Parte única

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Kim Seokjin

El cielo azul, la arena caliente, el agua del mar brillando gracias al sol. Estoy sentado en la orilla de la playa, dejando que el mar acaricie mis piernas y que el sol bese mi piel llena de protector solar, porque claro, la piel de Kim Seokjin no debe de tener la más mínima imperfección. A papá se le ocurrió un viaje improvisado y después de cuatro horas, estamos en Daecheon. Es una playa con aguas tranquilas, por lo tanto es perfecta para que puedas disfrutar del mar. Es por eso que siempre está llena de turistas que llegan a pasar un buen rato, y hoy no es la excepción. El lugar está lleno de gente, con mesas y sombrillas por todos lados, la música y los vendedores no pueden faltar. Papá y yo estamos acostumbrados a las playas solitarias, en donde el sonido de las olas al chocar con la arena es nuestra única compañía; yo disfruto de la sensación de adrenalina cuando el agua me jala y me quiere llevar a conocer sus profundidades. Pero también disfruto de estar aquí, rodeado de bulla y diversión, parejas felices y personas solitarias como yo.

Me gusta observar todo, desde el agua cristalina, las conchitas en la arena, los dedos de mis pies hasta los distintos trajes de baño. Pero sobre todo me encanta ver a los pequeñitos y pequeñitas. Hay un bebé con su madre y abuela, ellas le echan agua en la cabeza y él está concentrado en el agua que le rodea, con los ojos despiertos y una sonrisa llena de felicidad. Otros niños más grandes corren de un lado a otro salpicándose agua entre ellos y apuntándose con pistolas de agua, ríen y gritan con ganas. Alguien más hace castillos de arena, una niña está acostada boca abajo recolectando piedras y conchas. Cada quien está en su propio mundo de descubrimiento e inocencia.

No sé cuándo fue la última vez que yo me sentí así, tan libre y sin ninguna preocupación más que divertirme. No sé cuándo fue el momento exacto en el que dejé de jugar y disfrutar de la vida, y eso me pone tan triste porque sé que es imposible regresar a ese lugar, a esa burbuja tan tierna llamada niñez. ¿Cuándo me dejaron de emocionar las cosas?

A mis veintidós años mi vida se siente como una película sin cortes entre las escenas, sin una buena banda sonora y con un filtro que hace ver la imagen horrible. La trama es aburrida y monótona, y el personaje se la vive con crisis existenciales mientras escucha música triste y llora. Sé que suena pesimista, pero no todo es tan malo. Aunque no tengo un propósito en la vida, a veces hay pequeños destellos de luz que iluminan la monotonía de mi existencia: escuchar la risa de mi artista favorito, el abrazo reconfortante de papá, desperdiciar mi tiempo leyendo webtoons y observando como las nubes se mueven. Si me pongo a analizar bien, la banda sonora de mi vida no es tan mala. Bien, no tengo amigos ni amigas. Pero no por eso soy un ser infeliz, me gusta hablar con Jjanggu aunque él no pueda verme y platicar con mi abuelo aunque tenga demencia. Ese viejo y mi perro son mi más preciada compañía y siempre les demuestro cuánto los amo. Sí, no estoy solo. Además... Min Yoongi me hace sonreír.

La historia entre Yoongi y yo es especial, o eso quiero creer. Sé que dije que no tengo amigos, pero el significado de amigo puede no ser el adecuado para Min. ¿Por qué? No lo sé, simplemente me da miedo que la amistad sea nuestra única relación. Conocí a Min Yoongi en la escuela, sé que eso es lo más común del mundo, pero para mí, cualquier cosa que tenga que ver con él es especial. Bien, la primera vez que lo ví fue en la biblioteca, mientras la bibliotecaria lo regañaba por haber perdido un libro. Su cabello blanco y corto dejaba expuesta la piel roja de su cuello, orejas y rostro, totalmente avergonzado. Verlo disculpándose una y otra vez mientras hacía reverencias como si estuviera poseído me causó un poco de gracia, digamos que me reí un poco, sólo un poco. Para mi mala suerte, o no, mi pequeña risa escandalosa llamó su atención. Entonces me vio con el ceño fruncido y puedo jurar que estuvo a punto de enseñarme el dedo medio. Yo me seguía riendo por lo cómica de la situación. Gran primer encuentro.

