Aventura Onírica

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Gray abrió los ojos y ante él se extendió un cielo carmesí que no parecía tener fin, siniestras nubes negras lo adornaban otorgando al firmamento un aspecto de pesadilla. A sus pies, el pasto tan negro como el carbón crecía delgado y marchito, los árboles carentes de hojas tenían formas extrañas y retorcidas, con sus puntas clavando al cielo sangre. A este desolador cuadro se le sumaba el silencio eterno que lo envolvía, apagando toda esperanza de encontrar algo con vida. 

"Donde rayos estoy" pensaba Gray para sus adentros. 

Lo último que recordaba era que estaba con los demás camino a pueblo Estrella, que estaban a punto de llegar. Arrugó la frente intentando recordar más detalles. Estaban pasando por una arboleda tan marchita como los árboles que ante él se extendían, pero esa carencia de hojas era más normal, se debía simplemente al invierno y también a esta estación atribuyeron la niebla que comenzó a envolverlos, una niebla tan blanca y densa que no permitía ver a un metro de distancia, habían decidido tomarse de las manos para prevenir perderse y entonces, se puso todo oscuro y eso era lo último que recordaba. 

Llamó a gritos a sus compañeros sin recibir respuesta. Tal vez estaba solo, esto no le hizo gracia, el lugar era espeluznante, en aquel momento hubiera agradecido incluso la compañía de July. Comenzó a preocuparse, no sabía qué hacer, no sabía dónde estaba ni había alguien a quien preguntarle. Seguro que su umbreon estaría desesperado buscándolo, pero antes que permanecer sentado sin hacer nada, decidió emprender la marcha en busca de pistas que le dijeran que estaba pasando. 

Caminó un poco y no pasó mucho tiempo antes de que se encontrara con una pradera tan desolada como el paisaje visitó antes, le llamó un poco la atención la forma abrupta en que cambió el escenario, había sido rápido y a la vez imperceptible, de una forma confusa y sin sentido, muy semejante a lo que ocurre cuando uno... 

-¿Esto es un sueño verdad? -Dijo de pronto el muchacho alzando la vista al cielo como esperando una respuesta.

Tras decir eso, una neblina densa y misteriosa como la que lo había envuelto cuando estaba con los demás lo cubrió nublando su vista. Interpretó esto como una confirmación de su teoría, de alguna forma había caído en un sueño inducido por algún pokémon, quizás estuvieran usando pesadilla o algo semejante con él ¿Estarían los demás también bajo la influencia de este pokémon? Como fuera, estaba bajo su poder hasta que se despertara y en ese lapso debía procurar no morir, hasta donde sabía, morir en un sueño significa morir en la vida real también. 

Mientras seguía caminando comenzó a ver algunos esqueletos en el oscuro pasto, ahora sabía que no eran reales, pero no por eso eran menos impresionantes. Se agachó y tomó un cráneo, en la vida real nunca hubiera hecho eso, pero este era un sueño, ese cráneo no existía, era una ilusión. Lo giró entre sus manos analizando cada detalle, era bastante nítido para tratarse de un sueño, podía ver el color amarillento y sentir la textura del hueso, incluso podía ver las grietas que indicaban las uniones entre los distintos huesos pequeños que conformaban una calavera ¿Sería así un cráneo en la vida real? Se preguntó, entonces mientras miraba las vacías cuencas de los ojos el cráneo habló. 

-¡AYUDAAAAAAA! 

Esto asustó al muchacho, quien soltó aquella osamenta que al caer se quedó tan muda como había estado hasta hacía un momento. La única palabra que había mencionado esa calavera fue una gran pista para Gray, él estaba acostumbrado a tratar con pokémon fantasmas y sabía que estos a veces transmiten mensajes a través de los sueños, alguna vez alguno de los pokémon del orfanato le había mostrado algo en un sueño, lo recordaba bastante bien, el ambiente en el que se situaba ese sueño era tan perturbador como el de este, esa era una marca particular de los pokémon fantasmas, los sueños inducidos por pokémon psíquicos eran muy diferentes. 

Las dos razones por las que un pokémon fantasma podía inducir sueños en alguien eran, o para atormentar o para transmitir un mensaje. A pesar de que era un sueño algo perturbador, nada lo había atacado, así que dudaba que quisieran atormentarlo, por lo tanto asumió que querían decirle algo, y lo que dijo el cráneo recién era muy esclarecedor: "Ayuda" él pokémon necesitaba ayuda. 

Cuando Gray salió de estas cavilaciones descubrió que el ambiente nuevamente había cambiado, ahora se encontraba en un cementerio. Debía poner mucha atención, cada cosa que mostrara el sueño indicaba algo, tenía que usar toda su sabiduría en el tema para interpretar la historia correctamente. Comenzó a deambular entre las tumbas, la mayoría de las piedras carecían de inscripción, pero por si acaso las revisó todas, total, no eran demasiadas. 

De pronto encontró unas tumbas que estaban escritas, se acercó a revisar, podía haber un mensaje importante ahí. Al leer lo que decían descubrió que su nombre estaba escrito en la lápida y no solo eso, los nombres de sus amigos estaban escritos en las lápidas adyacentes. Una persona normal se hubiera alarmado con esto, pero no Gray, él sabía que los fantasmas son muy poco sutiles con sus mensajes, que su nombre estuviera escrito en una lápida no significaba que lo quisieran matar, simplemente estaba en peligro y no necesariamente en peligro de muerte, simplemente en peligro. 

Alzó la vista y el paisaje pareció haberse modificado, el cementerio estaba en la cima de una colina desde la cual podía verse un pueblo no muy grande, en el cielo rojo, justo sobre el lugar brillaba una estrella negra. Seguro que ese era pueblo estrella, el simbolismo era muy directo, el mensaje también bastante fácil de interpretar, ir a pueblo estrella era peligroso, lo mismo ya le había dicho Kein y este pokémon lo confirmaba, pero a la vez pedía ayuda, definitivamente algo grave ocurría ahí. De pronto vio un camino que conducía al pueblo y decidió tomarlo, aunque parecía estar muy lejos, en realidad no tardó nada en llegar, tal era la magia de los sueños. 

El pueblo en sí, estaba en un estado deplorable, desierto y a mal traer, sucio, con arbustos negros creciendo en medio de las calles, las ventanas de las casas estaban rotas y a algunas les faltaban trozos de las puertas, maderos completos habían desaparecido de las construcciones y todo parecía viejo y ruinoso, esta era la visión que aquel misterioso pokémon ofrecía de pueblo Estrella  ¿Sería así también el pueblo real? 

Avanzando torpemente por las calles, sobrecogido por la angustia e impresión, el peligris contempló las casas, hasta donde sabía, no hace mucho pueblo Estrella era un lugar vivo y alegre, no muy diferente de cualquier otro pueblo de la región ¿Qué habría pasado? Fue entonces, que se fijó en una de las casas, esta tenía un aspecto un tanto mejor que el resto, también se veía algo vieja y desgastada, pero al menos no le faltaba ningún trozo, destacaba bastante por esto. Decidió darle un vistazo más de cerca, curiosamente al pararse frente a la casa la puerta de esta se abrió ¿Lo estarían invitando a pasar? Supuso que no habría peligro en entrar, el fantasma le estaba mostrando cosas que quería comunicarle, solo cuando comprendiera el mensaje completo sería liberado del sueño. 

El interior de la casa era muy bonito, pero no parecía exactamente una casa, tenía más bien la apariencia de un museo o salón de la fama, habían vitrinas de vidrio donde se exhibían medallas de la liga Hoenn. A Gray no le costó mucho reconocerlas, cuando era pequeño, alguna vez tuvo el sueño de ser entrenador pokémon, viajar a una región lejana y participar en una liga. Durante ese tiempo investigó todo sobre el tema, pero a pesar de todo fue solo una pasión momentánea, muy común entre los niños del lugar. Al tiempo después se olvidó de ese sueño y no le dio mayor importancia, ser campeón de la liga no era su mayor aspiración, pero de todos modos ver aquellas medallas le traía buenos recuerdos, recuerdos de tiempos en los que aún tenía esperanzas e ilusiones a pesar de su triste condición, aunque debía decir que en el último tiempo comenzaba a recuperar las esperanzas. 

Se paseó por las vitrinas curioseando como niño pequeño, reconoció fácilmente las medallas de las ligas de cada región, a su izquierda podía ver las medallas correspondientes a la liga añil, a la derecha a la liga Johto y más allá las medallas de una lejana región conocida como Tesselia. Parecían haber medallas de todas las regiones, fue entonces cuando divisó un cuadro colgado en una pared, se acercó a mirar, era un retrato, representaba a un muchacho de no más de once años, de cabello castaño, ojos cafés, nada muy destacable, iba vestido con la ropa que era moda entre los chicos aspirantes a entrenador, pantalones jeans azules, una polera negra con una chaqueta sin mangas, guantes sin dedos y el gorro oficial de la liga añil,  junto a él había un gastly que se veía muy feliz. Pero lo más destacable del cuadro, era que estaba rajado, había manchas rojas salpicándolo y también derramadas por alrededor, tenían el siniestro color de la sangre seca. Gray se alegró de que todo fuera un sueño o se hubiera sentido muy perturbado. 

Meditó con cuidado la escena ¿Qué podría significar esto? El chico tenía apariencia de entrenador pokémon y posaba junto al gastly, se veía muy cercano a él, tal vez sería su entrenador, tenía sentido, quizás incluso  ese gastly era el que le estaba provocando ese sueño. Eso tenía mucho más sentido todavía, ahora, tenía que relacionarlo todo con la habitación, estaba llena de medallas ¿Serían todas del chico? La verdad no le parecía probable, el chico era muy joven y le tomaría por lo menos algunos años ganar semejante cantidad de trofeos, pero si estas medallas no las había ganado entonces ¿Qué hacían ahí? Podría ser que no las hubiera ganado aún, pero que quisiera ganarlas, tal vez eran su sueño, eso le parecía razonable. Un joven entrenador novato con el sueño de viajar y derrotar a los líderes de todos los gimnasios, pero había algo muy perturbador en todo esto, el cuadro rajado era un simbolismo clásico en los pokémon fantasmas, el corte estaba hecho justamente entre el chico y su pokémon, eso indicaba el corte de un lazo, al parecer el niño se había peleado con el gastly o quizás simplemente lo había liberado o abandonado, pero las manchas de sangre daban a pensar en algo mucho peor. 

De pronto, vio algo brillar a su lado, era una enorme copa dorada, esa no estaba ahí antes, pero qué importaba, era un sueño, nada tenía sentido, viendo bien la copa le resultaba familiar... Entonces lo recordó, era la copa de campeón de la liga Johto, sin duda el chico tenía grandes aspiraciones, era un trofeo hermoso y brillante, pero tenía algo extraño, ejercía una atracción hacia él, comenzó a desearlo con locura ¿Pero por qué? Hacía rato que habían dejado de interesarle esas cosas y el deseo comenzaba a convertirse en obsesión, en un anhelo enfermizo que le carcomía la mente, no pudo resistirlo y fue a tocar la copa, pero al hacerlo todo se volvió sombras y comenzó a caer al vacío. 

Cayendo en un pozo sin fondo, sumido en la oscuridad más profunda sin nada más que sus propios gritos de terror cayó, quién sabía por cuanto tiempo, no había nada, nada a qué aferrarse, nada que comprobara su propia existencia y aquello era una tortura, el sueño ya comenzaba a complicarse. Pero entonces sintió que dejaba de caer, fue solo la sensación porque alrededor todo seguía negro como el cielo nocturno, se sentía desorientado y aterrado, pero cuando sus pies tocaron tierra firme se tranquilizó un poco, todo a su alrededor seguía en penumbras ¿Sería así de terrible quedar ciego? Trató de avanzar algunos pasos pero en realidad no tenía sentido si no podía ver nada y sobre todo si estaba dentro de un sueño. 

