Capítulo 39, pío! 🐥

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Jungkook salió de la habitación en donde había estado atendiendo a uno de sus pacientes y frunció el ceño cuando contempló a Min Yoongi parado en medio del pasillo del hospital como si fuera lo más normal del mundo estar ahí.

—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó, acercándose a este.

—Obviamente estoy cuidando de mi pollito —respondió con su mirada fija en la habitación frente a ellos.

—Si sabes que no puedes pasearte por el hospital como si estuvieras en tu propia casa, ¿cierto? —expresó alzando una ceja.

—Nadie me ha dicho nada —se encogió de hombros—. Y estás loco si piensas que dejaré solo a mi pareja, así como está ahora.

—Yo lo veo bien —pronunció Jeon, observando al rubio omega revisar a uno de los pacientes.

—Lo dices porque no has estado siguiéndolo desde que se despertó esta mañana —resopló—. Lo he salvado dos veces de una caída por las escaleras, tres para que no tropezara con sus propios pies y se ha estrellado cuatro veces con otras personas tan pronto como le quito los ojos de encima —contó—. Te juro que a mi gato se le eriza el pelo cada vez que vemos a Jimin tomar algún implemento médico, especialmente cuando este es con filo —se estremeció.

—No puede estar tan distraído —negó solo un poco divertido.

—Mira lo que está haciendo ahora —ordenó moviendo su cabeza en su dirección.

Curioso, Jungkook siguió la mirada del otro alfa y no pudo más que reconocer las palabras de Yoongi cuando contempló a Minnie limpiando la herida sangrante de un pequeño sin haberse desmayado aún.

—¿Esto es por lo de un posible bebé? —preguntó.

—Cada vez que pregunto me cambia de tema, pero creo que ya es momento de presionarlo un poco —anunció y maldijo cuando su pareja se quedó mortalmente quieto observando la herida del niño, como si se hubiera percatado finalmente de lo que estaba haciendo.

Dejando al otro alfa solo, Min inmediatamente entró en la habitación y alcanzó a tomar el pequeño cuerpo de su pareja para cuando este simplemente se desmayó emitiendo un suave y ahogado pío.

—Llévalo a mi consultorio para que puedan hablar tranquilos una vez despierte —indicó Jungkook entrando en la habitación—. Está al final del pasillo.

Asintiendo, Yoongi dejó al otro alfa tratando con la madre del niño, excusado el comportamiento de Jimin y salió de la habitación dirigiéndose a la oficina de Jungkook.

Entrando, cerró la puerta y se acercó a la camilla, dejando a su dulce pollito descansando en esta.

Inclinándose cerca, apoyó su antebrazo sobre la cabeza de su pareja y alzó su otra mano para acariciar el cabello rubio de su pollito.

—Vamos, bebé, creo que ya es hora de despertar —pronunció besando castamente esos rechonchos labios.

Soltando un pequeño quejido, el omega apretó con fuerza sus ojos.

—Eso bonito, despierta —pidió besando su pequeña nariz respingona.

—¿Yoonie?

—Exacto cariño —sonrió restregando sus narices.

—Me desmayé otra vez, ¿cierto, pío? —se lamentó observando a su alfa.

—Correcto —confirmó sin alejarse—. Estabas tratando la herida de un pequeño y al percatarte de ello, te desmayaste —contó y observó enternecido el suave sonrojo en el rostro de su pareja—. Ahora, ¿me dirás lo que te tiene tan distraído? —pidió—. Y antes de que me salgas con cualquier excusa, te digo que te he estado siguiendo por todo el hospital desde que comenzó tu turno y ni te has dado cuenta —informó.

—¿En serio? —exclamó con grandes ojos sorprendidos.

—Así es —asintió, besando sus labios—. Sin contar, que nuestro lazo me ha mostrado un destello del caos que tienes en ti, pollito —reveló y los labios del omega se torcieron ligeramente.

Corriéndose en la camilla, Jimin intentó hacerle un espacio a su pareja.

Viendo el reducido espacio, Min se subió de igual forma, y tiró de su pollito hasta que lo tuvo recostado sobre su cuerpo prácticamente, para que así ambos cayeran bien.

—Entonces, habla con tu alfa, mi bonito pollito —pidió rodeándole con sus brazos—. ¿Esto es por el tema de los omegas luna y como podrías estar embarazado en este momento?

—Sí —aceptó el hombrecito con un profundo suspiro—. En un principio me confundió, porque era diferente a lo que tú me habías dicho, luego me asustó porque no creí que fuera algo posible, nunca pensé en ello realmente y ya después... La idea de tener un bebé, nuestro bebé, creciendo en mi vientre, comenzó a crecer en mí y... Ahora no lo sé, estoy asustado por la idea de tenerlo, pero a la vez ansioso y ni siquiera sabemos si lo estoy o no —se quejó, empujando su rostro a la curvatura del cuello de su alfa—. Después comencé a pensar si tú lo querías o no, si estabas enojado porque podría estarlo...

