Capítulo 18

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Laurel.





La adrenalina invade cada nervio de mi cuerpo mientras doblo en la esquina con rapidez. Mi respiración es agitada y no puedo evitar mirar hacia atrás para ver si aún me están siguiendo.

En mi mente trato de entender por qué motivo alguien me perseguiría en pleno día mientras salgo a un restaurante a comer con mis amigos, sin embargo nada de esta situación tiene lógica.

Cada paso que doy es firme, intento caminar lo más rápido posible y parecer tranquila pero en mi interior solo quiero gritarle a las personas que caminan a mi alrededor que alguien me está siguiendo.

Pero no quiero ser paranoica, bueno en realidad ya es muy tarde para decidir no estará paranoica ante la situación. Pero, ¿cuántas posibilidades hay de que yo esté en lo cierto?

Finalmente el restaurante aparece en mi línea de visión y veo a Jessie junto con Evan esperándome en una mesa junto a la ventana.

Cruzo la calle, tropezando con mis propios pies e ignorando el sonido de una llamada entrante en mi celular. Cuando finalmente llegó a la puerta del restaurante miró hacia atrás para verificar si aún me seguían, sin embargo, no había nadie cerca.

Suspiré con alivio, dándome cuenta que como siempre estaba siendo exagerada y entre al restaurante.

Jessie fue la primera en verme y levantó las manos para que me acercara con una brillante sonrisa en su rostro, su embarazo aún no se notaba pero ella lucía mucho más feliz que antes.

Me acerqué a la mesa saludando a Evan y luego dejando un beso en la mejilla de mi mejor amiga antes de sentarme en el asiento libre en medio de ambos aún nerviosa por lo que acababa de ocurrir.

—¿Estás bien? Pareces agitada—Evan frunce el ceño mirándome intensamente.

—Es cierto, ¿pasó algo entre Carter y tú? —pregunta mi amiga.

Niego con la cabeza, aún puedo sentir los latidos acelerados de mi corazón. —Carter y yo estamos bien, todo está perfecto.

—Entonces, ¿qué es?

—Cuando venía caminando al restaurante, sentí como si alguien me estuviera siguiendo y no es la primera vez que ocurre. Desde hace días siento que alguien me está viendo—explicó, dándole una mirada a las personas que caminan fuera del restaurante para asegurarme no ver nada extraño.

—Eso no tiene sentido, pensé que desde que Carter les dijo a todos que te dejarán en paz en el campus luego del acoso de las chicas hacia ti por salir con él ya no ocurría nada— dice Evan desconcertado.

—¿Y qué hay de las fotos que te han estado enviando en Instagram? —inquiere Jessie.

—Carter cree que es algún fan del equipo queriendo fastidiar, el también recibe ese mismo tipo de fotos en su Instagram y es la misma cuenta que divulgó las fotos de su hermano.

—¿De qué fotos están hablando? — pregunta Evan y procedo a explicarle.

—Al parecer Jason tenía una deuda con alguien y le pidió hace dos semanas el dinero a Carter, no sabemos qué pasó con él porque no ha vuelto a comunicarse con nadie, sin embargo, desde entonces hemos recibido algunas fotos por Instagram de nosotros caminando en el campus o en medio de clases y realmente son fotos que cualquiera persona podría tomar. Carter dice que no debemos preocuparnos, pero no puedo evitar pensar que eso es algo más extraño de lo que parece.

—Puede que solo sea alguien intentando molestarlos —dice Evan.

—Hay muchas chicas que siguen enojadas por su matrimonio —se burla Jessie.

—Lastima que su enojo no me va hacer divorciar.

Los tres nos reímos y el mesero llega para recoger nuestros pedidos. Los tres elegimos pasta porque es la especialidad del restaurante y hablamos mientras esperamos nuestra comida.

—¿Qué te dijeron en la revisión? —le preguntó a mi mejor amiga, ya que faltó a clases esta mañana por ir a una cita.

—Al parecer estoy más avanzada de lo que pensaba, parece ser que lo procreamos a nuestra galletita en Las Vegas.

—Las odio por no ser mis amigas desde antes, si yo hubiese ido al viaje con ustedes quien sabe y ya tendría a un sirviente que atienda mis necesidades—se quejó el chico.

—Tener un novio no lo convierte en tu sirviente —puntualice, mientras le mesero dejaba nuestros alimentos en la mesa sin prestarnos demasiada atención.