Entonces comenzó a ver una luz frente a él, tenue y pequeña al principio, pero luego creció y aumentó su brillo, hasta que pudo distinguir una imagen con claridad. Parecía como si fuera una película proyectada en un telón invisible, se veía una colina solitaria con un árbol encima y a los pies de este se encontraba un muchacho alrededor del cual revoloteaba un gastly. El chico parecía deprimido y daba la impresión de que el gastly intentaba animarlo. De pronto, la iluminación de la imagen adquirió un tono más oscuro y siniestro y aparecieron dos personajes más, dos personajes que Gray reconoció sin problemas, un hombre de cabello rubio platinado y rostro anguloso con una mirada fría, a su lado un hipno de gran tamaño que le causó escalofríos. Ya conociendo a aquellos personajes Gray supuso que lo que seguía no era nada bueno. 

Noxor sacó de entre sus elegantes ropajes una pokebola negra y se la dio al niño, un vez hecho esto desapareció de la escena. El chico entonces levantó la pokebola hacia el cielo y el gastly también salió de la escena. Luego comenzaron a llegar otros pokémon a la colina donde estaba el niño, ratata y ferret principalmente, al verlos el chico les mostraba la pokebola y los pokémon caían desmayados, repitió esta conducta con  cada pokémon que se le acercaba hasta que ya no quedó ninguno en pie, entonces el niño volteó la vista hacia Gray y le lanzó una mirada que no le gustó para nada. 

Mirándolo fijamente a los ojos caminó hacia él, Gray temblaba sin saber porqué, no podía moverse aunque quería salir corriendo, no le importaba si se perdía en la oscuridad, sólo quería escapar de ese chico que cada vez se acercaba más. Así paso a paso el joven entrenador se acercó, a cada momento pareciendo menos humano, hasta que estuvo a sólo pasos de él, entonces se detuvo, y al igual que lo hizo con los pokémon, levantó la mano y le mostró la pokebola... 

Gray despertó cubierto de sudor, tiritando y jadeando, de por sí sufrir un ataque de pesadilla o come sueños deja sus efectos secundarios, pero la perturbación mental que le había dejado aquel sueño era lo que más lo afectaba. Se sentía desorientado y confuso, no sabía bien donde estaba, se sentó temblando y se encontró con los amarillos ojos de Blue.

-Umbreooooooon um umbreon (Maestroooooo, está bien).

-Gray... Nos tenías tan preocupados -sollozaba Carmín.

-¿Qué te pasó? De pronto te caíste al suelo y luego no te levantaste más, casi pensamos que te habías muerto -decía July.

-¿Estás bien? ¿Te duele algo? -preguntaba Shell preocupada.

-¿Nos reconoces? ¿Recuerdas algo? -preguntaba a su vez Geralt.

-Pika pika pikachu (Ah, despertaste) -dijo el pokémon con su habitual indiferencia.

Gray no dijo nada e intentó ponerse de pie pero estaba muy débil, Geralt tuvo que sujetarlo para que no se cayera. 

-Ya hombre, tómatelo con calma, descansa un poco, aún no sabemos qué te pasó.

-Yo si sé lo que me pasó, no fue nada grave, un gastly usó pesadilla conmigo.

-¿Te atacó un gastly? ¿Pero como lo hizo para que no nos diéramos cuenta? -Dijo Carmín-. Hay que buscarlo y encargarnos de él, esas cosas pueden ser peligrosas, ese pokémon...

-No -contestó Gray ahora de pie pero apoyado en Geralt-. Ese gastly sólo quería transmitir su mensaje, un mensaje muy importante que debemos saber antes de entrar a pueblo Estrella, vamos, les contaré por el camino, total, ya no hay vuelta atrás.

-¿Pero no crees que deberías descansar un poco primero? -Dijo July viendo como Gray caminaba penosamente sólo con la ayuda de Geralt.

-No, no hay tiempo para eso, esto es urgente, vamos rápido, por esa dirección. 

Los chicos siguieron a Gray quien lideraba la marcha caminando torpemente y con bastante dificultad, pero sin detenerse, se veía muy urgido, miraba con angustia a su alrededor como buscando algo entre la niebla, entonces comenzó a hablar. 

-Voy a contarles una historia, es una historia muy triste, por favor no se pongan a llorar porque no hay tiempo para eso. Esta historia es sobre un niño que soñaba con ser maestro pokémon, vivía en un pueblo perdido en una lejana región donde no había liga alguna, por eso soñaba con viajar a otras regiones, retar a los líderes de gimnasio, ganar medallas y con ellas entrar a la liga, vencer a todos, ser el campeón y ganar la copa, ese era el gran sueño de su vida, pero le preocupaba no poder llegar a cumplirlo. Su único pokémon era un gastly y sentía que no era lo suficientemente fuerte, ignoro si no había podido capturar otros pokémon con él o simplemente cargaba todas sus inseguridades en su pokémon. El punto es que este chico, agobiado por la inseguridad, en lugar de tratar de entrenar se sentaba bajo un árbol a lamentarse, hasta que un hombre de cabellos plateados y mirada fría acompañado de un enorme hipno lo encontró.

Si, el hombre con el hipno es exactamente la persona en la que están pensando. Este tipo le ofreció una pokebola negra con un pokémon en su interior único, raro y aparentemente muy poderoso. El chico ingenuamente lo aceptó y se deshizo de su gastly, entonces comenzó a retar a una batalla a cuanta persona se encontraba e incluso a retar a pokémon salvajes. Todas las batallas las ganó, los pokémon caían desmayados ante él, el problema era que nunca se volvían a levantar. Como supondrán los entrenadores de los pokémon caídos fueron a reclamar por sus compañeros, aparentemente el pokémon maldito también los hizo caer a ellos, el niño no podía creer la pesadilla que había desatado, aquel compañero súper fuerte que había obtenido y que lo iba a llevar a la gloria en la liga, había causado todo ese desastre. Trató de controlar a su pokémon pero este era incontrolable, al final él también terminó cayendo. 

En este punto de la historia de Gray, los muchachos ya habían llegado a pueblo Estrella, un sitio desolado donde no se veían un alma en las calles. La escena era idéntica a la que Gray había visto en su sueño, las casa ruinosas, los hierbajos creciendo en medio de las calles, todo era igual, de hecho no pudo evitar estremecerse ligeramente al ver el panorama. Siguieron avanzando lentamente mirando todo con desconfianza, como si de cualquier esquina fuera a aparecer un terrible monstruo, pero nada pasó hasta que llegaron a lo que solía ser la plaza principal del pueblo. Esta se encontraba en tan mal estado como todo el resto del lugar, las bancas estaban rotas, la pileta seca y prácticamente destruida, sólo se mantenían algunos árboles moribundos. Cuando llegaron a este punto Gray ya no pudo más y se sentó en el suelo, estaba en verdad agotado, pero no paraba, sacó sus pokebolas y liberó a todos sus pokémon, estos al verlo así se preocuparon bastante. 

-Ustedes también deberían liberar a sus pokémon, los vamos a necesitar a todos. 

Al escuchar esto los demás lo imitaron y sacaron a todos sus compañeros, todos juntos formaban un grupo bastante considerable, Gray los vio algo preocupado, se llevó la mano a la oreja donde tenía su pendiente. 

-Para terminar la historia, el malvado pokémon que se salió de control se quedó viviendo en pueblo Estrella y terminó conduciéndolo a la ruina, pero no solo eso, a todo viajero que osara acercarse al lugar le esperaba el mismo destino, bastaba con adentrarse en la niebla para caer víctima de él, la cosa no lo dejaría escapar, una vez dentro de su territorio ya no había vuelta atrás.

-Espera Gray, estás diciendo que...

-Exactamente. 

El muchacho cerró los ojos concentrándose y voluntariamente hizo su arete brillar, su luz azulada como de costumbre inundó todo alrededor delatando la presencia del espectro que los acechaba. 

El aterrador ser tenía bastante semejanza con un gastly, era una bola negra rodeada de un gas violeta, pero tenía un solo ojo en el centro, un horrible ojo amarillo con el iris rojo y debajo de este malévolo orbe había una enorme boca llena de afilados colmillos que sobresalían hacia afuera. A todos se les escapó un grito de espanto, incluso a los pokémon, el único que no pareció reaccionar fue Gray quien se sentía demasiado agotado como para hacerlo. 

-Bien chicos, como dije, ya no hay vuelta a tras, tendremos una batalla y nos jugaremos la vida en ella, buena suerte a todos.

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