Batalla Épica

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Dos golbat estaban frente a frente evaluándose con severidad, ninguno estaba dispuesto a perder, pero el golbat genuino era quien parecía más determinado, estaba furioso.

 -¡Golbat usa supersónico! -Gritó el dueño del pokémon.

El enorme murciélago realizó un supersónico, el cual no tardó en afectar a Green y de paso, también afectó a la audino que yacía agotada debajo de ellos. Los pokémon confundidos comenzaron a atacar a diestro y siniestro, causándose daño entre ellos, golbat esquivaba los ataques lo mejor que podía pero se le hacía un poco difícil. Pronto Pitquick cayó debilitada, ditto parecía que pronto seguiría el mismo camino, pues volaba a tropezones golpeándose contra las paredes de la cueva.

 -¡No! -Gritó Kein mientras se apresuraba a regresar a su audino a su pokebola, planeaba regresar a su ditto también pero algo lo interrumpió.

 Comenzó a sonar la melodía de una flauta, una canción extraña, lenta y chillona. Kein se volteó y vio a Gray tocando su pokeflauta, se estaba preguntando por qué había elegido ese momento para comenzar a tocar aquel instrumento, cuando se dio cuenta de que a su pokémon se le había pasado la confusión y ahora volaba normalmente esperando nuevas órdenes.

 -¡Gray! ¡Ya aprendiste a tocar la canción que despierta a los pokémon de la confusión! -Exclamó Geralt.

-Si, de hecho también me sé la canción que acaba con el estado enamoramiento. No era tan difícil, que bueno que se me ocurrió traer la pokeflauta conmigo. A final aprender música resultó más útil de lo que pensaba.

 Ahora supersonico no resultaría, pues mientras Gray tocara su instrumento, liberaría a cualquier pokémon que lo escuchara de su confusión.

 -¡AAAHHH! ¡Mierda! ¡Usa picotazo venenoso!

 El golbat obedeció y liberó cientos de pequeñas agujas contra Green, pero Kein rápidamente ordenó a su pokémon utilizar tornado. El ditto aleteó formando un poderoso remolino que repelió las agujas y además causó daños en su oponente, este que ya estaba bastante debilitado, comenzó a aletear con dificultad, finalmente Green lo embistió acabándolo.

 Los villanos no cabían en sí de asombro ¿Cómo era posible que con dos pokémon hubiera derrotado a más de una docena? A pesar de todo, eso no era algo tan raro. En primer lugar los pokémon de los villanos aún estaban algo cansados por la batalla que habían tenido antes con los muchachos. En segundo lugar sus entrenadores no estaban dando órdenes muy acertadas debido a su ebriedad. Y en tercero, Kein  se especializaban en combates desiguales donde estaba en desventaja numérica, en sus años luchando contra Noxor había desarrollado bastantes estrategias para estos casos.

 A pesar de la victoria Kein no bajó la guardia, sabía que a sus oponentes aún les quedaban bastantes pokémon. Así, tal como esperaba, estos no tardaron en ser liberados, el segundo batallón era más pequeño pero los pokémon eran más poderosos, esta vez deberían enfrentarse a algunos seviper, bastantes sneezel y al gran sandlash. Green miró a su entrenador angustiado, no se sentía capaz de enfrentar todo eso solo, Kein lo comprendía, no podía abusar de la resistencia de su pokémon, se volteó a ver a los muchachos.

 -Y bien ¿Alguno de ustedes tiene un pokémon en condiciones de pelear? El flaaffy de July debería poder -miró a todos lados- ¿Y a donde se fueron Rafi y July? No están ¡Rayos! Justo a hora que hacen falta. De acuerdo ¿Que más hay disponible?

 Onix dio un cansado grito de guerra y Blue se aproximó cojeando valerosamente, Kein les dio una mirada de lastima.

 -Y esto es todo lo que tenemos... Bueno, no es que no tenga un as bajo la manga pero...

-¡UMBREON!- Se escuchó una voz a lo lejos.

 Desde las sombras emergió un umbreon de ojos rojos. Apareció dando un salto y aterrizando frente a todos con delicadeza y en contraste a esto lanzó un fuerte gruñido de batalla.

 -¡Red! -exclamó Kein- Llegas en el momento justo, oye ¿Qué traes ahí?

 Red llevaba encima una especie de cubierta café, semejante a la ropa que les suelen poner a los perros, pero esta cubierta era particular, tenía varios bolsillos en sus costados, Kein se acercó a revisar y comprobó que dentro habían medicinas y bayas, encontró tres superpociones y una sonrisa iluminó su rostro.

