Extra 1

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Una nueva mañana comienza, todos los miembros del cuartel comenzaban con su rutina de trabajo, algunos se levantaban y salían de sus habitaciones, los cuales el cuartel proporciona a todos aquellos que deben mantenerse alertas por cualquier contrariedad, mientras que otros llegaban de sus hogares alejados del lugar.

En dos dormitorios, sin embargo, parecía que no había ninguna actividad, sus respectivos habitantes parecían no encontrarse dentro, por lo menos, eso se notaba en el exterior.

En la primera habitación, un chacal se encontraba en su baño lavando su cara con agua fría, en sus ojos se podía notar su falta de sueño y en su habitación, un completo desastre: desde objetos rotos, la cama deshecha, las cortinas rasgadas, paredes con diferentes manchas y golpes, hasta zapatos y algo de ropa regada por el lugar. Todo esto causado por su ira sin control.

—soy un imbécil— habla con su reflejo —por qué?— pregunta ahora a su rostro demacrado por falta de sueño —por qué no puedo olvidar su cara?— muerde su labio inferior, recordando el momento donde miró a shadow, donde miró esos ojos brillantes y esas mejillas de un suave color cereza, como sus pequeños labios entreabiertos soltaban un suave suspiro ante su presencia.

Recordarlo lo hace gruñir, porque le parece hermoso. Pero, «¿cómo puede parecerme hermoso ese maldito erizo de mierda?»

Aprieta los dientes y se aparta de su reflejo. Camina en círculos entre todo el desastre que ha creado, respirando lo más profundo que puede para relajar sus músculos, para dejar salir su molestia. Una vez logrado toma asiento en su cama, mirando el suelo, cerrando los ojos ante el ardor que posee en ellos.

Toda la noche estuvo en debate, en un debate interno, en como las cosas escalaron, en como terminaron con ese beso tan intenso. Y el por qué lo había disfrutado.

—solo quería fastidiarlo— se repite, una y otra vez, pero no logra convencerse —¿por qué demonios me gustó? Y ¿por qué tiene que tener ese maldito rostro?— limpia sus ojos una vez más —maldito seas shadow the hedgehog— gruñe, de nuevo, respira profundo otra vez —necesito un café— se dice a sí mismo, ya que, no tiene con quien hablar

Se levanta pasando sobre sus cosas, apartándolas con su pie para que no moleste su paso hasta la puerta. Al llegar sale de allí tomando camino ahora hacia un nuevo destino. La cafetería.

Mientras camina, sigue pensativo, ahora controlándose al estar a la vista de todos, después de todo, nunca dejaría ver lo que siente realmente, no quiere miradas sobre él.

Recuerda la escena nuevamente, repasando lo que había sucedido. Desde su molestia de que shadow lo ignorara, pensando erróneamente que era porque lo considerara inferior a él, que lo hacía con la intensión de fastidiarlo. Claro que, su hipótesis, ya no tenía sentido.

En realidad, shadow lo estaba esquivando desde el toque de labios, algo que realmente había olvidado hasta analizar esa actitud tan extraña que manifestaba el erizo.

«pero, por que le ha afectado tanto algo tan tonto?» suena en su mente mientras agarra una taza cargada de café sin azúcar, necesitaba energía extra al no descansar como debía. «repasemos, shadow the hedgehog, autoproclamado la forma de vida perfecta, un erizo idiota, arrogante, egocéntrico y solitario, odia a todos, especialmente a la rata azul, sin embargo, sigue trabajando con una organización estúpida por alguna razón, que seguramente es económica. Es fuerte lo admito, hábil con las armas y en combate cuerpo a cuerpo, controla las esmeraldas del caos con facilidad y tiene ataques curiosos como el spind dash y la lanza caos» camina hacia el área de comida para buscar algo para su estómago, que ha comenzado a exigir alimentos.

Toma algunas cosas, lo primera que encuentra, y toma asiento en una mesa vacía para poder alimentarse «es experto en muchas áreas, su inteligencia es sorprendente y le encanta tener el control, es inmutable, puede ver cosas atroces y no lo he visto pestañear, puede que sea un sociópata. Entonces, ¿Por qué un erizo, que odio admitir, es prácticamente insuperable flaquea con un beso?»

