—¡No,no y no!. —La voz de Killian, retumbó por todo el castillo—¡No podemos seguir cambiando el plan!. No queda nada del original.

—Su "plan" era de suicidio, no de guerre —hablo el rey Oliver.

—Este parece más un plan de defensa, que de guerra.

—Principe, le pido que no se altere —hablo Odín, mientras veía la situación —Claudia, di algo.

—Yo...

—¡No la metas en esto! —reprocho Killian —¿Sabe, rey Oliver? Desde que llegó a mi reino me ha dado un sentimiento de desconfianza y no lo tolerare por mucho más tiempo.

—¿Que quiere decir, principe Killian? — Odín se acercó lentamente.

—Odín, llévate a Claudia.

Este se detuvo, y miro a Claudia, quién estaba confundida de la situación.

—Ahora —la palabra fue pronunciada de manera lenta y precisa.

Odín asintió a la orden del principe y llevo a Claudia afuera de la habitación.

—Desde que llegó, me dió un mal presentimiento. Con sus "reuniones de reyes" y su "posición nul". No me ha dado una razón para confiar en usted, y aún así lo hice —Killian tomó la espada que se encontraba en una esquina de la sala —Me ha dado la impresión de que no quiere está guerra. —levanto la espada y la coloco cerca del cuello del rey.

—¿¡Que está haciendo!? — Philips se colocó entre el principe y el rey —¿Sabe en lo que se está metiendo?.

—Je sais très bien ce que je fais monsieur Philips.

—Sabe francés... —hablo el rey en un susurro, con la espada (aún) en su cuello.

—Sabia un par de cosas, oui. —afirmo —Lo que aún no se, son sus intenciones ocultas.

—¿Que cree que oculto?.

—Diga usted.

—Rey... —Phillips y el rey Oliver, juntaron miradas.

Phillips le dió a entender, que el principe estaba decidido a acabar con su vida en ese instante, si no le decía la verdad.

—C'est Correct. —levantó la mirada —Tiene razón, yo no quiero una guerra contra MacRoyalti.

—¿Por qué no?

—Porque el rey Maximus es un gran hombre, un buen rey y sobre todo, no ha hecho nada malo para ir contra su reino

—¡Su hija mató a mi padre!.

—¡Su padre merecía morir!.

Un silencio absoluto inundó la sala. El rostro de Killian estaba enojado y confundido, no sabía que hacer ni como reaccionar. Por otro lado, el rey Oliver tenía un rostro neutro, sin sentimiento alguno por lo que acababa de decir.

—¿Cómo pudo decir eso de su amigo?...

—¿Amigo? —el rey dió una pequeña risa— Su padre, era un ser repugnante. Lo único que hizo con este reino, fue llevarlo a la ruina...—Miro a Killian de arriba a abajo —Y al parecer, también se dedicó a criar a un hijo incompetente para el trono.

La ira dominó a Killian. Levantó la espada con fuerza y con un movimiento rápido, hizo que la corona del rey Oliver, cayera al suelo.

—¡Largo de mi reino! —ordeno —¡Au revoir!.

El rey observó su corona en el suelo, respiro profundo y miro a Killian con enojo.

—Rey, es mejor irnos —hablo Phillips en un susurro.

—C'est Correct... Espero, principe Killian, que algún día comprenda los papeles de un líder —mostro una pequeña sonrisa —Ya que a rey, jamás va a llegar.

Abrió las puertas para salir de aquella habitación, y fuera de ellas, se encontraba Claudia y Odin, confundidos y asombrados de lo poco que habían escuchado.

Claudia se adentró a la habitación. En dónde Killian ya hacía en el suelo, con el rostro bajo y la espada a un lado.

—¿Killian?... —susurro mientras se adentraba a la habitación.

—Odin... Lleva a Claudia a comer, y envíame a una sirvienta, por favor. —ordeno desde el suelo, sin cambiar su posición.

Odín logró escuchar al principe. No dejo que Claudia se le acercara, y envío a una sirvienta a llevarle un "té".

—Todo esto... Está muy mal...

—Odín ¿Que le sucede a mi hijo?.

Odín caminaba desesperado de un lado a otro, susurrando cosas para sí mismo, y mirando siempre al suelo.

—Tu hijo perdió el control. El control del reino, del trono, de sí mismo... —se detuvo y miro a Claudia —Lamento informar pero... Creo que debo de tomar acciones drásticas.

—¿Drásticas?.

—Creo que enviaré al principe con el noble Harper, para que se tranquilice. Empezaré a oír las peticiones del pueblo... Y creo que, debo descartar el plan de la venganza y la guerra. —siguio caminando de un lado a otro.

Claudia se sentó en silencio y lo único que se oía eran los zapatos de Odín contra la madera del suelo. No estaba segura de lo que estaba planeando, por un lado la princesa Audrey podría retomar su vida, y todo respecto a la guerra quedaría en el olvido. Por otro lado, que un consejero tome el poder del trono, aún habiendo un líder... No era correcto.

¿Que podría hacer ella? Nada. Pero... Si lograba infórmale a la princesa Audrey, ella podría darle una idea de lo que haría.

—Odín, iré de viaje.

Aquellas palabras (inesperadas) lograron que Odín se estuviera y mirara a Claudia con confusión.

—¿De viaje?,¿Ahora?,¿Justo en este momento? —pregunto confundido.

—Si —afirmo —No he visto a mi hermana en mucho tiempo, y creo que mi presencia también está afectando al principe —suspiro— Y a su conducta.

Odín paso su mano por su rostro. Era cierto, la nueva "posición" de Claudia en la vida de Killian, lo estaba afectando de una... Rara manera.

—Correcto... Eso lo ayudaría —volvio a caminar de un lado a otro —Y también me ayudaría con mi plan —susurro para si mismo —Preparare su carruaje.

En ese instante, Claudia salió de Pertenec en dirección a Tierra de nadie. Pasaron los días necesarios para llegar a aquella tierra y, al llegar, había algo diferente en la atmósfera. El carruaje se detuvo en la entrada del reino, Claudia bajó y sintió una punzada en el estómago.

Se sentía insegura y con temor, cosa que era irracional ya que siempre visitaba aquella tierra. Pero está vez era diferente, no llego como una sirvienta de trajes sucios y simples, llegó con el aspecto de una reina, con joyas preciosas y un enorme vestido rojo que llenaba la atención.

—Bienvenida... —Una voz susurro a su espalda. Ella volteo y lo miro confundida.

Lucía golpeado y herido, no tenía la actitud de confianza y amenaza de siempre, era... ¿Vulnerable?.

—¿Señor Rata?