Capítulo 8

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¿Por que esta mal? ¿Por que no puedo estar a su lado sin que me juzjen? ¿Por que no puedo tocarlo como deseo hacerlo? Duele demasiado, me ahoga este sentimiento... no quiero seguir, ya no quiero continuar.












Yugyeomm dejo que las lagrimas salieran, bañando así la almohada, el dolor de cabeza incrementaba al igual que sus cuestiones, sus odios y aquel sentimiento reprimido. Quería terminar con ese dolor, la idea de tomar una soga y ahorcarse fue muy seductora en ese momento.

Pasada una hora en llanto y tristeza, Yugyeom quedo dormido, estando sensible su cuerpo se relajo por completo, sus pesados ojos disfrutaron poder cerrarse, su cerebro por fin se callo, la voz de su padre y las miradas de desprecio dejaron de hacer eco en su memoria.

La pastilla hizo efecto, dejando que Yugyeom lograra descansar.

Jackson hizo su aparición a las dos y cincuenta, Jae estaba cabeceando y JinYoung dio por terminada la velada, a paso lento y tratando de no despertar a Yugyeom, camino a la cama, ignorando por completo la colcha en el suelo.

Jackson se quedo ahí, mirando con suma atención las facciones de Yugy, se veía tan relajado y tan hermoso, detallando mejor a Yugy noto que la almohada estaba húmeda, lo que le dio a entender que este lloro sin parar, su maldito corazón se oprimió, no quería que Yugy sufriera, pero... ¿Que mas podía hacer? Todo era un asco.

—Eres hermoso— dijo sin miedo, tocando con delicadeza el cabello ajeno —Eres mi todo.

Lentamente, acerco su rostro al de Yugyeom, llevado por el deseo de probar una vez mas aquel manjar de labios, implanto los suyos en los de Yugy, cerrando los ojos  movió con delicadeza y suavidad sus labios.

Yugyeom tenia el mejor sueño de su vida, estaba con Jackson, sentía su fragancia y escuchaba la suavidad de sus voz, pudo verlo acercarse a el, sintió sus labios y los saboreo, era tan real...

—¿Jackson?

No era un sueño, no lo era. Las mejillas sonrojadas de Jackson enternecieron a Yugyeom —Yo... amm... este— el chino se encontraba nervioso, había sido correspondido en medio del beso y sorprendido infraganti —Solo...-

Yugyeom lo miro balbucear, embelesado por los labios ajenos, mando toda su cordura a la mierda, su asco y sus miedos, tomando la barbilla de Jackson unió nuevamente sus labios.

Jackson correspondió con gusto, su cuerpo se movió por si solo posicionándose en medio de las piernas ajenas, una a cada costado, sus manos se envolvieron en el cuello de Yugyeom y este posiciono sus manos en la cintura estrecha de Jackson.

Dando una mordida, Yugyeom ingreso su lengua en la cavidad bucal de Jackson, este gimió por el acto, completamente sumiso ante Yugyeom —Yugy— susurro al separarse, lo deseaba, lo necesitaba —Por favor— suplico.

Yugyeom jamás imaginó ver a Jackson tan dócil ante su tacto, los ojos de su amigo suplicaban por ser tomado, podía ver cuanto lo deseaba... Pero, ellos son hombres, los hombres no... Como un balde de agua fría sintió su cuerpo temblar —Esto... no esta bien Jackson.

Jackson lo sabia, Yugyeom temía dejarse llevar... lo sabia y se sintió terrible —Yo te necesito— le susurro ocultando su rostro en el cuello ajeno —No quiero que te cases con ella, yo... yo te quiero para mi.

Yugyeom sintió como su camisa era empapada por las lagrimas de su querido Jackson, También te necesito, también te quiero para mi, quiso responder, en su lugar, abrazo y acaricio con ternura la espalda de su menor, tratando así de calmarlo.

Nada esta bien, sentir esto esta muy mal, todo esta mal, esta mal, MAL. Los gritos en su cabeza hicieron que se aferrarse mejor a Yugyeom, este país maldito miraba con horror y desprecio a quien expusiera sus verdaderos sentimientos, esto daba asco.

Cuando Jackson logro calmarse un poco, Yugyeom se acomodo mejor en la cama, dejando el cuerpo de Jackson a su lado, reprimiendo todo su dolor se obligo a sonreír —A dormir— susurro abrazándolo.

Aunque solo fueran leves caricias, Jackson se conformaría con eso, porque lo amaba, y todo lo que viniera de Yugyeom era suficiente para él —Te quiero— susurro antes de dejarse caer dormido.

Yugyeom respiro la fragancia ajena, acariciando la cintura de Jackson sonrió —También te quiero Jacksonnie. 

Aquella noche, aunque su cuerpo y corazón pidiera por Jackson, su razón y miedo lo obligaron a callar aquel desesperante deseo.

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