2018

A ti desconocido,

Te jure mi amor eterno,
y aún así estoy aquí sola
ardiendo en el infierno.

Aquí, estando aquí
cada vez que me acuesto a dormir
le aclamó a Dios que preserve mi alma.
Y si muero antes de lograr despertarme,
le ruego a Dios que se lleve lo poco que queda de esta.

Mientras las nubes intentan pasar,
me inundó en el sosiego de que siempre me amarás.

Pero amor mío,
tan solo dime la verdad,
porque entre lo rotos que somos,
tus promesas siempre pesaron más.

Fue una noche desprevenida,
en la cual me abandonaste en aquel local,
y con lágrimas atónicas
te intenté parar.

Desearía haber estado sobria
y así no poder recordar,
pero aquellos dulces vicios
solo me intentan ayudar.

Y aún así,
dando vueltas en una carretera «69»,
te llamé.

Fue una noche como en los viejos tiempos,
dónde sólo tú hablabas,
y yo solo recordaba malos momentos.

Te fui sincera,
y en las noches lúgubres te mostré un registro de los daños en mi vida,
dónde el nudo eras tú
y el desenlace una dulce adicción.

«Más de tres años de terapia todavía no han sido los sufientes para tí» decías,
y créeme cariño,
sé que no soy un dulce sueño,
sé que soy una vehemente noche infernal.

He probado la sangre,
y es realmente dulce.

Me he roto,
y me he vuelvo a armar.

He tenido espejos al frente de mi,
y los he vuelvo a destrozar.

He recogido cada uno de los pedazos,
y de allí obtengo mis dagas.

He pellizcado mi piel,
deseando no parar hasta conseguir la miel.

Y he deseado poder cortar algunas partes
con tijeras en manos.

Fue una noche como cualquier otra
en donde dijiste «oh chica, dame un sonrisa»

Desearía haber estado sobria,
y poder poder haber dicho «no tengo nada por lo cual sonreír»

Y te fui sincera,
e intenté reconocer el arma en mi mente,
pero Dios me tomo inconscientemente.

Realmente hubiese deseado vestirme un poco mejor,
pero no hay arrepentimientos en nada,
ni siquiera en lo que dijimos.

No podemos volver atrás,
pero nadie dijo que esto duraría para siempre,
más sin embargo mi amor intento sobrepasar el límite de lo consciente.

Fue una noche donde nos encontramos desprevenidos,
intentamos llegar hasta lo inconmensurable y sempiterno.

Nadie nunca dijo que moriríamos juntos.

Nadie dijo que duraríamos para siempre.

¿pero por qué yo si estoy muriendo junto con lo que éramos y jamás seremos?

Te jure mi amor eterno,
y aquí estoy danzando en el infierno.

Prometí no amar,
y fui juzgada por hacerlo.

Prometí no ansiar una vida,
y lloré cuando perdí junto a esta.

Prometí no creer,
y aquí estoy deseándote todo el amor que estás buscando.

Así que,
aquí te estaré esperando si llegas a cumplir alguna de tus promesas rotas.

Mientras yo estaré aquí,
preguntándole a los desterrados como yo:

«¿Son reales las estrellas que cuelgan del cielo?

¿Realmente hay un Dios allá arriba?

¿Habrá algún momento donde todo esté sufrimiento tendrá sentido?

Y si al decir adiós,
¿realmente se siente cómo el final?»

Nuevamente aquí, estando aquí
le aclamó a Dios antes de poder dormir para que así preserve mi alma.

Y si llego a morir antes lograr despertarme,
le ruego para que se lleve lo poco que queda de esta.

Y es que,
realmente mi cuerpo se fue hace mucho
y ahora es tiempo de que también se vaya el resto de mi alma.

Amén.