 -Esto debe ser obra de Capa Gris ¡Perfecto! Vengan aquí.

 Ditto, onix y Blue se acercaron para ser curados, no tardaron en sentirse mejor y llenos de ánimo se colocaron en posición de batalla, esta vez el ditto decidió transformarse en un umbreon de ojos rojos para luchar.

 -Bien chicos, supongo que no les importará que les pida prestados a sus pokémon un momento.

-Claro que no -dijo Geralt- después te pasaremos la factura por usarlos, por ser tú será una tarifa barata.

Kein obviamente no se tomó en serio la broma y se dispuso inmediatamente a preparar su estrategia.

 -Onix, tú quédate atrás con nosotros, a mi señal utiliza lanza rocas, Blue, Green y Red pelearán al frente. Red empieza tú con rapidez, Green utiliza el plan de apoyo, Blue mantén alejados a todos los que se acerquen, ahora vamos.

 Red inició como le dijeron con una lluvia de estrellas que salieron del anillo de su frente, ni los sneezel ni los seviper pudieron evitar esto, pero el gran sandlash no recibió el ataque pues se escondió bajo tierra usando el movimiento escavar. Mientras los sneezel recibían el ataque rapidez, Green se escabulló entre ellos y se hizo pasar por un sneezel, pero estos pokémon no eran tan fáciles de engañar, bastó con que uno se fijara en el momento en el que el ditto se transformó para que no lo perdiera de vista y supiera quién era el impostor. Alertó a sus camaradas y se lanzaron todos contra el pokémon, los seviper prefirieron ir a enfrentarse contra Blue. El ditto/sneezel viéndose atacado por una multitud de pokémon furiosos prefirió retroceder atrayendo a sus enemigos hacia la trampa de Kein.

 -¡Ahora ónix, lanzarocas!

 Onix comenzó a golpear su cabeza contra las paredes de la cueva haciendo caer cientos de rocas, algunas de un tamaño considerable, el terreno en el que se encontraban lo favorecía mucho. Los pokémon felinos viendo que serían aplastados por estas enormes moles de piedra, realizaron unas certeras maniobras evasivas, esquivando las rocas en su mayoría, pero Kein entonces ordenó.

 -¡Red cola de hierro contra las rocas!

 El pokémon aludido dio un enorme salto y haciendo brillar su cola golpeó una de las rocas más grandes haciéndola estallar en pedazos, los cuales salieron disparados a gran velocidad golpeando a los sneezel quienes esta vez no pudieron esquivarlos tanto por su velocidad como por su cantidad, entonces antes de que pudieran contraatacar recibieron una vez más un ataque rapidez proveniente de Green quien se había vuelto a transformar en un umbreon, así con una serie de ataques combinados Kein estaba dominando la situación con los pokémon siniestro.

 Por otro lado, a Blue no le iba tan bien, luchar él solo contra tres seviper no era una tarea fácil. Las escurridizas serpientes se las arreglaban para evitar sus ataques, en tanto intentaba perseguir a una, otra le saltaba encima causándoles daño, brincaba y corría al ritmo de ellas sin lograr avance alguno, en el momento que las tres se agruparon para atacar al mismo tiempo Kein ordenó a ónix un ataque de cola que arrojó a los tres pokémon contra la pared de roca causándoles daños.

 -Bien ¡Ahora Blue agarra a alguno de los seviper de la cola con mordisco!

 Blue corrió tan rápido como pudo antes de que alguno de los tres pokémon se recuperara del ataque, se acercó y abrió sus fauces pero al cerrarlas sobre su adversario sintió un dolor agudo y no le quedó más que soltar a su presa.

 -¿Eh? ¿Pero que te pasa?

-Blue se lastimó los dientes mordisqueando los barrotes de su jaula -dijo Gray.

-¿Se puso a morder los barrotes de su jaula? ¡Pero que cosas le enseñas a este umbreon idiota! -gritó Kein alterado por la situación- Lo siento... No me tomes en serio, ya me calmo, me calmo.

 Respiró hondo tratando de relajarse, manejar a cuatro pokémon al mismo tiempo era muy estresante y no estaba seguro poder contar con los otros chicos para que lo ayudaran. La situación era delicada, un error podía costarles la vida y no quería arriesgarse. Además, siempre había trabajado solo y no le gustaba involucrar a nadie más,  la única persona de la que aceptaba ayuda era de Capa Gris y sólo porque este había logrado ganarse su confianza, un privilegio que sólo él poseía tras mostrar su habilidades.

