Capítulo 19, pío! 🐥

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Sentado finalmente en el interior de su auto, el cual había llegado después de tanta espera, Yoongi sonrió de forma ladina mientras esperaba que su dulce pollito saliera de su departamento.

Quería ver la expresión de su pareja tras contemplar su bonito y elegante sedán negro, con asientos cómodos para su adorable pollito y la tecnología adecuada para volver satisfactorio cualquier viaje.

Aunque echaría de menos un poco el invadir todo el espacio personal de su omega y sentir sus pequeñas manos a los costados de su cuerpo en busca de un mejor agarre, pero no estaba dispuesto a que más idiotas pensaran que podían simplemente ir y manosear a su cosita bonita.

Había algunos idiotas que pensaban que al estar el autobús lleno no percibiría esa mano serpenteando entre las personas para ir directamente al trasero de su pareja, pero era imposible para él no percibir cualquier cosa, amenaza o no que se acercara a su omega y mucho menos cuando este, al sentirse incómodo, inconscientemente se acercaba más a él y se estremecía no precisamente de forma agradable.

Más de una vez había tenido que controlarse a sí mismo y a su jaguar para no cortar esa mano y destrozar al idiota que oso tocar a su pareja, pero viviendo en una ciudad llena de humanos, sería más difícil de explicar que estar entre cambiaformas, aunque en su mundo de igual forma tendría que dar una explicación de sus actos y eso, la consecuencia no sería tan grave al estar en su derecho de proteger a su omega.

Inclinándose un poco para observar a través de la ventana del copiloto, el alfa frunció el ceño cuando no contempló a su pareja aún.

Eso era extraño, su pollito siempre se asegura de salir temprano porque consideraba el tiempo en que se tardaba el autobús en llegar a su trabajo.

Tomando su café del portavaso, el alfa bebió un sorbo con sus ojos fijos en la ventana y el edificio frente a él.

Sus labios inmediatamente se torcieron en una mueca al encontrar que este ya se encontraba completamente frío.

¿Cuánto tiempo había pasado desde que esperaba a su pollito bonito?

Abriendo la puerta de su auto, el cambiaformas jaguar tomó su café junto al chocolate caliente que le había conseguido a su omega y salió dirigiéndose al basurero más cercano en el cual arrojó ambos.

Ninguno tenía el mejor sabor ahora que estaban fríos y no estaba dispuesto a darle algo malo a su pareja.

Observando las puertas del edificio departamental seguir igual de cerradas, Min sacó su teléfono y comprobó la hora.

Las cejas del alfa se fruncieron al encontrar que ya habían pasado diez minutos de la hora habitual en que su omega salía para tomar el autobús y llegar a tiempo.

De la rutina que había aprendido de su dulce pollito, él nunca salía tarde porque odiaba cuando su jefa lo atrapaba y le daba el sermón de la responsabilidad, por lo que siempre procuraba salir temprano.

No era normal que no hubiera salido aún.

—¿Se habrá quedado dormido? —pensó e instintivamente observó al edificio.

Su jaguar se removió en su mente, preocupado por su pareja.

Después de todo, la tarde del día anterior no se había visto muy bien con aquel resfriado que  atrapó, aunque fue una cosita tierna de apreciar, con sus quejidos y dulces estornudos, que fuera producto por estar enfermo no era bueno.

"No habrá empeorado, ¿o sí?" pensó, alerta.

Era una posibilidad que no podía descartar, así como que también el que se había quedado dormido.

Observando su teléfono, el alfa inmediatamente llamó a su pareja mientras su mirada instintivamente se dirigía hacia arriba, intentando, a pesar de la distancia, apreciar la ventana de su pollito.

Cuando no recibió nada, Yoongi intentó otra vez, sintiendo como su jaguar se levantaba alerta.

Un mal presentimiento comenzó a invadirle a medida que los minutos pasaban y no había señal alguna.

A esas alturas, si su pareja realmente se hubiera quedado dormido, ya debería de haberle contestado el teléfono, pero no lo había hecho.

Maldiciendo por lo bajo, el alfa jaguar se apresuró a entrar en el edificio, agradeciendo la mala seguridad de este, ya que el tipo detrás de un pequeño mesón dormía plácidamente, sin ser consciente de su invasión.

Entrando en el ascensor, subió al piso de su pareja, ignorando las miradas curiosas y algunas interesadas de otros residentes.

—Nunca te había visto por aquí —comentó una mujer, intentando acercarse a él.

Yoongi le observó con desagrado y luego la ignoró. Cuando las puertas finalmente se abrieron en el piso de su pollito, el alfa agradeció mentalmente y se bajó ignorando cualquier otra cosa que la humana le intentaba decir.

Apresurándose a ir a la puerta de su pollito, el alfa la observó pensando en una forma de entrar sin llamar la atención, ya que si la abría de una patada obviamente los demás serían consciente de él, pero no tenía llave y...

