— ¿Entonces te escapaste con el chico raro?

— No me escapé con él, tonto, solo fuimos a desayunar.

— De haber sabido que era él, habría dejado que Isaac te castigara.

— Vamos, sé un buen amigo. Además terminamos peleando, así que no veo el problema.

— Entonces ya está olvidado – José toma su plato y lo lleva el fregadero.

— Por cierto, ¿en dónde está mi hermano? ¿Fue a la oficina en sábado?

— No lo sé, supongo que sí. Ha estado trabajando mucho últimamente.

— Mientras él se ocupe de los Lincoln, estoy de acuerdo.

Mi móvil vibra en la encimera con una notificación de mensaje. Contengo la respiración hasta que veo el nombre de mi novio en la pantalla.

* ¡Hola Novia! ¿Quieres venir a ver una película conmigo? *

* ¡Hola Novio! ¿En tu casa? ¿Con Kate vigilándome? *

Frunzo el ceño con la sola mención de su nombre, no se conforma con molestarme en la escuela, también lo hace cuando voy a su casa.

* Ella no está, fué a casa de Mía Grey *

Grey. Necesito dejar de pensar en Christian y en todo lo que tenga que ver con él. No puede invitarme a salir y luego ser un completo idiota grosero.

* Bien, le diré a José que me lleve *

Salgo de la casa hasta el garage donde mi amigo está escuchando música en el auto.

— Hey, ¿me llevas a casa de Ethan?

Levanta la cabeza y me hace una seña con la mano para que suba al auto. Salto al asiento del copiloto buscando en la radio alguna canción de Maroon 5 para cantar.

— Regreso por ti a las 7.

— Yo te aviso.

— A las 7, Ana

Ruedo los ojos y me volteo hacia la puerta cuando la escucho abrir. Mi novio guapo sonríe divertido.

— Hola novia.

— Hola novio – lo acerco para besarlo – ¿Estás solo?

— Si.

Cierra la puerta y toma mi mano para llevarme por las escaleras hacia su habitación. No es la primera vez que nos quedamos solos, así que no estoy nada nerviosa.

— ¿Y a dónde fueron todos?

— Papá fué a la oficina y mamá a comer con sus amigas del club.

— Y no es que la extrañe – hago una mueca de disgusto – pero ¿dónde está Kate?

— En casa de Mía, llegó una invitación para una Gala de la fundación de los Grey y desde entonces solo habla de vestidos.

— Vive para ese tipo de fiestas – me río – ¿Y tú? ¿Tienes tu traje para ese día?

— No pensaba ir, pero supongo que sería divertido si vas conmigo – ruedo los ojos.

— ¿Una velada con Kate y Mía? No me la perdería por nada – se ríe.

— Pero estarás conmigo – dice cuando se sienta junto a mí en la cama.

— Lo sé, eres un gran premio.

Sonríe y se acerca más para besarme. Paso mis manos por su cabello rubio alborotado acercándolo para mantener el beso. Ethan es tan dulce que siento que no lo merezco.

Sus manos se apoyan en mi cintura y nos jala a ambos para hacernos caer de costado en la cama. Una de sus manos se desliza por dentro de mi camiseta haciéndome cosquillas.

— No, espera – me río.

— ¿Qué? – dice en tono inocente.

Las yemas de sus dedos me provocan escalofríos por todo el cuerpo. Dejo de reír cuando muerde mi labio inferior y empiezo a respirar con dificultad.

— ¿Ethan?

— Hum.

— Espera – suelto con un jadeo.

— Me encantas – dice en mi oído mientras va dejando besos.

¡Oh Dios! Quiero que se detenga, pero a la vez no quiero, aunque sé que no quiero perder mi virginidad así. Quiero estar segura primero que mis sentimientos son fuertes.

Le dije a Christian que era virgen. Mierda. El recuerdo vuelve a mi mente con mucho enojo, lo que sirve para frenar mis impulsos.

— ¡Ethan!

Él balbucea algo y levanta la cabeza para mirarme. Sus manos se detienen justo sobre mi pecho, donde acariciaba sobre la tela de mi sostén.

— Pon la película, por favor.

— Si, claro.

Se endereza en la cama, su cabello alborotado lo hace lucir adorable, pero no estoy aquí para pasar de la segunda base. Por lo menos no todavía.

Mi novio elige una película de comedia que nos distrae un poco y nos acurrucamos en la cama. Tuvo que bajar a la cocina a traer palomitas y refrescos antes de que empezara la película.

— ¿De verdad no quieres venir a la Gala conmigo?

— ¿Señoras presumidas y princesas chillonas? No gracias.

Le doy un suave beso cuando me despido de él en la puerta de su casa. El idiota de José lleva media hora estacionado afuera, agobiándome con sus mensajes.

— ¿Podría ser para hoy? – gruñe desde el auto.

— Qué simpático – se burla Ethan.

— Si, como un oso de peluche con dientes – hago una mueca.

— Te llamo mañana.

Subo al auto más apurada por detener los gritos de José que por tener que irme.

— ¿Todo bien en el paraíso?

— Excelente – levanto mi pulgar – todo bien.

— Me alegro.

— ¿En serio?

— No – se ríe – me gusta más el conflicto, es mucho más... Interesante.

— Solo conduce, José.

Mi amigo estaciona al frente de la casa y me bajo para que él lleve el auto al garage. Me dirijo a las escaleras cuando la voz de mi hermano me detiene.

— ¿Estabas con Kavanagh?

— Si.

— No hagas planes para el próximo sábado.

Volteo a verlo confundida. Se acerca a mí con una mano en el bolsillo y me extiende un papel, un sobre tal vez.

— Necesito que consigas un vestido.

— ¿Por qué?

— Vamos a ir a un evento de beneficencia.

— ¿Qué? – balbuceo abriendo el sobre.

"Estimados Señor Isaac Steele y Señorita Anastasia Steele:

Nos complace extender a ustedes una invitación cordial para la GALA en beneficio de "Coping Together", que se llevará a cabo el próximo sábado... (...) Esperando contar con su invaluable presencia.

Atte.
Grace Travelyan Grey"