CAPÍTULO 2 De nuevo

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Una pregunta, ¿Te gustan los capítulos largos? Siento que me salen un poco aburridos pero no estaré seguro hasta que otro que no sea yo me lo diga, confirme o desconfirme.

===================

Narra Eduardo

...

Rey:Quién eres y cómo conseguiste este número.

No creí que preguntaría lo que esperaba de una manera tan hostil y desconfiada.

Eduardo:Soy Eduardo, Rey, ¿No me recuerdas?

Rey:Conocí a muchos tipos, tendrás que intentarlo mejor.

Eduardo:¿En serio me olvidaste? Solo pasaron un par de años desde la última vez que nos vimos, ni siquiera cuatro.

Rey:Escúchame "Eduardo" si es que te llamas así, no estás intentando nada y mi tiempo vale más que un desconocido.

Gracias a la confusión e impotencia que me estaba generando, empecé a desesperarme y a decir cosas que podrían empeorar aún más mi situación.

Eduardo:Cómo puedes ser tan descuidado e insensible, me dijeron que era tu preferido, soy yo, Eduardo Grenet Cogh, el maestro de literatura a quien trataste de ayudar, soy un Swampert, celeste y acuático por si te falta materia gris.

Pero no respondió nada, solo hubo silencio y no pasaron cuatro segundos para que volviera a hablar pero de manera contraria a como lo hice.

Eduardo:Perdón, perdón, en verdad lo lamento, no fue mi intensión ofenderte... no sabes lo frustrante que es que antes hayas sido el Pokémon más cercano a mí para hablar de mis problemas y a quién más aprecio tenía pero que ahora ya no sepas quién sea.

Asumí que Rey ya no pronunciaría ninguna palabra más; me di por vencido arrepintiéndome por haber llamado en primer lugar e intenté colgar la llamada pero, por alguna razón, lo impidió.

Rey:¡Espera, Eduardo!

Mis esperanzas volvieron y volví a la llamada con algo de entusiasmo.

Eduardo:¿Sí, Rey?

Su voz trataba de sonar en un punto medio entre lo serio y suave pero la oía decepcionada.

Rey:La verdad sí conozco a Eduardo, pero no a ti, el Eduardo que conocí intentaba ayudarse a sí mismo con cada vez menos necesidad de los demás, ahora solo intenta lo opuesto en las dos cosas, yo esperaba que cuando volviera a oír tu voz,
oiría una voz distinta, pero sigue siendo la misma, lo que significa que mi ayuda fue en vano.

Todo con respecto a lo que hablo sobre mí me resultó complicado de entender o interpretar y volvía a como estaba a inicios de la conversación.

Eduardo:¿De qué hablas? No comprendo ni una sola palabra de lo que dices, solo hay un Eduardo y soy yo.

Rey:Hablo de lo que planeas hacer, ¿En serio crees que tu amigo será la respuesta a tus preguntas, la solución a tus problemas, tu salvador? Sé autosuficiente por una vez en tu vida y sabes que no exagero al mencionarlo.

Eduardo:Por qué me estás diciendo ésto, se supone que tú eres amable, gentil, afectuoso y comprensivo, tú no juzgas a la demás, los entiendes y ayudas, y a mí, tú me ayudabas, ¡¿Por qué egoísta razón decidiste irte?!

Toda la tristeza y frustración que me provocó se manifestó en la última pregunta y esperaba que si quiera dijera algo no tan hiriente.

Rey:No has aprendido nada, tenías que saberlo de algún modo.

Fue lo último que quise escuchar antes de que dijera otra cosa y esta vez me aseguré de colgar pero no pude hacerlo, simplemente no pude.

.
.
.

El techo... confuso y desorientado, comencé a mirar a mí alrededor rápidamente y, como consecuencia, me moví ligeramente, lo que hizo que sintiera algo suave y liviano sobre mí, lo miré y resultó ser una sábana azul, entonces para estar más seguro de lo que sucedía decidí ver la hora en mi celular... y me indicaba que eran las siete menos cinco de la mañana.
No sabía si sentirme aliviado o de la manera contraria, y lo único que podía hacer era pensar en que posiblemente pasaría exactamente lo mismo que ví.

