Capítulo 26

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Carter.

No sé cuánto tiempo he estado dormido a causa de las pastillas, sin embargo el sonido incesante de un teléfono sonando me saca de mi ensoñación. Busco en la habitación y logró localizarlo sobre el sofá y me doy cuenta de que se trata del celular de Laurel.

Empiezo a considerar levantarme y contestar, pero se detiene antes de que sea capaz de mover un músculo.

Pensé que pasaría más tiempo en casa, ella necesitaba descansar luego de la noche horrible que tuvo que pasar, pero eso al parecer no la detenía en lo absoluto.

Tendré que hablar con ella al respecto cuando vuelva y avisarle que no hay necesidad de que se mantenga aquí cuando ella también necesita descansar, yo puedo cuidarme solo hasta que me den de alta y según las buenas noticias del doctor sería bastante pronto.

Acomodo la almohada y observó la puerta esperando que regrese, porque sinceramente no tengo nada más que hacer y detesto tener que estar aquí acostado sin poder moverme ni hacer nada por mi cuenta.

La puerta se abre y por un segundo pienso que se trata de Laurel, pero la persona que entra a la habitación es mi madre y mis ojos se abren como plato cuando la veo avanzar dentro.

—Finalmente despertaste.

—Mamá, ¿qué haces aquí?—preguntó asombrado.

—¿Jason y tú creyeron que no me iba a enterar de la locura que hicieron? —me da una palmada en el hombro enojada y luego su mirada se suaviza.—No sé qué voy a hacer con ustedes, pero en este momento no puedo regañarte, eso lo guardare para después porque tenemos que hablar.

Arrugó la nariz, si Adisson West dice que quiere hablar contigo es mejor huir antes de que abra la boca, sin embargo, no estoy en condiciones de salir corriendo ahora mismo.

—¿Todo está bien?—interrogó, porque su mirada de angustia no ayuda mucho a mis nervios.

—Hijo, ¿sabes lo difícil que fue para mi viajar en un avión con miedo a perder a mis dos hijos? —pregunta ella tocando mi rostro, asegurándose de que esté bien.—Pero esa no fue toda mi sorpresa, porque cuando finalmente llegó me entero que estás casado.

—Iba a contártelo, pero no encontré el momento indica...

Ella hace un ademán con la mano para que me detenga.

—Está bien, no soy quién para decirte cuándo o con quién debes casarte. Si lo hiciste debiste tener tus razones, pero de lo que tenemos que hablar es de la situación en la que está ella justo ahora.

—¿A qué te refieres?, ¿dónde está Laurel?, dime por favor que se encuentra bien.

Mi madre niega con la cabeza y la mirada de lastima que me da solo logra que el miedo se expanda con rapidez en mi.

Mi mente empieza a imaginar miles de escenarios y ninguno tiene sentido,

—Ella tuvo un colapso hace unas horas, al parecer descubrió que su amigo la siguió cuando la secuestraron y al intentar hacer algo para ayudarla fue asesinado.

El golpe me llega más fuerte de lo que imaginaba, sabía que se refería a Evan, aparte de Jessie él era el único amigo que tenía Laurel y no me puedo imaginar cómo está ella.

Quitó las sábanas y me siento en la cama dispuesto a levantarme para ir a buscarla, pero mi madre me detiene.

—Ella tuvo que ser sedada por los doctores y está dormida justo ahora, pero los doctores contactaron a su familia y sus padres vienen en camino.

—Tengo que ir a verla, es mi culpa que Evan esté muerto—digo, las palabras se sienten irreales en mis labios y jadeo al pensar en que él arriesgo todo por rescatarla y nosotros nos enteramos mucho después.—No me va a perdonar jamás.

—No la conozco, pero parece buena chica y estoy segura de que no te va a culpar por eso.

Me llevo las manos al rostro con desesperación, no puedo simplemente quedarme aquí acostado pensando en mi herida cuando ella está pasando por algo tan doloroso. Nada de eso hubiese sucedido si se hubiese alejado de mi, pero yo la hice un blanco y por ende perdió a su amigo.

Yo mismo jamás me perdonaré por ello.

—Mamá no entiendes, voy a ir a ver cómo está mi esposa y ni tú ni nadie puede detenerme—anuncio y me levanto de la cama.

Lo único que tengo es la ridícula bata debido a que mi ropa se encontraba manchada de sangre y las enfermeras tuvieron que deshacerse de las prendas.

Adisson West se coloca frente a mi tratando de evitar que me de un paso lejos, sin embargo, me quitó la venoclisis y tomo mi mochila en el borde donde supongo hay algo de ropa.

—No vas a ninguna parte—ordena ella y al ver la determinación en mi rostro se hace a un lado.— estás herido por el amor a Dios.

—Voy a estar bien—respondo.

El dolor es algo que puedo soportar, me quitó la bata y me pongo el pantalón de pijama que empacaron junto a una sudadera, dejo el resto de la ropa en la mochila y salgo del baño.

Mi madre se encuentra afuera con el ceño fruncido y los brazos cruzados.

—Eres igual que tu padre.

—No puedo disculparme por querer saber cómo está mi esposa, ¿no harías lo mismo si estuvieras en mi lugar?—preguntó y ella asiente.

—Perfecto, ahora dime dónde encontrarla.

Ella me dice a qué habitación se la llevaron y de inmediato salgo en su búsquedas. Mi cuerpo está aturdido y adolorido, me toma más tiempo del necesario encontrar la habitación de Laurel pero cuando lo hago mi corazón se rompe en pedazos al escuchar los sollozos provenientes de aquellas cuatro paredes.

No me doy cuenta de que hay alguien más en la habitación hasta que escucho la voz de un hombre preguntándome quién soy, pero no me detengo en contestar, ni siquiera me creo capaz de hacerlo.

La mirada de Laurel cae sobre mi y soy capaz de ver el sufrimiento en ellos, su rostro está rojo y todo su cuerpo se agita.

—Estoy aquí, cariño—no sé de dónde saco las fuerzas, pero acortó la distancia de la puerta a la cama más rápido de lo que debería y la abrazo.

Su pequeño cuerpo se aferra a mi y puedo sentir todo su dolor como si fuera mío, la sostengo tratando de demostrarle que estoy aquí para ella, que no está pasando por esto sola y acarició su cabello mientras ella se desahoga.

—Todo estará bien, estoy seguro de que él sabía el peligro que estaba corriendo pero era consciente de que necesitaba ayudarte, tal vez no pensó que eso podía pasar, tal vez debió haber hecho las cosas diferente, hay muchas cosas que pudieron ocurrir, pero lamentablemente perdimos a Evan, ahora tienes que vivir porque él murió intentando salvarte, tienes que ser fuerte y hacer cosas con tu vida que lo hagan sentir orgulloso, no tengo una jodida idea de lo que pasa después de la muerte, pero estoy seguro de que él está en un lugar mejor, cuidándote, haz que valga la pena—susurro y ella asiente de acuerdo con mis palabras.

***

Cuando la policía finalmente habló sobre lo que ocurrió esa noche y la noticia explotó, la ciudad entera tenía algo que comentar, la universidad entera se volvió un caos en donde los estudiantes no se sentían seguros ni de sus propios mentores.

La muerte de Evan nos había golpeado a todos y Laurel junto a Jessie se encargaron en ayudar a su familia en organizar el funeral que era hoy.

No la había visto mucho desde que nos enteramos de la muerte de Evan, entendía que ella estaba lidiando con su dolor y estaba ocupada organizando un funeral digno para un alma tan noble como lo era él.

Ayer finalmente me dieron de alta y salí del hospital, al llegar a casa lo primero que noté fue que faltaban prendas de Laurel en nuestro armario y fue cuando los chicos me dijeron que sus padres estaban alquilando un apartamento cerca y que le insistieron para que se quedara con ellos.

Le envié un mensaje, no lo respondió. Sin embargo, Jessie me confirmo que se encontraba bien y que esperaban que viniéramos al funeral.

Por lo que me encuentro ahora peleando con el nudo de la corbata. Con frustración la alejo y la dejo sobre la cama, tengo demasiado tiempo intentando hacer el nudo, pero simplemente no puedo concentrarme lo suficiente.

Suspiro y arreglo mi cabello con los dedos antes de bajar las escaleras para encontrarme con los demás.

Mi madre quien no se irá de la ciudad hasta que Jason también sea dado de alta me está esperando abajo junto a los chicos y me da un beso en la mejilla en cuanto me ve bajar.

—Iré a ver a tu hermano, él se siente demasiado culpable por esto y necesita algo de compañía —avisa mi madre tomando su bolso y dándome una pequeña sonrisa.

—Dile que nadie lo culpa—digo y ella se limita a suspirar.

La veo irse y ahora es mi turno de suspirar cuando veo a Drew, Keith y Landon en traje al igual que yo.

—¿Estás listo? —pregunta el rubio y niego con la cabeza.

—No creo estarlo nunca.

—Yo aún no puedo creer que no está, es difícil de asimilar que en un momento estamos aquí con nuestros amigos y en otro simplemente desaparecer y dejar solo nuestro cuerpo frío atrás —dice Landon.

—Es una mierda que alguien tan bueno como él ya no esté entre nosotros y las personas que realmente se merecen ese destino siguen ahí afuera.

—Es una mierda, ahora tenemos que despedirnos de un chico asombroso antes de siquiera ser capaz de conocerlo con más profundidad —lamenta Drew.

Todo el camino en auto es silencioso y cuando llegamos a la iglesia todo se vuelve más real. Hay filas de estudiantes afuera de la iglesia con velas en sus manos, Evan fue un chico amado, la iglesia está repleta de sus familiares y amigos.

Cuando mi mirada cae en Laurel, todo en mi grita que me acerque. Que la rodee entre mis brazos, pero me contengo y me limito a darle mis pésames a su familia y a darle un beso en la frente a mi chica demostrándole que estoy aquí para apoyarla.

El funeral es hermoso, no me podría imaginar algo mejor. Diferentes personas suben al estrado para hablar sobre lo asombroso que fue Evan y cuando es el turno de Laurel un nudo se construye en mi garganta.

—Sinceramente no sé cómo empezar esto—ella suspira y mira a todas partes hasta que sus ojos caen en mi.—Evan fue el mejor amigo que pude tener y solo lo pude disfrutar en una cantidad muy corta de tiempo, pero desde el principio fue mi protector, él alejo a un grupo de chicas molestas de mi y desde ese entonces supe que se convertiría en alguien importante en mi vida y en su propia manera loca y descabellada empezó a calarse profundo en mi corazón. Evan era el sol y nunca podré estar más agaradecida de haberlo conocido.

Laurel se aparta del micrófono y limpia las lágrimas en sus ojos. Estoy apunto de levantarme para ayudarla, pero Landon me detiene.

—Él se puso en riesgo para ayudarme, es algo clásico que haría, no odio evitar ser un héroe, algo dentro de él siempre lo incitaba a ayudar y eso nos lo arrebató—ella suelta un sollozo y se mantiene en silencio por unos segundos antes de continuar.—Ahora que no está aquí, tenemos que recordarlo con felicidad porque ahora está vivo en cada uno de nosotros, en nuestros recuerdos y todos deberíamos intentar tomar su vida, su coraje y fuerza como ejemplo de cómo ser mejores personas.

Laurel baja limpiándose las lágrimas y abraza a la madre de Evan antes de sentarse junto a Jessie.

Cuando el funeral acaba, cada uno toma su camino. Los chicos y yo nos quedamos afuera esperando a Laurel y Jessie.

James no pudo venir, acababa de conseguir un nuevo trabajo y no podía faltar así que nosotros nos ofrecimos en llevarla a casa.

Jessie es la primera en salir, aquel vestido negro hace notar mucho más su pequeña barriga de embarazo y le doy un abrazo cuando llega a nosotros.

—¿Estas bien? —preguntó.

—Lo estaré —me da una pequeña sonrisa y luego se acerca a saludar a los chicos.

Laurel sale de la iglesia, acompañada de su madre y del hombre que la crió cuando su papá falleció, por lo cual ella lo considera también como su padre.

Sus ojos chocan con los míos por unos segundos antes de que aparte su mirada y siga caminando, sin siquiera dirigirse en nuestra dirección.

La veo irse, no trato de evitarlo ni de hacer escándalos. No es el momento adecuado para nada de eso y no puedo evitar sentir que algo en nuestra relación cambió.

***

Capítulo dedicado a la grandiosa: @Vaallpz pensé que te había dedicado un capítulo, pero soy distraída. Gracias por el constante apoyo, me hace feliz tener lectores como tú. ❤️

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