DIEZ

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TYSON CUSIC.

El Uber me dejó en frente de la casa de mi padre. Me bajé, acomodé mi mochila sobre mis ojos hombros y empecé a caminar. Decidí quedarme unos días con mi padre, quizá esto me quite un poco el estrés que he estado teniendo con todo este asunto de Jyle y sus deudas, yo y mis ganas por mandar mi dignidad a la mierda y correr a empeñar mis cosas.

El jardín colorido y extravagante me recibió, suspiré para poder sentir el aroma que el jardín emanaba, al llegar el aroma a mis fosas nasales me provocó un estornudo. Me gusta el aroma de las flores pero lamentablemente no puedo estar cerca de ella, pues, soy alérgico al polen, aún así, en ocasiones cuándo visito a mi padre corto una que otra flor y la huelo por unos minutos hasta que la alergia ya no me lo permita.

Me acerque a unas flores amarillas, analicé una por una hasta que encontré la más bonita, la tomé y la arranqué, la acerqué a mi nariz y esta estornudaba desesperadamente, sentí como mis ojos se empiezan a criztalizar junto con una picazón de garganta.

—Nunca dejaste esa fea costumbre de arrancar las más bonitas.

Levanté la mirada para toparme a mí padre recostado sobre el marco de la puerta. Sorbi mi nariz dos veces y me alejé lo más rápido posible del jardín.

—El color rojo te queda bien.—Destaque, señalando la peluca rojiza de larga cabellera que llevaba sobre su cabeza.

—¿En serio lo crees? Es la primera vez que estoy empezando a usar el rojo en mi.

Asentí.

Tiré la flor y empecé a caminar hacia él. En cuanto llegue me atrapó entre sus brazos, asfixiandome contra su pecho.

—Te extrañe mucho.—Confesó, apretándome más contra su cuerpo.

—Creo que yo también.—Repliqué con dificultad, ya que no podia respirar del todo bien.

—¿Y cómo está Lyla?—Cuestionó, haciendome una seña para que entrará a la casa.

—Mamá, bueno ella dice estar bien.—Contesté, no muy satisfecho con mi respuesta. He tenido que ser fuerte y hacer como que este asunto de la separación de mis padres no me afecta, trató de hacer lo mejor que puedo.

—Lo bueno es que trabaja en recuperarse.—Ánimo, colocando su mano sobre mi hombro y sacudiendome un poco.

—¿Y cómo vas con la operación de los...?—Hice formas de pelotas con mis manos sobre mi pecho, provocando que mi padre soltará una carcajada.

—No creo que quieras saber sobre eso. Además, sigo pensando aún en si hacerlo o no.—Alegó, con una gran sonrisa.

Mi padre se separó de mi madre por una sola razón. Él no se sentía hombre, admitió que nunca se sintió como uno, dijo que era como si él estuviese atrapado en el cuerpo de un hombre, nunca se sintió a gusto consigo mismo. Él nos confesó lo que realmente estaba pasando con él y optó por separarse de mi madre.

Desde ese día mi madre cambió, eso la destrozó, se hundió en el alcohol y la tristeza, cuándo vio los cambios que mi padre le estaba haciendo a su cuerpo quiso quitarse la vida, diciendo que él hombre al cuál ella ama se está esfumando, eso la aterró mucho. Eso es un asunto complicado, pero lo bueno es que ya todo está mejorando. Creo.

—Tengo hambre.—Confesé, tirando la mochila sobre el piso.

—¿Qué quieres almorzar?—Recogió la mochila del piso, caminó hacia la sala y la colocó sobre el sofá—¿Comida china? ¿Qué opinas?

—Sí, sí, Comida china.

—Comida china será. Bien, traeré algo para esa alergia.


Después de almorzar mi padre y yo hablamos por media hora sobre temas raros como: El fin del mundo, enfermedades mentales, películas viejas y del cómo él podía usar tacones.

Eso hizo que mi mente se despejará un poco pero no duró mucho, en el momento en el que decidí salir al patio trasero de la casa, solo, recordé con la mierda que tengo que lidiar. Quería reflexionar, tener un momento a solas dónde pueda pensar mejor las cosas para tomar las decisiones que yo crea correctas, siendo realista eso de tomar buenas decisiones no es lo mio, de hecho son muy pocas las ocaciones en las cuales yo puedo decir: "Vaya, que buena decisión he tomado".

Saqué el teléfono del bolsillo de mi pantalón y le escribí un mensaje a Derek, pidiéndole que necesitaba hablar con él. Ya había tomado mi decisión.

Me quedé sentado sobre el césped, con las piernas estiradas y lanzando pequeñas piedras, en espera de Derek. En el momento en el que iba a lanzar una piedra miré el brazalete que Alondra me había arreglado. Caí en cuenta de una cosa. Las personas podemos llegar a hacer cosas por quienes más nos importan aunque al final a esas personas les valga mierda el esfuerzo.

—¡Tyson! Te busca Derek.

—¡Voy!—Entre rápidamente a la casa y caminé hacia la puerta principal para encontrarme con el somnoliento y pálido rostro de Derek, traiga puesto una camisa blanca con unas caricaturas y un pantalón de color negro.

—Si necesitan algo me lo hacen saber.—Dicho eso, mi padre desapareció.

—¿Tuviste una noche de sexo?—Cuestioné con burla.

—Ya quisiera.—Derek bufó, con un tono de voz cansado— Anoche tuve que hacer doce tareas que tenia retrasadas desde hace semanas.—Pasó sus manos por su rostro de manera frustada.

Ambos nos dirigimos hacia él sofá y tomamos asiento.

—He tomado una decisión.

Derek giró la cabeza bruscamente en mi dirección, me observó con el entrecejo arrugado y movió lentamente su cabeza en signo de negación.

—Ella no puede ni tiene como pagar esa deuda.

—Es que para ser idiota no se necesita tomar clases.—Se dejo caer sobre el sofá y resopló—Ve y empeña todo lo que tienes, quédate sin nada pero eso sí, después no te quejes por ver que te estás quedando sin pertenencias. 

—¿¡Y qué se supone que debo hacer¡? Quedarme sentado, llenandome hasta el culo de culpa, mientras veo como ella vende su cuerpo para pagar una maldita deuda asquerosa.

—Deuda que ella se buscó.—Destacó Derek, enderezandose sobre el sofá, me miró y resopló— No sé qué decir, ya no sé qué hacer...Tengo miedo de que regreses a esa vida y lo peor, junto a ella.

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¡Ey!

Te quiero. 🖤

tyson es un idiota.

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