𝒕𝒘𝒆𝒏𝒕𝒚 𝒕𝒉𝒓𝒆𝒆

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( ☆. 𝐶𝐻𝐴𝑃𝑇𝐸𝑅 𝑇𝑊𝐸𝑁𝑇𝑌 𝑇𝐻𝑅𝐸𝐸 )
𝚗𝚘𝚌𝚑𝚎𝚜 𝚍𝚎 𝚎𝚜𝚝𝚛𝚎́𝚜 𝚢 𝚛𝚎𝚌𝚞𝚎𝚛𝚍𝚘𝚜.

Los nuevos carteles anunciando a Dolores Umbridge cómo la nueva directora de la escuela habían aparecido en el colegio durante la noche, pero eso no explicaba cómo era posible que todo el mundo, sin exceptuar a nadie en el castillo, supiera que Dumbledore había burlado a dos aurores, a la Suma Inquisidora, al ministro de Magia y a su asistente júnior, y había escapado. El único tema de conversación era la huida de Dumbledore.

Alaska se encontraba en uno de los patios interiores junto a Neville, repasando unos temas de Herbología con las muestras que se encontraban en el lugar. El chico le había estado haciendo preguntas sobre su nueva insignia de la Brigada Inquisitorial, no entendía porque se había unido y Alaska no tenía ánimos de darle explicaciones.

Fue una suerte que su lechuza llegara en el momento perfecto, desde metros de distancia pudo reconocer la estampilla de la familia de Lukas, era imposible no conocerla luego de haber recibido tantas cartas de su parte.

Cuando llegó a su lado se apresuró en dejar a un lado lo que estaba haciendo y abrir el sobre, sacando el largo pergamino que le enviaba como respuesta a su última carta. Lukas y ella hablaban de muchas cosas, pero la Magia Oscura no era una de ellas, a pesar de quererlo no podían arriesgarse a que una de sus cartas fuera interferida. Po lo tanto, hablaban de otras cosas. En esa ocasión Lukas le daba ideas de hechizos que podrían impresionar a sus profesores para los TIMOs prácticos, le explicaba más sobre su vida en Durmstrang y su familia, y también la felicitaba por su reciente intercambio y nuevo novio.

Alaska no pudo evitar amargarse cuando leyó la última parte, le había comentado a su amigo que todo iba bien entre Draco y ella, pero eso ya no era del todo cierto. La noche anterior ambos habían hablado, él estaba molesto porque no le había contado sobre sus reuniones secretas y a pesar de que ella le recordó que odiaba a Harry y haría lo que fuera para meterlo en problemas, él no lo entendió. Le había pedido un poco de espacio para pensar en la situación.

¿Qué era lo que tenía que pensar? Era ridículo, no había nada de complicado en la situación, Alaska no lo comprendía.

Para sumar más a su amargo estado de humor, está tarde se originaron una serie de fuegos artificiales que resonaban por todos los pasillos y no se detenían. Siguieron ardiendo y extendiéndose por el colegio toda la tarde, evitando que Alaska logrará concentrarse en sus clases y estudios.

Y pese a que ocasionaron graves trastornos, sobre todo los petardos, a los otros profesores no pareció importarles mucho y no hacían nada para detenerlos. Cómo resultado, la profesora Umbridge se pasó la primera tarde como directora corriendo por el colegio y acudiendo a los llamados de los otros profesores, ninguno de los cuales parecía capaz de echar de su aula a los fuegos artificiales sin su ayuda.

Cuando sonó la última campana y volvían a las mazmorras de Slytherin con sus mochilas, vieron a la profesora Umbridge, completamente despeinada y cubierta de hollín, tambaleándose y sudorosa dirigiéndose a su oficina. Más tarde, en la sala común, Blaise y Ann estuvieron toda la noche riéndose a carcajadas y burlándose de la nueva directora.

Alaska no participó de aquello, en cambio, se mantuvo alejada de sus amigos. Arrinconada en una esquina de la sala común, sentada en el suelo con libros y pergaminos rodeándola mientras ella leía, escribía y memorizaba los contenidos de cada uno. No había avanzado tanto como le hubiera gustado durante la tarde así que debía aprovechar la noche.

—Yo digo que se vuelve loca antes de que siquiera comiencen los TIMOs. —Comenta Blaise a sus amigos, quienes se habían detenido para observar a la rubia.

—Debería descansar —Dice Ann con el ceño fruncido—, no hay momento en el que no esté estudiando o practicando.

—Mira quien lo dice —Theo habla a su lado—. Tu estás igual que Alaska, con esto de tus visiones. No te has detenido desde hace semanas.

—Esto es importante, tengo que...

—Descifrar las visiones para ayudar si es necesario —Terminó Theo la oración—. Lo sé, es lo que has dicho todas estas semanas.

—Pues es la verdad, no puedo dejar pasar esto.

—Estás sobre exigiéndote. —Le hizo notar su novio.

—Al igual que Al.

—Y por eso son mejores amigas —Dijo el castaño—, son tal para cual.

Ann no rebatió ese comentario, pues era la verdad. Además, si alguno de sus amigos le decía que debían tomarse un tiempo para descansar, lo ignorarían. Por eso la castaña prefirió acercarle sus apuntes de las clases a Alaska y desearle una buena noche en vez de pedirle que fuera a dormir.

La noche avanzó y la sala común quedo vacía, Alaska seguía en el suelo, comenzaba a practicar para Transformaciones, la clase que más se le dificultaba. Estaba segura de que los hechizos desvanecedores entrarían en los TIMOs, y con esos había tenido problemas el curso anterior.

Se restregó los ojos y estiro sus brazos antes de continuar. Acerco su libro de Transformaciones de cuarto curso y comenzó a dar vueltas a las páginas, y en su búsqueda por el capitulo de hechizos desvanecedores encontró algo que había olvidado tener. Siendo utilizado como un marcapáginas, vio una foto en movimiento que había sido tomada el año anterior. Ella y Cedric, se encontraban en el baño de prefectos y ambos estaban sonrientes, muy entusiastas con el huevo de oro en sus manos, el día que el chico la había dejado escuchar la pista para la segunda prueba.

Alaska agarró la foto y se la llevó al pecho, apretando con fuerza. Sintió su nariz picar y sus ojos arder, no podía evita sentirse abrumada y sentimental con lo estresada que se sentía últimamente. No podía imaginar como sería todo si Cedric aún estuviera vivo, cursando su último año de Hogwarts. Era algo de lo que evitaba pensar desde que comenzó el curso, pero en esos momentos era inevitable.

No podía creer que pronto sería el primer aniversario de su muerte, ambos se habían hecho tantas promesas, tenían planeado hacer tantas cosas juntos. Alaska nunca hubiera imaginado que no podría hacer ninguna de ellos junto a su mejor amigo. Eso la devastaba, cada vez que pensaba en Ced recordaba todo el potencial que él tenía, y todo se había acabado en unos segundos; por culpa de Danniel.

—Ni siquiera puedo odiarte —Murmuró la rubia esperando que, en alguna parte, Cedric pudiera escucharla—. Sólo te extraño cada vez que me despierto, cada vez que juego Quidditch, y cada vez que respiro.

Dejo caer sus manos sobre sus piernas y apoyó su cabeza sobre la pared mientras unas lágrimas escapaban de sus ojos, concentrándose en el camino que recorrían hasta su mentón, para así no comenzar a llorar.

Alaska creyó que ya era tiempo de descansar de los estudios, cerró sus libros y junto los pergaminos con sus notas. Lo normal hubiera sido tomar sus cosas e ir a su habitación, pero no fue lo que hizo. En cambio, se quedo sentada, acercando un pergamino en blanco y tomando una pluma con tinta.

Comenzó a escribir:

Para mi mejor amigo (y alma gemela), Cedric Diggory:

¿Sabes que no cumpliste tu parte del trato? A fin de mi tercer curso dijiste que estarías a mi lado, que te tendría cuando tuviera que rendir los TIMOs para apoyarme y quejarme contigo de estos horribles exámenes.

Pues adivina, ya estoy estudiando para los TIMOs y tú me dejaste hace meses.

Alaska tuvo que tomarse un tiempo antes de continuar, pues había comenzado a llorar nuevamente ante la presión en su pecho y estaba manchando el pergamino.

Supongo que nada salió como esperábamos, y sé que es más culpa mía que tuya. Antes de comenzar este curso alguien me hizo creer, sólo por unos segundos, que tu muerte fue mi culpa. Porque eras mi amigo. Pero sé que no es así, o al menos ahora lo sé. Me lo cuestioné bastante. Pero ninguno de los dos tiene la culpa de las acciones de un asesino que seguía las ordenes de su amo, intentamos evitarlo, pero no había nada que hacer.

Estuviste en el lugar y momento equivocado. Pero no tienes de que preocuparte, yo misma me encargaré de vengar tu muerte, y no piensa descansar hasta lograrlo. Tú estarías en contra de esta decisión, preferirías que lo olvidara y siguiera adelante, pero no puedo Ced, no puedo olvidarte. No cuando todos a mi alrededor parecen hacerlo.

