chapter xxxvii.
( homecoming )

quiero levantarte el ánimo
quiero verte sonreír pero
sé que eso significa que me tendré que ir
happier ─── marshmello

mansión stark
1 de octubre, 2016

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—¡Peter, vas a llegar tarde!

El horizonte de la ciudad de Nueva York está pálido y neblino esta mañana, pero no es inquietante ni frío como pensé que sería. Es tranquilizador, satisfactorio, como el final de un libro, como el paso de una página. Y está bien. De alguna manera no me importa.

Sonrío un poco para mí misma y aparto la mirada de la ventana, pasando una mano por mi pelo rubio, cuyas raíces están comenzando a crecer. Mis heridas se han vuelto a cerrar y un fino hilo negro recorre los distintos cortes de mi cuerpo, feliz de que nuestra tía sea enfermera. Inventar una historia que no incriminó a Peter fue un poco difícil, pero bueno, el secreto aún está a salvo... por ahora, claro.

Maria está felizmente sentada en la litera de abajo de Peter, la niña de cuatro meses juega y muerde sus pequeños dedos de los pies. Sonrío y froto sus rizos castaños oscuros, volviendo a empacar las últimas cosas. Casi todas nuestras posesiones muy limitadas están listas. Ya es hora.

—Podrías quedarte... —sugiere una voz detrás de mí.

—Sabes que no puedo... creo que es hora.

Tiro los últimos calcetines de Maria en nuestro ba mochila antes de mirar a Peter mientras sostiene su mochila sobre sus hombros y se mueve de un pie a otro. Aparentemente, hoy tiene un examen de español, y si no se da prisa, perderá el tren. Tiene las cejas y los labios fruncidos al mirarme, claramente infeliz.

—Venga —le doy a mi hermano una pequeña sonrisa divertida—, seguro que estás listo para sacarte de encima a tu hermana mayor fugitiva.

Peter ni siquiera me devuelve una sonrisa.

—Además —cruzo incómodamente mis brazos sobre mi estómago, sin gustarle esto tampoco—, ya os he molestado a ti y a May lo suficiente.

Él niega bruscamente con la cabeza.

—No es verdad.

Con lágrimas en mis ojos, suelto una risa tranquila.

—Te mereces el mundo entero, Peter, y conocerte... —trago saliva y empiezo de nuevo—. He sido muchas cosas en mi vida: una hija, una sobrina, una heredera, un experimento, una víctima, una Vengadora, el Cuervo Rojo, una novia, ahora ex-esposa —él arruga la nariz ante eso—, una madre, una fugitiva... he fallado en muchas y no estoy orgullosa de ello —una sonrisa atraviesa mis labios temblorosos y una lágrima se desliza por mi mejilla amoratada—. Pero ser tu hermana, Peter Parker, es una de las mejores que he sido.

Inhalando y dejando escapar un profundo y pesado suspiro, Peter camina bruscamente hacia mí y lanza sus brazos alrededor de mi espalda, acercándome. Cierro los ojos con fuerza y envuelvo mis brazos por su cuello, apoyando mi cabeza en su hombro.

Saboreo el momento en que sé que este idiota está a salvo y puedo mantenerlo vigilado, asustada por el momento en que voy a tener que soltarme.

—Te voy a extrañar, Peter.

—Yo también —él recupera el aliento—. ¿Cuándo volveré a veros a ti y a Maria?

—No lo sé —le susurro, mordiéndome el labio—. Pero esto no es para siempre, Peter, es... reubicación. Todo este tiempo, he intentado encontrar un hogar, y me he dado cuenta de que está con T'Challa y Maria.

—Tu hogar podría estar aquí, ya sabes... con nosotros.

Sonrío y me aparto, ahuecando su rostro entre mis manos.

—El hogar ya está contigo, Peter Parker.

Se sonroja y me devuelve la sonrisa por un largo momento antes de resoplar y limpiarse la nariz que le moquea.

—Tengo que irme antes de que May me eche.

—Sí, estoy bastante segura de que estás en un punto peligroso, amigo —guiño y señalo con la barbilla hacia la puerta—. No quisiera que empieces a vivir en una caja.

—¡Podría encontrar una bonita! Podría ser el Tony Stark de los vagabundos. Incluso organizaría fiestas elegantes.

Pongo los ojos en blanco

—Peter. Vete al insti.

—Ya llego tarde.

—Lo sé.

Sonriendo, mi dulce hermanito con esos locos ojos de cachorrito me besa en la mejilla y le da un último beso en la frente a Maria antes de suspirar y dirigirse hacia la puerta del dormitorio.

Pero justo cuando tiene la mano en el pomo, hablo de nuevo:

—¿Y Pete?

Con ojos grandes, se detiene.

—¿Si?

—Dile a May la verdad —Peter parece listo para discutir, pero yo sigo diciendo—: Lo digo en serio, va a descubrirse de una forma u otra, y será mucho más fácil si se lo dices tú. Además, eres de los peores guardianes de secretos de todo Nueva York, es sorprendente que no sepan que eres quien-tú-sabes —él luce muy ofendido personalmente, pero yo solo aplaudo mis manos detrás de mi espalda y me encojo de hombros—. Ella podría reaccionar diferente a lo esperado.

Peter me mira de reojo juguetonamente.

—¿Y cómo lo sabes?

—Primero que nada, resulta que veo el futuro y...

Sus ojos casi se le salen de la cabeza.

—Espera, ¡¿qué?! —me estremezco, olvidándome de que no le dije esa parte. Él rebota en la punta de sus zapatos—. ¿Y me lo dices ahora? ¡Lees! ¡Madre mía! ¡Podríamos haber comprado papeletas de lotería o algo así! ¡Podríamos haber sido ricos!

—¡No funciona así! —descarto la idea con una burla antes de sonreír y encogerme de hombros—. Y no necesito la adivinación. Soy tu hermana mayor, lo sé todo.

—¡Ugh! —gruñidos burlones salen de Peter, abriendo la puerta de un tirón y a punto de salir. Entonces, se detiene para mirarme—. Te quiero, Bizcocho.

—Yo también te quiero, tontín.

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Una gorra de béisbol y una capucha reposan sobre mi cabeza mientras me paro detrás de una multitud de cincuenta periodistas. La nueva base de los Vengadores parece que ha sido remodelada, y debo decir que la nueva colección de edificios es bastante asombrosa. Todo el recinto está cubierto de hermosos paneles de vidrio y paredes de azulejos blancos, y sonrío al ver la gran 'V' de los Vengadores en las paredes a mi alrededor. Hay una vieja magia familiar que me encuentra, ese mismo sentimiento que siempre tengo cada vez que veía cualquier cosa nueva que mi padre había conjurado. Tony definitivamente ha estado ocupado en mi ausencia y estoy feliz... Muy feliz.

Porque es bueno estar en casa.

Sin embargo, también voy a ser honesta en el hecho de que ha sido un buen cambio no vivir con un montón de divertidos y raros superhéroes. Explosiones accidentales, villanos que amenazan con hacernos volar, gente que lee tu mente a pesar de que explícitamente les dijiste que no lo hicieran, tener algún tipo de espacio personal. O sea, durante los últimos años me he quedado al lado de Visión, a quién no se le dan muy bien las puertas. O paredes. Da igual. Todavía lo está averiguando. Sin juicio.

Aún así, cuando escuché que Tony Stark convocó una conferencia de prensa con un gran anuncio en la base, no pude resistir la tentación de pasar antes de que Maria y yo nos fuéramos. Solo quiero verlo, una vez más, antes de irme. No sé cuánto tiempo será. Y estar cerca de un grupo de reporteros como una fugitiva buscada probablemente no sea mi movimiento más inteligente, pero vale la pena correr el riesgo. Después de todo, ¡vivo por el riesgo y la emoción!

En realidad no, no lo creo. Soy una tonta llena hasta el borde de ansiedad y pánico, viviendo solo para juegos malos de palabras y reprimir emociones importantes, pero eso no viene al caso.

Así que, las puertas dobles se abren de golpe y mi corazón se cae al ver nada menos que a Pepper Potts caminando hacia el escenario. Mi madre. Una sonrisa brillante se apodera de mi rostro que rápidamente cubro con mi mano, mordiéndome el labio inferior y tratando de controlar mi emoción. Y luego Tony Stark, mi padre, le sigue rápidamente, girando desde la puerta y saliendo al escenario sin nada más que confianza y lo que creo que es emoción.

Y mientras me paro junto al pilar trasero con el cochecito a mi lado y la capucha sobre mi cabeza, mis ojos se abren en sorpresa y mi sonrisa se ensancha cuando veo a mi padre arrodillarse ante mi madre. Saca un anillo de aspecto muy familiar de su bolsillo y lo sostiene frente a ella, ignorando las cámaras que están parpadeando, sonriéndole a mamá con sinceridad.

El recuerdo de comprar el anillo con Happy me llega, y de repente todo se siente viejo y seguro de nuevo. Me siento como esa incómoda niña de catorce años que solo quería que sus padres se callaran y se comprometieran, una apuesta entre mis tíos y yo para ver cuándo finalmente se reunirían. Happy y Rhodey me deben cincuenta dólares.

—Señorita Virginia 'Pepper' Potts —mi padre baja la barbilla, una sonrisa traviesa ilumina su rostro—. Ha estado a mi lado todos estos años, junto a cada percance, mala decisión, asesino en masa y demás. Ha llenado todos los agujeros de mi vida, como socia, amante, controladora de impulsos, compañera de entrenamiento, madre para mi hija, como todo lo que necesitaba. Se mereces todo, pero espero que se conformes conmigo.

Mamá deja escapar una risa ahogada y le sonríe como si fueran los únicos dos en la sala.

Con los ojos casi brillantes, su sonrisa se vuelve sincera mientras susurra:

—Señorita Potts, cásese conmigo.

Aguanto la respiración.

Pero Pepper simplemente rueda los ojos, se ríe y asiente con la cabeza hacia él.

—Me casaré con usted, señor Stark.

Las luces de las cámaras los iluminan mientras se besan y yo me quedo en el fondo, una risa silenciosa ahogada sale de mis labios al tiempo que aprieto mis ojos, lo que solo hace que las lágrimas caigan más rápido.

—Ya te tengo —le dice él.

Y ella simplemente le devuelve la sonrisa.

—Yo te atrapé primero.

Los reporteros los bombardean con preguntas y las luces siguen parpadeando, pero no importa. Este momento les pertenece, y de una forma lejana, también me pertenece a mí. Porque, durante lo que puede ser mucho tiempo, este es nuestro último momento juntos como familia.

Y ya es hora de irse a un nuevo hogar.

Pero cuando me volteo para irme, mi corazón da un salto en mi pecho y mi respiración se detiene porque un par de ojos marrones oscuros me encuentran. La gran sonrisa de Tony Stark cae y sus ojos se abren un poco al verme. Todo lo que nos rodea se ralentiza, a pesar de los gritos de los reporteros y de la distraída Pepper y de todo lo demás que hay entre nosotros. Y no sé cómo pudo encontrarme en medio del caos, pero era como si supiera que estaba cerca.

Los labios de Tony se abren, luciendo como si quisiera decir algo pero no sabe cómo, y también sabe que no debería. Su cuerpo se inclina ligeramente hacia adelante, como si quisiera correr entre la multitud y cerrar ese gran abismo entre nosotros. Pero no puede. Sus ojos brillantes se arrugan con decepción y sus labios se fruncen en una disculpa silenciosa y dolorida. Mi mano se levanta y lo saludo levemente, dándole una pequeña sonrisa suave, diciéndole que no pasa nada, diciéndole adiós.

Con lágrimas en los ojos, papá devuelve la sonrisa; una de sus más sinceras, una que siempre guardaría solo para mí.

No es la reunión que ninguno de los dos quiere. Sé que deseamos poder arruinar cualquier otra cosa que pase y seguir adelante, unirnos y volver a ser una familia. Pero las cosas no se arreglan. Las cosas no mejoran. Pero mi papá sabe que estoy viva, que su nieta está viva, que estamos bien. Y tal vez... es suficiente por ahora.

Es suficiente saber que está bien, que lo está intentando, que su mundo no se ha detenido como el mío no. Podemos seguir adelante. Estaremos bien. Y lo echo de menos y todavía lo necesito. Yo siempre lo necesito. Pero por ahora, no podemos estar juntos porque nos lastimamos. Casi nos destruimos. Pero volveré. Porque tengo que hacerlo, porque lo quiero, y tal vez en el fondo, sé la verdad. Él también me quiere.

La historia no ha terminado.

Volveremos.

Los Vengadores aún no han terminado.