Una persona como Min Yoongi es difícil de olvidar, más aún con esa imagen de chico solitario y cara de apatía. Daba miedo verlo a los ojos, pero la imagen de un Yoongi avergonzado y nervioso era más auténtica que la que él quería demostrar diariamente. Nos seguimos frecuentando en la biblioteca, al parecer él no tenía el dinero suficiente para pagar su pérdida, entonces para enmendar su error la biblioteca lo puso a trabajar ahí. A mí me encantaba pasar mi tiempo libre resguardado en ese lugar, lejos de la interacción social. Como buen observador que soy, miraba a Min Yoongi hacer su trabajo; siempre traía puestos sus audífonos y normalmente se la pasaba mascando chicle. Observando a Yoongi me di cuenta que su estilo de vestir era tan genial, estoy seguro que se ponía lo primero que veía en su clóset, pero siempre se veía bien; la mayoría de las veces llevaba gorritos que ocultaban sus cabellos decolorados, era lindo. Sus ojos rasgados y oscuros parecían tener el secreto de la existencia y yo quería descubrir cuál es. A los pocos días Yoongi se acercó a mí diciéndome que dejara de acosarlo o me haría la vida imposible.

Eso en vez de asustarme me dio más motivos para conocer al verdadero Yoongi.

Un día, él trataba de acomodar un libro en una de las tantas estanterías, pero no alcanzaba. Vi la oportunidad perfecta y me acerqué para ayudarle. Contrario a lo que pensaba, él aceptó con una sonrisa apenada y verlo de cerca me puso nervioso. Su buen humor ese día y mi capacidad de hacer reír a la gente fueron nuestros aliados en el momento perfecto, porque desde ese otoño, veo el mundo con otros ojos.

Al principio sólo hablábamos en la biblioteca, susurrando entre la seguridad de los libros y el murmullo de sus letras. Estaba bien para mí, un nuevo intento de amistad no estaba tan mal. Cuando descubrí que Yoongi estudiaba en otra facultad me sorprendí mucho, pues bien podría pasar por un estudiante de humanidades, pero él pertenecía a la facultad vecina: ciencias políticas y sociales. También, cuando me dijo que era un año menor que yo, me sentí raro. Es decir, era muy maduro para su edad, o tal vez yo estaba exagerando por tan solo un año de diferencia, pero en el fondo me gustó saber que él debía decirme hyung. Cuando Yoongi cumplió su sanción de dos meses, y nuestros tiempos chocaron, comenzamos a hablar más frecuentemente por mensaje. Las notas de voz eran nuestras mejores amigas y con el tiempo las llamadas se volvieron comunes. Me gusta su voz. Me gusta el tono ronco, la manera en la que piensa sus palabras con detalle antes de hablar, sus silencios, sus murmullos y el sonido de su risa cuando ríe por mis chistes malos. Me gusta cuando estoy acostado en mi cama y él me cuenta su día, me pego el teléfono al oído e instintivamente eso me hace sonreír. Es aún mejor cuando está a mi lado y puedo ser la única persona que se deleite con su voz.

Yoongi me hace sonreír cada que me dice Jin hyung, cada que se queda dormido mientras hablamos o cuando me espera al término de mis clases para ir a comer juntos en la cafetería de la facultad de ciencias. Yoongi me mira con esos intensos y rasgados ojos cafés y yo siento mis piernas débiles, Yoongi toma café mientras fuma y yo siento que estoy viendo una obra de arte. Yoongi, Yoongi, Yoongi. ¿Desde cuándo mi cabeza está tan llena de él?

