Capítulo 5.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

DOLOROSA DECISIÓN.

Susi

Le prometí a Camilo intentar una vez más, y aquí estoy tocando el timbre del departamento del hombre que me tiene sufriendo.

—Hola. —Saludo en cuanto me abre.

—Hola Susana. —Se hace a un lado para dejarme pasar.

—Sé que ya casi te vas a trabajar, por eso vine antes. No tardaré en decir lo que vine a decirte Mauricio. —Echa un vistazo a su reloj.

—Bien, dime. —Su sequedad me pone nerviosa, parezco una primeriza tratando de declararse.

—Mauricio, quiero que hablemos de lo que pasó el otro día en...

—Susana, no quiero sonar grosero, pero fui claro ese día, no creo que debamos hablarlo de nuevo, por favor. —Corta la distancia entre nosotros, coloca su mano en mi rostro y me mira con dulzura. —Te quiero, eres grandiosa y mereces lo mejor, no alguien como yo.

—No quiero a nadie más Mauricio.

—Solo puedo ofrecerte mi amistad. Lo siento.

—¿Por qué tienes miedo? Sé que te gusto, que me quieres —Me atrevo a rodear su cuello con mis brazos—. Y no como amiga. Me deseas, lo sé. —Corto la distancia que separan nuestros labios, si. Me atrevo a besarlo por primera vez. Corresponde un momento, pero luego me aparta sutilmente.

—Si, tienes razón, te deseo. Muero por hacerte mía, pero no quiero hacerte daño, yo no soy para tí. Tu eres una extraordinaria mujer y yo...

—¿Cómo sabes si ni siquiera lo intentas?—Interrumpo tratando de persuadirlo.

—Estamos bien siendo amigos, sigamos así, por favor no hagas esto difícil —dice con dulzura. Mis ojos se humedecen porque sus palabras son como una punzada a mi corazón, no puedo evitar que una lágrima salga, sus manos sujetan mi rostro y su pulgar la limpia mientras me mira—. ¡Hey! ¿Si? Por favor Susana, no quiero que llores y menos por mí, no merezco.

—Solo quiero entender, ha pasado tiempo Mauricio, creí que ya habías superado lo de Valeria y que tal vez...

—No es por ella, es solo que tú me importas. No quiero romperte, no quiero verte llorar, no quiero perderte, nunca.

—Entonces no lo hagas, intentémoslo. Déjame ayudarte y demostrarte que has cambiado, que has aprendido y que...

—Lo siento, ya lo decidí y no pienso cambiar de opinión, perdóname. —Se separa, me quedo en silencio para procesarlo mientras me doy por vencida.

Sé bien que cuando Mauricio toma una decisión, no hay manera de hacerlo desfallecer.

—No te puedo obligar Mauricio, si es lo que quieres, no tengo mas opción que respetar tu decisión. Perdón por incomodarte.

—Susana, no quiero verte así ¿Ok? Quiero verte alegre, que sonrías. Que vivas tu vida y sobre todo; quiero verte triunfar. Promételo, prométeme que yo no seré una causa para que no seas feliz.

—Pides mucho Mauricio.

—Por favor. —Suplica.

—Ok, lo prometo. Y, prometo también que esta será la última vez que tengamos esta conversación. —Respondo no muy convencida.

—¿Vas para la compañía? Te puedo llevar si quieres. —Ofrece dando por terminado el bochornoso momento.

—No, tengo una reunión con tu hermana, para concretar lo del lanzamiento de la línea de zapatos masculinos y, recoger los primeros diseños, así que, ya me voy.

—¿Está listo el primer diseño? ¿Son para mí?

—Si y no, lo siento, ya tienen dueño.

—¿Ah si? ¿Quién? Creí que tu primer diseño sería para mí. —Se cruza de brazos.

—Son para Damián. Es su regalo de cumpleaños y... —Sonrío—, serán diseño único, solo él los tendrá. Ese es mi regalo para él.

—No hiciste unos para mi en mi cumpleaños. ¿Por qué para él si? —reclama.

—No se me ocurrió, pero te di un regalo. Que me costó mucho conseguir, por cierto.

—Si, pero lo compraste, no lo hiciste tú. —reprocha.

—Para tú próximo cumpleaños será.

—Está lejos Susana. ¿Por qué no mejor para amor y amistad? Es el próximo mes.

—Hum, lo voy a pensar y, en serio ya debo irme.

—Te acompaño a tu auto.

—Ok.

Una vez en mi auto, lo pongo en marcha sin mirar atrás, había esperado por más de un año a que Mauricio estuviera listo y creí que lo estaba. No me arrepiento de haberlo apoyado y ayudado a superar todo lo que sucedió, porque lo hice con mucho agrado y sin esperar nada a cambio.

Confieso que si quería que pasara algo más entre nosotros, pero si no se dio es porque así lo quiere el destino. No estoy enojada, ni decepcionada, el amor es así, a veces lo tienes, a veces no. No es la primera vez que me sucede algo así, ya me pasó con Damián y lo superé ,y estoy segura que también lo haré.

Ahora tengo que enfocarme en mis asuntos, no porque una persona no te quiere como quieres que te quiera debes alejarte, el cariño no es el mismo, pero es mejor seguir como amigos y no perdernos la oportunidad de darnos el uno al otro, aunque sea de otra manera.
Por mi parte Mauricio tendrá mi amistad verdadera, al igual que Damián y los chicos.

💗💗💗💗💗💗

Días después...

Estoy satisfecha con el resultado, los zapatos que hice para Damián quedaron bellísimos, le encantarán.

Mañana habrá fiesta, más bien una reunión en su honor para celebrar su cumpleaños número 27. Por supuesto Kira quiere tirar la casa por la ventana, pero ya saben como es Damián, él prefiere algo privado, solo nosotros.

Hablando del rey de Roma y es él quien me llama, respondo mi celular casi de inmediato.

—Hola Damián, te estaba pensando.

Hola Susi, eso me parece muy bien. ¿Estás ocupada? Quiero invitarte a comer mañana.

—¿Y eso? —Me sorprende su invitación.

Agradecimiento por mis nuevos y exclusivos zapatos. —Rio en respuesta.

—No tienes que hacerlo, los hice con mucho gusto para tí, pero si quieres agradecer, creo que en la entrevista de mañana, podrías hacerlo —Sugiero.

Ahhhh, Con qué la señorita quiere publicidad para su marca eh. Bueno Susi, cobro muy caro por hacer propaganda, pero por ser un obsequio tuyo, lo haré gratis. Y... la invitación igual sigue en pie, te espero mañana a las seis y después en mi casa.

—Ok, te veo, ¿En...?

Te envío la dirección en cuanto haga la reserva. Adiós.

—Adiós Damián y recuerda que no puedes verlos hasta mañana, ¿Ok?

—Hum, un poquito.

—¡No!

—Ok, mandona. —Rio y termino la llamada.

💗💗💗💗💗💗

Mi alarma suena avisando que la entrevista de Blu fonte inicia en 20 minutos, enciendo la televisión en el canal que había dejado listo desde ayer y voy al baño a cepillar mis dientes, bajo a la cocina por un café y regreso justo a tiempo.

Los chicos aparecen en la tele, la presentadora del programa empieza con las preguntas sobre su nuevo disco, luego anuncia el cumpleaños de Damián y las felicitaciones por parte de las fans vía telefónica no paran, él agradece sus buenos deseos. Después de un rato menciona mi nombre señalando con orgullo sus zapatos, la cámara los enfoca y de nuevo empieza a alardear de su regalo. Confieso que me siento muy orgullosa y afortunada de tenerlos como amigos, en especial a Damián, ahora soy yo quien le debe una invitación por ese lindo detalle.

—Es un lindo obsequio ¿Conocen a la diseñadora? —pregunta la presentadora del show.

—Si, es una amiga nuestra, la queremos mucho, su nombre es Susana Sáenz y es la mejor en esto, de hecho ella ha diseñado la mayoría de los zapatos que Cindy y yo usamos. —agrega Kira apretando la mano de Damián.

—Tiene una zapatería y además la Susi también diseña los zapatos de Macías moda. —Sonrío por el comentario de Cindy, creo que ya no está tan molesta conmigo.

Mi teléfono comienza a sonar con miles de notificaciones, los reviso y me doy cuenta que son de personas que no conozco, me envían solicitudes de amistad en Facebook, Instagram, y me siguen en las otras redes, incluso la página de la zapatería. Leo cada uno de los comentarios, todas sus palabras felicitándome por mi diseño me animan, hacen que mi ego crezca, les doy like y agradezco algunos de ellos al azar, sonrío de la emoción hasta que me topo con un comentario que borra mi sonrisa al instante, después de ese no tan sutil mensaje, las notificaciones continúan llegando, pero esta vez llenos de insultos hacia mí.

Trepadora, mentirosa. Mala amiga, eso no se hace maldita perra.

Son algunos de ellos.

Vuelvo al face, Instagram, Twitter y ahí también comienzan a llegar.

@maria34.: Eres una falsa, solo querías reconocimiento y usaste a tus amigos para ello, ¡Mentirosa de mierda!

@Pao.87: Mi hermano compró esos zapatos ayer en Macías moda, dices que son únicos y no es cierto, solo quieres hacerte famosa a costillas de ellos ¿Y dices ser amiga? ¡Qué falsa!

Habían muchos más comentarios insultándome, incluso habían fotografías de los zapatos, y sí, son los mismos que Damián presume en la tele diciendo que nadie más los tiene. Me altero y la angustia se apodera de mí, ya no quiero seguir leyendo los mensajes sino una explicación. Tomo mi teléfono y hago una llamada.

Hola princesa mía ¿Qué tal tú mañana? —Me saluda Saúl, es jefe de personal de la zapatería y a quien pedí que hiciera los zapatos.

—¿Por qué hay otros hombres usando los zapatos que te encargué que fueran únicos? Explícamelo Saúl.

—¿De que hablas? Diste la orden de que sacaremos más para el lanzamiento de ayer. ¿Por qué me reclamas?

—Yo no he dado ninguna orden, te especifiqué muy bien que el boceto sería único y marcado con las iniciales de su dueño. Entonces, no entiendo ¿¡Por qué hay más de ellos? —Estoy molesta por su negligencia.

—¡Cálmate Susana! pide desconcertado.

—¿¡Qué me calme!? Estoy metida en gran problema, en estos momentos soy la mujer más odiada del país gracias a ti —Espeté.

—¡Óyeme no! Yo solo obedecí una orden, el señor Macías dijo que tú estabas de acuerdo, ¿Cómo podía saber que no?

—¿Qué? ¿Mauricio te dijo eso? ¿Por qué no me llamaste a confirmar? Pedazo de idiota, soy yo quien te paga, no él.

—¡Oye! No me insult... —Corto la llamada furiosa y aviento el teléfono sobre colchón de mi cama.

Me meto al baño para ducharme, me visto rápido, tomo mi bolsa, las llaves y me voy a Macías modas a buscar a Mauricio. En cuanto llego subo a su oficina.

—Señorita Sáenz, no puede pasar. El señor Macías está ocupado. —Ignoro a Maritza que intenta detenerme.

Abro la puerta de su oficina y me meto.

—Mauricio Macías, exijo una expli... —
Todo mi enojo se va al carajo en cuanto veo la escena enfrente de mi.

Asombro, dolor y una terrible decepción en mi corazón.

La tipa esa, la de la fiesta que organizó Zulia, baja del escritorio sin ninguna vergüenza, acomoda su vestido y él su pantalón, mi mirada y la de Mauricio se conectan unos segundos, luego la aparto al no poder mantenerla. Mis ojos pican, pero me niego a dejar que las lágrimas salgan. No frente a ella.

—Señor disculpe, traté de evitar que entrara, pero ella...

—Déjenos solos Maritza —La secretaría sale de inmediato al notar el enojo de Mauricio.

—Susana, debes tocar antes de entrar a un lugar. —dice en tono molesto.

—Y tú debes colocarle seguro a la puerta cuando vayas a hacer tus cosas. —replico—. ¿Por qué lo hiciste? —Recuerdo toda la ira y la transmito en la pregunta.

—No quiero ser grosero, pero no tengo que darte expli...

—¡No hablo de ella!, ni de lo que estaban haciendo sobre el escritorio. —Me atrevo por fin a mirar sus ojos—. Hablo de los zapatos de Damián.

—Ah, eso. Bueno, fui a verlos, me parecieron un gran diseño y quise aprovecharlo. Funcionó Susana, los teléfonos no han parado de sonar pidiendo ese diseño, se agotaron rápido, habrá que pedir más. Eso es lo que debería importarte. —Explica con una gran satisfacción en su rostro —Es grandioso.

—¡No, no lo es! —grito llamando la atención de algunos. —Me hiciste quedar en ridículo de nuevo con Damián. Y de paso con todo el país Mauricio.

—Damián, Damián. ¿Todo este showsito es por él? —dice levantando la voz—. Déjame decirte Susana que entonces tu, Damián, no es un buen amigo, de lo contrario entendería que los negocios son negocios, que tú zapatería se benefició mucho, todos quieren comprar ahí ahora y no molestarse, no es para tanto.

—Es para mucho, te dije que era mi regalo para él, te dije que serían únicos, te di mi confianza para que decidieras en la zapatería, y tu... —No pude continuar porque las lágrimas lograron salir sin que me diera cuenta.

El recordar todos esos comentarios por fin hicieron que me quebrara. Trato de recobrar mi fuerza pero no lo logro, las estúpidas lágrimas no paran de salir. Cubrí mi rostro y entonces siento  la mano de alguien posesionarse en mi hombro, miro y me doy cuenta que es Sebas, a su lado está Zulia observando a la mujer sentada en el sillón de Mauricio.

—¿Tú que haces aquí? No es tu asunto. ¡Fuera! —La mujer, creo que se llama Lorena, la mira mal, pero obedece. —¿Qué pasa? ¿Por qué los gritos? —pregunta Zulia buscando una justificación a mi actitud.

—Discúlpame Zulia, no volverá a suceder. Yo, ya me voy. —Doy la vuelta para marcharme.

—Espera Susi, ¿Te encuentras bien? —Zulia se acerca y me hace girar para que la mire. Niego con la cabeza—. Ven, siéntate y bebe un poco de agua.

—No, no quiero estar aquí. —Intento irme, pero la mano de Mauricio tomando la mía me lo impide.

—Susana. No creí que te pondrías así por unos estúpidos zapatos. —Me zafo de su agarre y lo miro molesta.

—Toda mi vida, he luchado por ser quien soy, he sido una mujer independiente, me he esforzado cada día, incluso he tenido que sacrificar cosas que quiero, tiempo, todo para ser mejor, y hoy, gracias a ti Mauricio. Soy una trepadora, una vil mentirosa, desleal, mala amiga y además; una aprovechada mujer sin escrúpulos que es capaz de traicionar a sus amigos para obtener beneficios. —Limpio las lágrimas—. No te perdonaré esto Mauricio, y con todo el dolor de mi alma te digo que se acabó. —Su rostro se contrae del desconcierto—. Tu y yo, hemos terminado, no me busques, y en tú vida, vuelvas a dirigirme la palabra Mauricio Macías. —Doy la vuelta y salgo de ahí decidida.

—Susi espera. —Me detengo y volteo al escuchar a Sebas. —¿Quieres que te lleve a casa?

—Gracias, pero debo hablar con Damián, le debo una disculpa. Ya lo sabes, ¿No?

—Si, Tania me dijo y también leí los comentarios. Lo siento.

No quería ir, pero Damián merece una explicación y una disculpa. No tengo cara para verlo, ni razones para justificarme. Le envío un mensaje pidiendo que nos veamos en una hora en el lugar que él escogió.

Llego ahí y me sorprende que ya está esperando por mi.

—Damián yo... te juro que no sabía que habían más, no te mentí, los hice para tí y... lo siento, lo siento. —La desesperación me gana y las lágrimas brotan de nuevo, ahora por la vergüenza que siento.

—¡Hey! está bien. Te creo Susi —Se levanta rápido para rodearme con sus brazos y yo me desahogo en su pecho cálido.

—Mis redes van reventar de insultos. —digo en cuanto mis palabras regresan.

—También lo sé, los vi. No te preocupes por eso.

—¿Cómo no? Tus fans me odian.

—Lo arreglaré, pero... Sky music quiere demandarte.

—¡Ay no! Lo que me faltaba, definitivamente hoy no es mi día.

—No te preocupes. Kira y Cindy están hablando con ellos ahora para persuadirlos y Mario, golpeó a un fan que habló mal de ti. Todos estamos contigo Susi.

—Gracias por su apoyo y por creer en mí. No esperaba que Mauricio ordenara hacer más, yo solo ordené uno, lo juro.

—Está bien Susi, todo saldrá bien. ¿Vamos?

—¿A dónde?

—A casa, ayudas a kira con lo de mi fiesta de cumpleaños y de paso te distraes.

—No lo se Damián, no tengo ganas de nada. Perdóname.

—Precisamente por eso deberías ir, para que olvides esto. ¿Me vas a hacer un desplante en mi día? —Usa su mirada suplicante, su hermosa sonrisa y extiende su mano—. ¿Entonces? —Lo pienso un momento y termino por caer en sus hermosos ojos mieles.

—De acuerdo. —Difícil negarse a una petición suya.

En el trayecto a su casa reviso mi teléfono que seguía sonando con notificaciones, llamadas y muchos mensajes, pero solo dos llamaron mi atención, uno de Cindy en Instagram pidiéndole a los fans retractarse, y el otro de Camilo a mi Whatsapp dándome su apoyo.

—También postearé uno. —dice. Su mano se posa sobre la mía apretándola un poco mientras conduce.

Gracias a dios los tengo a ellos.

Hola, buenas noches.
Este capítulo me quedo largo, pero no quise dividirlo en dos

Perdón por los errores, estaré arreglándolos más adelante.

Muchas gracias.
(12-03-2023

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro