꒰⁠🦊꒱ Capitulo 30.

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Nunca habia sido lo suficientemente ambicioso, sus padres solían decirlo muy seguido. Siempre fue una persona que no necesitaba mucho para ser feliz, lo que poco a poco lo convirtió en un conformista sin remedio. War había aprendido a  soportar cosas hasta límites que hacían sangrar su orgullo, cosas que muchas personas no soportarían y que en ese entonces habían dolido demasiado, pero en estos justos momentos, War sentía que todo había valido la pena.

El cuerpo de Yin se cierne sobre el suyo, apoyado en sus brazos para evitar aplastar al Omega. Los ojos de War van al pecho desnudo del Alfa, donde un anillo cuelga de una cadena plateada y el reconocimiento ilumina su rostro. Es su alianza, War la reconocería donde fuera y verla en el Alfa provoca miles de sensaciones bonitas en su pecho.

-Mi amor...-Yin lo llama, con la voz baja y dichas palabras envuelven al Omega en una nube rosa. Falta una hora para la medianoche y sabe que no pueden despedir de mejor forma su quinto aniversario.

War abre sus piernas y recibe al Alfa en su interior, la sensación de plenitud lo rebasa a medida que el miembro se abre paso en él, estirando la carne y sus manos acarician la espalda firme de Yin, presionando con fuerza hacia abajo para atraerlo a un beso. Todo el peso del Alfa cae sobre él y War gime bajito cuando es apresado entre el castaño y el colchón.

El Alfa embiste en él con suavidad, en un movimiento casi perezoso que le saca un largo gemido de satisfacción a los dos. El castaño sale del interior del Omega para luego hundirse en él, una y otra vez, dejándose envolver por la sensación de placer que poco a poco los convierte a ambos en un desastre tembloroso. War tiene sus pupilas dilatadas y la respiración errática, su aliento cálido se mezcla con el de Yin cuando el Alfa se acerca a presionar sus frentes juntas, con sus ojos brillantes en destellos que imponen la presencia de sus lobos, mirándose en una silenciosa complicidad.

Yin le hizo una promesa a War y a su Omega, e iba a cumplirla esa noche, en ese momento, en esa cama. Con sus aromas mezclándose y sus miradas unidas, quiere hacer al Omega suyo, no solo en nombre y en ley, lo quiere suyo en alma y esencia.

Sostiene las caderas de War con sus manos, apresándolas en un fuerte agarre y al cabo de los minutos sus movimientos se tornan erráticos, Yin no cree que vaya a durar mucho y menos el Omega debajo de él, quien se retuerce en gemidos y se aprieta deliciosamente alrededor de su pene. Una de las manos de War va a su pecho, sus dedos enrollándose alrededor de la cadena que oscila con cada embestida.

Bajo él, War tiembla, corriéndose con un ahogado gemido y las cejas de Yin se fruncen inevitablemente cuando en medio de su éxtasis, el Omega rompe la cadena alrededor de su cuello. El anillo y la cadena caen sobre el pecho sudado y caliente del pelgris, enviando una sensación fría a su cuerpo que le provoca un ligero estremecimiento y es instinto, puro instinto lo que hace a War exponer su cuello al Alfa cuando este se corre y anuda en su interior.

Los colmillos de Yin pican en sus encías ante la imagen que le regala su Omega y por unos segundos siente su conciencia mezclarse con la de su lobo, ambos presentes en el momento en el que hunde sus colmillos en el cuello de War. Y es una sensación indescriptible, el cómo puede sentir todo lo que su Omega siente en esos momentos, todo el placer arremolinado en su bajo vientre, la felicidad, el miedo, el alivio, la expectación, todo se mezcla y explota como fuegos artificiales en su pecho.

Sus miradas se encuentran y están demasiado abrumados como para decir algo, por lo que se limitan a sentir todos esos nuevos sentimientos que afloran en sus pechos. Ninguno sabe donde empieza la felicidad de uno y dónde termina la del otro, todo se une y entremezcla para crear algo único. Los dos son uno ahora y War siente que desborda euforia en esos momentos en los que el Alfa de acerca a besarlo suavecito, separándose para ver al Omega cuando un sabor salado se mezcla con sus salivas.

Unas lágrimas traicioneras escapan de los ojos de Yin, corriendo por sus mejillas y muriendo entre sus labios. War se ríe totalmente feliz, limpiando los rastros húmedos con manos temblorosas porque sabe, siente... que Yin no está llorando de tristeza.

Toma el anillo sobre su pecho, deslizándolo fuera de la cadena y el Alfa hace pucheros hacia él cuando lo coloca nuevamente en sus falanges. Justo donde debe estar, siempre.

Yin los gira, apoyando su espalda en la cama y dejando que el Omega se siente sobre él mientras esperan que el nudo baje con la mayor comodidad posible. War sonríe hacia él, con los ojos brillantes y la mirada de Yin va al cuello del Omega, donde una marca roja y con un poco de sangre descansa. Su pecho se infla en orgullo por ser el quien dejó esa marca allí, y en felicidad porque es War Wong quien porta dicha marca

Se incorpora, quedando en una extraña versión de la posición de loto, que le saca un gemido a ambos cuando el movimiento crea un roce entre su nudo y las paredes del Omega, enviando otra descarga de semen a su interior. Sostiene el cuerpo del Omega, cuyos muslos están a cada lados de la cadera de Yin, con el torso inclinado hacia adelante y pronto la lengua caliente del Alfa hace contacto con la zona sensible de su cuello. Yin lame la marca que él mismo hizo unos minutos atrás y War sabe que sus acciones son mero instinto, pero no puede evitar sonrojarse como un adolescente.

-Hueles muy bien, Omega.-Yin le dijo, con voz ronca. Su rostro hundido en el cuello de War, fascinado al percibir como sus aromas se mezclan en el sitio donde se encuentra la marca y su lobo gruñe feliz al saber que aunque bañen al Omega miles de veces, seguirá oliendo a él. Solo a él.-Hueles a mí. Me gustaba tu aroma, pero ahora es simplemente...-Yin aspira sobre su cuello y War gime bajito cuando deja un beso sobre su cuello.-Es exquisito.

-Mi Alfa.

War sonríe hasta que sus mejillas duelen, rodeando con sus brazos los hombros del Alfa, donde se acerca a dejar un beso. Luego otro en sus cabellos rebeldes, en su frente sudada, en los pómulos, en la punta redondeada de su nariz y por último en sus labios, tomándose el tiempo de explorar con la lengua en interior de la boca del Alfa, sus dedos envueltos en el cabello castaño y mojado.

Permanecen así por varios minutos, en los que War recibe todo tipo de mimos por parte del Alfa, con su corazón latiendo tranquilo a la par que busca acostumbrarse a la nueva conexión que los une.

-Vamos a tomar un baño, ¿bien?-Yin le pide una vez que su nudo baja y War asiente, incorporándose con algo de dificultad y pronto el semen viscoso corre entre sus muslos. Escucha un gruñido salir de la garganta del Alfa y War le apunta con un dedo una vez que pone los pies fuera de la cama.

-Nada de dedos dentro.-Le advierte y Yin sonríe ladino, saliendo de entre el nido de sábanas para mostarse frente a él, siendo todo un desastre precioso después del sexo al que War quiere rezarle de rodillas.

-Pero tienes que sacar el semen dentro de ti, bebé.-El Alfa refuta y las mejillas del Omega se encienden cuando, ignorando totalmente su advertencia, Yin se acerca a él, agarrando su cintura para murmurarle al oído.-Pero igual si no quieres mis dedos, puedo sacarlo con mi boca, ¿qué dices?-El rojo explota en el rostro de War ante la sugerencia.

-¡Anan Wong no seas cochino!-El Omega dice en un chillido y Yin se ríe ronco al verlo caminar con algo de dificultad hacia el baño.

Camina con lentitud, siguiendo los pasos de War hasta el lugar que promete un relajante baño de agua caliente y cuando llega, observa la mirada del Omega cautivada por su propio reflejo en el espejo del baño.

Se acerca a él, colocándose detrás y apoyando su barbilla en el hombro del Omega. La mano de War está tocando la marca en su cuello, sus ojos lucen vidriosos y hay un bonito sonrojo bañando sus pómulos de rosado. Yin  deja un beso en su sien, abrazando su cuerpo desde la espalda y War sorbe su nariz, mirando al castaño a través del espejo.

-Es bonita.-Es todo lo que dice, más Yin sabe que se refiere a la marca en su cuello.-Es demasiado bonita. Gracias, Alfa.-Yin deja un beso en su cabello, alejándolo del espejo para atraerlo al interior de la ducha.

War se deja ser, demasiado abrumado por el hecho de que ahora tiene un lazo con su Alfa, que lo une a él, que los hace uno, que provoca un dolor sordo ante la más mínima idea de separarse. Por fin ha obtenido todo por lo que ha esperado y War Wong no lo dejará ir tan fácil.

Toman una ducha juntos, War quiere que bañarse juntos se vuelva una tradición porque adora sentir las manos de Yin recorriendo su cuerpo en caricias cargadas de adoración, el agua caliente adormeciendo sus sentidos y apagando cualquier tipo de tensión, por lo que cuando regresan a la cama, el sueño se apodera pronto de él.

Yin ha quitado las sábanas sucias de su sudor y fluidos, realmente le avergüenza hasta los huesos que alguien del personal del hotel vea lo que hizo con su Alfa, quien lo atrae a su cuerpo, rodeando con una mano posesiva su cadera y War esconde el rostro en su pecho, suspirando en felicidad al tener al Alfa durmiendo a su lado después de cuatro horribles semanas que lo convirtieron en ojeras caminantes. No quiere volver a experimentar algo así de nuevo.

Un Yin somnoliento deseándole buenas noches es lo último que escucha antes de rendirse a Morfeo, descansando entre los brazos de la persona para la que War cree que puso un pie en este mundo.

A diferencia de las últimas cuatro semanas, ambos logran conciliar el sueño varias horas seguidas sin despertar a mitad de noche con el pecho cargado en aflicción. Y cuando Yin despierta sabe que no ha dormido más de ocho horas, pero su cuerpo está completamente descansado y relajado como si hubiera dormido toda una semana.

A su lado, la razón dormita con los rizos grises alborotados, su cabeza descansando en el brazo extendido de Yin y con una de sus manos en un fuerte agarre sobre la camisa de pijamas que tomó prestada para dormir.

Yin sonríe, quitando la cabeza del Omega de encima de su brazo para dejarla sobre la almohada.

Sus ojos vagan por la expresión tranquila de War mientras duerme, Yin se encargará desde hoy de llenar nuevamente esas mejillas hundidas de su Omega y va a lograr que el rostro de War recupere ese brillo que tenía antes. Es consciente de que forma parte de las razones que han roto al Omega en pequeñas piezas, más Yin va a juntarlas todas y las adorará, amará cada pedazo.

-Buenos días.-La voz de War lo trae de regreso y Yin mira sus ojitos pequeños por el sueño, su expresión adormilada y sus labios rosas sonreírle. El Omega se remueve en el lugar, buscando acercarse y entonces toda la atención del Alfa va a la marca en War. Su marca.

-Buenos días, mi amor.-Abraza a War, quien se aferra a su pecho, casi acostándose sobre él y Yin se ríe cuando los cabellos despeinados de su Omega provocan cosquillas en su nariz.-¿Cuándo quieres regresar a casa? Tu regalo de aniversario te  está esperando allí.-War alza la mirada hacia el Alfa, luciendo curioso.-Lo guardé en el cajón que solía tener los papeles del divorcio, estaba con llave porque no quería que lo vieras.

-¿Qué es?-Pregunta curioso y su Alfa se niega a decirle algo sobre su regalo.

-Es una sorpresa.-Yin  responde, acercándose a besar los pucheros que War hace.

-Como sea un collar como los que le regalas a tu abuela, vas a ver Anan Wong -El Omega le advierte y Yin ríe, incapaz de tomar en serio la amenaza cuando se le es dicha por una pequeña masita adorable que quiere morder toda.

Yin confía ciegamente en que su Omega nunca le haría daño, no a propósito, por lo que es capaz de entregar su corazón en bandeja de plata con los ojos cerrados. Y justo eso hizo.

-Cariño...-Lo llama y toda la atención del Omega se vuelca en él.-Te amo.-Le dice y la sonrisa que War le da tras escucharlo es jodidamente preciosa.

-Yo también te amo, Yinie -Y en esos momentos, con las manos y la mirada del Alfa sobre su cuerpo, War cree que no puede llegar a ser más feliz.

O eso cree, más pronto un pensamiento llega rápido a su mente y no puede evitar sonreír al percatarse de algo que había estado ignorando hasta el momento. Yin lo mira confundido, riendo al ver a War hacerlo y recibe gustoso el beso que su Omega se acerca a darle. La mirada que su Alfa transmite su curiosidad y War solo se encoge de hombros, sumergiéndose en las atenciones que recibe.

-Te lo diré en unas semanas, mi amor.-War se ríe de su expresión disconforme, besando varias veces sus labios.-Lo prometo.










¿Que será? 🤎👄🤎

































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