Prostituto (Parte única)

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Ese día el rubio se encontraba extremadamente deprimido, tanto así, que había salido con sus compañeros de trabajo a beber.

Comenzó con algo suave hasta que llegó al punto en el cual no podía dejar de llorar y quejarse porque su relación había acabado.

-¡No lo entiendo! Soy guapo, famoso y muy complaciente, ¿Por qué me dejo? Yo lo amaba, él podía ser un idiota pero yo quería que fuese mi idiota.

El llanto del rubio tenía preocupados a todos los que los rodeaban hasta que una chica tuvo una idea.

-ne, Kise-kun, no llores por él, eres guapo y puedes encontrar una pareja mejor- otra chica le tomaba del hombro pero el rubio sólo le dio una mirada para continuar llorando.

-es que con él, el sexo era fantástico, demasiado bueno, era tan grande y se movía de una manera deliciosa- aquello provocó que más de uno estuviera su bebida, el rubio era demasiado sincero cuando estaba ebrio.

Los presentes no sabían que responder a aquello hasta que una morena se acercó con una sonrisa.

-cariño, creo que deberías llamar a este sujeto, luego de probarlo, no encontrarás a nadie mejor- la chica le había pasado una tarjeta con un número- estoy segura que no te arrepentirás.

La chica le vio con una sonrisa mientras el rubio tomaba aquel pedazo de papel.

Sin pensarlo dos veces, llamo a aquel número programando una cita para unos de los días siguientes.

Así fue como Kise se encontraba frente a la puerta, esperando que los minutos pasaran más rápido, aún se sentía inseguro de lo que haría pero ya había llamado y no había vuelta atrás.

6:30, aún quedaba media hora y Kise no podía esperar otro segundo más, había pensado muchas veces en retractarse pero, ¡Al demonio! Ya era soltero y un buen polvo no le vendría mal.

Decidido a distraerse, comenzó a preparar algunas cosas para beber, ordenó un poco el lugar y se cambió de ropa.

Los minutos pasaron y sintió su corazón detenerse cuando el timbre hizo acto de presencia

Con los nervios de punta camino hasta la puerta para encontrarse con él.

-Buenas tardes, gracias por solicitar nuestro servicio- un chico moreno bastante guapo, estaba de pie frente a él, esperando alguna señal de que el rubio aún respiraba.

-si... pasa...- Kise se movió dejando que él moreno entrará al lugar, a lo que Aomine asintió antes de entrar dedicándole al rubio una pequeña sonrisa

El moreno se había quitado la chaqueta para dejarla en uno de los sofás, quedando de pie y sólo con una camiseta corta blanca frente a él, Kise reconoció que el cuerpo del chico estaba bastante tonificado.

-me presento, mi nombre es Aomine Daiki y supongo que no necesito decir cuál es mi oficio- el moreno me miró con una sonrisa engreída- y ¿Tú nombre es?- pregunto tomando su teléfono mientras veía al rubio con una sonrisa.

-Kise Ryouta- hablo en respuesta con la mirada puesta en el suelo.

-bello nombre -una gran sonrisa iluminó el rostro del rubio, al igual que un gran sonrojo- bello chico, también.

Aquella sonrisa arrogante que adornada el rostro del moreno hacia que el rubio sintiera sus piernas temblar.

El moreno se acercó a él hasta quedar a unos pocos centímetros de distancia.

-como sabes, yo seré quien te lo haga a ti, como lo pediste- la mano del moreno se posicionó en la mejilla del rubio- así que espero que estés listo, porque te dejaré tan satisfecho que nunca me olvidaras.

Kise trago saliva de manera sonora pero antes de que pudiese pronunciar una sola palabra, el moreno comenzó a besar su cuello.

-sólo tengo una regla, rubia- hablo dejando una pequeña marca mientras Kise soltaba un gemido- nada de besos, si quieres puedes pedirme que lama cada centímetro de tu cuerpo, que marque cada rincón, pero no te besare ni quiero que lo hagas... ¿Entendido?- el aliento de Aomine chocaba con su rostro y Kise sintió un gran escalofrío mientras asentía embobado.

Aomine abrazo a Kise y comenzó a deslizar sus manos por su cuerpo, apretó un poco más en las áreas de su cintura y nalgas, Kise jadeaba y gemía sin reprimirse, cosa que Aomine estaba disfrutando.

-¿Dónde lo quieres?- hablo de manera seductora en el oído del rubio, Kise lo pensó por unos segundos y llegó a una conclusión.

-aquí... mmm... aquí mismo- hablo de manera entre cortada al sentir las manos del moreno.

Aomine se separó un poco del rubio y se quitó su camiseta.

Kise no pudo evitar morder su labio al ver el marcado torso del moreno, tuvo el impulso de pasar su lengua por cada músculo marcado en ese abdomen pero se conformó con sólo tocar... por ahora.

De la misma manera, Aomine comenzó a quitarse los pantalones, dejándole en ropa interior.

Kise busco el borde de su camiseta con un poco de nerviosismo al ver la mirada fija del chico.

Aomine se acercó y de manera casi salvaje, volteo al rubio para que este dejara sus brazos apoyados en un sofá.

-tal parece que necesitas ayuda- el cálido aliento del moreno en su piel le hizo temblar- ¿Cómo quieres que te llame? ¿Kise, Ryouta, Rubia?

Kise jadeo al sentir los dedos de Aomine en su abdomen.

-c-como sea...- Aomine acarició un poco con la yema de sus dedos y luego comenzó a deslizar aquella prenda por el torso del rubio.

El rubio temblaba por el delicado toque del moreno, pensó que sería más tosco, pero no fue así.

Las manos del moreno se pusieron en su cintura para lentamente comenzar a deslizar los pantalones del rubio, dejándole a Aomine la vista de un redondo y apretado trasero.

-bien, por tu cuerpo puedo suponer que tienes experiencia- las manos del moreno se encontraban en sus glúteos y se deslizaban por sus piernas- pero debo preguntar, ¿Lo quieres suave, o rudo?

Kise dio un salto al sentir el cuerpo de Aomine pegarse a él.

-un uhm... un poco de ambas...- Kise no le vio, pero Aomine estaba sonriendo complacido.

Sin atisbo de duda, deslizó la prenda del rubio y pego su entre pierna al cuerpo del rubio.

Comenzó a frotar su cuerpo con el del rubio sin descaro alguno, Kise clavaba sus uñas en aquel sofá mientras se dejaba hacer.

El moreno se separó unos segundos para buscar algo en su chaqueta y luego regreso a su posición anterior.

Un frío líquido fue lo que el rubio sintió a continuación, seguido de un largo dedo que comenzó a juguetear en su interior.

-parece que te preparaste para mí, pero aún no es suficiente- Aomine metió dos dedos más y comenzó a moverlos rápidamente.

-aahh... ahí...- gimió el rubio cuando Aomine tocó un punto en su interior.

El moreno retiro sus dedos y Kise escucho un pequeño paquete romperse.

-¿Te gusta lo que ves, rubia?- Kise miró aquello que apuntaba Aomine con un tono rojo en sus mejillas- este, es el pene del hombre que has comprado con dinero- el moreno se acercó hasta poder tomar el mentón del rubio- y esto será lo que entrará en tu una y otra vez hasta que te pierdas en el placer que te daré.

Un gran escalofrío recorrió la espalda del rubio mientras veía al moreno acercarse a su cuerpo.

Las grandes manos de Aomine tomaron su cintura y entró en Kise de un solo movimiento.

El rubio gimió fuerte, mientras que el moreno comenzaba a moverse cada vez más rápido.

-¿Así está bien para ti, rubia?- hablo mientras se movía de manera ruda contra el rubio.

-si... Me... Me encanta... más... aahh...- Aomine salió del interior de Kise y le volteo, le hizo abrazar su cuello para tomarle por los muslos y comenzar a penetrarlo de pie- ¡Aaahh! Tan... tan profundo...

Kise clavo sus uñas en los hombros del moreno, por un segundo sus labios tuvieron la intención de acercarse a besarle pero se detuvo a mitad del camino, en cambio comenzó a besar y morder el hombro del moreno.

Aomine apretaba los muslos del rubio para moverse aún más rápido.

-ya... no puedo... Aaahh...- Kise estaba completamente perdido en el placer que el moreno le entregaba.

Sin mucha resistencia más, el rubio terminó entre ambos cuerpo, su respiración entre cortada no le permitía pronunciar palabra, pero Aomine tenía otros planes.

-Hey, rubia, aún no termino- Kise le miró sonrojado sin embargo siguió disfrutando del movimiento del moreno.

El moreno le tomó firme, nuevamente, y lo puso ahora en el sofá.

-has comprado una noche completa... y eso es lo que te daré- sin más Aomine comenzó a moverse dentro de aquel delgado cuerpo.

A la media noche, Aomine terminó de hacer todo lo que quería hacerle al rubio.

Kise pensó y noto que habían pasado 5 horas... ¡5 horas de puro sexo!

Le pago al moreno y este se fue sin decir nada más que un gracias por llamar.

Con dificultad, el rubio se dio un baño y luego se metió a la cama. Sus caderas dolían, bastante, pero estaba completamente satisfecho.

Sin dudas, lo primero que hizo al día siguiente fue llamar a aquella chica por darle el número de aquel sexy moreno.

Tuvo la tentación de volver a llamar esa misma noche, pero se resistió, por su cuerpo y su economía.

Sin embargo, sólo resistió hasta el miércoles de aquella semana.

Así comenzó aquella extraña rutina de Kise.

Cada miércoles, sin excepción, el moreno llegaba a la misma hora y se iba a la misma hora.

Estuvieron así durante un par de meses, hasta que una semana el rubio no llamo.

Kise había visto a Aomine junto a otro chico, abrazados, caminando por un parque y la realidad le golpeó en la cara.

Aomine sólo se vendía a él, nada más.

Esa semana, el rubio no tuvo el ánimo de llamarle.

Al igual que la siguiente, y la siguiente a esa, hasta que fácilmente pasaron 6 meses.

Kise estaba con un chico alto, pelirrojo, de buen cuerpo y pensó que con él podría sacarse de la cabeza a Aomine, pero no pudo.

No negaba que el sexo con Kagami se sentía bien... pero no era suficiente. Con Aomine había visto estrellas, constelaciones completas, y era esa sensación la que su cuerpo no podía olvidar.

Decidió terminar con Kagami, no quería mentirle, ni mentirse.

Seis meses después de su último encuentro, Kise vio a Aomine otra vez.

Le envió un mensaje, con una hora diferente, un día diferente y una dirección diferente.

Le citó en un café, a las 2 de la tarde, un lunes.

Cuando el moreno entró en el lugar, Kise sintió que los nervios le matarían, pero ya se había decidido.

-Hola- hablo el moreno y se sentó frente a él.

Ordenaron su comida, hablaron de algunas cosas sin importancia, hasta que su orden llegó y nuevamente quedaron en silencio.

-yo... te llame para decirte algo- Kise afirmaba su taza con ambas manos- no sé si me recuerdas... pero...

-te recuerdo- hablo sin duda en su voz.

-bien... Sólo quería decir algo y luego no te molestaré- Kise sintió que sus manos temblaron pero no desistió- me enamoré de ti... y no he podido olvidarte.

La expresión del moreno no cambio mucho, lo que causó que Kise quisiera salir corriendo.

-no debes decir nada, sólo quería decirlo...- Aomine aún le miraba fijamente- luego de esto no sabrás de mí y no soy un acosador por lo que no debes preocuparte.

El moreno se puso de pie para irse pero antes de salir, dio media vuelta hasta estar frente al rubio.

Tomo su mentón y dejó un pequeño beso en ellos.

-un regalo de despedida.

Hablo y sin más, se fue.

Después de eso, Kise intento alejarse lo más que pudo de aquella ciudad llena de tantos recuerdos.

Vendió su departamento y se mudó a otro barrio, para su suerte, su trabajo estaba comenzando a mejorar bastante y su fama iba creciendo cada vez más.

Una noche, mientras bebía con sus amigos, una chica le deslizo una pequeña tarjeta.

Una sonrisa se instaló en su rostro mientras negaba.

El día miércoles a las 7 de la tarde exactamente, Kise abrió la puerta de su nuevo departamento y vio una arrogante sonrisa.

-Hey, pensé que te habías olvidado de mí.

Si, Kise había caído en la tentación... y se sentía demasiado cómodo en ella...













Final alternativo:

Luego de ello pasaron 6 meses más... y luego dos años más.

Kise apenas había vuelto del extranjero.

Había pasado los últimos dos años en el extranjero, pero ese día había vuelto para comenzar una gran campaña.

Caminaba en dirección a su viejo departamento, tenía un pequeño apego sentimental por él, por lo que no había querido venderlo.

Noto que había muchas personas nuevas en el edificio, también, vio que su vecino se había mudado.

Entro a su hogar y la nostalgia le invadió.

Su sencillo departamento estaba tal cual lo recordaba, agradecía que la agencia se encargara de enviar a alguien a limpiar regularmente, porque podía notar que todo estaba perfectamente limpio.

De su maleta comenzó a sacar la ropa que había traído, el resto de cosas llegarían después.

Saco un obsequio que había conseguido para entregar a sus nuevos vecinos y se encaminó a la puerta de junto.

Golpeó un par de veces, hasta que la puerta se abrió y Kise sintió que se desmayaba.

-ha pasado un tiempo, rubia- la misma sonrisa, la misma voz engreída que tanto recordaba estaba frente a él- ahora te daré una respuesta que debí dar hace mucho.

Aomine le jaló hasta pegar su cuerpo al del rubio, levantó su mentón y unió sus labios en un apasionado beso.

-he esperado dos años para poder decir... te amo.

Kise comenzó a llorar mientras se aferraba a Aomine.

Porque a pesar de alejarse de Japón por mucho tiempo.

Nunca pudo olvidar aquellos miércoles en los que compraba el cuerpo del hombre frente a él.

El hombre que amaba.

Y le amaba también.





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Bueno, espero les gustara, esto es para la página Aokise Lovers en Facebook, pasen a verla, tiene muy buen contenido jeje

Un abrazo y nos leemos pronto en otra ocasión

(^3^)

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