Playlist > La rola de Monster High

A 3 días para el pride.

Beomgyu exhaló, colocándose un audífono y dejando colgar el otro tras su hombro. Cruzó sus piernas sobre la banca del patio de la escuela y acomodó su guitarra en su regazo, afinó su instrumento, y empezó a tocar con sus dedos una melodía repetitiva en ocho tiempos, antes de cantar el primer verso de una canción que escribió hace ya unos años.

Pensó que no recordaría la letra, pero estaba errado, porque a la vez que recordaba facilmente los buenos momentos, también era bueno evocando los malos también, y con eso; las líneas que le dedicó a una persona que le causo micho dolor.

—I thought that youd remember but it seems that you forgot, It's hard to me to blame you when you already lost. Oh yeah...

A pesar de que llevaba solo un auricular, de pronto se vio tan envuelto en la canción que dejó de escuchar el ruido ambiental de la escuela, centrándose únicamente en el ritmo que marcaban sus dedos y la pista suave que nunca se atrevió a borrar de la Playlist de su celular.

—I just wanna be the one, but to you were already down, tell me why you have to hit me and run me? Now I'm all alone, crying ugly.

No, Beomgyu ya no lloraba más por su ex, no era un nostálgico masoquista, pero se sentía tentado a hacerlo hacerlo solo porque una canción tan triste y dramática lo ameritaba.

—You broke my heart just for fun, took my love and you left me numb, now it's eight in the morning, hate in the morning ¡all because of you!

No quiso cantar el siguiente verso, porque no se sentía identificado como en aquel entonces, pero siguió tocando la melodía.

—All my love is gone too... Oh my life is gone... —esa última frase siempre la cantaba un poco entrecortada, tratando de expresar la incapacidad para hablar de una persona decepcionada, como lo fue él en aquel entonces.

El resto de la canción fue igual de suave y cruda que lo demás, una balada que perfectamente pudo sonar romántica por su dulce forma de interpretarla, pero terminó siendo sobre su primera y única decepción amorosa.

Y, por el hecho de ser la única, cambió la última línea.

—All my life is gone... Now youre dead and gone.

Al levantar la mirada, justo cuando se acabo la pista reproducida en su celular, se encontró con que Hueningkai y Yuna estaban de pie frente a él, sosteniendo helados derretidos y llorando.

—¿Chicos? —preguntó con una risa nerviosa—. ¿Qué ocurre? ¡No lloren!

—Es que... —a Yuna se le puso roja su nariz—. Es tan triste...

Hueningkai limpió las lágrimas de ella con la manga de su suéter.

—¿Cuándo escribió eso hyung? —preguntó interesado por esa interesante composición.

Beomgyu abrió la boca, pero la cerró cuando vio a Yeonjun, Lia, y Ryujin acercándose.

—Me gusta escribir canciones tristes —dijo encojiendose de hombros.

—Pero sonó tan sincero y emocional —Yuna dijo aún abatida, Hueningkai asintió—. Me encantó.

—¿Qué les encantó? —preguntó Lia colgándose de Yuna— ¿Por qué se ven como memes de gatitos llorando?

—Nada, los bebés lloran todo el tiempo —Beomgyu cambió el tema ágilmente, provocándo una tonta discusión donde los dos menores del grupo se quejaron por ser llamados bebés.

Yeonjun y Ryujin se sentaron a cada lado de la banca y le besaron ambas mejillas a su novio compartido. Lo envolvieron en sus brazos solo porque sí, y de pronto Beomgyu olvidó que estuvo conteniendo las ganas de llorar hace unos momentos por recuerdos que ya no valía la pena rememorar.

Quizás él también era un bebé.

Pero el bebé de ellos.

—Míos —dijo dandole un piquito a cada uno.

—Tuyos —respondieron al mismo tiempo.

Lia tomó a Ryujin de las mejillas y le dio un piquito, porque también era suya.

—¿Puedo darte uno también? —Kai pidió tímidamente a Yuna.

Ella asintió con sus mejillas sonrojadas y Kai chilló antes de inclinarse y darle su besito.

Hubieron muchos besitos muy diversos por un largo y agradable rato.