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Había dicho a Hyunjin que no me mudaría con él; sin embargo, tenía varias de mis pertenencias en su casa, que iban llegando poco a poco, mi hermana era la más feliz con todo esto, porque podía tener la habitación para si sola.

Me cepille los dientes y fui a terminar de lavar los trastes mientras Jin aspiraba la suciedad del piso.

-Por cierto ya pensante en lo de la universidad, habrán con convocatorias pronto, ¿Hay alguna carrera que quieras intentar?

-Todavía no lo he pensando, tal vez algo como administración o economía. No tengo idea.

-Si no tienes idea porque quieres ir a la universidad. Creo que tienes un buen trabajo y algo que te gusta, además tienes tiempo para ti mismo y no eres un esclavo laboral como yo.

-Bueno todos van a la universidad, los chicos que valen la pena deben ir. Seamos realistas, ser un tatuador no es el estereotipo de hombre perfecto. Además también pensaba que con una carrera y un trabajo serio podrías voltear a mirarme, volverme el tipo de hombre que te gusta, asalariado y aburrido.

Se sonrojo cuando dijo lo último y algo en mi estómago se estrujó.

-No sólo me gustan los asalariados y aburridos -aclaré avergonzado-. También me gustas tú.

La aspiradora dejo de sonar y después tuve Hyunjin sosteniendo por detrás.

-¿Te he dicho que me encantas? -susurró detrás de mi oído, haciéndome estremecer.

-Sí, muchas veces, como sea, te apoyaré en lo que quieras hacer, si quieres ir a la universidad tanto como si no quieres. Pero si vas a ir a la universidad es porque tu quieres, no para volverte un aburrido asalariado, ¿Dónde están todos esos discursos sobre qué no cambiarías tu forma de ser por nadie?

-Por ti haría cualquier cosa

-Eres un payaso Jin, y suéltame, no me dejas lavar los trastes a gusto.

Tomó mi rostro y me besó, después de unos segundos, cerré la llave de agua y me aferre al cuello de Hyunjin para volverlo a besar.

-Es domingo Jin, pasemos el día juntos aquí en casa.

-Eso sería increíble, pero tengo dos citas por la tarde que no puedo cancelar -hizo un puchero y volví a besarlo.

Ayer habíamos salido con Baeko y con mi hermana por lo que no teníamos mucho tiempo juntos a solas. A veces sólo quisiera estar todo un día con él, tirados en el sillón mirando películas y besándonos, mientras comemos comida rápida.

-Entonces disfrutemos la mañana -puse mis manos en su cintura y las baje despacio hasta llegar a sus nalgas, Hyunjin soltó un gemido ronco y escondió su rostro sobre mi cuello y me besó, terminé soltando un gemido ahogado.

-Eres muy atrevido -susurró. A pesar de que llevábamos semanas saliendo nosotros aún no teníamos sexo, lo que agradecí porque quería tomarlo con calma.

-Tú también -pase mi mano, por su entrepierna notando que comenzaba a abultarse por mi toque, aún sobre la ropa. Hyunjin también me tocó, desabrochó mis pantalones y metió su mano por debajo de la ropa interior. Me volví un manojo de nervios que sólo podía gemir y temblar de placer, apenas pudiendo seguirle el ritmo al momento de tocarlo.

En el momento en el que me corrí, mis piernas amenazaban con desplomarse en el suelo a casua de los espasmos, la única razón por la que no caí, fue porque Hyunjin me sostenía fuertemente mientras encontraba terminar, por lo que, moví mi mano sobre su miembro con más fuerza.

Después de unos minutos, Hyunjin se metió a la regadera, mientras yo terminaba de lavar los trastes. No lo acompañe a sus citas, pedí prestada su computadora y me puse a trabajar en dos solicitudes para el fiscal en turno y cuando terminé, me acosté a dormir con la música de Red summer, de red velvet, sonando en mi teléfono en modo re-petitorio.

Desperté cuando sentí un cuerpo encima del mío, con molestia miré a quien interrumpía mi sueño y cuando vi a Hyunjin acostado encima de mi, más bien, su cabeza encima de mi estómago, sonreí y pase mi mano por su cabello.

-Hazme un tatuaje -dijo con un puchero y el sólo hecho de que lo propusiera me hizo reír.

-Me quedará horrible.

-Vamos, no puedo tatuarme la espalda yo solo -volvió a hacer un puchero-. Ya me has visto hacerlos, no será muy difícil es sólo una frase.

-No puedo hacer eso, tengo manos de gelatina.

-Sólo son letras -insistió, pero volví a negar, me pondría muy nervioso de sólo intentarlo-. Por favor.

-No pongas ojos de cachorro conmigo, no va a funcionar.

-Te amo -lanzó de la nada y me avergüence con fuerza, no soy de las personas que se sonrojan con facilidad pero podía sentir el calor en mi cara.

-Y yo a ti, pero no voy a hacerte un tatuaje.

-Entonces yo te tatuare -se alzó sobre mi y me besó en los labios, fue un toque leve porque se apartó de inmediato, luego me besó en el cuello y en las clavículas- con mis besos.

Su toque me hacía cosquillas y me ponía los vellos de punta, sus manos se movieron por mi ropa, bajo el cierre de mi sudadera y volvió a besarme en el cuello mientras luchaba por quitarme la ropa. Sabía lo que quería, y para ser sincero también lo deseaba.

Mis manos se movieron sobre su cuerpo, peleando con su ropa y no hubo muchas palabras mientras admirábamos nuestros cuerpos desnudos, nos besábamos por todas partes y unimos nuestros cuerpos en un vaivén placentero, sólo hubo gemidos graves y algunos agudos mezclándose con las voces de Red velvet.

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