—¿Yoongi? —preguntó aquella dulce voz baja, casi en un doloroso susurro.

Alzando la mirada, el alfa jaguar contempló a su pareja, y el pequeño alivio que había sentido al escucharlo, se fue a la mierda tan pronto como observó su bonito rostro pálido sonrojado no exactamente en un dulce rubor, sus ojitos bonitos caídos y lagrimeantes junto a un sudor recorriendo su frente.

Y lo peor de todo, fue encontrar usándolo directamente su uniforme del hospital y cargando su mochila en su espalda.

—L-lo siento por tardar, pío —expresó con algo de esfuerzo, como si el solo hablar le provocara dolor—. Yo solo...

—Mierda —anunció Yoongi, sin soportar ver más así a su dulce omega.

Sin permitirle decir nada más, el alfa se acercó tomándolo entre sus brazos y cerró la puerta detrás de él antes de invadir el departamento de su pareja.

—No... Yoongi, trabajo —se quejó débilmente, temblando entre sus brazos.

—Y una mierda de trabajo, bonito —anunció entrando en la habitación de su pareja—. ¡Estás enfermo! —exclamó, dejándolo con cuidado sobre la cama con su nido desordenado.

—Estoy bien... —susurró, con sus cejas fruncidas de dolor—. Solo es... Cabeza y un poco de fiebre —expresó.

—No es por ser malo, mi dulce, pero te ves como la mierda, peor que un zombie —indicó, quitándole la mochila de la espalda.

Y tan mal y cansado como su pareja se sentía, no hizo realmente ningún movimiento mientras Yoongi se tomaba el atrevimiento de buscarle ropa más cómoda y cambiarle el estúpido uniforme por ella.

—Y-yo puedo —pronunció, con sus manos interrumpiendo el camino del alfa cuando este intentó tirar de su pantalón.

—Y yo también —le sonrió, guiñándole un ojo antes de empujar simplemente la prenda fuera del camino, para luego cambiarla por un pantalón corto.

—Vergonzoso —se quejó el dulce pollito, casi sin fuerzas ya.

—Solo recuéstate ahora, bebé —indicó, ayudándole a deslizarse en la cama bajo las mantas.

—No deberías... De e-estar aquí —pronunció el dulce hombrecito, soltando un suspiro totalmente feliz cuando su cabeza se apoyó en la almohada.

—Pero lo estoy y cuidaré muy bien de ti en lo que te mejoras —anunció, intentando correr las cortinas y así el sol de la mañana no le molestara.

—Por favor, no —pidió, observándole por sus ojitos entreabiertos—. Nos gusta... —explicó.

—No hay problema —aseguró, volviendo a correr las cortinas para que el sol acariciara y cubriera a su dulce pareja—. No deberías de cubrirte tanto, bonito —expresó acercándose y tirando un poco de las mantas en las que se había envuelto—. Necesito que me digas todo lo que te duele, ¿bien? —pidió, arrodillándose frente a la cama para no sentarse sobre esta e interrumpir en el nido de su pareja.

No podía entrar en este sin una expresa invitación de su omega, ya que hacerlo perturbaría a su pareja, y tan mal como se encontraba en ese momento no deseaba atormentarlo más.

—¿Bebé? —llamó, corriendo los rubios mechones de su rostro.

Los labios del alfa instintivamente se torcieron y su jaguar rugió en preocupación al sentir la elevada temperatura de su pollito en su piel ligeramente húmeda.

—Mi garganta... —pronunció, bajando sus párpados—. Mi cabeza y cuerpo pesan... Mi oído duele y tengo frío —reveló, temblando un poco mientras subía sus piernas y se acurrucaba en una pequeña bolita.

—Creo que tienes fiebre, cariño —expresó—. ¿Tienes algún termómetro aquí? —preguntó preocupado.

—Baño —respondió e intentó levantarse.

—Quédate aquí y cierra tus ojos, yo iré —pronunció, empujándolo suavemente y sin mucho esfuerzo sobre la cama otra vez.

Escuchando el pequeño gemidito quejoso de su pareja, Yoongi se levantó y salió de la habitación abriendo la siguiente puerta.

Dejando de lado la ternura que sintió al encontrar adornos coloridos, el alfa se dirigió al lavamanos y buscó en los cajones hasta que encontró un pequeño botiquín de primeros auxilios.

Buscando en el interior, el cambiaformas jaguar lo dejó en cuanto encontró el termómetro y rápidamente volvió a la habitación.

Arrodillándose al lado de su omega nuevamente, pidió permiso antes de mover su brazo y colocar el termómetro justo debajo de este directamente contra su piel y esperó hasta que sonó, observando preocupado los pequeños quejidos que emitía su pollito.

—Tienes 39 grados, eso no es bueno —declaró—. Necesitamos bajarte esa fiebre —anunció.

—Tengo que ir a trabajar... —se quejó su pequeño pollito, removiéndose en la cama sin abrir sus ojos.

—No, estás enfermo, no puedes ir así —decreto Min.

—Pero... —pronunció, observándole apenas.

—Pero nada, solo procura descansar, bebé —ordenó acariciando su cabello—. Yo me encargo de todo —prometió y se inclinó cerca para besar su frente.

Y si no fuera porque esos mofletes ya se encontraban rojos, Yoongi estaba seguro de que se habrían pintado de un adorable rubor.

—Descansa cariño, yo te cuido —prometió, y esperó a que esos ojos grises desaparecieran tras los párpados antes de levantarse y salir de la habitación en busca de una fuente y paños.

Observando el teléfono de su pareja comenzar a sonar sobre la mesa, el alfa no dudó en tomarlo y responder la llamada entrante.

—Jimin no irá a trabajar hoy —anunció.

—¿Qué estás haciendo con él? —cuestionó Jungkook.

—Se ha resfriado y lo estoy cuidando, para que así le avises a su jefa —ordenó, cortando el agua—. Mi chico siempre se preocupa por lo que esa mujer le puede decir.

—Porque esa mujer es una perra —suspiró—. ¿Qué tan mal está? Siendo un cambiaformas no debería de durarle tanto su malestar, y tampoco le puedes dar cualquier medicamento —expresó.

—Lo sé, por ahora me preocuparé de bajarle su fiebre —anunció y cortó la llamada sin escuchar más al otro alfa.

Tenía un pollito enfermo en la cama esperando por él como para distraerse respondiendo las preguntas de Jungkook.

Dejando los paños en el interior de la fuente con agua, Yoongi se dirigió nuevamente a la habitación y dejó todo sobre la pequeña mesita de noche al lado de la cama.

Tomando un paño, el alfa lo estrujó quitándole el exceso del agua y luego lo colocó sobre la frente de su pareja, quien tuvo un pequeño sobresalto.

—Shh, todo bien, pollito, tu alfa te cuida —prometió bajo, acariciando su cabello mientras liberaba un poco de su aroma para dejar una suave fragancia no hostigante, solo refrescante para recordarle que estaba ahí con él.

Tal vez su omega no sabía sobre el mundo de los cambiaformas y como había otras especies además de él, pero el pollito en su interior debería de estar el menos algo consciente de su presencia, era inevitable que no lo hiciera cuando ambos eran pareja.

Aquellos ojitos se abrieron un poco, y Jimin pareció murmurar algo antes de toser con un dulce sonido contenido.

Y entonces, en un simple parpadeo, ante los ojos del alfa la figura de su pareja desapareció, para dejar en cambio un adorable pollito de plumaje amarillo y pequeño piquito anaranjado.

—Pío —musitó, tambaleándose mientras intentaba acercarse más al alfa.

—Pero mira que cosita más bonita tenemos aquí —ronroneó Yoongi, tomando entre sus manos al dulce pollito que luchaba por acercarse a él.

La ternura invadió el cuerpo del del alfa y su jaguar ronroneó contento tras observar a su pequeña pareja acurrucarse perfectamente en el centro de su palma y cerrar sus ojitos.

Pero, por más tierno que fuera apreciar al dulce pollito de su pareja, no creía que fuera exactamente un buen momento para cambiar, ni siquiera creía que Jimin lo había hecho conscientemente.

Además, ¿cómo se suponía que iba a cuidar de un pollito enfermo?

Levantándose, instintivamente Yoongi llevó su mano con la dulce cosita adorable contra su estómago, solo sosteniéndole contra este sin ejercer presión alguna y se dirigió a la cocina.

Tomando el teléfono de su omega, lo desbloqueo fácilmente ante la falta de clave y llamó a Jungkook otra vez.

—¿Minnie?

—Adivina otra vez anunció.

—No estoy para tus juegos en este momento —espeto con molestia.

—Si bueno, yo tampoco y aun así me tocó llamarte —resopló—. ¿Cómo se supone que debo de cuidar de mi pareja cuando este ha cambiado a un pollito? —cuestionó.

—¿Un pollito? ¿Jimin cambió?

—No creo que lo haya hecho adrede, supongo que la fiebre no le ha dejado pensar claramente y después de toser simplemente sucedió —explicó.

—No hay mucho que puedes hacer si ha cambiado a su forma animal, solo acurrúcalo en un lugar cálido hasta que vuelva a ser él —indicó—. Seguramente ha cambiado para mejorar un poco más rápido, solo déjalo que descanse así y ya cuando cambie a su forma humana, lo tratas —explicó.

—Bien, puedo hacer eso —asintió, observando a su pareja—. Adiós —anunció cortando la llamada.

Observando a su alrededor, Min se dirigió a la ventana y corrió las cortinas, permitiendo que el sol se colara al interior.

Corriendo el sofá individual más cerca, se sentó y movió a su pollito acurrucándolo más en su pecho.

Ahora, solo tenía que esperar mientras conocía al adorable pollito bonito.

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