Yo no soy de las personas que se encantan con la primera persona con la que interactúan, eso es patético. Lo confieso, desde el momento en que lo ví me pareció muy atractivo, pero después de pláticas triviales y otras más profundas, después de conocer sus gustos y disgustos, y mucho después de confesarnos nuestras más vergonzosas anécdotas y confiarnos nuestros miedos, mi corazón se volvió débil ante la presencia de Min Yoongi. Creo que conocerlo de esa manera me hizo caer por él, además es tan tierno y lindo que nace en mí ese deseo de protegerlo siempre y hacerlo sonreír. Quiere ser el chico rudo pero en realidad es la persona más noble y tranquila que he conocido. Pero aún así, ¿desde cuándo mi cabeza está tan llena de él?

Seguramente fue cuando me regaló una pintura de nosotros hecha por él en mi cumpleaños, o la vez en la que perdimos el transporte público y tuvimos que caminar por media hora para llegar a su casa, pero no tuvimos problema porque gracias a eso pudimos ver a detalle la primera nevada del año. Espera, creo que fue desde la vez en la que se quedó dormido en el cine y tuve la fortuna de ver con detalle la belleza de su rostro, esos lunares coquetos fueron mi perdición y por poco caía en la tentación que es su boca. Bueno, definitivamente no sé cuándo esta mierda inició en mi corazón, pero tampoco importa mucho ¿o sí?. Es raro decir en voz alta que me gusta Yoongi, nunca lo he hecho. Me da miedo lo que él causa en mí, tengo miedo de que él se entere y deje de hablarme. A comparación mía, Yoonie sí tiene a alguien en quien confiar. Su mejor amigo, Namjoon, es como su sombra. También sale seguido con otra chica y un chico que al parecer son sus amigos de hace años. Cuando me habla de esas personas mis inseguridades salen a saludar y recordarme lo miserable que soy.

Definitivamente yo no soy lo que Yoongi busca y yo no sé si él es lo que necesito, pero aunque su tacto queme mi piel, estoy dispuesto a estar a su lado y sufrir las consecuencias.

Mi primera novia me hizo feliz, pero las cosas que me hace sentir Yoongi son un nuevo descubrimiento y me hace sentir tan tonto e infantil, imaginando escenarios en donde estamos juntos y puedo sostener su mano sin ningún problema; imagino las miles de formas en las que le digo "te quiero" y como respuesta recibo el regalo de su sonrisa gomosa. Pienso en lo lindo que sería abrazarnos mientras vemos una película pero también fantaseo con comerle la boca mientras siento sus manos apretando mi cintura y sus dedos traviesos explorando toda mi piel. Si alguna vez nuestros labios se acarician, estoy seguro que tocaré el paraíso. Sí, mi vida es una película aburrida, pero desde que conocí a Min Yoongi, mi banda sonora está llena de emoción.

Dos niños pasan corriendo a mi lado y me salpican de agua, mojándome la cara y el cabello. Kim Seokjin, el tipo que se pierde en su propia mente e ignora lo que pasa a su alrededor, ese soy yo. Me senté en esta parte de la playa para que el agua no me alcanzara tanto, pero ahora mi traje de baño está empapado y yo ni encuenta, también ya hay más gente en el agua y parece que los rayos del sol están más fuertes. Una tierna niña con el cabello lleno de arena se acerca a mí y me pregunta porqué estoy solo. Yo sólo le sonrío y le respondo que a la gente grande le gusta estar sola. Su cara de confusión me hace reír y antes de que pueda contestarle, ella dice "Qué aburrido" y se va a seguir jugando, me doy cuenta que está con un niño más el cual está acostado en la arena y grita sin motivo alguno.

Aunque, seguro tiene un motivo real, todas las personas siempre actuamos con un motivo, creo. Es un poco complicado comprender las emociones pueriles, más cuando estás tan alejado de esa etapa que das lástima, yo me siento patético y estúpido cuando hablo con un niño o niña porque a veces pienso que saben más que yo. Hay veces en las que ni siquiera puedo entenderme a mí mismo.

Me tomó tiempo darme cuenta lo que causaba Yoongi en mí, quería convencerme de que lo veía como un simple amigo, pero es tan difícil pensar eso sobre él cuando me pongo nervioso en cada uno de nuestros encuentros porque su perfume se mete por mis fosas nasales hasta llegar a mi cerebro y arruinarlo, se me llena la cabeza de tonterías cuando me mira fijamente y yo no entiendo lo que me quiere decir. Estoy seguro que más de una vez he hecho algo estúpido mientras los ojos de Yoongi están sobre mí, pero siempre recibo sonrisas tiernas de su parte. ¿Así se siente un niño cuando descubre algo nuevo? Porque yo me siento repleto de cariño y miedo, pero al mismo tiempo dichoso por tener a Yoongi a mi lado.

Desde adolescente comprendí que los chicos me atraían, pero nunca había conocido a alguien que llamara mi atención más allá de una atracción física pasajera. Entonces, llega Yoongi a mi vida y las novelas homosexuales de romance que leo ahora tienen sentido. ¿Entiendes el punto? Todo es nuevo con Yoonie porque es el primer chico por el que siento mariposas en el estómago, al que le dedico mi tiempo y mis sonrisas tontas; creo que eso me hace quererlo más. Soy como un niño jugando en el mar, fascinado con la naturaleza extraña de Min Yoongi. Yoongi es mi mar y yo soy un pequeño dispuesto a descubrir todo de él, entrando en sus aguas y dejándome guiar por la marea. Y eso me da mucho miedo.

No sé lo que estoy haciendo con mi vida, pero tener a Yoongi en ella calma mi estrés. Cuando perdí mi cartera él estuvo ahí para soportar mi llanto, cuando tuve que exponer Yoonie me ayudó a estudiar y practicar mi discurso, cuando descubrí que mi madre le era infiel a papá, mi amigo entendió el terremoto que había en mi cabeza y supo apoyarme a su manera; consintiéndome con chocolates y deleitándome con sus caricias en mi cabello castaño.

Es fácil hacer que un niño pierda el interés en algo o manipular lo que piensa para que se aleje de las cosas que más le gustan. Los niños se aburren rápido e inventan cualquier juego para poner su atención en cosas distintas. Y eso es lo que yo trataba de hacer para mantener mi mente lejos de Min Yoongi, pero no funcionó. Tampoco era fácil cuando Yoongi me trataba con todo el cuidado y cariño del mundo. Me repetía mil y un veces en mi cabeza que yo no era especial para él, pero luego llegaba y me regalaba una flor porque simplemente le recordó a mí. Estoy tan jodido, porque sé que cuando Yoongi se vaya, regresaré a mi escondite en la biblioteca y las nevadas sin él perderán su magia. ¿El amor debe de doler? ¿Yo lo amo?

Definitivamente no lo sé, si amar a alguien significa sentir tu corazón en paz al mismo tiempo que late a mil por hora, podría considerarlo. Lo único que puedo hacer es disfrutar mis sentimientos y valorarlos. Porque no miento cuando digo que podría pasar todo un día escuchando a Yoongi hablar de lo que sea y toda una noche viéndolo dormir, y para mí eso sería una bendición. Si le digo todo lo que siento, ¿qué pensará él? ¿Qué se siente que me gustes tanto, Min Yoongi?

De repente me dan ganas de llorar, porque anhelo estar con él y ser su novio pero al mismo tiempo tengo miedo de que piense mal de mí. Porque, una cosa es que esté desvariando ahora sobre él -estoy loco, ¿verdad?- y otra cosa es confesar mi amor. Probablemente nunca esté listo para eso. Estoy bien admirando a mi pequeño desde lejos, creo.