—no comprendo nada— niega acariciando su larga melena en señal de exaspero

—hola perrito— alza la mirada, encontrando a su, odiosa, compañera de equipo

—bruja blanca— responde, en un extraño saludo, solo haciendo que su compañera se moleste, pero no le diga nada. Su trato es así de extraño.

—se nota que amaneciste de humor— sonríe mientras comienza a comer también

—no había otro lugar donde meter tus orejas?— pregunta mirándola con una ceja alzada, sabe que si ella se acerca es por conseguir información, llevar tiempo al lado de ellos le ha dado bastante información.

—era la única mesa vacía— dice tranquila

El chacal observa las demás mesas y varias de ellas se encuentran totalmente vacías gracias a la hora.

—ash, bien, solo quiero saber porque shadow y tú no han discutido, es raro— admite la murciélago —así que habla— lo señala con su tenedor —¿Qué ha sucedido?—

—nada que te importe— responde ignorándola para seguir comiendo, ya tiene suficientes problemas en su cabeza como para soportarla a ella

—vamos, hagamos un trato—

—trato?—

—te doy información si me das información—

—y que información me podrías dar tu?—

—bueno, conozco a shadow mucho más que todos aquí, así que...— deja las palabras en el aire, analizando al chacal, sabe que a él le interesa cosas del moreno, después de todo, son enemigos, y los enemigos siempre buscan la debilidad del otro.

El chacal duda, pero al final le parece un buen argumento.

—bien, pero tú me darás la información primero—

—no podía esperar menos de un mercenario— pone los ojos en blanco —que quieres saber?—

«¿por qué besarlo lo vuelve tan... sumiso?» suene en su mente —he visto al erizo ser inmutable, ¿qué puede hacer que rompa esa barrera?—

—hmp, algo que rompa la defensa de shadow, buena pregunta— dice la murciélago jugando con su tenedor —en los años que lo conozco solo hay un par de temas que lo han afectado, su pasado perdido y una mujer—

—mujer?— detiene el tenedor en el aire, la idea de una mujer con shadow le parece, extraña.

—no puedo decirte mucho— alza los hombros —el pasado de shadow es complicado y algo que guarda bastante bien, pocos lo saben, yo incluida, aunque es poca la información— come tranquilamente —de allí no he visto nada que rompa su defensa, es bastante bueno para mantenerla, o, y algún tema nuevo para él, no rompe su defensa pero si lo distorsiona un poco, recuerdo cuando la chica rosa, amiga de big blue, le dio un abrazo, lo dejó en un shock momentáneo, como que fuera la primera vez que recibía uno— dice pensativa y luego mira al chacal —bien, ahora tú— lo señala

—bien— acepta —no tengo idea— niega

—que?— frunce el entrecejo —me engañaste—

—no— niega de nuevo con la cabeza —te estoy dando lo que sé, el nigga me ha estado esquivando todo este tiempo y tampoco sé la razón, es molesto— gruñe pensando en todos los desaires —es como si yo no existiera para él, que solo soy algo inferior a lo que no le prestará atención, no lo valgo— golpea su mesa, molesto, dejando caer un poco de su café

La murciélago suspira, pensó que sabría, parece que no —que pérdida de recursos— dice desilusionada —llevo algunos días mirándolo pero nada, solamente ha estado entrenando de más a nivel de ser excesivo y romper algunas máquinas y tiros al blanco, pero de allí, su rutina sigue siendo la misma— habla para ella recordando la información que tomó de diversas personas

Sin saber que había mucho más.

—qué más da, tal vez si sea lo que has dicho, después de todo ustedes se detestan, además, agradezco que dejaran de gritarse, mis orejas no iban aguantar más— rueda los ojos nuevamente y termina su comida —como sea, nos vemos— se va derrotada por la falta de información

«así que, temas nuevos ha?» suena su voz interna ante el nuevo dato «significaría que es su primer beso?» suelta una leve risa ante la idea «también explicaría su inexperiencia al mover sus labios» acaricia su boca con el pulgar, recordando el beso. «un shock, no, no era un shock, más bien parecía que se dejaba llevar por las sensaciones, las sensaciones de un beso»

Suelta un suspiro leve, mientras recuerda la escena nuevamente, pero esta vez, sin molestarse por su decisión tomada, más bien, colocándole atención a las sensaciones que ese beso le produjo. En realidad, le parecen familiares. El cosquilleo, el latido, el calor. El deseo de seguir y devorar el cuerpo frente suyo.

Hacerlo solamente suyo.

«no» detiene sus pensamientos «no puede ser eso, no puede» sacude su cabeza «lo odio, lo odio, mi deseo es matarlo, ver su cara ensangrentada, ver su cuerpo herido, mirar como suelta su último aliento entre mis manos, desde ese día, desde ese maldito día ese es mi deseo» sujeta su cabeza —él no puede, no, no, no— habla entre dientes a baja intensidad.

Volviendo un poco atrás, en la segunda habitación, un erizo se encontraba en su cama, con las cortinas corridas evitando que el sol entre por la ventana. Su mirada, se encontraba perdida en alguna parte de su techo, irritada ante la falta de sueño y con una pequeña mancha oscura debajo. Una de sus manos se encontraba en su pecho, descansando en el pequeño pedazo de pelusa blanca, la otra mano, se encontraba en sus labios, acariciando estos suavemente una y otra vez, soltando leves suspiros cada vez que lo hace.

En su mente, mira de nuevo al chacal tan cerca de él como la noche anterior: puede sentir su colonia y su aliento sobre él, su mirada brillante de dos colores, un dorado ámbar y un azul marino. Entrecierra los ojos mientras abre los labios, sintiendo una presión en ellos, causado por sus dedos, pero sintiendo que son los labios de su contrario. El nuevo dueño de sus pensamientos.

Cierra los ojos por completo, recordando a detalle cada sensación, los escalofríos, los cosquilleos, el calor, los latidos, todo, absolutamente todo.

Se remueve en su cama dominado por las sensaciones, o por lo menos, el recuerdo de ellas. Poco a poco, la mano sobre su pecho baja, acariciando este, pasando por el abdomen hasta llegar a su entrepierna, donde las sensaciones son más potentes. Acaricia el área con sus dedos, teniendo leves espasmos recorriendo su anatomía. No comprende que es lo que hace, el por qué lo hace, pero ¿qué importa? Se siente increíble y eso es suficiente para él.

Seguía así, tocando ese lugar, tocando sus labios recordando ese beso, sintiendo ansias de más, mucho más. Deja de hacerlo poco después, aunque la sensación le guste, no es la misma, quiere que él lo haga de nuevo.

¿debería pedirlo? ¿debería hacerlo el mismo? ¿o solo debe seguir ignorando al chacal para que se moleste de nuevo y lo haga? ¿directo o indirecto?

¿es correcto que lo haga en primer lugar?

«es mi enemigo, después de todo, nos odiamos» responde a la última pregunta.

Odiarse. La palabra que coloca una barrera bastante grande entre ambos. Desde el momento que lo colocaron como su compañero, más bien, lo colocaron como niñera del chacal, todo han sido peleas, discusiones a veces sin sentido, golpes que ha dejado a ambos en la enfermería y con una fuerte reprimenda por parte del general, un par de castigos en una sala solitaria solo con el chacal para "recapacitar" esposados para que no se maten entre ellos y las varias veces que se pusieron en riesgo en misiones por la misma razón.

Son enemigos, deben detestarse, desear que el otro muera, hacer que el otro muera.

—pero, no siento eso, por lo menos, ya no— vuelve su vista al techo, analizando lo que ha estado sintiendo en los últimos días

El cómo, ese toque en sus labios lo ha puesto tan alterado, y como el segundo, lo hizo perderse. Y como esto mismo hace que cambie su forma de ver al chacal.

«realmente lo odio?» suena su voz interna «no lo soporto, pelea por todo, busca un enfrentamiento en la menor oportunidad, desobedece intencionalmente, me ha metido en muchos problemas, su presencia es molesta y sus gritos son peor. Sin embargo, no creo, odiarlo, por lo menos, ahora, ya no» pasa su mano a su pecho, sintiendo su corazón latir con algo de fuerza «entonces, ¿qué es lo que siento por él ahora?»

Su mirada se mantiene en el techo, mirando lo gris que se mira, la textura y los pequeños rayos de sol que se filtran. Comienza a recordar los momentos con el chacal: peleas, gruñidos, insultos, todo. Analiza que siente ahora ante esos recuerdos, normalmente solo pensar en el nombre del chacal lo enojaba, ahora, no siente ninguna molestia.

«¿por qué?» gruñe un poco, ahora fastidiado por todas las dudas que comienzan a llover sobre su mente.