—De acuerdo, realmente tenías mucho en ese pequeño cuerpito tuyo —detuvo Yoongi abrazándole con más fuerza—. Toma una profunda respiración, cariño. Eso es, otra más —pidió.

Y cuando Yoongi estuvo seguro de que su pareja se había calmado un poco con su aroma, es que comenzó a hablar nuevamente.

—Primero, hay que aclarar que independientemente de que estés o no esperando, de que puedas o no quedar en cinta, yo te seguiré queriendo y amando tal cual como siempre, ¿de acuerdo? —expresó.

—¿Me amas, pío? —preguntó bajito.

—Sabes la respuesta, cariño —pronunció besando su cabello—. Y en segundo, si estás esperando, bien, discutiremos juntos al respecto y decidiremos qué es lo que haremos, pero si lo quieres tener, lo querré tanto como a ti —prometió.

—¿En serio? —susurró—. ¿Si quiero tenerlo, pio, podemos?

—Por supuesto que sí, bebé —sonrió—. Un pequeño pollito como tú llamándome papá y soltando píos será tan adorable como tú —expresó encantado—. Pero en caso de que no estés, nos comenzaremos a cuidar para el momento en que ambos decidamos que lo queremos —explicó—. ¿Está bien así?

—Sí, es perfecto —respondió en un suspiro—. Gracias, no sabía que necesitaba tanto hablarlo con alguien —expresó—. He estado tanto tiempo solo, manteniendo estos temas para mí, que lo olvido que no soy el único diferente —explicó.

—Está bien, cariño, es entendible y para eso está tu alfa, para recordártelo siempre que lo necesites —expresó el cambiaformas jaguar, besando su cabeza.

—Supongo que debería de volver al trabajo ahora —pronunció, cerrando sus ojos un momento.

—Deberías, sí —respondió, abrazándolo con más fuerza—. Pero creo que a nadie le importará si desapareces otros minutos, Jungkook ciertamente podrá excusarte —prometió.

—Bien, pío —suspiro alegre—. Pero solo unos minutos más, ¿de acuerdo?

—Perfecto —aseguró acariciando su nuca, relajando suficiente a su dulce pollito como para que este comenzara a dormir sobre él.

Cuando minutos después se abrió la puerta, Yoongi observó irritado al otro alfa entrar a su consultorio, ya que logró que su pareja despertara con un pequeño sobresalto.

—Pensé que ya habrían hablado y resuelto todo para estas alturas —expresó el doctor Jeon, entrando en la habitación.

—No me habría importado que no aparecieras hasta el final del día —espetó el jaguar no muy feliz.

—Está bien, Yoonie, tengo que ir a trabajar —expresó Jimin con una pequeña risita mientras intentaba enderezarse con su pareja impidiéndoselo—. Yoonie —rió—. No seas un mal gatito —pronunció risueño.

—¿Gatito? —preguntó Jungkook.

—Tus labios lo repiten nuevamente y mi jaguar te mostrará a quien le dices gatito —gruñó, finalmente enderezándose junto a su pollito.

—¡Pío! No seas malo, Yoonie —reprochó el hombrecito, pero internamente, estaba muy feliz de ser el único de poder llamar de esa forma a su pareja.

Resoplando, el alfa jaguar lo mantuvo a su lado rodeando sus hombros con un brazo y observó curioso ciertas cosas que estaba sacando Jungkook.

—¿Y eso para qué es? —cuestionó, llamando la atención de su pareja también.

—¿Tienes que atender a un paciente? —preguntó Jimin, haciendo el intento de bajarse de la camilla.

—No, quédate ahí —pidió Jungkook—. En realidad, quería sacarte una muestra de sangre para realizarte un examen —explicó.

—¿Examen? —preguntó el dulce pollito, inclinando ligeramente su cabeza mientras parpadeaba confundido.

—Bueno... Pensé que sería buena idea realizar un examen de sangre para sacarnos la duda de si estás o no embarazado —explicó, observando a la pareja.

—Es una buena idea —pronunció Yoongi, observando a su cosita bonita.

—Pero... Soy un hombre —pronunció—. ¿Qué dirán los demás cuando vean que estoy embarazado? Descubrirán nuestro secreto —expresó angustiándose de solo pensarlo.

—Tranquilo, bonito —pronunció sintiendo las ansias recorrer todo ese pequeño cuerpito a través de su lazo—. Todo está bien, estoy seguro de que tu amigo ya ha pensado en una forma para que eso no ocurra —expresó, rodeando esa estrecha cintura con un brazo para tirarlo sobre su regazo.

—Yoongi tiene razón —anunció el doctor Jeon—. Haremos el examen bajo otro nombre con sexo femenino para no levantar sospechas —explicó—. Tengo un amigo que hará el examen, por lo que no hará preguntas al respecto —prometió.

—Ves, ya todo está solucionado, cariño —le sonrió Yoongi, besando su frente—. Pero si no quieres hacerte el examen, está bien —aseguró.

—¿Seguro de que no habrá problemas, pío? —preguntó mordisqueando ese relleno labio inferior mientras contemplaba a su amigo.

—Ninguno —respondió.

—Está bien —aceptó finalmente, estirando su brazo.

—Perfecto —sonrió acercándose con las cosas que había preparado.

—¿También te desmayas al ver la sangre de esta forma? —cuestionó el alfa a su omega.

—No siempre —respondió observándolo para así evitar ver como Jungkook limpiaba la zona interna de su brazo—. Creo que todo depende del estado en el que me encuentro —comentó.

—Entonces, ¿en este momento te desmayarías? —preguntó su alfa, observando al contrario enterrar lentamente la aguja en la tierna piel.

—Si lo ve directamente, sí —respondió Jungkook por el pequeño pollito cuando este guardó silencio y se escondió en el cuello de su pareja con sus ojos cerrados—. Lo contradictorio, es que si yo lo mando por trabajo, puede hacerlo —comentó ligeramente divertido.

—Eso es porque es trabajo, esto no, pío —refunfuñó la cosita bonita, sin dar señales de salir de su escondite.

—Está bien, bonito, se entiende —prometió su alfa besando su sien.

—¿Hoy tienen algo de tiempo libre? —preguntó el otro alfa.

—No —respondió Yoongi.

—¿Por qué? —preguntó al mismo tiempo Jimin.

—Resulta, que así como Yoongi y tú son pareja, Taehyung también es el mía, mi animal lo reconoció —anunció mientras retiraba la aguja lentamente.

—¿Es en serio? —exclamó el pequeño pollito con sorpresa, saliendo de su escondite para observar a su amigo.

—Así es, pero como Taehyung es un humano, pensé que tal vez sería más fácil para él si le explicas nuestro mundo tú, y le muestras tu pollito, que definitivamente es menos amenazador que cualquiera de nosotros —expresó colocando un pompón de algodón y luego una cinta adhesiva sobre este para que se mantuviera en el lugar.

—Puedo hacerlo, pío —prometió con entusiasmo—. Pero... No puedo mostrarle mi pollito, no puedo cambiar —se lamentó.

—¿No puedes? —repitió y su mirada viajó hacia el alfa jaguar.

—Lo ha hecho de manera inconsciente, pero cada vez que lo intenta no puede, creo que su mente es la que no le deja —explicó Min, con su mano acariciando la pierna donde estaba la cicatriz.

—Creo que de igual forma sería más fácil para Taehyung si se lo explicaras tú, eres su mejor amigo —indicó.

—Puedo hacerlo —sonrió el dulce omega—. Y Yoonie le puede mostrar a su gatito —prometió.

—¿Gatito? —preguntó Jungkook, divertido.

—Cierra esa boca si no quieres un golpe en ella —gruñó Yoongi, causando la risa en ambos contrarios.

—Solo yo puedo, ¿cierto? —preguntó dulcemente alegre el hombrecito, observando a su pareja con esos brillantes ojos grises.

—Claro bebé —le sonrió besando esos bonitos labios regorditos.

—Nada de sexo en mi consultorio —advirtió Jungkook alejándose.

—¿S-s-sexo? —balbuceó la dulce cosita bonita con un sonrojo total en su rostro.

—Sigue molestando a mi pollito y no te ayudaremos en ni una mierda —le gruñó Yoongi al otro alfa mientras empujaba el rostro de su pareja hacia su cuello—. No pienses mucho en lo que diga este idiota, bonito —susurró en su oído.

—Por cierto, Minnie, ¿sabes cómo le está yendo a Namjoon con tu hermano? —preguntó Jungkook, llamando la atención del omega.

—¿Ocurrió algo, pío? —indagó observándole curioso.

—No lo sé —se encogió de hombros—. Ambos han estado muy acaramelados, pero cada vez que pregunto el idiota me sonríe y cambia de tema —bufó.

—No, Jin aún no me cuenta nada, pío —respondió con sus labios fruncidos—. Pero podría preguntarle —anunció con una gran sonrisa emocionada antes de saltar del regazo de su alfa y salir apresuradamente de la habitación.

Observando a su pollito en fuga, el alfa soltó un suspiro y observó a Jeon con fastidio.

—Ves lo que logras —culpó—. Ha sido un desastre dulce todo el día y lo mandas a investigar —se quejó, bajándose de la camilla.

—Yo no lo mandé, le pregunté —corrigió—. Y yo que tú, le seguiría considerando todos los casi percances que ha tenido hoy —indicó sonriente.

—Ya quiero ver esa sonrisa cuando le diga de esto a tu pareja —bufó antes de salir de la habitación, ignorando las amenazas del doctor Jeon.

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