Aunque no era nada probable hasta donde sabía, aún así no me sentía nada seguro para hacer lo que ayer planeé hacer justo antes de dormir y al parecer no me quedé despierto.

Quería llamar a Rey pero temía que me dijera algo que podría lastimarme, comenzaba a dudar si lo que me dijeron era realmente cierto, sobre si Rey me tenía como el preferido, lo cuestionaba porque Rey es alguien que pudo conocer a gran cantidad de personas en su trabajo y quizá lo decía cada cierto tiempo para hacer sentir bien a sus clientes.

Pero quería estar seguro de aquello y de si siquiera recordaba al maestro que alguna vez le aclaro la duda respecto a la diferencia entre tilde y acento la primera vez que nos vimos.

Entonces, aún acostado con grandes inseguridades y numerosas dudas, sujeté de mejor forma mi celular y el papel de la nota que estaba muy cerca de este, marqué al número que tenía al reverso de lo que Rey escribió pero no presioné el símbolo de llamada aún porque mis dudas se hacían cada vez más abrumadoras.
Me preguntaba si contestaría, si estaría de buen humor para hablar o lo más importante; si me reconocería después de la larga separación de tiempo y distancia desconocida que había entre nosotros además de otras preguntas que surgían en mí, pero si podría tan solo-

Rey:¿Sí? Me encantaría saber quién es.

Ay no, lo presioné sin querer.
Por qué no puse mi celular en otro lado mientras pensaba.

Rey:Solo escucho respiración, lo tomaré como un número equivocado, suerte con tu otra llamada.

Eduardo:¡No, no! ¡Un momento!

Rey:Claro, puede que no sea equivocado después de todo.

Me alegró bastante recordar su alegre y carismática voz de nuevo y después de tanto.

Rey:Qué necesitas, no tengo casi nada en este momento pero puedo ofrecerte una agradable charla si lo deseas.

Eduardo:Soy Eduardo Grenet Cogh, el profesor de literatura que conociste hace años, ¿Todavía me recuerdas? Soy un Swampert.

Intenté ser detallado para asegurarme de que no hubieran confusiones.

Rey:Je... por qué ser tan específico, solo me hizo falta oír tu voz para reconocerte, Eduardo.

Me llenó de alivio que aún siga manteniéndome en su memoria, y no pude evitar decírselo sintiéndome agradecido por eso.

Eduardo:Rey, realmente no sabes cuánto me anima que sigas recordándome.

Rey:Veo, o mejor dicho, escucho que Adam si me hizo el favor, le dije que te diera mi nota en cuanto vinieras.

Eduardo:¿Pero cómo supiste que vendría?

Rey:Pues... hay una larguísima historia que podría explicarlo pero podría resumirse en que conozco a Sinec y sé que ya no está.

Eso me habría confundido si no lo recordara pero no en cuanto a lo segundo.

Eduardo:Cierto, antes él me dijo que te conoció, ¿Pero cómo sabes que ya no está?

Rey:Vino justo un día antes de que me fuera, curioso, ¿No? Quiso entregarme algo por esa misma razón, ya no estaría más tiempo en la ciudad.

Eduardo:Ahora tiene sentido.

Rey:¿Ahora podrías ser tan amable de contarme qué fue de ti? No viniste aún cuando seguía dando espectáculos.

Me habría encantado hacerlo.

Eduardo:Eso fue porque sentía que dependía de ti no quería que lo supieras, no supe cómo decírtelo.

Rey:Aguarda, Eduardo, por qué ser tan sincero al inicio de la conversación.

Eduardo:Quiero ser honesto, es la primera vez en años que tenemos contacto.

Rey:Eso es muy cierto, siempre es bueno ser honesto, y ya que hablamos con honestidad, en realidad quise preguntar la razón por la que decidiste llamarme.

Eduardo:El motivo es simple, necesito tu ayuda.

Fui directo al punto porque pensé que esa sería la única forma en la que Rey lo entendería bien.
Y antes de hablar, él se tomó su tiempo para contestar, quizá pensando en qué debería decir.

Rey:Pues no hay mucho que pueda hacer, lo lamento muchísimo Eduardo, no tuve otra opción que no fuera irme, aún sigo dudando si fue una buena decisión.

Su voz parecía reflejar que se sentía mal consigo mismo por haberse ido repentinamente dejando algunas cosas atrás, como a mí.

Eduardo:No, te equivocas, ahora mismo puedes hacer justo lo que necesito.

Rey:Qué bien, entonces me fascinará ayudarte en lo que necesitas, ¿Y qué necesitas?

Ahora era mi turno de hablar y de explicar el motivo de mi llamada con dos palabras.

Eduardo:Un consejo.

Noté que Rey esperaba que dijera otra cosa.

Rey:Vaya, ¿Consejo? Puedo dártelo pero de qué tipo.

Eduardo:Tú aún recuerdas la mayor parte de lo que hablamos las veces que nos vimos, ¿No es así?

Tenía que recordarlo para llegar adonde yo lo necesitaba.

Rey:Qué es exactamente lo que quieres que te diga.

Eduardo:Qué es lo que debería hacer ahora.

No fue una respuesta apresurada, fue premeditada, sí fui sincero como lo acordamos pero ambos sabíamos de alguna forma que fui demasiado honesto.

Rey:Eduardo... me preocupas por lo que acabas de de decir.

Ya lo dijo una vez, pero aún tuvo el mismo impacto que el de antes.

Eduardo:Lo sé, por eso te pido ayuda.

En mi interior, pensaba que había defraudado a Rey, creía que se molestaría conmigo por sentir que no aproveché la ayuda que me dió en su momento y solo lo busqué para aliviarme temporalmente.

Rey:¿Sabes por qué me fui de Hidren Laitons?

Probablemente usaría ese tema para darse a entender.

Eduardo:Está claro que no.

Rey:Tenía la sensación de que ya había hecho todo lo que estaba a mi alcance para ayudarte a ti y a los demás, eso y porque debía desaparecer lo antes posible, pero en el fondo siento que no hice bien en irme por dejar cosas sin resolver, como tú, en especial tú, por eso decía que eras mi preferido.

Con eso quería decir que su decisión le causaba remordimiento solo por mí, lo que empeoraba lo mal que me sentía por él.

Rey:Yo no podía darte la ayuda que necesitabas por más que lo intentaba y vaya que lo intenté, tú lo sabes más que nadie, no es por ser desconsiderado pero tú, por alguna razón, aveces rechazabas la ayuda que te daba.

A pesar de lo que decía, aún seguía hablando con un tono que demostraba gentileza.

Eduardo:No recuerdo haberlo hecho, debes estar confundiéndote.

Rey:Hubo más de un momento en el que no quisiste hablar absolutamente nada sobre ti, decías "Te lo agradezco Rey, pero solo vine a pasar el rato", y la vez que te aconsejé con intentar ir a terapia, simplemente no me escuchaste y preferiste hablar de otro tema, lamento que te lo diga de esta manera pero no pude hacerlo en su momento, además de eso, pensaba que si te lo dijera lo tomarías mal y que te lastimaría, y lo que menos quería en el mundo entero era herirte, también te tenía cierto nivel de afecto.

Y tenía que decir todo eso por teléfono, habría sido mejor que me hubiera recordado antes de irse.

Rey:¿Eduardo?

Eduardo:Pensaste bien... quería llamarte porque quería sentirme bien al oír de nuevo tu voz.

Rey:Perdóname, Eduardo, no tuve lo necesario para ayudarte.

Cualquiera que lo escuchara se daría cuenta de inmediato que estaba auténticamente apenado por mí, y esa pequeña sensación de preocupación por mí bastó para subirme el ánimo.

Eduardo:Rey, no te culpes, tú hacías lo que me hacía sentir bien y no fallaste en eso, independientemente si me ayudaba o no.