Se levanta de la cama de golpe. —basta— se regaña a sí mismo —es suficiente de esto— sacude su cabeza decidido a olvidar el tema.

Sea como sea, no cambia la situación ni su vida, no debe cambiarla, él debe seguir cumpliendo su promesa, debe trabajar para el GUN. No puede distraerse por cosas que para él no tienen sentido, cosas que no comprende, no son importantes.

Con ese pensamiento se arregla para comenzar con su rutina. Se coloca sus zapatos y cambia sus guantes, cepilla sus púas ante lo desordenadas que se miran y una vez listo decide ir por su café, cargado y sin azúcar, como le gusta.

Camina por el pasillo, decidido, a la cafetería, pero a pocos pasos se detiene, mirando al culpable de su desvelo, el dueño de sus pensamientos y su deseo culposo. El chacal.

Ambos se miran mutuamente en completo silencio.

«shadow/infinite» el nombre de su contrario hace eco en sus mentes. «se mira muy mal» hablan en su mente al mismo tiempo, mirando de arriba hacia abajo a su contraparte, dedicándose a mirar su rostro, donde el agotamiento es más notorio

«que debería decirle?» se pregunta shadow, recordando la noche anterior «¿pelear por lo que hizo? ¿golpearlo? ¿es realmente necesario?, no, mejor ignoro, es tonto pensar siquiera que se repetirá»

«no puede gustarme» sigue negando infinite, buscando convencerse de que lo que piensa es estúpido, y lo que pasó solo fue un error estúpido también «Él no puede gustarme, es shadow, lo odias, juraste matarlo»

Ambos siguen discutiendo mentalmente por unos minutos, sin dejar de verse.

El primero en cortar contacto es shadow, decidido a dejar todo atrás, quitándole la importancia. Camina hacia el chacal pero sin darle la vista nuevamente, decidido a pasar de largo.

Sin embargo, se detiene poco después de pasar del chacal, girando en sus talones para verlo nuevamente. La razón: el chacal ha comenzado a toser con fuerza a tal grado que se ve obligado a sostenerse de la pared, su cuerpo tiembla y el aliento le falta.

—mier...da— gruñe sintiendo un fuerte dolor en su pecho, sosteniéndolo con fuerza «¿Por qué ahora?. Maldito rubi» cierra los ojos soportando su suplicio. Un dolor que pensó que había desaparecido, pero no, ha vuelto. Las consecuencias del rubi fantasma.

Shadow mira a infinite batallar, duda un segundo, pero todo se esfuma de su mente cuando mira un par de gotas rojas caer de su mano al suelo. Se acerca rápidamente en su auxilio. Infinite lo observa por un instante, «lo estas disfrutando, erizo?, ¿disfrutas de mi muerte?» pregunta mentalmente mientras su agonía aumenta.

Sus pensamientos cambian cuando deja de sentir el suelo bajo sus pies y todo el pasillo se distorsiona, a tal nivel que todo está borroso a su vista.

«pero que?» es lo único que logra pensar.

En un par de segundos, se encuentra en la enfermería, siendo llevado en brazos por el erizo negro.

—agente shadow!— grita el doctor molesto ante shadow, puesto que entró de la nada, rompiendo la puerta de metal, causando un alboroto dentro del lugar por el impacto tan repentino. Su rostro cambia al ver a quien trae consigo —que ha pasado?— mira a shadow alzando la ceja, pensando que es su culpa 

—comenzó a toser sangre, no deja de agarrarse el pecho— indica ignorando la obvia mirada acusadora

Camina hasta el interior y deja a infinite en la camilla. El doctor observa al chacal y rápidamente le da una máscara de oxígeno para ayudarlo a respirar. Luego busca entre algunos lugares una inyección colocándosela rápidamente. Poco a poco, el dolor del chacal disminuye dejando de toser, volviendo a respirar con normalidad.

Infinite se relaja, aún tiene leves espasmos, pero por lo menos el dolor está controlado. Maldice mil veces su suerte y a la joya que alguna vez tuvo su pecho.

—que ha pasado?— vuelve a preguntar, ahora al chacal

—estrés— responde con algo de dificultad —no dormí muy bien— 

El doctor asiente escribiendo la información en una pequeña tableta.

Mientras, el chacal sigue respirando con fuerza con la máscara de oxígeno, desvía la mirada hacia la puerta, pensando en el erizo, el cual, se fue poco después de ver mejor al chacal. 

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