—Pero si lo convierte en esclavo sexual—compartió Jessie con una risa.

Juro que si estuviese bebiendo algo ya lo hubiese escupido en su rostro, abanique mi rostro con mis manos y ambos rodaron los ojos.

—No actúes como si tú y Carter no lo hicieran en todos lados, Keith me contó que siempre los escucha en las noches.

¿Desde cuando mi mejor amiga y Keith tienen conversaciones de mi vida sexual?

—Yo no diré nada — digo con un puchero.

—Al menos ustedes tienen sexo, luego estoy yo que tengo que buscar con quien salir por una aplicación y todos terminan siendo unos patanes.

—Tranquilo, pronto encontrarás algo—lo anima Jessie y le doy la razón.

Él finge secarse una lágrima y nosotras nos reímos ante su drama y luego nos enfocamos en comer nuestra comida antes de que se enfríe.

La pasta está totalmente deliciosa, los tres decidimos que tenemos que volver a comer aquí antes de que termine la semana porque el lugar es demasiado bueno.

—Voy a ordenarle algo de llevar para James—anuncia Jessie al terminar su comida.

Nos deja a ambos solos en la mesa, Evan está demasiado concentrado en su pasta como para prestarle atención a algo más. Mi empieza a sonar interrumpiendo el silencio y recuerdo que hace unos minutos atrás  también había sonado pero no había contestado por mi paranoia.

—¿Si? —respondí la llamada e indique a mis amigos que hicieran silencio porque no podía escuchar bien.

—Necesito de tu ayuda— escucho un sollozo al otro lado de la llamada y me sobresalto de inmediato, veo la pantalla y el número que me está marcando es el de mi antigua compañera de cuarto, Cassie.

La señal de alerta se activa inmediatamente en mi cerebro y dejó de lado todo el resentimiento que le tengo por haberme dejado sin donde vivir y haberse robado parte de mi dinero de la renta.

—¿Estás bien?,  ¿qué ocurre? —interrogó, despertada porque lo único que puedo escuchar es su llanto al otro lado de la línea.

—No puedo decírtelo por teléfono, necesito verte—Cassie parece realmente alterada.

—Está bien, ¿sabes dónde queda la casa de Carter?—preguntó tratando de mantenerme calmada.

—Sí, estuve ahí antes en algunas fiestas—gimotea.

—Bien, nos vemos ahí en diez minutos.

Antes de que pueda decir algo más mi celular se apaga, ya que había olvidado cargarlo y solo me quedo viendo mi pantalla completamente oscura.

—¿Qué pasa?—pregunta mi amigo tomando un trago de su gaseosa.

—Tengo un asunto que atender con Cassie.

—¿Es la misma Cassie que te dejó sin hogar?

—Sí—asiento tomando mi cartera y dejando el dinero de mi comida ya para la propina. —Tengo que irme, avísale a Jessie que pasaré mañana a su apartamento para ayudarla en su nuevo proyecto.

—Está bien, ten cuidado.

Me despedí con la mano y salí del restaurante. Afuera ya estaba oscuro, la noche había hecho su aparición y por ende hacía muchísimo más frío y me recriminé mentalmente por no tener una chaqueta.

Detuve al primer taxi que pasó y le indique la dirección. El camino resultó eterno a pesar de que el restaurante estaba bastante cerca, pero no podía sacarme de la cabeza que una chica estaba en peligro, tal vez no fuera la chica más amable, ni la mejor persona pero sabía que no podía dejarla de lado si me necesitaba.

Cuando el taxista se detuvo frente a la casa, pague y baje del auto sintiéndome extraña. Era tarde y los chicos aún no habían llegado, lo supe porque ninguno de los autos estaba estacionado afuera y las luces se encontraban apagadas, por lo general a esta hora ya estaban en casa.

Saque mis llaves del bolso y abrí la puerta, como lo sospechaba no había nadie dentro por lo que encendí las luces y busqué inmediatamente mi cargador para conectar el celular y poder llamar a Cassie, sin embargo, no fue necesario ya que el timbre sonó antes de que fuese capaz de conectarlo.

Era ella sin dudas, ninguno de los chicos tocaría el timbre y la única manera de que otras personas estén en la casa es sí organizan una fiesta y desde hace mucho no se ha organizado ninguna fiesta aquí.

Abro la puerta y lo primero que veo es el rímel corrido en las mejillas de mi compañera y su cabello hecho un desastre, me hago a un lado para que pueda pasar y ella lo hace en silencio, a comparación de la llamada está mucho más tranquila y me hace preguntarme realmente qué le está ocurriendo.

Cierro la puerta detrás de mí y me giro para encararla. —¿Estas bien?

Ella ríe y sacude la cabeza como si le hubiese preguntado algo ridículo y una alarma se enciende en mi cerebro cuando la veo sacar algo filoso de su buzo.

—¿Qué demonios? —retrocedo alejándome del cuchillo.

—Siempre has sido tan inocente, Laurel— chasquea la lengua. — ¿En serio te creíste ese acto de que estaba llorando y necesitaba de tu ayuda?

—No entiendo qué está pasando, baja ese cuchillo por el amor a Dios— chilló cuando se acerca y chocó contra la puerta detrás de mí, apartándome lo más posible de ella.

Ahora que la veo a detalle, parece completamente fuera de sí, no es solo su maquillaje corrido ni su cabello, todo en ella grita que está completamente drogada y eso es mucho peor.

—No puedo bajarlo, tengo órdenes y debo de llevarte a un lugar.

Los latidos de mi corazón son cada vez más fuertes, puedo sentir el sudor frío recorriendo mi espalda y trato de buscar algo a mi alrededor con qué defenderme, pero no hay nada.

—¿A qué te refieres con que tienes que llevarme a un lugar?

—Debiste alejarte de los West, pero no lo hiciste, al contrarío te acercaste mucho más a Carter en las últimas semanas—ella gruñe y desliza el frío acero del cuchillo en mi mejill. —Nosotros pensamos que con él acoso y las fotos sería suficiente, pero nada parecía funcionar.

—¿Nosotros?, ¿De qué estás hablando, Cassie?—trago saliva al sentir el cuchillo cortar un poco en mi mejilla.

Podría simplemente empujarla y salir huyendo, pero con mi mala suerte sabía que si hacía eso podía terminar mucho peor, debía hacerle creer que ella tenía el control si quería realmente no salir con heridas graves de esta situación.

—Eres tan ingenua que ni siquiera notaste que te seguía.

Escucho la bocina de un carro al otro lado de la calle, y rezo porque sea el auto de uno de los chicos, sin embargo, cuando veo la sonrisa en su rostro sé que no se trata de ellos. Sigo sin entender qué está pasando, ¿por qué mi antigua compañera de apartamento me haría esto?, siempre fui buena con ella, hacía todo en el lugar para mantenerlo limpio y todo lo que ella decía no tenía ni un puto sentido.

¿Qué tenía que ver Carter con esto?

¿Por qué me estaba siguiendo? En primer lugar fue ella quien dejó de vivir conmigo.

Un millón de razones rondaban en mi cabeza, pero ninguna de ellas tenía sentido.

—Quiero que hagas todo lo que te voy a decir—susurra en mi oído y puedo sentir su aliento a Vodka. —Quiero que te gires y pongas tus brazos hacia atrás.

Hago lo que me indica y ella toma mis manos y con la otra abre la puerta. Frente al patio hay una camioneta negra con la puerta abierta y ella presiona en cuchillo en mi espalda, mientras me sostiene con la otra mano.

—Si te atreves a gritar o voy a herirte tan feo que no tendrás oportunidad ni de esperar por la ambulancia.

Camino en silencio hasta llegar a la camioneta y antes de que sea capaz de ver quién más está ahí, siento algo presionar contra mi rostro. Intento patalear y soltarme de alguna manera, pero la otra persona es demasiado fuerte. Lo último que veo es la sonrisa de Cassie y luego todo se vuelve negro.

***

¡Hola! Vaya qué tensión se siente por aquí.
Tuve que escribir este capítulo dos veces porque quería que saliera lo mejor posible y aún no me termina de convencer.

El capítulo de hoy va dedicado para: @AdyPe14 , Gracias por siempre estar pendiente a las actualizaciones, me encanta ver tus comentarios en cada capítulo.

Quiero leer sus teorías.
¿Qué creen que pasará con Laurel?
¿Por qué se la llevaron?
¿Por qué Cassie es tan Hija de P***a?

Espero que les haya gustado. 👀❤️

¡Besos y abrazos!

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