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—No podemos dejarla así como así ¿Te das cuenta que en cualquier momento nos puede delatar? Además de que sus padres ya están aquí en Corea y la están buscando — dijo la mujer

—Maldición...

—No podemos quedarnos de brazos cruzados, a pesar de que todos piensan que es nuestra hija sabes que no es así, y ella lo ha sabido siempre aunque algunas veces se portara como una hija

—No tenía de otra

—En cuanto se encuentre con sus padres seguro es nuestro último día libres

—Eso lo veremos

El hombre salió disparado de la casa dispuesto a buscar a su presa, Lalisa Manoban.

Mientras tanto..

—¿Segura que no tienes frío? Solo traes un hoddie — Jennie estaba preocupada

—Estoy bien

—Pero es que...

—Jennie —Lisa la detuvo — Estoy bien, además prefiero que no tengas frío

—Esta bien, pero eso no me va a borrar de la mente que tú tienes frío p... —Jennie se detuvo al ver que Lisa también lo hizo —¿Lisa? ¿Sucede algo?

Lisa miraba asustada hacia la dirección en que caminaban, donde se encontraba un hombre que en cuanto la identificó comenzó a correr hacia ellas.

—Corre..

—¿Qué? ¿Porque?

—¡Corre! —Lisa la tomó del brazo y se la llevó de ahí

—¡Lisa! ¿Qué pasa?

La peligris solo quería alejarse lo más posible de ahí, no pensaba volver a esa tortura de nuevo. Su respiración comenzaba a hacerse pesada, su corazón latía con fuerza y rapidez, y respiraba con dificultad. El hecho de que ese hombre la estuviera buscando le daba miedo a pesar de que vivió con ellos durante 18 años.

Cuando estuvieron lo bastante lejos y Lisa pensó que ya habían perdido al hombre, la peligris soltó a la castaña.

—Lisa ¿Porque corrimos así? —Jennie habló agotada —¿Lisa?

Jennie no sabía que era lo que le pasaba a Lisa, la peligris comenzó a temblar mientras se sentaba en el suelo y abrazaba sus piernas.

—¿Estás bien?—Jennie trató de acercarse

—No.. No me toques... No me.. No me hagas daño... Por favor

—Lisa, solo quiero ayudarte

Jennie trató de acariciar el brazo de la peligris pero esta se apartó rápidamente, acción que hizo a la castaña preocuparse más.

—No me hagas daño.. — seguía temblando

Jennie no sabía que hacer ante la Lisa que tenía en frente suyo, no tenía una mínima idea del porque dijo esas cosas, pero eso lo preguntaría después. Se preocupó aún más cuando Lisa comenzó a llorar mientras se cubría el rostro con las manos.

—Lisa..

—Por favor.. Aléjate...

Jennie no tuvo otra alternativa, sin pensarlo otra vez más, envolvió a Lisa entre sus brazos, y por suerte sus sollozos disminuyeron al igual que los temblores.

Luego de unos segundos Lisa se abrazó fuertemente a Jennie, en las noches cuando le ocurría lo mismo, Rosé siempre aparecía y la envolvía en sus brazos hasta quedarse dormida de nuevo, pero ahora no era Rosé, era Jennie y con ella al instante pudo tranquilizarse. Sus brazos, su aroma y su respiración cerca de su oído simplemente le daban calma.

Cuando Jennie sintió que Lisa estaba más calmada decidió separarse, pero falló en el intento debido a que los brazos de la peligris se lo impidieron.

—Por favor... Solo un poco más...

Jennie sólo hizo caso y de nuevo la envolvió entre sus brazos, tener a Lalisa Manoban tan cerca de ella, incluso sentir su respiración le hacía sentir cosas en el estómago, pero no era el momento para eso. Lo que importaba es ayudarla. Minutos después Lisa fue la primera en separarse del abrazo.

—¿Te sientes mejor?—Lisa asintió

El corazón de Jennie se hizo chiquito al ver a Lisa así, la chica que veía en el Instituto era diferente a la de ahora, lo único que quería hacer era abrazarla fuertemente, todo el día y toda la noche, decirle que todo estará bien hasta que se quedara dormida en sus brazos.

Lisa no tenía ganas de caminar y mucho menos de encontrarse con ese hombre de nuevo así que no tuvo de otra que llamar a Jungkook para que fuera por ellas en su auto.

Las dos chicas estaban en el asiento de atrás mientras el castaño manejaba. Todo era un silencio incómodo. Lisa por su lado recostó su cabeza en el hombro de Jennie, simplemente quería estar cerca de ella.

Cuando llegaron a casa de Jennie, la castaña puso todas sus fuerzas para bajarse del auto, no quería hacerlo con Lisa mirándola de una forma suplicante diciéndole que no la dejara.

—Nos vemos mañana Lisa... —la peligris solo asintió

Jennie cerró la puerta del auto y se fueron de ahí, ahora sí era tiempo para que Jungkook hiciera sus preguntas.

—Lisa, ¿Pasó algo? Esa cara me dice que no

—El me estaba buscando — Al parecer Jungkook ya estaba enterado

—¿En serio?

—Sí, yo tomé a Jennie y nos fuimos corriendo hasta alejarnos lo suficiente, luego tuve un ataque y... —Jungkook le dio una mirada para que prosiguiera — Y Jennie me abrazó

—Lisa, ¿que harás si vuelves a encontrarlo y estás sola?

—No lo sé..

La charla terminó cuando llegaron a casa, Jungkook se despidió y Lisa entró rápidamente buscando a su mejor amiga. En cuanto la encontró se aferró a sus brazos, porque el abrazo de Jennie no había sido suficiente, quería y necesitaba estar siempre en los brazos de esa castaña inhalando su aroma mientras su respiración la tranquiliza.

Jennie.

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