesa Pete.

—Perfecto —dice Vegas con una sonrisa en los labios. —Porque nadie más va a tenerte solo yo —sentencia Vegas con su intensa mirada fija en el rostro sonrojado y relajado de Pete.

—Yo tampoco pienso compartirte. —asegura Pete con convicción, acariciando con sus dedos los labios hinchados y rojizos de Vegas.

Sus labios se unen en un beso tranquilo y pausado en el que Pete siente su propio sabor en la lengua de Vegas. Minutos después se levantan del piso y se dirigen al baño para terminar de limpiarse.

Pete se ofrece a ayudar a Vegas con el bulto en sus pantalones pero el tiempo se les acaba, por lo que Vegas corre a Pete del baño diciéndole:

—No te preocupes, bonito. Me aseguraré de follarme esa boca preciosa que tienes cuando acabemos con esto. Pero por ahora ve, adelántate tu —pide Vegas, despidiendo a Pete con un pequeño azote en el trasero.




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© 2023 ChainedUpGirl.

Perdonen la demora!!! Iba publicar la semana pasada pero con todo lo que está pasando en el fandom, se me fue la inspiración y ya no me salía escribir nada 😭💔

Con todo esto lo que más me da es tristeza, realmente espero que todo se resuelva de la mejor manera posible, todo es tan confuso.

Pero bueno, yo he decidido separar los personajes de los autores, de los actores y de todo lo demás. Y seguir disfrutando de la historia a través de fanfics.

Así que continuaré escribiendo VegasPete hasta donde mi mente me lo permita <3

Volviendo al capítulo de hoy...

Por todos esos fideos que Pete no se comió en la serie. Hoy les traigo VegasPete+Macau doméstico comiendo fideos, porque nunca está de más un poco de fluff y comfort.

La próxima actualización será doble, capítulo final y epílogo, esperenlos.

Van a haber tres capítulos extras para el VegasPete y un especial de cada pareja (tres más en total), así que todavía tenemos unas cuantas partes más, no se preocupen :')

Disculpen cualquier error y gracias por seguir aquí leyéndome!! 🖤

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