Parte 12

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La puerta del otro lado del pasillo se abre, y unos ojos grises luciendo culpables aparecen en mi línea de visión.

- ¿Sabes? Creo que sí subí en la madrugada, más dormida que despierta por eso no lo recuerdo bien.

- No sabía que eras sonámbula o de estas personas que hacen cosas dormidas - se ríe Ethan.

- Yo no... - ruedo los ojos - olvídalo, dame un minuto para alistarme.

Corro al baño de la habitación para asearme y cambiarme por ropa limpia antes de reunirme con mi novio. Cuando bajo, la señora Kavanagh ya se encuentra en la cocina, así que me ofrezco a ayudarla.

- ¿Cocinas, Ana?

- Si, bueno, no me muero de hambre - sonrío.

- Eso es bueno - ella ríe.

- Yo seré una gran Chef un día - dice Mía sentándose en la barra de la cocina.

La señora Kavanagh la mira y estira una sonrisa forzada en sus labios. Los dos hermanos Grey aparecen por la puerta principal y se acercan a su hermana.

- ¡Chicos! Hora del almuerzo. ¡Kate! ¡Ethan!

Pasos retumban en el piso de arriba, se arrastran por las escaleras y luego Kate aparece con el cabello alborotado. Ethan la sigue sonriente, también lleva el cabello rubio alborotado y una camiseta celeste.

- Hola novia.

- Hola novio - Kate rueda los ojos y Mía frunce el ceño.

- ¡A desayunar todos, es hora de volver!

Los señores Kavanagh ocupan la mesa del comedor, donde Elliot y Christian ya estaban sentados. Kate, Mía y Ethan sentados en la barra de la cocina.

- Aquí ya no hay lugar - bufa Kate cuando me acerco con mi plato a la barra.

- Siéntate aquí - dice Ethan señalando su silla.

- No te preocupes, voy a sentarme a la mesa.

Sigo mi camino hacia el comedor y ocupo una silla libre. No quise sentarme entre los señores Kavanagh e incomodarlos, así que me ubico junto a Elliot... Frente a Christian.

Tomo mi desayuno en silencio, mirando solamente mi plato para no levantar la vista a los ojos grises que me observan y parecer sospechosa.

Cada quien toma su plato y lo lava en la cocina cuando termina su almuerzo. Cuando Christian lo hace, sale por la puerta delantera, así que me levanto para hacer lo mismo con mi plato y salgo sigilosa por la puerta trasera hacia afuera.

- ¡Tú! - le grito cuando rodeo la cabaña y lo encuentro a un lado.

- ¡Yo! - grita cuando voltea a verme.

- ¿Fuiste tú, cierto? ¡Tú hiciste eso de llevarme hasta la cama!

Estoy escondida a un lado de la cabaña, lejos de las ventanas principales. Christian se ríe y camina hacia mi con las manos en los bolsillos.

- Tu novio no podría con semejante responsabilidad.

- ¡Eres un idiota! ¡Nadie pidió tu ayuda! - digo sin pensar mucho en sus palabras.

- ¿Querías quedarte ahí? ¿Incómoda?

- Estaba con Ethan.

- No parecías feliz de estar con él.

- ¡Tú no sabes nada! Yo...

- Christian - Elliot nos interrumpe - es hora de irnos, sube a la camioneta.

Retrocedo mis pasos para volver a esconderme, pero creo que alcanzó a verme. Christian aprieta los labios en una línea y asiente en silencio. Cuando Mía atraviesa la puerta, ambos esperan arriba de la suv.

Corro por la puerta de atrás hacia la cocina y subo por las escaleras. Kate aún está guardando sus cosas en su mochila de brillos mientras tomo la mía y bajo de nuevo.

- ¿Te veo mañana? - pregunta mi novio cuando estaciona afuera de mi casa.

- No puedo, debo recuperar la cita con la dra. Lawrence que pospuse.

- Bien, entonces te llamo luego.

Se inclina para besarme pero los golpes en el cristal de la ventanilla nos hacen separarnos.

- Ya pasaron mucho tiempo juntos, es hora de que te vayas - gruñe mi hermano.

- El carcelero volvió - me río y beso a Ethan.

- ¡Ana! - vuelve a golpear el vidrio.

- ¡Ya voy! ¡Dios!

Afortunadamente para mí, Isaac está más preocupado por vigilar que Ethan se vaya que por interrogarme sobre mi fin de semana. Aunque sé que no podré evitar contarle todo a José.

El lunes, después de la escuela me lleva hacia mi cita con Sally. Llegó justo a tiempo y su secretaria me deja entrar a los pocos minutos.

- ¡Es odioso! Es arrogante, es presumido, es... ¡Agh! - agito mis manos sobre mi cabeza.

- ¿Es el mismo chico del que me hablaste la ocasión anterior? ¿El de Detroit?

- ¡Si, es él! Solo que no es el mismo chico que conocí, antes era serio y tímido. ¡Este nuevo y maduro Christian es un completo idiota!

Sally hace una mueca ante mi palabras, llevo casi treinta minutos en la consulta y no he dejado de gritar.

- Ana - carraspea su voz - volviendo a la pregunta original... ¿cómo fue tu fin de semana con tu novio?

- Ahh si - me dejo caer de nuevo en la silla - Estuvimos platicando y jugando, pasando el rato.

- No pareces realmente emocionada.

- Si lo estoy, bueno no con la parte de Mía y Kate siendo las brujas que son conmigo, pero si con Ethan y sus padres.

- ¿Y este chico Christian...?

- ¡Él! ¡Él me hace enfurecer! - me enderezo en la silla - Va por ahí todo arrogante, tratándome como una chiquilla, además... ¿Qué se propone con todo eso? Me manda mensajes, me besa...

- ¿Él te... ? - la interrumpo.

- ¡Si! ¡Me besó! - me levanto de un brinco y camino de un lado a otro - Primero como un juego y luego lo hizo cuando estábamos jugando a las escondidas. No sé por qué lo hace, ¿por qué lo hace?

Le pregunto a Sally y ella me mira confundida. Supongo que cuando planeó su sesión no pensó que yo fuera a cuestionarla sobre mi No-relación con un chico que conocí hace años.

- ¿Hablamos de esto la próxima sesión?

- Bien, por supuesto. Gracias Sally.

Salgo de su consultorio y bajo las escaleras hasta la calle. José está estacionado justo afuera esperando a que termine mi cita.

- ¿Lista pequeña?

- Si, próxima semana, misma hora.

- Anotado.

Subo del lado del copiloto y me pongo el cinto de seguridad. Saco el móvil de mi bolsillo donde lo puse después de apagarlo y lo enciendo para comprobar que no tengo notificaciones de mensaje. Nada.

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