Riku corrió al baño de la habitación para poder darse una rápida ducha e ir a encontrar a su muy enojada hermana al hotel donde se hospedería. Ya no tenía caso que él fuera a buscarla al aeropuerto, así que la iría a ver allí.

-¿Vas a ducharte?- Se te hará aún más tarde -Yusei lo miró desde el umbral de la puerta, ajustando la bata de baño a su cuerpo.

-Ya estoy llegando tarde y ella ya está enojada. Minutos más, minutos menos, no tiene relevancia —Riku le sonrió desde el agua -¿Quieres unirte?

-Nop -Negó suavemente -Me bañaré cuando te vayas, si me meto ahora saldrás una hora más tarde.

-Aguafiestas

-¿Le dirás? -Yusei se atrevió a preguntar.

-¿Decirle qué? -Riku no lo estaba mirando, él se había comenzado a colocar el shampoo y la espuma tapaba su rostro.

-Sobre nuestro bebé.

Yusei había conocido a la hermana de Riku el día de su boda, si mal no recordaba, ella tenía dieciséis años cuando ellos se casaron, jamás la había vuelto a ver después de aquel evento, ni a ningún miembro de la familia. Él no podía asegurar que esa familia fuera como lo es su padre, no los conocía, en la fiesta y las pocas reuniones que tuvieron antes de la boda ellos habían sido cordiales, como lo eran con un desconocido y él no cambió después de eso, seguía siendo un desconocido para la familia Hagiwara.

-No lo haré hoy... quiero hacerlo cuando tú te sientas seguro de contarlo. -Riku tomó la toalla que le tendía Yusei para luego colocarla en su cadera -Le diré que estamos juntos, pero no que esperamos un hijo o hija.

-Sí, de acuerdo, está bien... yo quisiera esperar un poco más para decirlo, sabes que en cuanto la noticia comience a circular mi padre no perderá oportunidad.

-Lo entiendo, Yusei -Riku lo besó suavemente en los labios. -Puedo esperarte todo lo que desees.

Poco después de que Riku estuviera completamente vestido, como una persona nueva, más estructurada y no el vivaz hombre con el que compartía su tiempo en los últimos meses, tomó rumbo para encontrarse con su hermana.

Yusei preparó la bañera pacientemente, dejando que la bomba de aroma hiciera su efecto y así poder relajar su cuerpo.

Habían pasado quince minutos desde que se sumergió en el agua cuando una llamada entró en su teléfono, lo extrañó, el número no estaba agendado y siempre fue cuidadoso al dar su número.

-¿Hola? -Preguntó con el ceño fruncido.

-¡Hola! ¿Yusei?

-¿Quién habla?

-Soy Akira, el amigo de Ethan.

-Oh... ¿Cómo conseguiste mi número?

-Ethan me lo dio. Espero que no te moleste.

Le molestaba, claro que lo hacía.

Yusei evadió lo que el hombre al otro lado de la línea le decía -Entonces... ¿por qué llamabas?

-Quería preguntarte si querías que nos viéramos, Ethan, tu y yo. Puedo recogerte en una hora.

Observó la hora en su teléfono y el momento de almorzar se estaba acercando, sin embargo, él conocía el horario de su amigo y este no saldría del trabajo en hora y media.

-Ethan llegará aquí alrededor de dos horas.

-Le dije que nos podría encontrar en el restaurante.

Su ceño fruncido se profundizó aún más, si su mejor amigo le había confiado su número y el que lo pasara a buscar, entonces Akira era alguien de confianza. riku no llegaría hasta la noche y él se aburría cuando la casa quedaba vacía.

-Bien. Te espero en una hora.

-¡Genial! Ansio verte.

-Adiós -Yusei colgó sin más.

•🌼•

Tal y como Akira le había dicho, el hombre puntualmente se presentó en su hogar. El clima poco a poco había comenzado a refrescar por lo que optó ponerse un abrigo de lana antes de salir.

El viaje hasta el restaurante fue ameno, su acompañante se encargó de llenar el tiempo con charlas para conocerse mejor y que no se tornara incómodo. Yusei se había reído hasta que su estómago comenzó a doler por las variadas anécdotas que se le contaban, Akira sin duda ponía de su parte para que ellos se llevaran bien.

-Espero que te guste la comida italiana. — Akira le sonrió. guiandolo a la entrada del restaurante -Tienen pastas increíbles.

-Amo las pastas. -Yusei sonrió, sintiendo como su estómago estaba de acuerdo con él.

Ellos se ubicaron en las mesas de adentro, cerca de los enormes ventanales que les ofrecía una bella vista del parquizado del recinto. Poco después un mozo les tomó el pedido.

-Pensé que íbamos a esperar a Ethan- el doncel miró intrigado al hombre que lo acompañaba.

-Bueno, no quería arruinar el momento, pero él dijo que no podría venir. Te veías emocionado por la comida que no quise decirte nada para que disfrutaras. —Akira lo miró apenado.

Yusei observó los ojos miel con severidad y decidió creerle.

-La próxima quiero que me lo informes.

-Me siento complacido al escuchar que habrá una próxima vez.

Sin tomarle demasiada importancia a las palabras de Akira, esperó ansiosamente que trajeran su pedido.

-Ethan me contó que eres escritor.-Akira lo miró fijamente con una suave sonrisa. — Busqué tus libros en internet y tienen muy buena reseña.

-Lo que me estás queriendo decir es que me investigaste. -Yusei lo miró sin asombro

-Bueno, cuando alguien me interesa, quiero saber todo de esa persona.

-¿Recuerdas que conociste a mi esposo, verdad? ¿Y que en mi vientre llevo a su bebé?

-También busqué a tu esposo... él no tiene un perfil bajo como el tuyo. Es bastante reconocido, no sólo por su trabajo, sino también por los escándalos que ha protagonizado... Hay muchos artículos sobre su matrimonio.

-¿A dónde quieres llegar? -el doncel había comenzado a irritarse.

-¿El bebé es de Riku?

-¿Disculpa?-la pequeña boca de Yusei se abrió con asombro.- ¿Por quién me tomas?

-No me malinterpretes, Yusei. Es de amplio conocimiento que durante tu matrimonio Riku no ha salido sólo contigo... no sería extraño que su pareja hiciera las mismas cosas.

-Me estás faltando el respeto. -Aquel tono amable con el que se dirigió a Akira desapareció completamente, él no iba a aceptar que ninguna persona lo tratara como un cualquiera. -Lo que haya pasado en mi matrimonio con Riku sólo nos incumbe a él y a mi. No voy a permitir que un desconocido me rebaje.

-No, Yusei. -Akira quiso tomar su mano, pero con un movimiento la sacó de su alcance- No quise ofenderte de ninguna manera, simplemente yo...

-Pues lo hiciste.-Cortó cualquier tipo de disculpa sin gracia.

-En serio lo siento... me gustaste desde el día que te vi en el estacionamiento de la clínica, cuando me enteré que tienes esposo mis esperanzas se fueron al subsuelo, pero luego vi aquellos artículos y pensé que podía tener una mínima oportunidad contigo.

-Déjame decirte que si en algún momento hubieras tenido una oportunidad conmigo la acabas de perder. —A él no le hizo falta mirar la cara de su acompañante, simplemente fijó su mirada en el plato que se le estaba depositando en la mesa. Mentiría si dijera que el hambre se fue con tal disgusto.

-Lo siento muchísimo, Yusei. Te lo recompensaré, créeme.