Capitulo 76

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En cuanto la mujer dijo su nombre, los tres muchachos se sorprendieron, Hermione incluso tapo su boca con las manos, ahogando un grito. Los tres chicos onocían muy bien el nombre, pese a no haberle dado mucha importancia durante su vida. Después de todo, Mary Macdonald había sido la mejor amiga de Lily Evans, así como también su dama de honor en su boda. Una nacida de muggles que incluso fue prefecta de Gryffindor cuando Lily Evans se volvió Premio Anual. 

Una nacida de muggles que, cuando la guerra se cobró la vida de Dorcas Meadowes, Marlene McKinonn, James Potter y Lily Potter, huyó sin dejar rastro.

—Pruébelo.—ordenó Lily alzando su varita, siendo imitada por sus dos amigos. Mary sonrió con tranquilidad.

—Pueden entrar a mis recuerdos sin problemas.—dijo Mary y Lily fue quién ingresó a su mente. 

Gracias a su último año con Dumbledore, Lily se volvió experta identificando que recuerdos eran falsos, modificados o genuinos. Se sorprendió al ver que, si bien la mente de la mujer no era nada del otro mundo, si estaba más ordenada que el promedio.

Pudo ver diversas escenas, todas genuinas: cuando su carta de Hogwarts llegó por primera vez; como conoció a Lily Evans en el tren; ella siendo seleccionada a Gryffindor; saliendo a Hogsmeade con Lily Evans, Marlene McKinnon y Dorcas Meadowes; pasando la navidad con sus amigas y con cuatro muchachos que reconoció como James Potter, Remus Lupin, Sirius Black y Peter Pettigrew.

Pero ninguna de esas escenas era tan impactante como cuando llego a unos genuinos recuerdos de la mujer siendo besada por Sirius y Remus.

Los tres al mismo tiempo.

Diversas escenas más se mostraron de ellos tres. Avanzó un poco más en su mente, incomoda ante tal descubrimiento y llegó al punto en que la mujer se unió a la Orden; su sufrimiento ante la muerte de Marlene McKinnon y Dorcas Meadowes; hasta como rompió en un desgarrador llanto por la muerte de Lily y James Potter, decidiendo desaparecer de la vida de sus antiguos amigos e iniciar una nueva vida.

Al salir de su mente, Mary la miró pálida y cansada, después de todo, nunca era fácil permitir que invadieran tu mente. La mujer se sentó y con un movimiento de manos los instó a sentarse en el sofá frente a ella. Lily lo hizo, siendo imitada por sus amigos.

—Como podrás haber visto, fui la mejor amiga de tu madre...así como la novia de Sirius y Remus.—admitió Mary ligeramente sonrojada. 

Theo y Hermione abrieron grande los ojos, mirándola sorprendidos.

—¿Por qué terminaron?—cuestionó Theo, curioso.

—Bueno, la guerra se avecinaba y los tres habíamos decidido entrar a la Orden del Fénix. Entonces...decidimos que volveríamos a estar juntos hasta que la guerra acabara, creímos que era lo mejor.—explicó Mary con una sonrisa nostálgica.

 —¿Porqué desapareciste?—cuestionó Lily seriamente.— Eras una de las pocas amigas cercanas de mi madre, la única que aún seguía viva, y preferiste vivir en un modo...incognito, sin importarte nada más, ni a quienes dejabas atrás, como Remus.

—Tú no lo entiendes.—el rostro de Mary se ensombreció.— Yo...me quede como congelada en el tiempo. Para el resto del mundo mágico la guerra había terminado después de la muerte de tus padres y todos siguieron adelante con sus vidas...pero para mí...para mí ya no había nada adelante.

»Mis mejores amigas, Marlene, Dorcas, fueron masacradas con sus familias; mi mejor amiga, asesinada sin piedad junto a su esposo, dejando huérfana a su única hija. Mi mejor amigo, quién en ese entonces era Peter, figuraba como asesinado por nada más y nada menos que uno de los amores de mi vida, quién acabo encarcelado en Azkaban y mi otro gran amor...entró en el bosque de la depresión para nunca volver...

»Yo nunca iba a avanzar si me quedaba. Yo siempre tendría 21 años. Yo siempre sería aquella que perdió a la familia que había encontrado. Ni siquiera podía escuchar Dancing Queen de ABBA si no eran con los merodeadores y mis hermanas. 