 -Bien Blue retrocede, vamos a cambiar de estrategia.

 Pero Blue se negó a obedecer, no le gustó nada que le gritara a su maestro, aunque luego se hubiera disculpado. En ocasiones este pokémon podía ser un tanto resentido y había decidido que no iba a aceptar ninguna otra orden suya, así que en vez de retroceder se quedó parado en su lugar.

 -¡Aahh! ¡Pero qué haces! ¡NO te quedes ahí parado! ¡Es peligroso quedarse quieto! -Blue simplemente le hizo un gesto de desprecio- ¡Muévete rápido antes de que ataque!

 Blue no entendía de que lo estaba advirtiendo Kein, lamentablemente lo comprendió muy tarde, el sandlash que hasta el momento había permanecido bajo tierra salió debajo de él atacándolo ferozmente, el indefenso umbreon salió volando y cayó a pocos pasos de donde estaban los muchachos, a pesar de los severos daños que recibió, el pokémon logró ponerse de pie con dificultad para seguir luchando.

 -¡Ves que te decía yo! ¿Y ahora que piensas hacer?

 El umbreon se tomó esto como un desafío personal, le iba a demostrar a ese cabellos de zanahoria de lo que era capaz. Entonces se apoyó bien en sus cuatro patas y abrió la boca en la que empezó a formarse una esfera mas negra que la noche, concentró su poder todo lo que pudo y arrojó el sombrío proyectil contra sus oponentes, la esfera veloz y certera no le dio tiempo a sus presas de evitarlo, fueron golpeados por el aplastante poder del ataque quedando severamente heridos. Tras esto Blue miró a Kein con soberbia.

 -¡Wow qué poder! ¡Increíble! ¡La bola sombra de tu umbreon es mucho más poderosa que el común! Esto me da una idea... Red, Green regresen, Onix aleja a los seviper y a sandlash con tu cola 

El umbreon y el ditto que en este momento tenía la apariencia de un sneezel corrieron hacia el muchacho tuerto esperando instrucciones

 -Bien, Green conviértete en un umbreon, ahora pónganse todos juntos, Gray ordénale a tu umbreon que use bola sombra, Red, Green hagan lo mismo que Blue.

 Los tres pokémon se colocaron juntos y en la boca de cada uno se comenzó a formar una bola sombra, incluso en la de Red quien ya había dominado este ataque. El proyectil de Blue era lejos el más grande. Las tres esferas fueron arrojadas al mismo tiempo y en medio de su recorrido las dos más pequeñas comenzaron a girar alrededor de la más grande que parecía tener una especie de fuerza de gravedad. Las esferas con su rotación acumularon energía antes de fusionarse con la esfera más grande, creando un proyectil de poder monstruoso el cuál impactó con los pokémon enemigos debilitándolos a todos.

 -NOOOO ¡NUESTROS POKÉMON! ¡MALDITOS BASTARDOS!

-¡¡¡Aaaaahhh!!! ¡Son unos inútiles! -Gritaba el líder furioso- ¿Es que acaso tengo que hacerlo todo yo? ¡Abran paso! -El fornido hombre se preparó para sacar sus pokémon- Ahora verán lo que es bueno ¡Tyranitar wobuffet! ¿Eh? ¡Mis pokebolas no están!

 Miró a todos lados buscándolas, incluso a sus hombres que con expresión de miedo decían que no tenían sus pokebolas, entonces un sonido burlesco interrumpió su tarea.

 -¡Ke ke! ¡Kecleon!

 Aquella voz se les hizo muy familiar a los chicos, siguiendo el sonido se fijaron en la ruinosa mesa de la estancia. Aún yacían las manos de cartas desperdigadas por su superficie, aún se encontraban las copas de vino derramadas tiñendo de uva su superficie, por aquel lugar la batalla no se había hecho notar, todo estaba tal cuál había sido dejado, lo único que rompía el esquema era kecleon, quien bailaba sobre la superficie del mueble agitando un par de pokebolas en cada mano. Kein lo había vuelto a hacer, usando a King su kecleon, había robado las pokebolas de sus oponentes. De pronto apareció un sableye que  tiró al kecleon de la mesa tomando su lugar en el escenario, donde comenzó a bailar un gracioso baile muy esquemático, semejante a los que acostumbran a hacer los grupos de música coreanos.

 -Oye Gray ¿Esa no es la misma sableye que trataste de capturar hace rato?

-Si, tienes razón, esa manía por bailar es inconfundible.

 El kecleon fastidiado utilizó el movimiento excavar para esconderse seguro bajo tierra junto a las pokebolas robadas a la espera de nuevas órdenes.

 -Parece que se quedaron sin pokémon -dijo el hombre tuerto con una sonrisa de confianza- no creo que les quede alguna otra opción aparte de rendirse.

-¡Ya verás mocoso! ¡Nicola trae el ya sabes que!

-¡A la orden jefe!

 El aludido  corrió con toda la gracia que le permitía su embriagada anatomía hasta un rincón del lugar, del cual sacó el extraño artefacto electrónico que había estado reparando hacía un rato. Además de eso tomó una pokebola que tenía oculta en el lugar, le entregó ambos artículos a su jefe, quien prácticamente se los arrebató de las manos sin siquiera dar las gracias. Entonces arrojó la pokebola y de esta salió un imponente pokémon de color gris y blanco, un aggron, este parecía estar equipado con una especie de armadura metálica que le cubría el torso, el aggron parecía muy molesto con esto e intentaba quitársela con fuertes arañazos sobre su cuerpo, pero estos eran inútiles.

 -¡Es el aggron de mi mamá! -Gritó Geralt.

-Si, es el aggron de tu mamá -dijo el líder de los bandidos con una sonrisa cruel- y ahora serán aplastados por él jajaja.

-¡Eso nunca! ¡Ese aggron es muy leal y él nunca me atacaría!

-Ya lo veremos.

 En eso el corpulento hombre tomó aquel curioso artefacto electrónico entre sus manos, se asemejaba un poco a una consola portátil, tenía una pantalla y botones a sus costados. Apretó el botón rojo que estaba en la parte de arriba con lo que se encendió la pantalla, además, esto provocó que una fuerte corriente eléctrica surgiera de la armadura metálica del aggron causándole un intenso dolor. El pokémon se retorcía intentando quitarse el siniestro aparato pero era imposible, entonces la corriente eléctrica cambió y la víctima perdió por completo el control sobre su cuerpo, ya no podía mover sus músculos a voluntad, estaba sometido a los deseos del dueño del controlador, este manejaba sus movimientos como si fuera un juguete a control remoto. Pero lo peor es que el pokémon estaba consciente de todo, y veía con impotencia como era obligado a hacer cosas que no deseaba.

 -Así que esta es tu última acción cobarde ¿Eh? -dijo Kein desafiante- pues no creas que esto me va a detener, Red utiliza rapi...

-¡Espera! –Gritó Geralt interponiéndose –No puedes hacer eso, ese aggron es de mi madre, él no tiene la culpa de lo que hacen, lo están controlando con esa máquina, no podemos atacarlo, no quiero que el querido pokémon de mi madre salga lastimado.

-¡Pero entonces que hacemos! ¡Tenemos que defendernos o esa cosa nos mata!

-¡Ja ja ja! Así que los pequeños renacuajos están indefensos, no pueden atacar y todo por un sentimentalismo estúpido, pues ahora verán lo que es bueno –comenzó a oprimir algunos botones de su máquina– ¡Veamos cómo les va con una garra de acero!

-¡Ya volví! –Dijo una voz a espaldas de los bandidos.

 Detrás de ellos, parada como si nada malo sucediera se encontraba July acompañada de su flaaffy y además de otra mujer de cabello azul que yacía recostada en el suelo junto a ella, esta estaba algo agitada, jadeando y sudando. Todos se sorprendieron de que July estuviera allí, la verdad nadie había notado en qué momento se fue. Lo que había pasado, era que July aprovechó la distracción que provocó Kein para escabullirse junto a su pokémon hacia el interior de la cueva, a espaldas de los bandidos, allí comenzó a registrar el lugar hasta que dio con el altar de piedra, donde yacía la madre de Geralt amarrada mientras su energía era drenada. rápidamente desató a la cautiva antes de que fuera demasiado tarde, por desgracia la señora estaba tan mal que era incapaz de tenerse en pie, entonces July la arrastró con ella hasta el lugar donde se encontraban todos, aunque el trayecto no era muy largo fue bastante agotador para ella, pero eso no importaba, estaba muy feliz de haber ayudado y planeaba seguir haciéndolo.

