Capítulo 9

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng



Laurel.

—¡No puedo creer que tú lo hayas besado!—grita Jessie ocasionando que algunas personas de la cafetería se giren a vernos.

—Por favor, no olvidemos la parte en la que casi cogen—añade Evan.

Casi me ahogó con el café y empiezo a toser como loca, mientras mi mejor amiga da golpecitos en mi espalda.

—Alguien recuérdeme por qué me hice amiga de él.

—Porque salvé tu trasero de unas chicas locas y porque soy genial—responde guiñándome un ojo y bufo.

—No lo voy a admitir en voz alta—le digo a Evan y luego suelto un fuerte suspiro. —No sé por qué hice todo eso, no estaba borracha así que no es un motivo, no entiendo la razón por la cual fui así de impulsiva anoche.

—Solo actuaste como una chica de tu edad, no te carcomas pensando en porqué lo hiciste solo disfruta del orgasmo que te dio Carter.

—Tienes razón, Jessie.

—Además tienes suerte, Carter West sabe lo que hace y tú pareces haberlo descubierto a la perfección —señala mi reciente amigo mientras da un trago a su batido.

—No pienso hablar de las habilidades de Carter—niego con la cabeza y me concentro en la comida de mi plato.

—Yo solo diré que los jugadores tienen un buen rendimiento a la hora de hacer el delicioso—anuncia Jessie levantando las cejas de manera sugestiva. —Por ejemplo, James es muy bueno.

—Ustedes son unas malditas suertudas—se queja Evan mirándome afligido.

—A mi no me mires, yo me dormí antes de las cosas subieran al siguiente nivel.

—Eres una perra—ambos se ríen.

La verdad es que no fue mi intención dormirme, jamás había sentido ni de cerca todo lo que él me hizo sentir y estaba básicamente siendo arrullada por los residuos del orgasmo, traté de esperarlo mientras hablaba con su hermano, de verdad lo intenté, pero cuando quise darme cuenta ya había caído rendida.

Carter West fue más de lo que me esperaba, sus besos, sus caricias, la manera en la que me tocaba como si estuviera adorándome. Todo de anoche fue perfecto y no me arrepiento de haberlo besado porque todo lo que hizo conmigo, la forma en la que me hizo llegar al orgasmo, todo fue como un completo sueño.

—Tierra llamando a Laurel—dice Jessie chasqueando los dedos frente a mi rostro. —El partido inicia dentro de dos horas, el campus está desierto en estos momentos, deberíamos irnos a prepararnos para el juego.

—Espera un segundo— terminó el sándwich de mi plato y agarró el café. —Ya podemos irnos.

Los tres salimos juntos de la cafetería. En los alrededores solamente se encuentra un par de personas portando con alegría la camiseta de nuestro equipo y a pesar de ser sólo un partido amistoso me siento entusiasmada.

Nunca antes había ido a uno de los juegos de la universidad, no entendía nada sobre fútbol americano y estaba segura que durante el juego tendría que preguntar más de una vez qué estaba ocurriendo, sin embargo, la idea de ver nuevamente a Carter me tenía caminando sobre nubes.

Cuando salimos al estacionamiento el lugar estaba abarrotado de personas, a diferencia de los pasillos de la universidad aquí afuera estaba atestado.

Un chico que jamás había visto en mi vida se acerca a mi y palmeó mi hombro. —El meteorito West va a arrasar en este partido.

No sé qué decir así que solo me limito a asentir y él regresa al lugar en donde estaba con sus amigos antes de acercarse a mi.

—¿Alguien me explica qué está sucediendo?

—Son las consecuencias de salir con el receptor abierto del equipo—avisa Evan cuando llegamos al auto para salir del campus.

—Pero eso no le pasa a Jessie—me quejé.

—No puedes comparar a James con Carter West—es lo único que dice Evan.

—No voy a permitirlo, mi hombre también es importante —reclama Jessie señalando a nuestro nuevo amigo, su única respuesta es sacar la lengua de manera infantil y subirse al auto.

Jessie está manejando el auto de James ya que él está preparándose para el juego.

Íbamos camino a mi casa, ellos traían consigo la ropa que utilizarían para el partido y como mi apartamento es el más cercano al campus regresaríamos al partido caminando para no tener que tardar en encontrar espacio para el auto en el estacionamiento y así ir directo a buscar nuestros asientos.

Cuando entramos al apartamento un olor a quemado nos invade desde que abro la puerta y cuando veo la escena delante de mí no puedo creer lo que mis ojos están viendo.

—Por el amor a Dios—escuchó decir a mi mejor amiga.

—¡Laurel! ¡Gracias a Dios regresaste! —mi compañera sale del humo negro que se convirtió nuestra cocina y señala la estufa como si fuera el mismísimo mal encarnado. —Intenté hacerme unos huevos y casi quemo el apartamento.

—Claramente alguien es buena solo comiendo huevos, si es que me entienden—se burla Evan en voz baja y por más que ese comentario hace un mes atrás no me habría hecho ninguna gracia, en este preciso momento es demasiado cómico.

Suelto una carcajada tan fuerte que Cassie me observa perpleja.

—¿Por qué rayos te estás riendo? —pregunta agitando la espátula en su mano.

—Es solo que no puedo creer que no seas capaz ni siquiera de hacer un huevo sin destrozar el lugar.

—En mi defensa, tuve que atender el teléfono y olvidé que el aceite se estaba calentando en el sartén.

—Nada típico de Cassie—ironizó Jessie cruzándose de brazos.

—¿Puedes guardarte tus comentarios venenosos para otro jodido día? No estoy de humor —se cruzó de brazos y suspiró. —¿Puedes ayudarme a limpiar el aceite regado Laurel?

La observo por un segundo, con ayudarla se refiere a que yo lo limpie mientras ella regresa a su habitación a hacer quién sabe qué. Aquello me hace regresar en el tiempo al millón de situaciones similares que había tenido que pasar desde que me mudé a este lugar. Ella estaba acostumbrada a que yo cargara con todas sus responsabilidades y por primera vez en la vida eso no iba a pasar.

—Oh, lo siento. Es tu desastre, estoy segura de que puedes solucionarlo sola—le dedicó una pequeña sonrisa de pena y señaló el pasillo. —Estaré en mi habitación con mis amigos.

Cassie se queda boquiabierta cuando le damos la espalda y caminamos en dirección a mi habitación.

—Está nueva versión de ti me gusta—comenta Jessie sentándose en mi cama al lado de Evan y saca algo de su mochila. —Tengo esto para ti, de parte de Carter.

Extiende una chaqueta en mi dirección y cuando notó lo que realmente me está dando mi corazón late con fuerza, tomó la chaqueta con manos temblorosas y detrás de esta dice "West".

Él le pidió a Jessie que me diera su chaqueta. ¿En qué momento? Levantó la vista hacia mis amigos y ambos están sonriendo.

—¿Qué esperas para ponértelo? —pregunta Evan.

—Vamos, póntelo —alienta mi mejor amiga.

El olor fuerte y masculino me embriaga, la chaqueta huele a Carter, es el mismo olor que siento cada vez que estamos lo suficientemente cerca, el mismo que tenían sus sábanas anoche y por más ridículo que sonaba aquello me hacía sentir más cerca de él, aquel gesto solo demostraba que lo que hicimos para él no fue solo una noche más.

──────•❥❥❥•──────

El estadio está rebosando en una energía magnética. Puedo escuchar los gritos de cada una de las personas a nuestro alrededor y por mi parte no sabía qué demonio estaba pasando.

Por lo poco que sabía el equipo rival nos estaba llevando una ventaja de dos puntos y sólo faltaban minutos para que el juego llegará a su fin.

El grupo de chicos que se encontraba en la fila detrás de nosotros dejó caer un poco de su cerveza sobre nosotros y le lancé una mirada furtiva antes que los gritos se hicieran cada vez más fuerte.

—¿Qué está pasando? —gritó para que algunos de mis amigos me explique porqué de un segundo a otro las personas parecían más desquiciadas de lo normal.

—Carter tiene el balón —grita Jessie señalando al campo donde logró localizarlo.

Él está corriendo con el balón en manos, con una velocidad tan impresionante que me hace preguntarme si realmente es una persona. Un chico que parece el triple de su tamaño se aproxima a él pero entonces alguien más lo derriba y Carter sigue de pie corriendo. De repente todo el estadio se queda en silencio.

La tensión se puede sentir en el aire. Carter cruza con el balón en manos la línea y entonces todo se vuelve un caos. El estadio se convierte en gritos eufóricos de alegría.

—¿Qué acaba de ocurrir?—preguntó perpleja sin entender qué ocurría pero imaginándome que por la reacción de todos había ocurrido algo bueno.

—West acaba de anotar un Touchdown.

Entonces la emoción llega a mi de la misma manera que a los demás, gritó como nunca antes. Observó a Carter trotar y mirar las gradas como si estuviera buscando a alguien y cuando sus ojos se conectan con los míos hace lo que menos me habría esperado.

Me señala antes de lanzar un beso en mi dirección y puedo jurar que sentí mis piernas temblar.

Él acaba de dedicarme un Touchdown.

Alguien que me agarre antes que acabe de trasero en el suelo asqueroso lleno de frituras y cervezas derramadas.

Él regresa con rapidez al juego porque aún quedan dos minutos para que acabe, pero entonces ya no es lo mismo.

Mi cuerpo ya no está al pendiente de lo que está ocurriendo porque en lo único que puedo concentrarme es en el hecho de que Carter West acaba de demostrar ante todo el estadio que soy alguien para él.

Sí, soy su esposa. Pero jamás había sido algo público porque no es un matrimonio real, pero en este momento ante los ojos de todos nosotros si parecíamos ser uno.

—Necesito un poco de aire—le aviso a mis amigos.

—Puedes esperar a que acabe, ya falta poco—dice Jessie, pero yo ya estoy saliendo de nuestros asientos.

Hago mi recorrido fuera más rápido de lo que esperaba, las personas están más ocupadas viendo el juego que pensando en salir por lo que es una ventaja en este momento.

Sabía en lo que me estaba metiendo desde el momento en que decidí besarlo anoche, pero hasta ahora me hago plenamente consciente de que la cosa entre nosotros cambio desde el momento que decidí dar ese paso.

Días atrás me limitaba a evitarlo y estaba decidida a anular nuestro matrimonio.

Sin embargo aquello ahora no parecía ser la mejor idea.

Afuera sin tanto ruido a mi alrededor pude respirar y pensar con más claridad, no podía entrar en pánico ahora.

—¿Estás bien?—había escuchado esa voz antes, pero no recordaba dónde.

Al girar me encontré con nada más y nada menos que el hermano de Carter.

Jason levantó una ceja ante mi silencio y asentí. —Sí, estoy bien.

—Bien, porque mi hermano no me perdonaría si veo a su chica mal y no me acercara a ayudarla—él saca un cigarro de su bolsillo y un encendedor. —¿Quieres uno?

—No, gracias—niego con la cabeza y me abrazo a mi misma cuando el fuerte viento nocturno me invade. —¿Qué haces afuera de todos modos?

—Podría preguntarte lo mismo, estoy seguro que mi hermano estará buscándote en las gradas y no te encontrará. Por otra parte, a mi no me va a buscar, porque no sabe que estoy aquí.

Suspiró y lo miró. Ambos se parecen demasiado, por lo que he escuchado Jason es un año mayor que Carter, pero ambos pueden pasar por gemelos sin problemas. Él posee el mismo cabello castaño, solo que a diferencia de su hermano lo tiene mucho más corto, tiene un rastro de barba, la mayor diferencia entre ambos es que Jason tiene los ojos azules y no tiene ni un solo tatuaje en su cuerpo o al menos no en un lugar que yo pueda verlo. Y por lo que logré conocer de él en la mañana mientras preparaba el desayuno es que se preocupaba bastante por Carter.

—Necesitaba un poco de aire, estar rodeada de personas puede ser asfixiante—le respondo finalmente.

—Entiendo a lo que te refieres—da una bocanada a su cigarro y luego exhala. —Las multitudes no son lo nuestro.

—Exacto, mucha gente es igual a muchos problemas —digo.

Él suelta una risita y tira lo que queda del cigarrillo en el suelo y luego lo pisó.

—No podría decir lo mismo, los problemas son lo mío —los gritos se hacen más fuerte dentro del estadio y él hace una seña en dirección a la entrada. —Deberías volver ahí.

—Nos vemos—me despido con un ademán de manos y en el camino me preguntó a qué quiso referirse con los problemas son lo suyo.


***

¡Hola! Aquí les traigo el último capítulo del año. Hace un mes empecé a escribir esta historia y nunca me imagine que tendría tan buen recibimiento.

Gracias a cada una de ustedes por leer esta historia, no saben lo feliz que me hace.

Mi primordial deseo es que este 2020 todas tengamos un Carter West.

Espero les haya gustado y preparen sus palomitas porque el capítulo diez y primero del año se viene intenso.

¡besos y abrazos! ❤️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro