Al llegar a la frontera entre Pertenec y MacRoyalti, solo quedaba cruzar el bosque para toparse con el reino.

—Princesa ¿Está segura de que un guardia vendrá a buscarlas?, no quiere tener inconvenientes con el rey
,si se entera de que las deje por su cuenta antes de llegar al reino

—Guardia, puede retirarse, estaremos bien —ordenó Audrey.

El guardia no muy seguro de lo que estaba haciendo, dejo a la princesa y a su dama de compañía en la entrada al bosque.

—¿Ahora que mi lady? —Cristal estaba confundida, ¿que seguía?.

—¿Que hora es? —pregunto Audrey mirando al suelo.

—No tengo idea mi lady-

Cristal no termino de hablar cuando un fuerte movimiento hizo que él carruaje se moviera, tras ese movimiento, Cristal abrió las pequeñas cortinas de las ventanas del carruaje. Se topo con un hombre de vestimenta rasgada y completamente negra, en la otra ventana se topo con otro hombre del mismo aspecto, ambos montados a caballo, y un último hombre que se encontraba arreando los caballos del carruaje.
Cristal estaba aterrada, hombres desconocidos las llevaban por el bosque, sin decir sus nombres ni mucho menos presentarse.

—Cristal, no tengas miedo —hablo Audrey, con un rostro neutro, sin emoción alguna en su rostro.

—Mi lady, ¿Que está pasando? —Cristal estaba aterrada, pensaba que era un secuestro o un asesinato —Hay 3 hombres adentrándonos al bosque, y no parecen ser del reino de Pertenec.

—Cristal —Audrey tomo la mano de su dama de compañía, y la obligó a verla a la cara —No son hombres desconocidos. Anoche, mientras preparaba todo, mandé a un mensajero novato a entregar una carta, en recompensa lo volví mi "mensajero personal". La carta fue enviada a tierra de nadie —Audrey soltó a su dama de compañía, y le señaló a uno de los hombres que estaban afuera del carruaje —Estos hombres nos llevarán a tierra de nadie sanas y salvas.

-¿Provienen de tierra de nadie?- pregunto Cristal (aún) aterrada.

-Si, solo respira, y no entres en pánico.

Aquel viaje fue silencioso. Cristal permaneció asustada todo el viaje, manteniendo el silencio que Audrey le ordenó que tuviera. Audrey por otro lado, estaba bien, ella sabía lo que hacía, la noche anterior no durmió planeando cada detalle de lo que sería su investigación, cada pregunta, cada persona a la cual involucraria, todo fue meticulosa mente planeado en tan solo 8 horas.

El viaje duro todo el día, tierra de nadie se encontraba en la frontera del reino detras de MacRoyalti, al llegar, el sol se había ocultado, y la neblina de la noche estaba bajando.

Uno de los hombres vestido de negro, abrió la puerta del carruaje, Audrey bajo primero, y detrás de ella bajo Cristal. Los 3 hombres estaban confundidos.

-¿Quien eres tu?.

Audrey no sabía a quien mirar, ya que sus rostros estaban cubiertos por velos negros.

-Yo soy la princesa Audrey, hija del rey Maximus, y yo fui la que les envío la carta-su postura era erguida, y su voz firme, aunque por dentro estaba muy asustada- Y ella, es mi dama de compañía- señalo a la muy asustada Cristal, quien estaba tras ella.

El hombre encargado de mover el carruaje se bajó de su asiento, mostrando su pequeña estatura en comparación de los otros dos quienes iban a Caballo. Se quitó la máscara, y un feo hombre de edad avanzada, con un ojo cerrado y completamente infectado, rodeo a la princesa para detallarla con su ojo sano.

-Yo soy rata- dijo aquel hombre después de darle la vuelta completa- Ellos son Gorila y Mamut-señalo a los otros dos hombres, quienes aún no se quitaban las máscaras- Y nosotros solamente hacemos negocios con el rey- se acercó a Audrey, obligándola a retroceder unos pasos- Él nunca nos habló de hacer negocios contigo "princesita".

-Los negocios que tengan con el rey no implicaran en los negocios que tengan conmigo-hablo Audrey, muy incómoda de la poca distancia que le daba aquel hombre- Solo necesito quedarme en esta zona por una cantidad de tiempo indefinida, pasar desapercibida entre la gente, y hacer una investigación.

-¿Investigación?-rata se rió después de pronunciar la palabra- Si buscas acercarte a la gente, y simplemente te den respuestas, estas equivocada princesa, acá nadie responde preguntas de desconocidos.

-Por eso traje esto- tomo su bolso cruzado y lo lanzo al suelo, mostrando muchas monedas de oro.

Rata miro el oro con intriga, pero no confiaba en la princesa.

-El rey nos da más que eso.

-Y cómo ya les dije, los negocios del rey no implicaran en los negocios que tengan conmigo- repitió Audrey- Solo necesito un lugar donde quedarme, y el nombre de alguna persona que esté dispuesta a responder preguntas al azar.

-Rata- Mamut se acercó a su jefe-Necesitamos el oro, lo que teníamos fue gastado por Gorila y sus apuestas.

Rata miro enojado y con desprecio a "Gorila", quien retrocedió unos pasos con temor de su jefe.

-Aceptaremos el trato, les daremos un lugar donde quedarse y el incompetente de Gorila las cuidará. También vamos a esparcir la noticia de que dos campesinas que se acostaron con nobles están buscando escondite de la muerte, y que necesitaran ayuda para evitar eso con un par de preguntas-dijo rata, con una leve sonrisa en su rostro.

-Disculpe...- susurro Cristal-¿Por qué campesinas que se acostaron con nobles?,¿ eso no nos hará ver fáciles?- su rostro estaba lleno de miedo-O simplemente...presas para los violadores que se encuentran en esta tierra.

-¡Cristal!- reprendió la princesa.

-Gorila estará con ustedes a donde vayan, no debería dejarlas por su cuenta.

El hombre llamado Gorila, mostró su rostro a la princesa y su dama de compañía, mostrando a un hombre de piel morena y una cicatriz que se encontraba en la mitad de toda su cara.

-Mas te vale no dejarlas sola, o te cortaré las bolas y se las daré a comer a tu esposa e hija-amenazó rata a aquel enorme hombre.

-Si señor.

-Bien- Rata miro a la princesa de pies a cabeza- Primero deben conseguir ropa de campesinas, luego conseguirse unos nombres falsos, e ir recorriendo el pueblo para que las personas se acostumbren a sus rostros.

-Las primeras dos ya las tenemos- dijo Audrey-La ropa de campesina está en nuestro equipaje, y nuestros nombres serán Jazmin- señaló a Cristal- Y Eva- se señaló a su misma.

-Jazmin y Eva...-rata pensó un momento-Me parecen nombres aceptables.

Se acercó a Gorila para hablarle al oído y entregarle una llave.

-Si les causa problemas avísenme-dijo rata a la princesa- antes de que se me olvide- miro a Audrey por última vez- No le digan a nadie. ¡A nadie!, que usted es de la realeza, la pondría más en peligro que el rumor de ser mujerzuelas- después de esas palabras, rata se alejo de ahí junto a mamut.

Gorila guío a la princesa y a su dama de compañía a una pequeña casa de madera, estaba sucia y pertenecía al centro de aquel lugar, cosas que eran buenas y malas.

-El plan es sencillo- hablo Gorila- saldremos todos los días, a buscar comida y a qué se relacionen con las personas, cuando el pueblo este acostumbrado a ver sus rostros, espesaran a hacer más amables, tanto para bien como para mal, y podrían enterarse de rumores de la realeza-Gorila estaba atento a las ventanas de aquella casa- Todo respecto a los reinos cercanos como lejanos, pasan por acá. Y si van a hacer una investigación al respecto, el mejor lugar para informarse es la gente de este pueblo.

-No queremos investigar a todos los reinos-hablo Audrey, mientras veía la casa con mucha curiosidad.

-Lo que quieran investigar no me importa, solo me importa su bienestar durante el tiempo que duren en este lugar- Gorila no estaba interesado en la investigación de la princesa, estaba interesado en que no le contarán las bolas.

-Mi lady- Cristal se acercó a la princesa, para hablar en susurros- ¿Cómo planeo todo esto?, ¿Cuánto tiempo tendremos para hacer está investigación?, ¿Quienes nos ayudarán?.

Audrey se quedo callada, el plan que se había ingeniado la noche anterior solo involucraba el primer paso: "Lugar".

-Respecto al tiempo que tenemos para hacer la investigación, no estoy segura, pero entre más rápido mejor.

-¡Ja!- Gorila miro a la princesa y a su dama de compañía, con un rostro de gracia- ¿Ustedes creen que será fácil sacarle información a esta gente?, mínimo deberán pasear por el pueblo unas dos semanas, para que empiecen a hablar con ustedes.

-El principe Killian ya fue capaz de mandar una invitación falsa a todos los reinos, no cree que... ¿Pueda atacar al reino?-Cristal lucía preocupada, al parecer su princesa no lo había planeado todo.

Audrey miro a Gorila, quien las miraba con un rostro de gracia.

-¿Cuánto tengo que pagarte para que seas mi infiltrado en el reino de Pertenec?.

Gorila se sorprendió ante la propuesta de la princesa. Él nunca había salido de tierra de nadie, al menos no solo.

-No creo que pueda hacer ese trabajo por todo el oro del mundo -dijo con sinceridad-Pero si logras contactarte con la gente correcta, seguramente un ladrón con solo dos días de conocerte, aceptará ese trabajo por tan solo dos monedas.

-¿Me ayudarás a contactarme?.

-Tratare lo más que pueda, pero eso no es tema mío.

Mientras tanto en el reino de Pertenec. El principe Killian lucía pálido, cansado y sucio, habían pasado varios días desde que esparció la noticia de la muerte del rey, y varias noches en las que no durmió por lo mismo.

-¿Me llamo principe Killian?- dijo Odín entrando a la sala de reuniones.

-Odín...- se levantó para ir lentamente a la dirección de su consejero- ¿Que tan fatal, sería atacar al reino de MacRoyalti ahora mismo?.

-¿Disculpe?- Odín estaba confundido, era una terrible idea.

El reino de MacRoyalti era un buen distribuidor, tenían más soldados y armamentos de lo que tenía el reino de Pertenec, cualquier ataque sin ayuda... Sería suicidio.

-Principe Killian, entiendo su frustración respecto a la amenaza que acaba de recibir la corona. Pero no es correcto arriesgar a nuestros pocos soldados a una masacre.

-¡Creí que querías vengar a mi padre!.

Odín se sobresaltó al oir el tono de voz del principe, él más que nadie entendía lo que pasaba por la mente de él.

-Claro que quiero vengar al Rey- admitió asustado- Pero estuve hablando con un consejero del senado, y creo que hay que esperar a que acabe el acuerdo de paz que tenemos con el reino MacRoyalti.

-Son 5 meses...- Killian suspiro mientras caiga en la silla de su escritorio.

-Lo se mi señor, Pero piénselo- Odín se acercó a él - Justo ahora no tenemos solados ni armamento, el pueblo está tan decadente que los aldeanos podrían morir de hambre en plenos entrenamientos- Killian lo miro fijamente, con un rostro enojado-Además, las cartas a los otros reinos más lejanos, no han llegado, si llega tendríamos que esperar su confirmación de apoyo otro par de dias más- Odin se alejo para dirigirse erguido hacia la ventana-Y si nos ayudarán, tendríamos que armar una técnica de combate infalible, y eso no se puede hacer de la noche a la mañana.

-Pero tampoco duraría 5 meses- dijo Killian, con un rostro enojado ante las palabras de Odin.

-No exactamente. Pero en 5 meses tendríamos no una, ni dos, si no hasta tres técnicas de ataque diferentes- Odín sonrió al principe- Cosa que hará que el reino entregue a la princesa,o, mueran en la batalla.

Killian respiro profundo, las palabras de Odin tenían sentido, era mejor esperar.

-Además- añadió Odín- si atacamos en pleno acuerdo de paz , eso quedará en la historia, y creo que sería muy injusto para generaciones siguientes, vivir una guerra que debió iniciar como un acuerdo de paz. Luchamos 89 años para conseguir uno de tan solo 10 meses, no sería justo luchar otros 89 ¿O si?.

Killian debía actuar con sabiduría, después de todo él es considerado el nuevo "rey" de Pertenec.

-Correcto-dijo sin emoción alguna-Esperaremos a que el acuerdo acabe. Formaremos planes y ejércitos para la guerra, y apenas acabe está farsa, atacaremos.

-Muy buena decisión principe.