Me levanto porque siento mis piernas quemar, así que me despido del sonido del mar camino hacia la mesa en donde nos instalamos. Mi padre está dormido y río para mis adentros mientras me siento junto a él. A veces quisiera preguntarle cómo fue su primer amor, pero aunque tengamos una buena relación es un tema que me da mucha pena. Pensé que HaNa había sido mi primer amor, pero si comparo esos sentimientos de Seokjin de diecisiete años con lo que siento ahora, definitivamente no es lo mismo. Y volvemos al mismo círculo sin salida.

Han pasado casi tres años y por cada segundo mi interés y cariño por Yoongi sigue creciendo. ¡Qué le pasa al tipo! ¿Cómo se atreve a robarse todos mis suspiros?

Como si el destino me estuviera dando la respuesta, mi celular vibra con una notificación. Es un mensaje de Yoon. Una foto adjunta con el siguiente mensaje:

Hyung, ¿la estás pasando bien? ¿Ya te pusiste bloqueador solar? Por favor, cuídate mucho y compra algo para mí. ¡Te extraño!~

Estoy feliz en mi cama, pero quisiera estar contigo disfrutando del mar. Pensar en eso me hace extrañarte aún más.

Mierda.

Definitivamente me encanta este chico.

Le envío una foto de la playa y bloqueo el celular. Sé que estoy sonriendo como tonto y no me importa. ¿Debí decirle que también lo extraño? ¿Que incluso en estas minivacaciones estoy pensado en él?

Mi teléfono vuelve a vibrar.

Hyuuuung, eso se ve divertido, aunque hay mucha gente para mi gusto. No me ignores, ¿No me extrañas ni un poquito? :(

Claro que te extraño, tonto. Justo antes de que me escribieras estaba pensando en ti.

Oh, es bueno saber eso.

¿Qué mierda significa eso? No sé si el amor hace que mi cerebro esté tonto, pero nunca entiendo lo que Yoongi me quiere decir cuando mensajeamos. Digo, conversaciones como estas suelen confundirme un montón. Y es extraño porque cuando estamos frente a frente, él nunca me dice cosas así. Es un gatito serio al que le gusta convivir en silencio. Cuando no es así nos la pasamos riendo por cualquier tontería o hablando de lo que sea. Pero cuando no puedo verlo, suele comportarse levemente diferente, la ventaja de estar tras una pantalla supongo.

Pero eso es algo muy Yoongi, la dualidad es su especialidad y estoy seguro de que no se comporta así sólo conmigo.

¿La próxima vez me llevarás contigo?

Te llevaría hasta la luna para que se pusiera celosa de tu belleza, te llevaría a cualquier lado con tal de verte feliz.

Depende, ¿yo que gano a cambio?

Fácil: a mí.

No, gracias.

Sé que es la respuesta que él esperaba. Aún así, la parte racional de mí que aún no le pertenece a Yoongi, piensa que Yoonie está coqueteando conmigo. ¡Qué tontería! Eso me hace reír en verdad y mi carcajada despierta a papá, así que dejo el celular a un lado y comienzo a platicar con él, todavía pensando en lo absurda que puede ser mi mente a veces.

Min Yoongi

Kim Seokjin es la persona más hermosa que he conocido en mi vida. Si estuviéramos en el fin del mundo y su cara fuera lo último que vería antes de morir, yo sería feliz. Y si tuviera que hacer una lista de las cosas que me gustan de él, moriría sin haber terminado.

Lo peor es que Jin no está consciente de su belleza, siempre se la pasa en las nubes y se pierde en su imaginación. Lo cual agradezco infinitamente porque de no ser así, él se hubiera dado cuenta desde hace mucho cuánto lo quiero. Lo quiero tanto que me hace ser egoísta.