»La gente se muerte todo el tiempo, no hay necesidad de perder la cabeza, eso es lo que dicen, pero para mi...esa gente era todo lo que amaba, eran mi felicidad. 

»Así que decidí olvidar. Me lancé un obliviate (que fue removido por mi esposo antes de morir). Viví feliz en mi mundo de fantasía. Nunca los conocí, así que nunca los perdí. 

»Pero aún así, he de admitir que en mi fantasía e ignorancia aún cada noche de luna llena sentía una extraña preocupación y cada noche de Halloween sentía como si el mundo fuera a colapsarse.

»No pretendía recordar. Mary Macdonald siempre tendría 21 años, porque cuando sus amigos murieron, ella murió con ellos. ¿Qué sentido tenía seguir de piel después de todo este tiempo?

»Entonces, solo quedaría Mary Elizabeth Cattermole, una nacida de muggles casada con Reginald Cattermole con quien tuvo dos maravillosos hijos y vivió una perfecta vida como ama de casa. 

»Al final nada es para siempre. Mis dos pequeños de 9 y 7 años fueron asesinados por mortífagos junto a su padre. Se los había llevado a un parque a pasar el rato después de haber decidido regresarme mis memorias, quería darme un tiempo a solas. 

Un silencio inundo el lugar. Ninguno de los tres muchachos hablaban. Hermione incluso tenía lágrimas en sus ojos. Lily la miraba con tristeza.

—Lo lamento, hable sin pensar.—se disculpó Lily con suavidad y Mary sonrió ligeramente. Tenía los ojos rojos y era obvio que intentaba no llorar. 

—Esta bien. No te preocupes...Sabes, había ido al pueblo a comprar unas cosas pero, cuando chocamos supe que eras tú. Eres la vida imagen de tu madre, pero con el revoltoso cabello de tu padre.—soltó una ligera risa.— ¿Cómo podría ignorarte?...Creo que es momento de volver a la acción.—se levantó de su lugar y la miró con decisión.— Te ayudaré, Lily. Sea lo que sea que quieras hacer. Esa es la única manera de honrar la memoria de mi mejor amiga.

Hermione y Theodore miraron a Lily, quién le sostenía la mirada a Mary. Confiaba en la mujer, sin lugar a dudas, el problema era que ella no sabía que era lo que debía hacer. Se quedo callada unos segundos, hasta que finalmente asintió.

—Theo, dame el espejo, hablaré con Remus y nos reuniremos los cuatro con el. 

Si Mary se tensó ante ese hecho, no fue perceptible para los demás. Theo sacó de su mochila el espejo de doble sentido, el cual la pareja la tenía Remus. Lily lo usaba para, cada cierto tiempo, informar que seguían con vida. 

—Remus, Remus.—llamó Lily frente al espejo.—¿Estas ahí? ¿Hola?

—¿Lily? ¿Lily?—se escuchó la voz ronca de Remus y pronto apareció su rostro. Lucía cansado y demacrado, triste por la desaparición de Sirius. 

—¿Estas en Grimmauld Place? ¿Es seguro?—cuestionó Lily

—Sí, estoy aquí. Es seguro, el Guardian era yo y no Sirius.—dijo Remus con tristeza y Lily asintió.

—Reúne a los que puedas de la Orden, llegaré en quince minutos.

—De acuerdo...

Cortaron la comunicación y Lily regresó el espejo a Theo, quién lo guardo en su mochila. 

—¿Qué pretendes llamando a una reunión, Lily?—se atrevió a preguntar Hermione, mientras Mary se removía, ansiosa.

—¿Qué se supone que les dirás?—cuestionó Theo.

—Prepara un trasladador para los cuatro, saquen la capa de invisibilidad.—ordenó Lily sin dar explicaciones.

Quince minutos más tarde, los cuatro se aparecieron, cubiertos por la capa, justo afuera del número 12 de Grimmauld Place, al cual ingresaron rápidamente. Era obvio que Remus había bajado el Fidelio el tiempo suficiente para que todos los miembros actuales de la orden, llegaran. 

Aún con la capa encima, caminaron hasta el comedor. Ahí estaban Kingsley Shacklebolt; Nymphadora Tonks; Fred, George, Charlie, Bill y Fleur Weasley; Minerva McGonagall, Pomona Sprout y Filius Flitwick. 

Lily salió de debajo de la capa, señalando a los otros tres que permanecieran cubiertos.

