DIECINUEVE

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TYSON CUSIC.

Llegó lunes, tenía que ir sí o sí a la secundaria, los primeros exámenes del segundo trimestre comienzan justamente hoy.

¿Estudie?

No.

¿Voy a reprobar?

No.

Que sea soso no significa que sea tarado, él Tyson inteligente aún no ha muerto, basta con solo poner atención y unos pocos apuntes y ¡Zaz! Apruebas cagado de risa, bueno, al menos yo.

Mi padre estacionó el auto, agarré mi mochila y abrí la puerta, respiré hondo y poco a poco solté el aire acumulado, cerré mis párpados por unos segundos, preparándome mentalmente para hacerme él de los oídos sordos ante los rumores que se me van a venir encima apenas ponga un pie dentro de la secundaria.

Mi padre se despidió no sin antes abrir su billetera y ofrecerme algo de dinero que gustosamente tomé.

—Nos vemos.—Me despedí, saliendo del auto, acomodando la mochila sobre mis hombros.

Escuché como el auto se alejaba, chasquee la lengua y a pasos lentos me adentre a la secundaria. Miradas, cuchicheos, risas burlonas, cosas que se viven en este bello palacio para jóvenes hormonales. A lo lejos divisé a Stella, quien se encontraba sentada con las piernas cruzadas, sobre el césped junto a su hermano Geovanni, ella alzó la mirada y da la casualidad de toparse con la mía, rápidamente se puso de pie e hizo una seña, desvié la mirada hacía al frente. No tengo ánimos para absolutamente nada. Escuché como llamaba mi nombre pero le reste importancia.

Llené mis pulmones de aire y continué avanzando, metí mis manos en los bolsillos de mi pantalón, miré hacia todos lados en busca de Derek, no logré verlo. A pasos lentos caminé hacia el pasillo de matemática, saqué mi mano derecha y coloqué mi dedo índice sobre el detector de huellas para confirmar mi asistencia, el aparato no reconoció mi huella, frustrado pasé mi dedo por mi pantalón y nuevamente lo volví a a colocar, en ese momento sentí que alguien me observaba, miré hacia mi lado izquierdo y para mi sorpresa Derek estaba recostado sobre la pared, mirándome con detenida atención.

—¿Ya acabaste?—Preguntó una chica que se encontraba detrás de mi, esperando su turno, quité mi dedo del aparato y me aparte— Gracias.

Caminé hacia Derek, mientras me acercaba pude notar un pequeño hematoma en la comisura derecha de su labio, arrugue mi frente ya que yo también cargó con el hematoma de la cachetada de Jyle.

—¿Qué te pasó?—Señalé con mi dedo índice su labio.

—¿Qué te pasó a ti?—Cuestionó, con el entrecejo arrugado.

De repente los estudiantes caminaban un lado a otro, con prisa, saqué mi teléfono para ver la hora.

—¡Demonios! Nos vemos en el almuerzo.

Derek asintió, giró sobre sus talones y se fue, copié su acción, dirigiendome hacia aula, en el momento en el que puse un pie en ese lugar él profesor me miró con esa expresión de decepción y señaló con la mirada un asiento desocupado frente a su escritorio.

Recostado sobre la entrada de la soda esperaba a Derek, que por dicha no tardó en llegar, nos miramos con algo de confusión mientras caminábamos hacia una de las mesas más apartadas, me senté, apoyé los codos sobre la mesa y con la mirada seguí los movimientos de Derek, había algo diferente en él, me era difícil saber que es pero era muy notable.

—¿Quién empieza?—Me incliné un poco hacía el frente y esperé la respuesta de Derek.

—Pasó algo, no me lo vas a creer.—La emoción era muy notable en su tono de voz.

Me quedé en silencio pero atento.

—¿Lo vas a decir o qué?—Consulte, impaciente ante la demora.

—Sucedió algo entre Alondra y yo.

—¡Qué!—Me incliné hacia Derek y sonreí— No me digas que ella te hizo eso.—Exagere mis expresiones de asombro— ¿Fue una noche salvaje?

—Mmm...no, nada de eso. Esto—Señaló su labio— Fue Jyle.

—¡Pero qué mierdas!