Nunca estaré listo para dejar que alguien me quiera, así que con el corazón en la mano renuncio a su amor. Y como soy un cobarde, no puedo romper el hilo que nos une a ambos. También soy masoquista, porque disfruto la mirada cariñosa que se posa en mi rostro cada que estamos juntos, y me encanta ser juguetón cuando estamos lejos. Después me dí cuenta que era un error, pues mi hyung se daría cuenta de lo que siento por él y se acercaría a mí para pedir explicaciones, pero Jin es tan torpe.

Coquetearle es la forma de sacar la impotencia y el dolor que hay en mi alma, porque no voy a volver a cometer el mismo error. No voy a permitir que vuelvan a pisotear mi corazón como si fuera basura.

La primera persona a la que amé es la mierda más asquerosa que he conocido en mi puta vida. Tuve la desgracia de que mi primer amor me dañara tanto al punto de sentir que no soy suficiente para nadie. Pero he avanzado y la visión que tengo sobre mí mismo ha mejorado, sin embargo, mi corazón sigue dolido. Es por eso que no puedo aceptar a Jin.

Controlar mis impulsos es mi mayor fortaleza y los labios de Jin mi mayor debilidad. Cuando sienta la suavidad esa boca entraré en un trance del cual me costará salir. Soy un hipócrita al soñar con besarlo, al imaginarme en una nube suave y rosa mientras me dejo querer por él.

Desahogar mis penas en este diario es la mejor decisión que pude haber tomado, aquí puedo dibujar el futuro que nunca tendré junto a Jin y escribir las canciones que nunca le cantaré. Jin no fue mi primer amor, pero deseo que sea el último.

Deseo tenerlo a mi lado hasta el final de mis días, quiero verlo enamorarse de alguien más para que así las espinas de mi corazón puedan dejarme en paz.

Tengo talasofobia. Tan sólo soy un niño asustado y Jin es mi mar.

El castillo de arena que con mucho esmero Seokjin y Yoongi construyeron, se derrumbó en el tercer otoño que pasaron juntos. Cuando llevas tiempo resguardando tus emociones y descuidando tu corazón, va a llegar el momento en el cual tendrás que expulsar toda la masa que está dentro de ti o sino serás miserable. El corazón de Jin fue el primer soldado caído en esta batalla llamada amor.

Actuar por impulso no estaba en sus planes, pero la situación susurró su nombre con encanto, y Seokjin no se pudo resistir a la tentación. Entonces lo besó. Su fantasía se hizo realidad y se sintió tan feliz cuando los labios delgados acompañaron su danza indecente. Todo explotó, todo ardió y al mismo tiempo el mundo se detuvo. Lo único que importaba era ese beso, el fin de un nuevo inicio.

Yoongi lloró, porque gracias a ese beso se dio cuenta que al intentar protegerse se estaba lastimando y lastimaba a Jin de paso. Cuando estás enamorado tus acciones son nubladas por tus sentimientos y tus actos no siempre son los más pertinentes. Jin se dió cuenta de que su amor hacia Yoongi lo estaba cegando de la realidad, pero no se arrepiente de tardar tanto en llegar al corazón del otro.

Después del beso, las cosas entre ambos chicos no cambiaron mucho. Más bien, en su relación se vio reflejada la sinceridad de sus emociones. Las fantasías se hicieron realidad y juntos formaron la historia que individualmente habían soñado. Dos universitarios viviendo su primer amor de verdad.

Aunque las palabras son importantes, no eran necesarias para la comunicación entre ellos. Jin y Yoongi crearon su propio lenguaje, cómplices en esta travesía llamada amor. Las dudas y miedos fueron sustituidos por afecto y confianza. Los besos eran el aire que necesitaban para vivir y en sus ojos era visible el encanto divino.

Circunstancias diferentes unieron dos corazones destinados a estar juntos. Dos corazones pueriles ansiosos por descubrir su otra mitad, embarcándose en su próxima travesía en las profundidades del océano.

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Gracias por leer

Moon

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