 La madre de Geralt se parecía bastante a su hijo, un gran número de pecas cubría su rostro delicado y femenino, el cual estaba enmarcado por una maraña de pelo azul que a diferencia del de su hijo era ondulado. Era delgada, para la edad que tenía se encontraba en buena forma, aunque en aquel momento esto no era muy notable dadas las precarias condiciones en las que había estado los últimos días, estaba muy pálida, débil y ojerosa, el simple hecho de respirar se le hacía difícil.

 -¡Mamá! -Gritó Geralt angustiado.

 Clover al escuchar la voz de su hijo abrió sus ojos vidriosos y lanzó una lastimera sonrisa, tenía la sensación de que iba a morir, y si fuera así le alegraba haber podido ver a su hijo una última vez antes de que eso ocurriera.

 -¡Jajaja! ¿Con que tu madre eh? Pues veamos qué te parece ver a tu querida mami siendo atacada por su propio pokémon.

-¡Noooooo!

 El perverso hombre comenzó a presionar botones ordenándole a agron que movimientos usar, el pobre pokémon intentaba resistirse inútilmente, se volteó hacia su entrenadora lleno de espanto y dolor, no quería dañarla. Entonces el flaaffy de July se interpuso entre ellos.

 -¿Qué le pasa a esa cosa rosada? ¿Acaso trata de resistirse? Jajaja, como si pudiera hacer algo, esa pequeña y débil criatura será aplastada por mi pokémon.

-Eso lo vermeos -dijo July con un fuego ardiente en su mirada- ¡RAFI TRUENO!

-Ay no -dijo Kein quien puso una cara de miedo- Green transfórmate en ónix, tú y el otro ónix hagan una pared de defensa, todos escóndanse detrás. Vamos, Blue, Red, regresen rápido esto es peligroso. 

Nadie sabía por qué Kein estaba tan alarmado, pero había algo en la voz de él que les obligó a obedecer. Todos se ocultaron detrás de la pared que formaban ambos ónix preguntándose qué era lo que iba a pasar en ese momento.

 Cuando todos estuvieron a salvo, Rafael se decidió a lanzar su ataque. La oveja rosada generó un poderoso trueno, cuyo fuerza fue capaz de abarcar toda la estancia, las paredes de la cueva se tiñeron de manchas negras provocadas por las quemaduras de electricidad, la mesa y los utensilios del lugar se reventaron, la lámpara generadora de luz estalló sumiendo todo en penumbras, sólo se veían los rayos brillando y salpicando el lugar, atacando a los bandidos que se retorcían incapaces de controlar sus cuerpos. Aggron también gritaba, sentía mucho dolor, la armadura de metal que controlaba su cuerpo también se rompió y cayó al suelo, la electricidad incluso era capaz de dañar a los ónix que a pesar de su tipo roca sufrían por este ataque. Destellos de luz continuaron estallando, brillando cada uno un instante, como terribles fuegos artificiales para ser reemplazados por otros en una descarga de pesadilla,  así hasta que abruptamente la corriente acabó.

 Cuando el ataque se detuvo, ambos ónix se desplomaron agotados. Todo estaba oscuro, era imposible ver a un metro de distancia, por eso ambos umbreon hicieron brillar sus anillos para iluminar la estancia. Cuando las sombras retrocedieron pudieron comprobar los estragos que dejó aquel pokémon ovejita, todo en el lugar estaba destruido y los cinco hombres más el agron yacían inconscientes en el suelo. Para tranquilidad de Geralt el pokemon acero no estaba severamente dañado. Un poco más allá, cerca de ellos, se veía a Rafael sentado un tanto agotado, mientras July brincaba de alegría detrás de él, Clover estaba tirada en el suelo mirando la escena estupefacta.

 -Dios mío -dijo Geralt- ¿En serio Rafi hizo  eso?

-Es capaz de hacer eso y más -dijo Kein- por eso me aseguré de ponerlos a todos a salvo, ya conozco a ese pokémon, proteger a July lo ha hecho fuerte, de hecho, no creo que haya en el mundo un flaaffy más fuerte que él, he experimentado su poder en carne propia, y te lo digo, sigue mi consejo, nunca la hagas enojar, o lo lamentarás...

 Geralt tragó saliva y se le encogió el estómago "Rayos creo que metí la pata" pensó para sus adentros, recordando el agarrón que le había dado a  July y temiendo consecuencias futuras.

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