—Es bueno ver que están bien.—saludó Lily 

Rápidamente todas las miradas cayeron sobre ella y fue saludada afectuosamente. El último en saludarla fue Remus, quién incluso besó su cabello repetidas veces y Lily se lo permitió, acariciando su espalda, intentando consolarlo.

—¿Para que nos has llamado, Lily? ¿Buenas noticias?—pregunto Kingsley con un deje de esperanza que fue reflejado en los ojos de todos los presentes.

—Sí.—asintió Lily.— He destruido los Horrocruxes, todos excepto uno, la serpiente. Pero ya estoy trabajando en cazarla junto a Voldemort, lo mejor será acabar con ambos de un solo golpe. 

Inmediatamente todos soltaron gritos de júbilo. Lily les había contado, a través de Remus y Sirius, todo sobre el plan de Voldemort para ser inmortal y como ella se encargaba de recolectarlos y eliminarlos.

—El hombre ya es casi mortal, pero no es por eso que los he citado, sino para que utilicen Potter Manor para refugiar a cuantos puedan. Nos estamos extinguiendo y lo mejor es que puedan refugiar a cuantos nacidos de muggle y mestizos puedan. Solo asegúrense de que no haya ningún traidor u oblíguenlos a hacer un juramento inquebrantable. Ustedes también múdense a la mansión. 

Todos asintieron de acuerdo.

—También quiero que vigilen los pueblos fronterizos de Inglaterra, se que Voldemort ha estado frecuentando dichos lugares, creo que porque le recuerdan a su infancia y les gusta destruirlos, así al menos sabré donde encontrarlo para luchar. 

—De acuerdo, Lily. Te informaremos mediante un patronus.—asintió Kingsley. 

—Hay alguien más que los ayudará.—informó Lily y miró detrás de ella.—Sal de la capa y ven, por favor.

Por debajo de la capa apareció una alta y hermosa mujer. Nadie, excepto el profesorado y Remus, la reconocían. Remus estaba pálido y con los ojos llenos de lágrimas, se acercó a ella lentamente.

—Remus...—lo miró apenada.—Lamentó tanto haberme ido...yo...

—Estas tan hermosa...—susurró Remus con la voz seca. 

Lily se giro, dejándoles privacidad.

—Mary es excelente en encantamientos y transformaciones.—informó Lily, pues lo había visto en los recuerdos de la mujer.—Ella se encargará de crear los suficientes trasladadores. Remus conoce la contraseña para ingresar a la Mansión. Pronto tendrán noticias mías, ahora tenemos que irnos. 

Se despidió de todos, dándose un largo abrazó con los profesores Flitwick, Sprout y McGonagall. Al final, fue hasta Remus, quién la abrazó con fuerza y besó sus mejillas.

—Encontraré a Sirius, lo prometo.—le susurró Lily al oído antes de irse, no sin antes despedirse amablemente de Mary.

Esa noche, pesé al peligro que podía conllevar, decidieron pasar la noche en un hotel muggle, donde descansaron profundamente. Theo y Hermione no estaban del todo de acuerdos con que Lily intentará cazar a Voldemort, pero también sabían que en realidad no había otra manera de dar con el y acabarlo, por lo que decidieron apoyarla.

A la mañana siguiente, el trio guardo todas sus cosas, tomaron sus mochilas y se aparecieron en un bosque de Inglaterra. Comenzaron rápidamente a lanzar hechizos y encantamientos protectores, preparando la zona para hacer su campamento cuando de repente, las protecciones cayeron estrepitosamente, causando que los tres cayeran al suelo.

—¡¿Pero qué mierda?!—explotó Theodore incorporándose rápidamente con la varita en mano, siendo imitado por Hermione y Lily.

—¿Cómo...?—susurró Hermione.

Entonces, en el centró del lugar, apareció en un espiral de magia oscura, un periódico enrollado. Inmediatamente Lily comenzó a lanzar hechizos detectores, pero nada apareció. Con cuidado, Theodore se acercó y tomó el periódico entre sus manos. Quitó la liga del periódico y lo desenrollo, sus ojos se abrieron, impactado.

—Merlín, Morgana y Circe...—murmuró Theodore con la voz seca.

—¿Qué ocurre, Theo?—pregunto Lily, acercándose junto con Hermione.

—Pasa...—dijo Theo mostrando el periódico.— Que ganaste la guerra y estás comprometida con Draco Malfoy, quién es el nuevo Ministro Supremo del Mundo Mágico.




























































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