La Verdad

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Pregunte a varias personas el porqué de mis desgracias pero sólo recibí sonrisas bobaliconas y unos caramelos a modo de tonto consuelo.

Recurrí entonces a la Diosa de la Fortuna pero no obtuve ninguna respuesta de ella.

Hice lo mismo con la Diosa del Destino pero ella se limitó a encogerse de hombros mientras me dirigía una mirada de compasión.

Completamente desesperada y abatida, sin saber ya a quién acudir, fue entonces cuando recibí su inesperada visita: La Diosa de la Razón. Y estas fueron sus palabras:

"Todos los males que has sufrido no han sido culpa de la Fortuna ni del Destino sino de ti misma, por no escuchar cómo realmente debías a tu propia Razón...."

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro