DIECISÉIS

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TYSON CUSIC.

Después de unos cuantos chequeos y una larga charla pude prepararme para poder salir de ese asqueroso hospital. Amarre los cordones de los tenis, me coloqué mi camiseta para luego ponerme la sudadera. Mi madre tuvo que irse por cuestiones de trabajo así que quien me lleva a casa es mi amado padre, quien me hizo unas señas y me hizo saber que me estaría esperando en el auto para mientras yo terminaba de prepararme.

Miré por última vez la camilla y resople lleno de alivio, cuanto odio estar en este tipo de lugares. Abrí la puerta, salí del cuarto, miré hacia ambos lados del pasillo, había muy poca gente. Cerré la puerta y me dispuse a caminar hacia la salida, mientras caminaba me enfocaba en no pisar las rayas de los cuadros del piso, en ese instante miré piernas, noté que el pantalón me quedaba un poco más flojo de lo normal, debo de admitir he estos últimos días no he estado comiendo muy bien, tampoco he dormido lo suficiente, estoy por debajo del peso ideal, eso significa que debo comer como si fuese un cerdo que pronto será sacrificado.

Levanté mi cabeza, escuché voces conocidas que llamaron mi atención, para mi sorpresa era Derek hablando con Lucia. A pasos silenciosos me aproximé a ellos, él primero en notar mi presencia es Derek.

—Cusic, ¿Ya saliste?

—Ehh... Sí, ¿Qué hacen ustedes hablando...?—Rasque mi cien mientras miraba detenidamente sus expresiones.

—Bueno, hoy vine a acompañar a mi padre por su terapia, me topé con Derek y le pedí unos minutos.—Argumentó Lucia, sin dejar de mirar a Derek.

—Así es. Bueno, yo tengo que irme, ¿Quieres que te lleve o...?

—No gracias Derek, papá me llevará, no te preocupes.—Dio un paso hacia al frente, puso su mano en mi hombro, se acercó hacia mí odio y me murmuróLuego hablamos.—Y se fue.

Me giré hacia Lucia y la miré con los ojos entrecerrados, chasquee la lengua y acaricie mi barbilla, pensativa observó mi comportamiento, movía de un lado a otro el bolso que sostenía entre sus manos.

—¿Y te encuentras bien?—Interpretó con una leve sonrisa y un tono muy amable.

—Puedes ver que sí.—Me coloqué frente a ella y la observé a los ojos por un par de segundos hasta que sentí su inquietud.

—Eso me alegra.

—¿Y ahora que tratas de hacer? Me encantaría escuchar lo que tienes en mente porque ese cuento sobre tú padre no me lo creo, tengo entendido que la que viene a terapias es tú madre que incluso sus terapias son en otro hospital.

—Yo solo quiero arreglar esto. Sabes que de verdad quiero arreglarlo.—Se cruzó de brazos y me miró con intensidad —Aún sigo buscando soluciones, estoy cambiando, mejorando como persona.

—Porque no dejas de una vez en paz ese asunto, Lucia.

—Dime tú Tyson, ¿Porqué tú no dejas ese asunto en paz?

Sabia a la perfección a lo que se refería. Había dado justo en el blanco.

—Le vista la cara a Derek por meses, te mirabas con Geovanni en los días en los que no podías ver a Derek, ¿Qué solución le das a eso?

Lucia abrió su boca, lista para contraatacar pero no dijo nada, bajó la mirada al suelo mientras respiraba pesadamente. Creí que ya no iba a decir ninguna palabra hasta que levantó la cabeza, dio un paso hacia mí y me señaló con el dedo índice.

—Jyle se acuesta con muchos chicos, te hace pasar vergüenza frente a la gente, te humilla y olvida que es tú novia.—Se acercó un poco más, dejando notar la gran diferencia de altura entre ella y yo— Incluso, mató al grandioso Tyson que yo tuve la dicha de conocer.

—Ajá, si claro. Ese imbecil que todos miraban como una maldita cucaracha, todos me buscaban para que les ayudara con sus tareas, ese idiota que todos decían querer y admirar. Ella no lo mató, yo lo maté.

—Ese Tyson era mucho mejor que él que tengo en frente. Ella fue quien te obligó a ser todo un imbecil impulsivo, engreído.

Incliné un poco mi cabeza para encarar esos oscuros ojos, levanté una ceja y con una leve sonrisa murmuré:

—Ese Tyson murió, Lucia. Acéptalo.

Creí que esa charla había llegado a su fin, pues, ella no articuló ninguna palabra. Solté aire por la nariz pesadamente, la miré por unos segundos y con un leve movimiento de cabeza me despedí, justamente cuando había dado mi segundo paso ella me tomó por el hombro y con la otra mano agarró mi antebrazo empujándome hacia la pared.

—Me rehúso a aceptarlo.—Se puso de puntillas para llegar hasta mi oido y  balbucear— Meine liebe.

Agarré su mueña y la miré directamente a los ojos, con el entrecejo arrugado a más no poder la empujé.

—Tengo que irme.

Sin esperar su respuesta me alejé a pasos agigantados del lugar. Cuándo llegue al estacionamiento busqué el auto de mi padre, no me fue difícil encontrarlo; no habían muchos autos, rápidamente me aproximé, abrí la puerta y entré.

—¿Porqué tardaste?—Interpreto mientras encendía el auto.

—Tuve que ir al baño.—Repliqué colocadome el cinturón de seguridad.

—¿Quieres que te lleve a casa de tú madre o vamos a la mía?

—¿Podemos ir a la tuya? Necesito hablar contigo.

Me miró con intriga pero se limitó a no preguntarme nada, solo asintió y puso el auto en marcha.

*(Meine liebe: Mi amor en Alemán)

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¡Ey!
¿Confundidos?
Bueno, en el siguiente capítulo se acalaran muchas dudas.
¿Alemán? Bueno, digamos que Lucia y Tyson tienen una pequeña historia. JUAJAJA

Si te gustó hazmelo saber.
Muchas gracias por leer. ❤

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