A veces no comprendo a las personas, todos lloraron tu muerte durante el banquete de finde curso, y ahora a nadie parece importarle. Es injusto que ellos hayan seguido su vida como si nada cuando tu perdiste la tuya, y cuando yo te perdí. ¿Cómo pueden seguir adelante?

Todos ellos creen que soy parte esencial del plan de Voldemort, pero no ven que sólo soy una victima más, una chica que vio a su mejor amigo morir frente a sus ojos. Son idiotas por creer eso.

Y cada vez que alguien me insulta o se publica un nuevo articulo sobre mí, te recuerdo. Desde el principio me diste fuerzas, me diste seguridad y me ayudaste a ver que la vida no era tan difícil si tenía buenas personas a mi lado. Siempre estaré agradecida por todo lo que hiciste por mí, porque me convertiste en quien soy hoy. Te extrañaré cada día de mi vida.

Ahora, lo mejor es que te pongas al día con mi vida ¿no crees? A nueve meses de tu partida muchas cosas han cambiado.

Dumbledore tiene un plan para derrotar a Voldemort de una vez por todas, y yo soy parte esencial de el. Tuve que unirme a los mortifagos y ahora la Marca Tenebrosa estará marcada para siempre en mi antebrazo, pero no me importa si logró mi cometido. Voldemort confía en mi, supongo que soy buena en lo que hago.

En cuanto a mi vida más personal, Archer y yo terminamos luego de tu muerte. Salí con Dean Thomas por un tiempo para distraerme (lo sé, mala decisión) y ahora, finalmente, Draco y yo comenzamos a salir. Supongo que estuve reprimiendo mis sentimientos por mucho tiempo.

También me nombraron Prefecta y Capitana del equipo de Quidditch de Slytherin, supongo que académicamente somos similares. Ahora mismo estoy en la recta final para los TIMOs, y un consejo tuyo no me vendría mal, o un abrazo. Los extraño.

Alaska soltó un lamento y tuvo que reprimir los siguientes.

Estoy segura de que un último abrazo tuyo podría arreglar todos mis problemas, si tan sólo hubiéramos tenido la oportunidad... Supongo que tengo suerte de recordar tus ultimas palabras, me obligue a no olvidarlas. Me dijiste que no tuviera miedo, que era más fuerte de lo que creía. "Estaremos bien", eso fue lo que dijiste. Pero adivina Cedric, no lo estamos.

Ya era tiempo de dejar de escribir. Alaska seguía llorando casi de forma inconsciente cuando firmó la carta y la guardo en un sobre, quería levantarse e irse a la cama, pero no encontraba las fuerzas para hacerlo.

No supo exactamente cuanto tiempo estuvo allí sentada, pero supuso que era tarde cuando reconoció los pasos de Draco por el pasillo.

—Creí que ya te habrías ido a dormir —Le dijo el chico con su voz ronca, acercándose a ella—. ¿Qué pasó? —Pregunto cuando vio el rostro de Alaska.

Ella intentó sonreír—. Encontré esto. —Y le entregó la foto con Cedric.

Draco la examinó y no tuvo que hacer más preguntas para saber que pasaba. Se guardo la foto y con un movimiento de varita hizo que todas las pertenencias de la chica se dirigieran por su cuenta a su habitación.

—Vamos a descansar.

Alaska no se opuso a la oferta. Tomó la mano que le estaba ofreciendo y se levantó, ambos se dirigieron al pasillo donde estaban las habitaciones de los prefectos.

Más, para su sorpresa, Draco la guio hasta su habitación, cerrando la puerta tras de sí. A ella no le molestaba, ya habían dormido juntos en otras ocasiones y era algo que le gustaba hacer.

Cuando Alaska se había puesto ya el pijama y se acostó bajo las mantas, Draco se sentó en la orilla, a su lado mientras tomaba su mano.

—Entiendo tus razones para guardarme el secreto de las reuniones clandestinas y sé que ya no hay nada que podamos cambiar —Comenzó a decirle el chico—, pero no me gusta que me mientas. Eres mi mejor amiga Al, la chica a la quiero, eres mi todo. Y quiero ser tu todo, que puedas hablar de todo lo que pasa en tu vida, que confíes y te sientas segura conmigo.

—Y así es, pero no sabía como reaccionarías a eso —Alaska se sentó en la cama para estar más cerca de Draco—. Recién comenzábamos a salir y no quería arruinar las cosas.

—De ahora en adelante no hay que mentir más, ¿sí? —Le pidió—. Vamos a hablar de todo, confiar y escuchar.

Alaska miró a sus grisáceos ojos y asintió lentamente—. Me parece buena idea. —Murmuró, acortando la distancia entre ambos.

Levantó su mano y la posó en el costado de su cuello, acariciando el lóbulo de su oreja con el pulgar. Draco le mostró una sonrisa ladina.

Se inclinó hacia ella con una mano en su cintura, de forma delicada. Sintipo su caliente respiración chocar con su rostro y unos segundos después el termino por besarla.

Como siempre, sus labios contra los suyos se sentían suaves, tan suaves que a Alaska le gustaría sentirlos sin descanso.

La chica no abrió sus ojos cuando se separaron, se quedó allí, juntando su frente con la de Draco mientras disfrutaba de su característico olor, respirando profundamente, sintiéndose segura.

.      .      .

A medida que avanzaba la semana de Pascua, el tiempo se hizo más ventoso, soleado y cálido, pero Alaska estaba atrapada dentro del castillo, como el resto de los alumnos de quinto y séptimo, sin más ocupación que repasar e ir y venir de la biblioteca.

Y para subrayar la importancia de los próximos exámenes, una serie de folletos, prospectos y anuncios relacionados con varias carreras mágicas aparecieron encima de las mesas de las mazmorras poco después de que las vacaciones finalizasen, y en el tablón de anuncios colgaron un letrero que decía:

ORIENTACIÓN ACADÉMICA

Todos los alumnos de quinto curso tendrán, durante la primera semana del trimestre de verano, una breve entrevista con el jefe de su casa para hablar de las futuras carreras. Las fechas y las horas de las entrevistas individuales se indican a continuación.

Alaska iba a ser entrevistada por Snape lunes a las dos y media en su despacho, lo cual significaba que se saltaría casi toda la clase de Aritmancia.

Todos los de quinto ocuparon una parte considerable del último fin de semana de las vacaciones de Pascua leyendo la información sobre diferentes carreras que habían dejado para que examinaran.

—Bueno, la Sanación me atrae —Comentaba Draco, que había estado enfrascado en la lectura de un folleto en cuya portada se veía el emblema del hueso y la varita cruzados de San Mungo—. Se necesita como mínimo una «S» en los TIMOS de Pociones, Herbología, Transformaciones, Encantamientos y Defensa Contra las Artes Oscuras.

—Es una profesión de mucha responsabilidad, por eso piden tanto. —Dijo Ann a su lado.

La castaña por su parte estudiaba minuciosamente un folleto de color naranja titulado: «¿CREES QUE TE GUSTARÍA TRABAJAR EN RELACIONES CON LOS MUGGLES?»

—Creí que esto serían más exigente —Agregó cuando termino de leer—. Para especializarte en relaciones con los muggles no es necesario estar muy bien, sólo te piden un TIMO de Estudios Muggles.

—Bueno, no es que muchos se interesen en esa carrera.

—Escuchen esto —Dijo Blaise de pronto, quien tenía un folleto de la banca mágica en sus manos—. «¿Buscas una carrera interesante que implique viajes, aventuras y sustanciosa bonificaciones en metálico relacionadas con experiencias peligrosas? Pues plantéate si quieres trabajar para Gringotts, el Banco Mágico, que recluta a rompedores de maldiciones y les ofrece emocionantes oportunidades en el extranjero.» Esto me gusta.

—Sólo te gusta por las sustanciosas bonificaciones. —Apuntó Alaska bufando con una sonrisa.

—Me gusta el dinero, no me avergüenzo de ello.

—Pues yo digo que el dinero no es lo más importante, sino que te interese la carrera.

—Eso es porque tú no tienes dinero. —Le dijo el moreno con franqueza.

—¡Blaise! —Soltó Ann—. No puedes decir esas cosas.

—Él tiene razón —Dijo la rubia sin verse afectada por el comentario—. No tengo dinero y tampoco me interesa ganar poco mientras este trabajando como Magizoologa. Estudiar animales, recorrer el mundo en busca de nuevas criaturas, es un sueño.

—¿Y ya viste el folleto? Pide demasiado, incluso más que Sanación —Le dijo Theo mientras revisaba el folleto—. Pide al menos una S en Pociones, Herbología, Transformaciones, Encantamientos, Defensa Contra las Artes Oscuras, Cuidado de Criaturas mágicas, Runas Antiguas y un Aceptable en Historia de la Magia. ¡Esas son casi todas las asignaturas!

—¿Por qué creen que he estado estudiando tanto? ¿Por gusto? —Inquirió la chica.

—Es más fácil entrar al Departamento de Regulación y Cuidado de Criaturas Mágicas ¿lo has considerado?

—El Ministerio es pan comido, pero no es lo que quiero.

Alaska tenía claro sus objetivos desde hace años, y no le importaría que obstáculos se le pusieran en frente. Iba a sobrepasar cada uno de ellos y lograría sus metas. Y nada se lo impediría.

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