—Los estaba buscando.—Alondra se sentó al lado de Derek y puso una caja sobre la mesa— Hice donas y déjenme decirles que me quedaron hasta para chuparse los dedos.—Miró a Derek para luego mirarme, su mirada se quedó en mis labios.

—¿Tú las hiciste?

—Sí, así es ¿Quieres?—Acercó la caja hacia mi.

Levanté la tapa de la caja, rápidamente el olor de las donas llegó a mi fosa nasales, tomé una y la analicé por unos segundos.

—¿Qué me asegura que no trae veneno?

Alondra estiró su pierna y piso mi pie.

—¿Y a ti qué te pasó?—Derek acercó la caja hacia él y analizó lentamente su elección.

—Me golpeé contra la puerta.—Repliqué mordiendo la dona.

—¿Y de casualidad esa puerta no se llama Jyle?—Ironizó Alondra, cruzada de brazos.

Resople y me puse de pie para caminar hacia la máquina de refrescos, metí la moneda, me incliné para agarrar mi refresco y nuevamente regresé a mi asiento.

—Estos exámenes me tienen enferma.—Se quejo Alondra, inflando sus cachetes y tomando su cabeza entre sus manos

—Te apuesto— Abrí mi refresco y lo acerqué a mis labios— a que sacó los exámenes más altos que tú.

—¿Cuánto quieres apostar?

—No lo sé, dime tú.—Levanté una ceja ante la expresión de confianza de Alondra.

—Veinte dólares.

—¡QUÉ! No, más más.

El timbre sonó, frustado metí mi mano al bolsillo para sacar mi teléfono, observé la pantalla y abrí mis ojos en sorpresa, ya me había atrasado dos minutos, me puse de pie, tomé una dona y la mordí caminando a pasos agigantados hacia el aula.

Pateaba una piedra mientas caminaba hacia la salida, el cordón de mi tenis se soltó así que me agaché para atarlo, cuando terminé me incorporé y salté hacia atrás al ver a Stella con la mochila entre sus manos, mirando mis movimientos sin expresión alguna.

—Por lo menos haz algo de ruido cuando te quieras aparecer así.

Ella no movió ni un músculo, ni pronunció ni una palabra, exhaló y sorbió de su nariz.

—¿Qué quieres? Ya quiero salir de aquí y quitarme este tedioso uniforme.

—¿Estás... Tú estás bien?

Arrugue mi ceño al escuchar su pregunta.

—Pues sí. ¿Y tú?

—Debemos hablar, pero no aquí. Es algo muy importante, sé que te va a interesar.

Di un paso hacia ella.

—No me lo tomes a mal pero... Lo que tú hagas con tú vida no creo que me interese.

Stella puso los ojos en blanco y chasqueó la lengua.

—No es necesariamente de mí Tyson, es sobre Lucia... Y Derek.

Escuché la voz de Derek, miré hacia todos lados buscando hasta que di con él, estaba hablando con un grupo de chicos, miré a Stella sorprendido.

—¿Derek y Lucia? ¿Qué quieres decir? Ellos ya no son novios, no entiendo.—Rasque mi cien, pensando en respuestas.

—Lo sé, pero hay algo que siento que deben saber pero creo que primero debes saberlo tú, yo no soy amiga de Derek, no lo conozco en lo absoluto así que no creo que yo sea la persona indicada para soltar esto.

—¿Soltar qué?—Cuestioné, llenó de dudas.

—Te lo digo luego, te escribiré por Instagram.—Stella se colocó la mochila sobre sus hombros, me miró por última vez y se fue.

Despues de un par de minutos Derek llegó junto a Alondra, sacudí mis pensamientos y con una leve sonrisa miré a Derek. Las palabras de Stella se habían quedado trabadas en mi cabeza, dando repeticiones como un disco rayado.

¿Sobre Derek y Lucia?

Nota de la autora:

¡EY!

MUCHAS GRACIAS POR LEER.
¿Cómo están? Espero que mejor que ayer.
No olvides votar, hazme saber si te gustó este capítulo en un hermoso comentario.
¿Derek y Lucia? Oh my sun, ¿Será que... :O?
¿Una Bomba?

:V

¡Nos leemos pronto!

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