Rey:Mi objetivo principal era ayudarte, no solo hacer que te sintieras bien.

Él tenía razón, algunas ocasiones él elegía hacerme sentir bien porque era mucho más fácil y rápido que ayudarme, pero nunca dejó de intentarlo hasta el último día que nos vimos.

Rey:Eduardo, voy a intentar esto por posiblemente una última vez... no te refugies en tu pasado, no puedes rehacer lo perdido, solo puedes continuar y crear cosas nuevas, la redención solo se puede alcanzar de forma voluntaria, ¿No crees que ya te has atormentado lo suficiente? Tú eres el que decide si ser el que te ayude o lastime, pero si escoges ayudarte te diré algo que aprendí, no hay salvación o sacrificio sin ayuda de los demás.

Pude oír que Rey habló desde lo más profundo de su corazón, todo lo que mencionó, cada palabra fue pronunciada con el único fin de tratar de ayudarme.

Rey:No soy experto en nada, estoy seguro de que me equivoqué en algo pero hago lo que puedo y con la intención de ayudarte.

Era más que evidente que Rey puso todo su esfuerzo en tratar de ayudarme todo el tiempo que estuvimos juntos, admito que hubo un tiempo en el que me refugié en él, pero, gracias a su ayuda, dejé de hacerlo, y esta vez trataría de hacerlo de nuevo.

Eduardo:Lo voy a intentar...

Rey:Eduardo, siempre dices que lo vas a intentar, lo que me preocupaba es que todo se repita, si no actúas con voluntad nada va a cambiar.

Eduardo:Esta vez será diferente, te lo prometo.

Rey:No me prometas nada mí, que sea por ti.

Ya me pasó una vez, debería pensar en eso seriamente.

Eduardo:De acuerdo, voy a practicar todo lo que me dijiste desde ahora, creo que sé cómo hacerlo.

Aún se oía preocupado pero también se escuchaba contento, posiblemente por lo que dije.

Rey:Más te vale, querido.

Es parte de su personalidad hablar con afecto, eso siempre me gustó de él.

Eduardo:Gracias, al final si me hiciste sentir bien.

Rey:Y espero haberte dado algo en qué pensar por lo menos, pero siempre estaré disponible para hablar contigo por si me necesitas.

Eduardo:Sabré cuándo volver a llamarte... adiós.

Rey:Un momento, ¿No vas a preguntar por mi auténtica identidad?

Cómo creía que ya habíamos terminado, estuve por colgar pero me detuve y seguí hablando con él.

Eduardo:No debería, siento que es algo de asunto privado porque no se lo dijiste a nadie.

Rey:Tienes razón, la verdad sí lo era pero no siempre fui Rey, mi nombre real empieza con la misma letra.

Eduardo:Pero por qué me lo dirías.

Rey:Te lo mereces y da igual que lo sepas o no, espero oír tu voz pronto, atentamente, Richard.

Y colgó en justo en ese momento antes de que pudiera decir algo respecto a su identidad real, cosa que por la cual no tenía mucho que opinar excepto que, inconscientemente, seguiría llamando Rey y no Richard por todo el tiempo que pasé junto a él, momentos que apreciaba y recuerdos que atesoraba.

Supongo que Rey, o mejor dicho, Richard me dió bastante en que pensar como esperaba que pasara, no comprendí del todo lo que me dijo y no podría ocultar que todo lo que dijo fue cierto si lo analizaba, aunque me cuesta darme cuenta de ciertas cosas.
Además, sí era consciente de que todas las veces que decía que lo iba a intentar, no pocas veces lo decía solo para evadir el tema ya que no me sentía cómodo al hablar sobre ello.

Ahora mismo no puedo hacer mucho pero creo saber por dónde debería empezar además de que está estrechamente relacionado con algo que llevo pensado desde hace un tiempo.

===================

No te preocupes, me aseguraré de explicar lo que pasó al inicio... algún buen día en el que no llueva.

Adiós.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro