CAPÍTULO 9 De un trecho a un acercamiento

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Extraño la época en la que no extrañaba nada.

===================

Narra Eduardo

Tal vez me he acostumbrado a observar el lento, y a la vez veloz, paso del tiempo sin intentar mucho al respecto.
No lo intento porque no me siento capaz de hacerlo aún cuando solo se trata de mí y sabiendo que quizá haya alguna ligera posibilidad de tener éxito.

A veces pasa eso, cuando hay un silencio casi total, me es familiar pero raro al mismo tiempo, no lo describiría como agradable porque está más cerca de ser incómodo aunque esté totalmente solo... yo solo.

Habiendo pasado dos semanas desde que me mudé a Nueva Era, mi objetivo pasó de ser conseguirlo a encontrar un puesto de trabajo, pero ya había hecho eso en la mañana y ordenado algunos documentos días antes.
Comenzaré a trabajar cuando las clases inicien lógicamente; el director me recomendó conocer a mis colegas maestros según dijo pero, como cuando la primera vez empecé a trabajar como maestro, solo le dije que lo pensaría e intentaría.

Con el tema de mi trabajo cubierto ya no tenía casi nada de lo que podría preocuparme por resolver, lo único que podría decirse que faltaba era ver si podría comprar una casa en venta, pero haría eso dentro de muchísimo tiempo por ser algo en lo que debía analizar con calma sin contar que aún no tenía dinero suficiente para tal cosa.

Alejado de ese tema, algo que me ha llamado la atención por curiosidad fue Gidkho, él aún sigue siendo algo alegre conmigo, honestamente, aún sigo sin entender del todo su razón pero no es algo malo en lo absoluto, siento que voy acostumbrándome poco a poco a esa actitud suya, con algo de esfuerzo debo decir porque, no estoy seguro de que sea mi imaginación pero, por alguna razón, percibo que ahora es ligeramente más abierto que antes.
Lo que me llevó a pensar en eso fue que hubo un día en el que literalmente me confió algo que no debía decírselo a sus padres; no tiene planeado nada en pocas palabras, es preocupante viniendo de alguien tan joven como él.
Aunque ese mismo día me dijo la edad que tenía y, cuando la supe, en cierto modo explicó un poco ese tema; podría esperar una mentalidad como la suya de alguien con viente años, aún era joven e inexperto en ciertas cosas, no sabía si tenía bastante confianza en sí mismo o se comportaba de manera ciegamente confiada ante casi todo.

(13:14 PM)

Tuve una gran cantidad de cosas que podía anotar en mi diario, por lo que no me fue nada difícil pensar en algo importante o por lo menos interesante.
Ahora que le daba un uso más personal no me gustaría que cualquiera que no fuera yo viera su contenido, pensaba ocultarlo pero, luego de pensar un poco sobre mí y mi poco interés en la interacción social por distintos motivos, me dí cuenta de que era poco probable que invitara a alguien a mi apartamento, así que solo lo pondría al lado de mi cama.

Con todo lo que pensaba olvidé que lo que hacía era revisar algunos temas sobre lo que enseñaba o enseñaré dentro de un tiempo, como los tipos de palabras en el idioma español, el verbo, el sustantivo, el adjetivo, el determinante, el pronombre, el adverbio, la preposición, la conjunción y la interjección; de los cuales los primeros cinco con palabras variables y el resto invariables.
Recuerdo que el primer día que tuve clase en la universidad tuve un docente que la primera cosa que dijo, aparte de presentarse y cosas así, fue que el verbo es la palabra más variable de la oración.
Fue lo único que memoricé aquel lejano día.

Gidkho:Oye, Eduardo, ¿Estás ocupado?

He, Gidkho es como una alarma, siempre me habla cuando estoy sumido en mis pensamientos como si estuviera olvidando algo importante.

No estoy en algo que me impida hacer otra cosa pero me gustaría saber qué es lo que necesita Gidkho.

Eduardo:¿Para qué deseas saberlo?

Gidkho:Nada que sea tan importante, solo quería saber si tenías tiempo de salir hoy.

Por su voz se notaba que estaba un poco ilusionado.

Eduardo:No lo sé, Gidkho, ya es la cuarta vez en esta semana.

No lo decía con ninguna intención de quejarme, ni con un tono que diera a entender tal cosa.

Gidkho:Entonces... eso quiere decir que te espere abajo, ¿No?

Sé que a veces debo hacerlo pero me es difícil decirle que no por temor a que se sienta mal.

Eduardo:No ésta vez, Gidkho, hoy tengo que hacer algunas cosas.

Miré hacia la puerta esperando su respuesta, pero solo se mantuvo callado por unos momentos.
Comenzaba a dudar sobre si lo que dije fue algo bueno, pero sentía necesario que estableciera ciertos límites.

Gidkho:Bien... aún así tengo que salir, creí que te gustaría pero no te preocupes, hasta pronto, Eduardo.

Y se fue sin nada más que decirme pero dejándome con un par de cosas para pensar.

Gidkho es un buen Pokémon pero lo que no me agrada de él es, dicho de manera simple y en pocas palabras, que sea tan amigable conmigo y que espere que yo haga lo mismo con él, hay momentos en los que creo que no tiene amigos aparte de mí.
No soy nada bueno siendo sociable, solo pude ser algo expresivo con mis antiguos amigos.

Me levanté de donde estaba sentado, miré con incertidumbre la mesa frente a mí con todas las hojas que tenía encima y dudé si continuar, si seguir ordenando esos temas ya que tenía la opción de hacerlo en otro momento y solo lo usé como excusa para no salir con Gidkho.

Evidentemente me sentía culpable por mentir pero sería tarde si fuera con él porque probablemente ya se haya ido, por lo que no lo intentaría.

Pero oí que alguien tocaba la puerta de mi habitación, no podía ser Gidkho de nuevo debido a que él suele hablar cuando viene.

Eduardo:Quién es.

Lucila:La propietaria, señor Eduardo.

Luego de escuchar a quien estaba del otro lado, me dirigí hacia la puerta sin tardar mucho para abrir la puerta y preguntar la razón de su inesperada visita.

Eduardo:¿Sí? Buenas tardes.

Lucila:Buenas tardes, ¿Puedo pasar un momento?

Eduardo:Está bien.

Me hice hacia un lado para darle paso y que pueda entrar, aunque no cerré la puerta cuando estuvo dentro porque no estaría mucho tiempo dentro de mi cuarto.
Pareciera que lo primero que notó fue el poco pero llamativo desorden que estaba sobre la mesa.

Lucila:Veo que está ocupado.

Relativamente ocupado.

Eduardo:Un poco, así es.

Dió unos pasos con dirección a la mesa para ver las hojas de mejor manera.

Lucila:¿Qué es lo que está haciendo?

Eduardo:Ordenando varios temas y lecciones sobre literatura y lenguaje, dan la ilusión de ser lo mismo pero uno es un arte y el otro no tiene un uso embellecedor, ¿Sabe?

Lucila:Vaya, aprendí eso en el colegio, pero no se ven demasiados desde aquí.

Tomó un par de hojas sin levantarlas mucho de la mesa para observarlas.

Efectivamente no son numerosos temas.

Eduardo:No lo son en realidad.

Lucila:Imagino que va a ordenar más temas luego de terminar con éstos.

Creo que ésto es algo más que curiosidad por saber acerca de lo que haré en el día.

Eduardo:No, tengo algunos más pero puedo hacer el resto otro día.

Lucila:Eso quiere decir que solo estará ocupado hasta que termine.

Eduardo:En cierto modo ya terminé y básicamente sí.

Ella dejó de tener la vista en la mesa para ponerla en mí desde su lugar y cambiar de tema a uno más "complicado".

Lucila:He notado que usted y su vecino salen seguido, no recuerdo bien su nombre.

Eduardo:Es Gidkho.

Lucila:Sí, habló de él, pero hoy lo vi salir solo, pensé que ya se había vuelto una costumbre que salgan los dos.

Luego de salir tantas veces en dos semanas cualquiera pensaría lo mismo.

Eduardo:Sí, un poco, pero hoy no podré.

Lucila:Por qué no.

Con lo que hablé, no podía decirle lo mismo que le dije a Gidkho hace poco.

Eduardo:Pues... no lo sé bien, no estoy de humor para salir hoy.

Luego de responder intenté no decir nada más para evitar que preguntara más, pero mi silencio captó su atención.

Lucila:¿Sucede algo?

Tardé un poco en contestar, algo que quizá llamó su atención casi tanto como lo que dije.

Eduardo:No, nada...

Pasaron unos largos segundos antes de que ella volviera a hablar.

Lucila:Usted y yo hablábamos con cierta frecuencia hace años, al inicio actuaba conmigo justo como actúa ahora mismo con Gidkho, me arriesgaría a decir que evitaba mi compañía por algo que hasta ahora no supe descubrir, pero encontré la distancia y manera perfectas para acercarme a usted.

Lo que dice es verdad, nunca quise decírselo directamente.
Pero lo que pasó con ella difiere a lo que me sucede con Gidkho.

Eduardo:Es diferente con Gidkho, usted y él no tienen la misma personalidad.

Lucila:Pero tal vez sí las mismas intenciones.

No pude decir nada ante eso, ni siquiera mentir de alguna forma.

Lucila:Eduardo, tal vez Gidkho solo quiere que usted confíe en él.

Eduardo:Entiendo qué quiere decirme, que si puedo ser menos distante con él.

Lucila:Sé que no es algo sencillo pero lo que importa es que, por lo menos, lo intente.

Eduardo:Está bien, lo voy a intentar.

Después de esa pequeña y levemente extraña petición, ella se dispuso a caminar hacia la puerta para salir de la habitación.
Pero antes de que estuviera fuera, yo pregunté algo que me pareció bastante evidente luego de pensarlo.

Eduardo:Gidkho habló con usted, ¿Verdad?

Lucila:Yo hablé con él, solo les hice un favor a ambos, hasta pronto, Eduardo.

Eduardo:Hasta pronto...

Y se fue mientras se despedía de mí dejando tras ella solamente a mí y a los pensamientos que desencadenó por todo lo que me dijo.

Por lo que entendí, es probable que Gidkho esté abajo esperándome esperanzado por verme.
No creo que ahora tenga muchas opciones después de lo que dijo, Lucila, el remordimiento que me hizo sentir y la culpa que me causó haberle mentido a Gidkho.

Con todo eso pesando en mi mente, tomé mi camisa azul de mi ropero para colocármela y le puse mi llave en el único bolsillo delantero que tenía.
Como eso era lo único que llevaría, salí de mi habitación para cerrar la puerta de ésta con mi llave y bajar pensando en cual sería la reacción de Gidkho al verme.

Al llegar a la planta baja del edificio, vi por un momento la puerta de la habitación de la dueña, pero me intrigó que estuviera cerrada, aunque no le di importancia y seguí con mi camino.
Luego de salir y estar finalmente fuera, lo primero de lo que me percaté fue a Gidkho, quien tenía encima la chamarra que olvidó el primer día que salimos, apoyado en un costado de su camioneta, pensativo y algo preocupado pero eso último no de le notaba muy bien.

Eduardo:¿Aún quieres que vaya contigo?

Al darse cuenta de mi presencia, elevó la mirada y la puso sobre mí, primero con sorpresa y seguidamente con alegría y algo de extrañeza.

Gidkho:Eduardo, sí, sí, por supuesto.

Entró enérgicamente al puesto del conductor y esperó mirando a que yo fuera hasta el asiento que estaba al lado.
No fui tan rápido como él, entré y cerré la puerta para esperar a que él encendiera el vehículo y nos llevara hacia donde se le ocurrió esta vez.
Pero me pareció extraño que siguiera apagado aún después de subirme, por lo que se lo pregunté.

Eduardo:Por qué no enciendes.

Gidkho:Lo haré pero no ahora mismo.

A diferencia de como estaba hace segundos, aún estaba alegre, suponía que por haber aceptado ir con él, pero ya no tanto, notaba que me miraba con cierta seriedad, lo que me dió a entender que quería decirme algo y que debía esperar a que lo dijera.

Gidkho:¿Qué te hizo cambiar de opinión exactamente?

Eduardo:A mi parecer, Lucila tuvo buenos motivos para persuadirme.

Gidkho:Vaya...

Luego de eso de quedó mirando al frente indeciso, como si estuviera dudando algo.
Pero eso no duró mucho ya que volvió a verme.

Gidkho:¿Puedo decirte algo? Pero no te molestes, ¿Okey?

Eduardo:De acuerdo.

Gidkho:Oye... he notado que actúas de cierta forma, no se como decirlo bien, creo que es "poco amistoso", no se si soy solo yo.

Es obvio que lo notó antes pero decidió decírmelo hoy.

Eduardo:Eso es cierto.

Gidkho:¿Siempre fuiste así?

Casi todos somos diferentes en la actualidad a cuando éramos infantes.

Eduardo:Supongo.

Gidkho:¿También con tus padres?

Eduardo:No sabría como responder a eso, lo siento, Gidkho.

Por suerte, él entendió que ya no debía seguir haciendo más preguntas sobre eso.

Gidkho:Ah, no importa.

Entonces encendió su camioneta y empezó a avanzar con una dirección en mente que yo desconocía por completo pero que no me preocupaba por aquello.

(13:26 PM)

La calle y el lugar al que fuimos me resultó muy familiar y lo reconocí apenas lo vi, el almacén en el que mis cosas se encontraban hasta que encuentre un lugar donde ponerlas.

Gidkho:Tengo que hacer algo aquí primero, puedes esperar aquí si quieres.

Iba a preguntar qué es lo que debía hacer pero antes de que pudiera hacerlo, Gidkho apagó el motor y salió casi deprisa para caminar a un ritmo un poco rápido hacia una dirección.
Cuando vi hacia donde se dirigía resultó ser la oficina del lugar, por un momento pensé en bajar para seguirlo de lejos pero abandoné esa idea al ver que alguien salió de esa oficina y se quedó parado esperando a Gidkho.
Aunque estaba lejos podía ver bien se trataba del dueño del almacen, el padre de Gidkho, y al estar tan lejos y dentro de su camioneta oírlos no sería una opción, por lo que solo podía observarlos de lado con respecto a donde me encontraba.

Todo parecía indicar ser una conversación normal desde donde yo los veía sin que lo supieran, Gidkho se mantenía un poco alegre mientras pronunciaba sus palabras pero su padre solo se mantenía serio y hablando también mientras los segundos transcurrían.
Nada parecía lo suficientemente llamativo y pensé de mirar en otra dirección por si encontraba algo más interesante que verlos hablar hasta que hubo un momento en el que Gidkho comenzaba a cambiar de expresión y lo que más captó mi atención fue que Gidkho me miró por un momento a la vez que seguía hablando, después su padre también lo hizo pero ambos volvieron a mirarse y a seguir en lo que estaban.

Después de lo que parecieron ser minutos, los dos se despidieron con la garra, su padre regreso al interior de su oficina y Gidkho caminó hacia la camioneta en la que yo lo esperaba.
Cuando llegó y entró no quise preguntar por qué razón tenía otra expresión en el rostro ni mucho menos de lo que platicaron él y su padre.

Gidkho:Lamento si te hice esperar.

Eduardo:No importa, Gidkho.

Nos quedamos callados por un momento y esperaba a que él arrancara pero volvió a hablar.

Gidkho:Adelante, sé que quieres saber por qué estoy menos animado que antes.

Eduardo:Si quieres decírmelo está bien.

Dió un ligero suspiro antes de comenzar a modo de preguntar.

Gidkho:Supongo que una desventaja de ser el último hijo es que, en ocasiones y sin que sea su intención, tus padres te recuerden el éxito que tus hermanos tuvieron a tu edad, ni siquiera hablo con mis hermanos, podría decirse que no les intereso mucho pero tampoco ellos a mí.

Lo que dijo sobre sus padres debe de sentirse mal para él.

Gidkho:No me lo han dicho pero no esperan tanto de mí y no se si eso sea bueno porque no sé si deba esforzarme en algo pero tampoco sé si sea malo.

Sinceramente, no tengo ningún consejo que darle por no haber vivido lo mismo que él.

Quizá esperaba que le dijera algo como un consejo o que hablaba sobre alguna vivencia similar que tuve, pero solo permanecí callado.

Gidkho:¿Cómo es tú familia?

Creo que es la primera vez me pregunta algo así.

Eduardo:En que sentido.

Gidkho:Osea cómo actúan contigo.

Hay que aclarar algunas cosas antes de iniciar.

Eduardo:Bueno, no tengo hermanos para empezar, solo padres y ellos son algo distantes.

Gidkho:¿Hace cuánto que no los ves?

Eduardo:No lo recuerdo bien.

Gidkho no dijo nada más y pareció que pensó en alguna otra cosa por unos instantes.

Gidkho:Por qué no, ¿Ya no hablas con ellos?

Eduardo:Simplemente no lo sé, Gidkho.

Pero, a pesar de que yo daba a entender que no debía seguir con el tema, el seguía dispuesto a seguir preguntando.

Gidkho:No lo digo para incomodarte, solo quiero saber un poco más.

Parecía razonable y decidí decirle un poco de lo que quería saber.

Eduardo:Fue hace años... y quizá inevitable, con el tiempo dejamos de hablar hasta que dejamos de hacerlo por razones que no quisiera compartir contigo, espero que lo entiendas, pero tal vez los extraño.

Él parecía estar muy atento a lo que dije y no fue una sorpresa luego de haber sido nada explícito ni dar casi ningún detalle pero confiaba que no preguntaría nada más.

Gidkho:Veo que ambos tenemos un pequeño problema casi común, ¿No crees? Pero siento que el tuyo es más complicado y difícil.

No asumiría si eso sería correcto o no ya que no conozco sobre el problema que él dice tener.

Gidkho:Qué crees, ¿Eh? Ya no tengo tantas ganas de salir ahora.

Debo admitir que no esperaba escuchar eso de él, aunque luego pregunté lo que probablemente quería decir.

Eduardo:¿Quieres regresar?

Gidkho:Si no quieres que te lleve a algún lugar, sí.

No tenía nada de prisa en irme a casa ni nada que hacer, pero tampoco Gidkho y creí que esa sería una buena opción.

Eduardo:Está bien, Gidkho.

Gidkho:A la orden.

Entonces Gidkho encendió la camioneta y puso rumbo hacia el edificio en el que los dos vivíamos sin decirnos casi nada por el camino.

Casi como él tenía curiosidad sobre mí, yo también quería saber sobre lo que conversaron él y su padre, por lo que vi no fue una charla agradable para Gidkho, no sé casi nada sobre él ni la relación que lleva con sus padres, no sé si pasa realmente lo que él dice o si solo es así desde su perspectiva.
Pero aunque tenga curiosidad por saberlo, no se lo preguntaría porque quizá no querría hablar sobre eso, a mí me sucede algo similar y prefiero mantener algo de distancia con respecto a esos temas.

===================

Bien, tal vez las "abrumadoras responsabilidades que trae crecer" no sean lo único que me impide hacer ésto seguido.

Aparte siento que hice demasiado pesado, denso y espeso el capítulo, lamento eso.

Adiós.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro