17 : los pensamientos confusos y el baile.

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Se tambalea en la escalera y chilla, mira hacia abajo y un JeongGuk con una sonrisa brillante con ojos cerrados y dientes resplandecientes lo recibe. Maldito JeongGuk, solo tiene que sostener la maldita escalera y dejar de coquetear con SeokJin.

―¡No sueltes la escalera, idiota! ―le grita al beta y algunos de los que están en el lugar los miran y luego vuelven a lo suyo.

―¡Lo siento, Lis! ―JeongGuk hace un puchero desde abajo y abraza las maderas para que no caiga―. ¡Prometo no volver a soltarla, panquesito! ―con una mirada de muerte asiente y vuelve a lo suyo, colgar un tonto globo.

Están en la cancha de basquet, dentro de la escuela, decorando el lugar para la noche y haciendo preparativos para que sea la noche perfecta para algunos. JeongGuk solo tiene el tonto trabajo de sostener la escalera y de pasarle más globos, pero en lugar de eso está corriendo cada dos segundos a ayudar a SeokJin con las sillas y a sonreírse tontamente con el alfa.

Rosé también está allí, con una ramera blanca que expone levemente su abdomen, lleva unos moms jeans que se ajustan en las partes correctas de su cuerpo alfa, un bonito lazo rosa sostiene su cabello en una media cola, y tiene la cara de concentración más caliente que nunca antes haya visto. Ella está ayudando con los arreglos de las telas y algunas de esas cosas.

Sí, hablaron con JiSoo y la alfa le explicó toda la situación entre ella y Jennie; y sinceramente no sabe que pensar con respecto a todo, aún. No sabe si es correcto perdonar tan fácilmente a Rosé porque ella en ningún momento se negó a seguir el juego o incluso se negó a ello. Todo lo contrario, aceptó la apuesta y con ello tuvo la consecuencia de enamorarla jodidamente más. Maldita alfa tonta.

―¡Oye, Lili! ―JeongGuk grita desde abajo y se mueve cuidadosamente en el anteúltimo escalón para mirarla―. ¡Hay alguien que quiere hablar contigo!

Kim TaeHyung, el co-capitán de porristas, lo saluda desde abajo con una agradable sonrisa, frunce el ceño y pega el último globo antes de bajar los finos escalones de madera. Salta el último escalón y le sonríe suavemente al chico, Lisa sabe que él era un premio de la apuesta. Pobre chico, se siente mal por él porque nunca fue malo con nadie y que solo lo tomen como un trofeo o un pedazo de carne la hace sentir mal. Los alfas siempre tratan así a los omegas.

Oh hola, TaeHyung Oppa, ¿En qué puedo ayudarte? ―la omega le sonríe y mira de reojo detrás de ella, su espalda quema, sabe que Rosé los está mirando.

―Hola Lisa, quería preguntarte si... ―frunce el ceño suavemente y siente su aroma a caramelo con algo de preocupación―. ¿Podríamos hablar?

Oh... Uhm, claro. ¿Podrías encárgate de esto, JeongGuk? ―JeongGuk parece estar igual de sorprendido que ella y asiente torpemente mientras toma el hilo blanco y los globos desinflados.

El omega camina fuera de la cancha y ella le sigue el paso, algo confusa por toda la situación, puede sentir la mirada curiosa de todos allí; por supuesto, todos saben de la apuesta. Él para a unos metros fuera de la entrada a la cancha, las clases ya terminaron y los pasillos están vacíos, solo hay alumnos decorando el lugar para el baile de hoy.

―Quería decirte que, obviamente, sé lo de la apuesta. ―él se cruza de brazos y resopla. Lisa comprende su enojo.

―Sí, lo sé, apesta. ―hace una mueca y recibe una mirada de compasión del omega.

―Lamento mucho lo que te hicieron, Lis. Juro que yo no sabía nada, me molesta mucho saber que esas idiotas me tomaron como un maldito trozo de carne. ―el omega parece decepcionado más que asqueado y se pierde un poco por eso.

―Lamento eso por ti también, imagino que no es fácil tener a alfas tan hormonales e idiotas acosándote constantemente. Es una mierda.

―Lo es, pero estoy algo decepcionado por Rosé ―¿Rosé?, frunce su ceño y él le regala una débil sonrisa―. Como sabrás, soy el primo de Jennie y prácticamente vi crecer a Rosé. Ellas siempre fueron muy unidas y Park siempre está en las fechas importantes para la familia.

Oh... No lo sabía. ―en realidad, sí sabía que compartían sangre con Jennie, pero no sabía que conociera bastante a Rosé.

El omega le regala una sonrisa cómplice y lleva una de sus manos para acariciar suavemente su brazo. A Lisa le sorprende el toque, pero no le molesta. TaeHyung es bastante agradable, no es el típico cliché de animador y Lisa lo respeta por eso. Además él nunca la molestó diciendo que era una omega avispona.

―El otro día, en los pasillos, escuché tu conversación con tu amigo ―él le sonríe y Lisa se sonroja. Mierda. Pensó que nadie los había escuchado―. Y estuve pensando en el día que se sentaron junto a nosotros. No veía a Rosé así de feliz y cálida desde que pasó Navidad con nosotros hace casi dos años y le regalamos un vinilo de Stevie Nicks.

―Es muy lindo lo que me estas diciendo Oppa, pero... ―él niega con su cabeza, una sonrisa en su rostro. Lisa lo deja continuar.

―Sé que estás muy enojada con ella y que probablemente la odies, eso es muy normal, pero me entristece un poco ―él hace una mueca y aprieta levemente su brazo de forma cariñosa―. Rosé era tan dulce cuando era unos años más joven y tan pura, creo que juntarse mucho tiempo con el tipo de gente como SooYoung le hizo mal a la cabeza.

―SooYoung es un asco. ―ambos ríen y él asiente con un suave "lo sé". La mano que estaba en su brazo desaparece y ahora él la lleva a su rostro para acomodar sus mechones dorados detrás de su oreja.

―También sé lo de Jennie y créeme, se comió el regaño de su vida por mi parte y por parte de sus padres ―él sonríe y Lisa le sonríe de vuelta, JiSoo estará feliz por eso―. Tu amiga JiSoo se merece una gran disculpa también, Jennie tampoco suele portarse así.

―Jennie nunca me pareció una idiota del todo, supongo que eso es bueno. ―el omega se ríe y ella se encoge de hombros con una sonrisa.

―Son buenas chicas, solo no saben como manejar a sus tontas alfas y sus tontos corazones ―el omega da un gran suspiro antes de poner su cara sería, aún así tiene una dulce sonrisa―. A lo que quiero llegar, que solo es para que lo tengas en cuenta, es que consideres perdonar a Rosé. Sé que tal vez ella no se lo merezca porque te hirió y eso es una mierda, pero es como si tú sacaras todo lo mejor de ella y eso es algo hermoso.

Oh... Gracias. ―Lisa agacha su cabeza tímidamente para ocultar su sonrojo, no debería afectarle tanto este tipo de cosas.

―Y para aclarar, ella no me envió, solo es algo que noté y creo que sería una pena que detengan al destino de lo que es ―el omega le guiña el ojo y se gira hacia atrás cuando una de las porristas grita su nombre―. Creo que por algún motivo, vale la pena que ustedes dos estén juntas, Rosé te está mirando como una boba enamorada ahora mismo.

Eso la hace girarse indiscretamente, Rosé la está mirando fijamente con los dedos estrujando sus labios color sandía. Sus ojos entran en pánico cuando la descubre en la escena y gira rápida y tontamente hacia otro lado. Su espalda se curva y con su mano alfa cubre su cara mientras camina hacia otro lugar. Se muerde los labios ante la vista y se permite sonrojarse más por eso.

―Te lo dije, Lisa. Creo que vale la pena, mi punzada de omega emparejador lo dice ―el omega le sonríe y se da la vuelta para comenzar a correr por el pasillo―. ¡Lo siento, debo irme! ¡Espero te haya servido de algo nuestra charla, Lili!

Bien, eso fue jodidamente confuso y ridículo. Todo esto es ridículo, pero su omega y las tontas mariposas se niegan a creer que esto es ridículo. Con un gran suspiro gira sobre sus pies y vuelve a la cancha a colgar globos. Rosé huele levemente a nervios, no hay una pizca de whisky o sandía, solo pomelo agrio y amargo. Sabe que al negarse a su predestinada está provocando que sus lobas se irriten, su omega está igual, solo que los supresores ocultan un poco su aroma.

Con un gran suspiro y pisadas pesadas sobre los finos escalones de madera, comienza a considerar que tal vez no sea tan malo venir al baile, tiene un bonito vestido que quiere estrenar y aún no encuentra la ocasión. Tal vez esta sea la ocasión.

***

Una mierda. Rosé cree que su traje es una mierda, su pelo es una mierda, su aroma huele como la mierda y siente a su alfa inquieta dentro de su pecho. No le gusta su reflejo en el espejo y aunque su padre le haya dicho que se ve como una Princesa e intente con todas sus fuerzas creerle, no puede hacerlo. Gruñe mientras intenta acomodarse el moño.

Se sienta derrotada en su cama y se deja caer hacia atrás, no tuvo las jodidas agallas. Estuvo casi todo el maldito día cerca de Lisa y cada que quería o tenía la maldita oportunidad de hablar con ella, su alfa se ponía nerviosa como la mierda y no la dejaba acomodar correctamente sus ideas. Así que sí, Rosé está enojada y decepcionada de sí misma porque no tuvo las malditas pelotas para invitar a Lisa al baile.

―Tal vez ella asista y estas haciendo todo este drama por nada, cariño ―su padre habla desde el marco de la puerta, Rosé está mirando el techo, concentrada en no llorar de frustración―. ¿Por cierto, con qué omega estuviste hoy? Olías a caramelo ácido y quemado.

Sí, eso, TaeHyung le dio vuelta la cara con la cachetada más fuerte que jamás haya recibido en su vida. Aunque se lo merecía no pudo evitar tambalearse y fruncir el ceño ante el golpe, por supuesto que se disculpó. Él aceptó sus disculpas y aunque Rosé tuviera tantas ganas de preguntarle qué le dijo a Lisa, no lo hizo. Espera que no haya sido nada malo, no quiere perder la poca esperanza que le queda.

―Ya estás llegando media hora tarde, Rosé, levanta tu maldito trasero que quiero tomarte fotos ―¿Qué caso tiene sacarse fotos si no tendrá a una bonita omega al lado suyo?―. Mi instinto paterno dice que Lisa irá. ―su padre insiste con una sonrisa y voz alegre, ¿De dónde saca tanta felicidad este hombre?

―¿Y si no voy? ―pone ojos de cachorra a su padre y él suaviza su rostro―. Ni siquiera me animé a hablarle hoy. ¿Y si lleva a otro alfa? ―la sola idea de ver a Lisa con alguien más hace que su pecho duela y su alfa gruña.

―¡Vas a ir y bailaras con esa bonita omega! ¡Y luego, me contarás como te fue! ―su padre frunce el ceño y se da la vuelta hacia el corredor―. ¡Cariño, ven a sacar a tu hija de la cama!

―¡Pero ya no quiero ir! ―se queja desde la cama y hace pucheros, su padre no entiende lo grave de la situación.

Su madre sube y la sacan a las rastras de la cama y luego de unas miles de fotos su padre le llena el rostro de besos y la deja salir por la puerta. Conduce hasta la casa de Jennie y hasta la casa de Somi, últimamente se están llevando muy bien así que por eso mismo tomaron la decisión de ir juntas al baile.

Cuando llegan las luces de colores y las tiras plateadas que cuelgan de algunas partes la ciegan un poco, las telas decorativas en forma de moño que puso en la pared se ven bien con el resto de las cosas. Se va directo hacia la mesa que está en una esquina de la cancha para servirse un poco de ponche, su garganta está seca. Recorre el lugar con su mirada y nota que hay algunos floreros con rosas y flores.

La música que están pasando no es tan mala como esperaba y hay algunos que ya están bailando y cantando sobre la pista de baile que armaron. Camina hacia el centro del lugar donde hay algunos chicos del equipo, por supuesto, SooYoung está allí. No hablan desde su pelea, la alfa dejó de molestarla y por lo que sabe, también dejó de hacer comentarios con respecto a la apuesta o Lisa. Aunque sea pudo calmar a esa perra.

―¿No has visto a JiSoo? ―Jennie pregunta a su costado, tiene una rosa en la mano y Rosé está muy segura de que se la robó de un florero. Le da un largo trago a su ponche antes de contestar.

―No las he visto, a ninguna de ellas ―le da otra mirada al salón y puede ver a TaeHyung y JiMin bailando muy pegados, interesante―. Sinceramente, dudo mucho que vengan. ―hace una mueca para su amigo y se termina su ponche.

Y como si el maldito destino siempre quisiera golpearla en la cara y hacerle saber que escucha todo lo que dice y hace, la omega más bonita entra colgado del brazo de JiSoo. Lisa tiene un bonito vestido largo y blanco, la tela es algo brillosa y Rosé no sabe una mierda de telas, pero esa parece ser seda. Tan linda.

Traga y aprieta el vaso rojo descartable en su mano haciendo que se rompa. Las miradas de algunos en el lugar están puestas en Lisa ahora y frunce su ceño ante eso, nadie más debe mirarla, no le gusta la forma en la que esos alfas la están mirando. Larga un gruñido bajo y Jennie le da una mirada rápida antes de volver a dejar caer su mandíbula, bueno, al menos no es la única afectada.

Lunas, Lisa se ve tan bien con ese vestido, se ajusta correctamente a sus curvas y resalta de una forma delicada y muy caliente su cuello y sus bonitas clavículas, incluso bajo todas estas luces su piel parece verse más dorada de lo normal. Aspira un poco el aire, deseando tanto que Lisa no haya tomado sus supresores de olor y como si la Diosa Luna lo estuviera bendiciendo, un aroma tan delicado y dulce a cerezas y chocolate se estanca en sus pulmones, hace que su corazón y su alfa se enloquezcan.

―Ya vengo, deséame suerte. ―Jennie dice antes de irse y dejarla sola, parada en el medio de la pista como una idiota.

No presta mucha atención a lo que pasa a su alrededor, pero ahora Lisa está sola y algo tímida en su lugar, con su bonito pelo castaño cayendo delicadamente sobre su espalda y sus pómulos bien afilados que se sonrojan un poco. No sabe lo que hace que su alfa la impulse a caminar hacia la omega, tal vez fue que un alfa se acercó peligrosamente a la omega a hablarle o tal vez fue verla tan bonita como está.

―Hola, Lili... ―Lisa le sonríe a medias y traga cuando el aroma de la omega viaja a sus pulmones con un olor más dulce que antes―. Te ves... Te ves... Tú... ―tartamudea, ahora el tonto de su alfa decidió esconderse y avergonzarla.

―¿Me veo...? ―Lisa sonríe y pregunta en un tono juguetón―. Sí, Park, soy real y puedes verme. ―ella mira detrás de su hombro y saluda a alguien, no se mueve para verificar, está demasiado encantada con la vista que tiene frente suyo.

―Lo siento, que tonta soy, eso fue... Lo siento. ―se muerde el labio y agacha su cabeza, debió quedarse en casa y no venir a pasar vergüenza.

―Sin embargo, tú también te ves bien, Park ―su cabeza sube rápidamente y su cuello se queja, su vista viaja rápidamente a la sonrisa coqueta de la omega y a sus bonitos ojos almendrados. Se ve tan bonita―. Quiero hablar contigo.

Asiente tontamente y Lisa tira de su brazo para sacarla del salón, roba rápidamente una rosa de uno de los floreros. Rosé desea con todo su ser que esta vez su alfa no la traicione y le de la confianza suficiente para hablar.

tres capítulos mas y termina esta bonita historia, uwu

¡Gracias por leer!

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