Capítulo 9: Preocupaciones y reliquias

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


El gran canal esta mucho más silencioso y sombrío, las elegantes góndolas fueron remplazadas por los barcos de guerra de vapor. Esas máquinas de alta técnología se elevan proyectando una gran sombra. En sus astas ondean la bandera azul de Zafeíri.  Los restaurantes y cafeterías estan cerrados, solo esta disponible ña tienda de abastos. El único rastro de la antigua bulliciosa ciudad son las flores del balcón, pero ya están empeza do a marchitarse. Toda la ciudad se ha ensombrecido.

Voy a una de las pocas tiendas abiertas en el gran canal para comprar algunos chocolates y frutas para Owen y los demás. Para mi sorpresa la dueña de la tienda tiene su cara larga de preocupación y la mayoría de los estantes esta con poca cantidad de comida, la única excepción era el agua. No había chocolates, solo compre mermelada de frutilla y algunas galletas con el dinero que mis padres me entregaron.

— 200 monedas de plata o cien monedas de oro — me informa la dueña por la cantidad.

Quedé helada ante la cantidad. Un kilo de fresa  junto con un 10 de galletas por lo general cuesta a 50 monedas de plata

— Pero no  esta muy caro señora — trato de explicar a la señora.

— Si no quieres no compres niña, en todas las tiendas va a encontrar igual, la comida esta muy costosa y cualquiera puede comprarla — la señora me termina regañando con el ceño fruncido.

No tengo otra opción y decido pagar por la escasa comida que elegí. La señora sonrie victoriosa y salgo de la tienda. Yo aprieto los puños con enojo, le entrego las galletas y la comida a Fédor y golpeó la pared molesta y grito de frutación. Esa señora es una vieja bruja.

— Hace una semana, todos los precios de los alimentos subieron a precios dispararados, y mucha gente no tiene el dinero para comprarlos. Los dueños de las tiendas se estan beneficiando de la situación para irse a otro lugar más seguro y para eso se aprovechan de los más necesitados  — Fédor me explicó muy sereno.

— ¡Lo sé! — grito enojada — ¡Esta maldita Guerra! ¡Que Kaslabal y esa señora se vayan lejos!

— Se que estás molesta, pequeña pelirroja — me calma él peliplateado con unos toquecitos en la cabeza.

— Que no soy pequeña, estimado lobezno — yo refunfuño con una sonrisa.

— Pero hay una forma, para que puedas salirte con la suya — continúa mi amiga lobuno, una sonrisa picara se dibuja en su rostro — te la enseñaré.

— ¡Oye espera! — Exclamó en voz alta, Fédor va a robar a la señora.

El chico de ojos violeta toca mi nariz de un toque, con una astuta sonrisa en sus labios él entra a la tienda con su abrigo. Yo tan solo suspiro para relajar mis cuerpo tenso, me siento en el borde que da al agua saco mi varita mágica de cuarzo para perfeccionar mis habilidades mágicas. Dejo de pensar en lo que hara el Noveliano y los precios caros de la comida. Y me centro en la energía mágica de mi corazón y la transporto al cuarzo con fina concentración.

Respiro aliviada cuando el cuarzo blanco brilla y emite una luz cálida y apunto a una piedra. Un rayo de color de las nubes sale con mucha fuerza y la piedra cae a una gran altura al suelo de nuevo. Ahora solo me toca extraer la energía del cuarzo al interior de mi cuerpo. Esta vez fue mucho más fácil.

Ahora siento un leve olor que me marea la cabeza. Es demasiado fuerte para dejar a una persona atontada si lo percibe de cerca.  Fédor qué demonios estas haciendo, pienso.

No tardo nada, en unos segundos lo veo salir de la tienda con muchos paquetes en sus manos de comida. Como si nada hubiera pasado.

— Tu usastes tus feronormas para marear a la señora de la tienda — digo soprendida con mis ojos verdes abiertos de sorpresa.

— Eso mismo hice, o si no ese vegestorio gritaría como loca — continúa él con una sonrisa pícara.

—¡Pero robar esta mal! — exclamo indignada cruzando los brazos.

— Lo sé, pero de esa forma sobreviven los que no tienen a nadie que los ciude, la gente es cruel y en estos días no ayudan a un desafavorecido. En las calles me fui forzado a aprender esas habilidades para sobrevivir, yo solo tomo lo necesario para sobrevivir y luego me dediqué a ser cazador de tesoros y venderlos al mejor postor — me explica él sin inmutarse por lo que sucedio — posiblemente yo también pensaría igual que tú, si tuviera una manada que me cuide en un hogar cálido, comida caliente, sin pasar hambre o frío.

—¿Qué paso con tus padres o tu familia? — digo confundida.

— Yo nací en los suburbios de Novaeli, no tuve manada es decir familia en tus términos, yo sobreviví en las calles, sabes que no quiero hablar de eso — dice el sin mirarme a una lado con un tono molesto.

— Lo lamento mucho por lo que tuviste que pasar para sobrevivir Fédor — comentó con una sonrisa apenada y le pongo una mano en su hombro para reconfortarlo — Pero tienes una familia con mis padres, tengo alguno amigos y hermanos pequeños estan en hiperbórea.

— Muchas gracias por la invitación, pero aún así tienes que usar tus habilidades para sobrevivir, cuando cumplí tu edad comencé a adentrarme en lugares desconocidos, me he enfrentado a monstruos, orcos usando mis habilidades de transformación que solo puedo usarlas en luna llena y las de combate como ataques, defensa con mis armas, incluso la espada que tengo es una reliquia antigua que fue usada por Nicolá, el héroe de Novaeli, para defender su país — me dice él volviendo a su habitual sonrisa mostrando sus dientes.

— ¿Quíen fue Nicolá? — pregunto interesada.

— Fue un legendario caballero de la orden dorada hace mil años, cuando su rey desapareció en uno de los ataques del señor de la oscuridad y su gente comenzó a ser atacada. Él emprendió la aventura para salvar a sus gobernantes y pudo rescatarlos, a cambio el rey le mando a elaborar una espada con gemas mágica para que sea bendecida. No tienes idea lo díficil que fue conseguirla y por eso suelo usarla yo — concluyé Fédor.

El peliplateado desvaina su espada. Quedó sorprendida por magestuosa y poderosa es el arma. Una gran hoja plateada fuerte de gran longitud, desciende hasta la guarda de piedras moradas en forma de medialuna, seguda de su empuñadura dorada con grabados antiguos en formas de rumas, brillan de forma sobrenatural.

Le agradezco a Fédor por haberme mostrado la legendaria espada con una sonrisa.

— En la coordillera de Ozískaya, me adentré en lo profundo del lugar pude obtenerla, junto con la reliquia que pedían esos ricachones — me contestó él — si tu quieres encontrar el arma de Prasinus es posible que este bien escondida en todos lados y tengo la teoría de que era una varita mágica con todos los poderes combinados, después de la guerra fue fragmentada en pedazos.

— Gracias por la información Fédor, espero encontrarla pronto — proclamo con determinación.

— Creo que para empesar deber ir a clases — continúa él con una sonrisa burlona.

Que avergonzada, las clases. Le despidó rápido de él. Y continuó corriendo, hasta llegar a la academia. Es una casa de cincos pisos del tamaño de una manzana, entro al interior y allí veo a mi amigo Owen y no saludamos con un fuerte abrazo.

— Henria, que novedes hubo en la ciudad — me pregunta con curiosidad.

— Te traje esto — comentó entregando la galleta y unas pocas frutillas.

Los ojos avellana de mi amigo brillan de emoción y se come las galletas y las frutas de un solo bocado. También a él no le gustan esod arrecifes y esta feliz de comer comido humana nuevamente. No puedo imaginarme que reacción tendrían Alphonse, Kanna, Alina, Los hermanos Crivelli, en especial las de Domenico.

— Estoy un poco preocupado Hernia por tí — comenta Owen.

Eso me saca de mis pensamientos y me centro que él ests cambiando el tono a uno más serio.

— ¿Qué pasa? — preguntó alarmada por la situación.

— Son el Coronel Alexopoulus y la magister Octavia Fotopulus notaron tu ausencia y me digieron que después de clases tienes que venir sí o sí porque quieren hablar contigo sobre esta situación — me informa, mi amigo trigueño temblando de miedo.

Esto no puede ser real, lo que Owen me dice es cierto. Cuando Owen termina de  hablar no termina volviendo a su tono alegre o estalla con una carcajada dicendo que es una broma. Raras veces él es tan serio, eso significa que esta diciendo la verdad. El Coronel y la magister son tan observadores, escuché de las personas de mar, pero jamás me imagine que fueran a ese nivel. Solo tengo que hablar con ellos y llegar a un acuerdo.

—Entinces hablaré con ellos — le tranquilizo a mi amigo con una sonrisa — no creo que me vaya a pasar algo malo.

— Eso espero por los Dioses — termina él — ¡Hay que ser optimistas!

Él y yo continuamos de camino a nuestras clases con nuestros profesores para dominar nuestros poderes mágicos. Fuimos a nuestros puestos de forma respectiva. Creo que nos toca clases de transfiguración.

— Buenos días jóvenes estudiantes espero poder llevarme bien con ustedes — habla una suave voz melodiosa.

Frente a nosotros estaba nada más y nada menos, la magister Octavia Fotopolus con una sonrisa en forma humana. Pude reconocer su cabello azul plateado recogido en un moño bajo, su piel oscura contrasta con su vestido beige y la larga capa azul marín que ella usa.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro