☀️Cápitulo XVI☀️

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KIRA

No estaba segura de hacer esto, pero tal vez era lo mejor para mí como dijo papá. Mi corazón estaba a mil y casi no podía presionar el botón,  respiré hondo y toqué el timbre de la puerta un par de veces antes de ser abierta por... él.

«¡Qué mala suerte la mía!»

Sus ojos mieles me miraron con frialdad, sin emoción alguna ocasionando que mis nervios se alborotaran. Tragué en seco e intenté parecer normal.

—Ho-la, yo... vine porque... —Los nervios me traicionaron.

—Ya lo sé ¿Vas a seguir o te vas a quedar ahí?

—Eh si, solo espero a mi hermana que... ya vie-ne.

—Ge-nial, en vez de una, dos. ¡Qué maravilla!.

Definitivamente el sarcasmo es lo suyo y aunque me sentí incómoda, decidí tragármelo porque no estoy aquí por él.

—Escucha Damían, yo no quiero incomodarte, ni mucho menos molestarte, solo vine porque Cindy me lo pidió, en cuánto haga mi parte me iré y te aseguró, que ya no volverás a verme.

—¡Excelente! lo mejor de todo esto, pero ¿Sabes qué seria mucho mejor? —Hizo que lo pensaba—. Ya sé, que te larrrr-garas de una vez  —dijo sin quitar su mirada de la mía y logró intimidarme.

—Le hablas así a mi hermana de nuevo y te juro que no me importará romper estas hermosas y largas uñas en tú lindo rostro, "Gansito" —Lo amenazó Tania, quién llegaba con una bolsa plástica en sus manos, galguerías que le pedí que trajera. Ella le aventó la bolsa en su estómago con fuerza y la alcanzó a tomar—. Ten, un presente para ti Gansito —La miró extrañado, más bien con sorpresa, ellos ya se conocían lo había olvidado.

Quiso protestar, pero Gonzalo y Cindy salieron de sus habitaciones evitando que lo hiciera..

—¡Kira! —gritó ella mientras corría hacia mí. Empujó a Damián y me dio un fuerte abrazo—. ¡Pasa, pasa!

—Hola Kira, que bueno que ya estás aquí —Saludó Gonzalo dándome un abrazo también.

—Gracias chicos. Miren, ella es mi hermana Tania, vino a acompañarme, espero que no les moleste. —Tania levantó su mano izquierda y movió sus dedos en saludo.

—Claro que no. Un Gusto en conocerte Tania, soy Gonzalo —Extendió su mano y Tania la tomó sonriente.

—Mucho gusto Gonzalo.

—Cindy Loaiza a tú servicio, solo no te aproveches, que aunque parezco. No soy pendeja —Río.

—Entendido y, Gracias a los dos por cuidar de mi hermana, les digo de una vez que apenas nos vayamos de aquí, papá los espera en casa para cenar —dijo mi hermana sin apartar sus ojos de Gonzalo. Cindy al notarlo caminó hasta ella y pasó su brazo por su hombro.

—Está guapote ¿Verdad? Pero no te ilusiones  —La pobre de mi hermana se puso roja de la vergüenza.

—Yo... no quise, lo siento de verdad. No sabía que era tu novio, perdón.

Ella, Damían y él mismo Gonzalo soltaron una carcajada. Tania y yo nos miramos confundidas.

—Nombe, que voy a ser yo novia de este. No tengo tan pésimos gustos Taniecita. Te puedo llamar así ¿Verdad?, Bueno ya que. Yo en realidad lo digo porque aquí mi amigazo, tiene otros gustitos. ¿No es así Gonzalo? No la ilusiones —Lo miró.

—Así es, soy gay —Confesó.

Sí que me tomó por sorpresa y ni hablar de Tania que ya le había puesto el ojo.

—Hum, la triste historia de mi vida — respondió mi hermana desilusionada.

—Ay bueno, bueno, tan poco es pa' tanto, ya llegará el tuyo. Vengan y las ayudo a que se instalen, se quedan conmigo, o si prefieren Taniecita puedes compartir cuarto con Gonzalo, da igual. —Se burló—. ¿Y sus maletas? ¿No trajeron?

—Muchas gracias Cindy, pero no será necesario. Nuestras maletas están en nuestra habitación, en el hotel de en frente. Nos hospedamos ahí —Explicó Tania.

—Pero...

—No queríamos incomodarlos. —dije observando de reojo a Damián.

—Está bien, ya ni modos, entonces mejor vayamos a ensayar las canciones de hoy y a ver si por fin el Pinki puede terminar la canción de cumpleaños del señor verruga.

—¿Pinki? —preguntó Tania.

—¿Canción? —pregunté.

—Es una larga historia que les contaré después sobre el Pinki.

—Cindy ni se te ocurra porque te asesino —amenazó Damián, pero ella le sacó la lengua.

—El señor Maldonado pidió una canción de cumpleaños en su honor y aún Damián no la ha podido componer. —explicó Gonzalo respondiendo mi pregunta.

☀️☀️☀️☀️☀️☀️

No podía dejar de mirarlo mientras cantaba sus canciones. Esta era la primera vez que lo escuchaba y debía reconocer que lo hacía muy bien, tenía experiencia en esto y sabía lo que hacía.

Esa canción, la que está cantando ahora es muy bonita, aunque triste. Su letra me ha llegado, ha logrado conmoverme. Habla de una persona a la que extraña y ya no está.

«¿Para quién la habrá escrito?»

Es obvio que es para alguien especial por la expresión de su rostro y por la letra.

¿Valeria?

No, Cindy dijo que no ha podido componer, así que dudo mucho que la haya hecho en estos días, debe ser para alguien má...

—Cierra la boca que se te va a salir la baba hermana —susurró Tania en mi oído, apretó mi mandíbula con suavidad.

—¿Qué? ¡no!, no lo estoy mirando a él, estudio la letra de la canción.

—Claro —ironizó.

—Es la verdad enana, yo no...

—¡Oye mocosa!, es tu turno. Muéstrame qué tienes. —dijo Damián con una estúpida sonrisa de superioridad en su rostro.

Señaló el asiento dónde hace un minuto él estaba para que yo lo tomara, cosa que hice sin dejar de mirarlo.

«Si quiere intimidarme, no lo dejaré»

Acomodé el micrófono a mi altura y en cuanto estuve cómoda, le hice saber que podía empezar. El sonido de su guitarra empezó a sonar con la melodía de la canción que me había dado. Cerré mis ojos y empecé a cantar la letra de la única canción que yo interpretaría en la noche, el resto sería él quién lo hiciera.

Él tocaba la guitarra, Gonzalo la batería, Cindy el sintetizador y Tania grababa con su celular mientras yo trataba de hacerlo muy bien para dejar boquiabierto a cierto ogro a mi lado, quién no se dignó a mirarme ni una sola vez. Al terminar la canción, mi hermana aplaudió con emoción.

—¡Bravo Kira! se lo voy a enviar a papá.

—Lo hiciste bien Kira, felicidades.

—Gracias Gonzalo —respondí con orgullo.

—Hagámoslo una vez más, comemos y nos vamos. —Ordenó Damián, serio.

Pronto llegó la hora de irnos y una vez allá, el señor Maldonado nos recibió dichoso, me preguntó sobre el accidente de papá y sobre su salud. Recordé que Cindy le había dicho eso para excusarme y seguí con la mentira.

«Pobre de papá, le deben estar zumbando los oídos»

Acomodamos todo y casi enseguida empezamos con el espectáculo, como lo habíamos ensayado.  Las personas empezaron a emocionarse e iniciaron a bailar y a aplaudir con las canciones. Tomé el micrófono para cantar la última canción que me faltaba y mientras lo hacía, olvidé por completo todas las penas, sentí la emoción recorrer todo mi cuerpo haciéndome mover al ritmo de la música, estar en esa tarima me llenaba de orgullo, estaba orgullosa de mí. Este siempre ha sido mi sueño. Me sentía tan feliz que no pude evitar dejar salir unas cuántas lágrimas, solo que esta vez, eran de felicidad. Terminé la canción con una gran sonrisa en mis labios. Todos aplaudieron y de repente una mujer se subió a la tarima aplaudiendo muy fuerte, venía acompañada del señor Maldonado.

—Muchas felicidades muchachos. Disculpen que haya subido así, pero quiero pedirles que por favor interpreten una canción para nosotros — dijo la mujer.

—Muchachos, ella es mi esposa Rebeca.

—Mucho gusto señora Maldonado. —dije primero y luego Damián.

—Mi esposo me habló de ustedes y quise venir a conocerlos, también porque hoy es una fecha especial para nosotros, quiero pedirles que por favor me complazcan con una canción.

—Por supuesto, usted manda señora y siendo una fecha especial, será nuestro regalo para ustedes —dijo Damián y la verdad me sorprendió—. ¿Qué canción desea que cante para usted?  —preguntó.

—Es una que me gusta mucho porque relata bien nuestra historia, nosotros nos conocimos de niños y ahí empezó todo, por eso en cuanto la escuché, me encantó, nos encantó tanto que la hicimos nuestra canción, para esta fecha siempre pedimos que la toquen para nosotros.

—¿Que canción es? —volvió a preguntar Damián.

—Oh si, se llama "el Destino" ¿La conocen? —La sonrisa de Damián se borró y mis piernas temblaron de los nervios.

«¡Mierda! Esa es una canción a dúo, incluso hay una nueva versión en voz de Natalia Jiménez y Carlos rivera»

—Si —respondí nerviosa.

—La conozco, pero no tenemos músicos para esa canción —respondió Damián tratando de zafarse de la situación.

—No se preocupen por eso, imaginé algo así y por eso traje la pista —Sacó una memoria SD de su bolso y extendió su mano para que la tomara, Damián la tomó resignado, se la entregó a Gonzalo para que se encargara.

Una vez colocada en la consola, nos alistamos para dar inicio con la canción, Gonzalo y Cindy se fueron con Tania disque para hacernos porras mientras yo me moría del susto.

Uno, mi corazón latía con fuerza.
Dos, mis manos temblaban tanto que creí que se me caería el micrófono.
Tres, la pista empezó a sonar y solo esperaba no embarrarla.

🎵¿Me quieres?

Agradezco que sea corto y así poder asimilarlo mientras Damián cantaba su parte, estaba nerviosa, sé que lo notó y al parecer lo estaba disfrutando porque me veía y me sonreía con su estúpida sonrisa de burla.

🎵 ¿Y tú, me quieres?

No pensaba hacer el ridículo frente a él, así que continué la canción con más entusiasmo logrando recuperar la confianza y dejando atrás los nervios.

Me acerqué a él en la parte que nos tocaba juntos fijando mi mirada en la suya, luego le sonreí desafiante, hizo lo mismo en respuesta y pronto la conexión se empezó a notar, lo supe porque el público aplaudió y la señora Maldonado gritó alabandonos.

Qué tiene, el destinoooooo.🎵

Terminamos esa parte juntos sin dejar de vernos, en esta ocasión fue diferente, una pequeña sonrisa apareció en sus labios y yo la devolví. Los aplausos se hicieron presentes y mucho más fuertes que antes, sin contar los gritos por parte de mi hermana y de Cindy.

—Esa es mi hermana, Hu —Se levantó para señalarme.

—¡Bravo pinki!. —Cindy se unió.

Los señores Maldonado aplaudieron mientras subían los escalones para quedar frente a nosotros.

—Son muy buenos, pero la verdad lo hacen mejor juntos. Deberían hacerlo más seguido —Alabó el señor.

—Gracias —dijimos.

—Gracias a ustedes por la canción, de verdad me gustó mucho. No me equivoqué al pedírselos —Sonrío la señora Maldonado—. Los espero mañana en nuestra casa.

—Espero que mi canción de cumpleaños sea interpretada por los dos también. Felicidades muchachos —Pude ver como el rostro de Damián se contrajo, su mano rascó su nuca y supe que estaba preocupado porque aún no tenía lista la canción, suele hacer ese gesto cuando lo está, lo noté.

Nos despedimos de los señores y bajamos a buscar a los demás para irnos ya a descansar, al encontrarnos se nos lanzaron para abrazarnos y darnos todas las felicitaciones que se les ocurrieron.

—Vámonos ya, estoy muerta —dije.

—Concuerdo, recojamos todo y vámonos a casa —dijo Gonzalo.

—Llamaré un taxi para que nos lleve al hotel. —mencionó Tania.

—No señora, nada de eso. Nosotros las trajimos y nosotros las llevamos, además vamos pal' mismo lado. Además; yo me voy con ustedes ¿Puedo? Por favor digan que si —preguntó Cindy juntando sus manos en súplica—. Por favor, es que aquí el pinki tiene una pecueca horrible que llega hasta mi cuarto, y "el" Gonzalo se echa unos pedos re-podridos que un día de estos me va a envenenar y quiero descansar de ellos, ¡por favor!. — Tania y yo soltamos una carcajada.

—No la escuchen, nada de eso es cierto. —reprochó Gonzalo.

—La que tiene pecueca es otra, que además no se baña desde hace una semana y por eso apesta. —Cindy le sacó el dedo del medio a Damián.

—Bueno, como sea, yo me voy con ellas, y ustedes pueden aprovechar para... meter mujeres —miró a Gonzalo—. En tu caso a hombres guapos y si ya no encuentran pareja por la hora, no se vayan a gastar mis pañitos con Manuela. —Abrí mis ojos y mi boca para volver a reír.

—¡Qué asco! —dijo Tania entre risas.

—Ok, pero vámonos ya. —dije.

Recogimos los instrumentos y nos marchamos en la carcacha, como le dice Cindy. Los chicos nos dejaron en el hotel después de ir al departamento a recoger unas cosas para Cindy y luego se marcharon.


Muchas gracias a todos por leer la historia, gracias, gracias 🥰🥰🥰

En multimedia la canción "El Destino" de Rocío durcal y Juan Gabriel. Pueden oírla también de la voz de Natalia Jiménez y Carlos rivera.

No escribí la canción por evitar cualquier inconveniente por eso de derechos de autor, pueden escucharla mientras leen si lo desean.

Gracias

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