☀️Capítulo XXXVI☀️

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Nuevos lectores. Muchas gracias.
@Igbeel, muchas gracias por darle la oportunidad, me emociona mucho que te guste la historia.

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MAURICIO

Sol, mi Sol. Perdóname por favor.
Fue mi culpa, yo sabía que te había lastimado, pero jamás imaginé que a tal punto de que intentaras acabar con tu vi...

Ni siquiera puedo mencionarlo, tampoco puedo imaginar lo que pudiste haber sufrido para que hicieras semejante locura. Gracias a Dios no sucedió, porque te juro Sol, que nunca me lo hubiera perdonado

—Oiga, entiendo cómo debe sentirse, pero debe tranquilizarse.  —escuché hablar a la chica, recordé entonces en donde estaba y traté de recuperarme. Cerré mis ojos y me senté recostando mi cabeza en el escritorio—. Tome, le hará bien. —Recibí el vaso con agua y lo bebí  hasta terminarlo.

Ella no dijo nada más y en el fondo se lo agradecí.

Queria levantarme e ir en busca de Valeria para que me diera una explicación, pero de repente empecé a escuchar la voz de Sol en mi cabeza recordando cada palabra, su cara cuando nos encontró a Valeria y a mi teniendo sexo, sus lágrimas correr y la crisis asmática que tuvo.

Por eso no... no querías, que... que viniera ¿verdad?

¿Cómo pudiste hacerme esto?

¿La amas?

¿Cuándo dejaste de amarme Mauricio?

¿Qué hice mal? ¿Qué me faltó que no fue suficiente para tí?

Espero que Valeria te ame aunque sea la mitad de lo que yo te amo a tí.

Esa frase era la que más resonaba en mi cabeza.

Espero que Valeria te ame aunque sea la mitad de lo que yo te amo a tí.

Espero que Valeria te ame aunque sea la mitad de lo que yo te amo a tí.

¡Díos!

Aunque ahora lo dudes, te amé mucho.

hice cosas estúpidas de las que ahora me arrepiento

A eso te referías Sol, y ni siquiera llegó a cruzar por mi mente que se trataba de eso.

—¡Imbécil! —Salió de mi boca en susurros.

—Señor Macías ¿Necesita algo? ¿Quiere que llame a alguien o qué lo lleve a algún lugar? No es que lo esté corriendo, es que no sé como...

—No es necesario, puedo conducir. Muchas gracias por todo y disculpe la molestia señorita. —Me levanté del asiento sin mirarla.

—No se preocupe por eso, no fue nada comparado con lo que usted hizo por mí —Sonrió—. Soy yo quien debe agradecerle.

—Diría que lo hice con gusto, pero usted y yo sabemos que prácticamente me obligaron.

—Por lo que sea. Gracias. No sabe el peso y todos los problemas que me evitó —Se quedó en silencio un momento— Eh, si gusta puede acompañarme a mi casa a recoger el vestido, está a dos cuadras de aquí, o si prefiere se lo envío a su casa u oficina.

—No, es suyo ahora, consérvelo. —Me acerqué hasta quedar frente a ella, sus ojos verdes me miraron nerviosa por la cercanía— ¿Puedo preguntarle algo señorita Saenz?

—Eh, si. ¿Qué, quiere saber, señor? —Balbuceó.

—¿Por qué Valeria y usted no se llevan bien? Me di cuenta por la forma en que se miraron aquel día.

—No congeniamos, es todo. —respondió alejándose hasta la puerta—. Si me disculpa señor Macías, estoy esperando a alguien y ya no debe tardar.

—Entiendo —dije al comprender que no me diría nada de lo que quería saber, y que aunque dijo que no, me estaba corriendo de su oficina—. Muchas gracias por su cooperación señorita Sáenz.

Crucé la puerta y casi me estrellé con la chica que estaba con Tania aquella vez, Cindy creo que se llama. Su cara se me hacía conocida, la observé tratando de recordar de dónde la conocía hasta que recordé, la vi en la fiesta de caridad que la compañía realiza cada año, estaba acompañada de Juan ese día y luego los vi irse juntos también.

»Disculpe.

—No pasa nada, ex de Kiracita.  —dijo. Escuchar eso me hizo sacar una sonrisa, luego pasó por mi lado y se metió a la oficina de Susana.

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Observaba y observaba la guía de la transportadora en mis manos sin poder creer que Valeria me haya mentido sobre el robo.

«¿En qué más me has mentido Valeria?»

Mi conciencia me reprochó y sentí pena por el chico de seguridad al cual hice despedir por ser un inútil y no darse cuenta del momento en que los ladrones ingresaron al departamento, incluso lo acusé de ser cómplice porque nadie vio nada.

«Tendrás que recompensarlo por eso»

En el trayecto a mi departamento pensé en confrontarla, pero mi hermana me convenció de no hacerlo cuando le conté. Me pidió que fuera a su casa y habláramos de que hacer.

Será difícil tragarme todo esto que tengo atragantado en la garganta, pero quiero la verdad y ahora sé que de ella no la obtendré. Tampoco tengo el valor de verla, seguramente me mentirá y yo terminaré creyéndole.

Solo espero que Melendi no tarde con su investigación y mientras lo hace, me iré lejos.

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Dos semanas después...

Han sido dos duras semana tratando de controlar mis impulsos, tuve que inventar una reunión importante fuera de la cuidad para no tener que ver a Valeria estos días mientras espero por Melendi, he rechazado la mayoría de sus llamadas y las pocas que he respondido han sido una tortura, tener que fingir que no sucede nada y no poder gritarle todo lo que se merece me están destrozando el alma, se siente una impotencia brutal y es exasperante.

Anoche regresé a Bogotá, pero Valeria piensa que aún estoy en cartagena.

Sonreí irónico al observar su nombre en la pantalla de mi celular y al tomarlo,  respondí sin querer.

Hola amor, te he estado pensando mucho. Me tienes abandonada —Las palabras no me querían salir, respiré hondo y me obligué a responder.

—Amor, disculpa. Hoy no ha sido un buen día.

¿Sucedió algo? Si me hubieras dejado ir contigo ahora estaría ahí para apoyarte, pero te negaste. ¿Es grave amor?

—La verdad es que si, pero lo solucionaré.

Sé que lo harás, eres muy hábil para los negocios, amor. ¿Cuándo regresas? Me haces mucha falta.

«¿Será cierto, o estará mintiendo?»

En el fondo deseaba que fuese sincera.

—Pasado mañana.

Te estaré esperando en tu departamento con ese conjunto que tanto te gusta, amor. Carraspeó—. Amor, no quiero molestarte, pero... Angie y yo saldremos a divertirnos un ratito, fui a comprarme un vestido con la tarjeta que me diste pero... No tiene saldo.

—Claro, disculpa, olvidé recargar tu tarjeta, no he tenido tiempo para nada, no te preocupes ya te hago una transferencia. 

Gracias amor, ya me voy.
Adiós y que soluciones pronto tu inconveniente. Besos —Colgué.

Decepción total, eso era lo que sentía. Por un momento pensé que de verdad me extrañaba, pero no. Solo quería dinero para gastar.

Estuve encerrado en mi departamento todo el día, acostado en mi enorme cama pensando, no quería salir, así que preferí irme a dormir para ya no seguir haciéndolo, no fue fácil conciliar el sueño y de tanto dar vueltas en mi cama ni cuenta me di cuando lo logré.

Los rayos del Sol golpearon mi rostro al entrar por las ventanas de mi habitación, no quería levantarme, pero el insistente sonido de mi teléfono no me lo permitió. Respondí al ver el nombre de mí hermana.

—Es domingo Zulia, ¿Sabes qué hora es? —Atendí con molestia.

Vístete y te espero en 20 minutos en mi casa —Colgó sin dejarme protestar.

☀️☀️☀️☀️☀️☀️

Entré a la inmensa casa de mi hermana y ahí estaba ella esperándome con una taza de té.

—Bueno, aquí estoy ¿Para que me hiciste venir? —Recibí el pocillo con la bebida caliente, tomé asiento y soplé antes de beber un sorbo.

—Melendi. —Fruncí mi ceño—. Hace mucho hubiéramos sabido esto si me hubieras dejado informarme sobre ella. —Lanzó un sobre sobre mis piernas.

—No quiero sermones ahora Zulia, no tengo nada que decir, más que pensé que ella...

—No pensaste con la cabeza de arriba si no con la de abajo. Te dejaste embaucar por una cara bonita y un cuerpo voluptuoso. Fuiste un idiota.

—¡Oye! —recriminé— ¿Para eso me hiciste venir? —Me coloqué de pie para largarme, no estaba dispuesto a escuchar sermones—. Mejor me voy, gracias por el té.

—Tu no te vas, te quedas y te sientas  demandó—. Te hice venir porque ya tengo la información de esa mujer. Melendi me la entregó hace unos días porque se lo ordené. La estudié después de leer eso, es muy hábil para mentir. Ahora quiero que lo leas y veas todo lo que hay ahí antes de que llegue la persona que estamos esperando.

—¿Qué persona?

—Leelo.

Tomé el sobre y lo abrí despacio, habían papeles, fotografías, facturas y en el fondo una memoria sd. Comencé a leer la primera hoja y cambié a la otra porque eran cosas que ya sabía, fecha de nacimiento, padres y cosas que no me importaban. Iba a la mitad cuando  algo captó mi atención.

La señorita Garcés sostuvo una relación clandestina con Vicente Castro durante seis meses, para entonces el señor se encontraba casado con María Fuentes, con quién tuvo dos hijos, tiempo en que el señor costeó todos sus gastos y pagó su carrera de modelaje. Una semana antes de terminar la carrera, la señorita Garcés conoció a un joven en un bar dónde cantaba, empezaron a verse y luego de un par de citas empezaron a salir a espaldas de Vicente hasta que él la descubrió. Enfurecido la corrió del departamento sin dejarla sacar nada de lo que había comprado, la esposa del señor también se enteró del engaño, pidió el divorcio y la custodia de la menor de sus hijos. La señorita Garcés se vio obligada a mudarse a un pequeño departamento en el sur de la ciudad, el cuál compartió con una señorita. Angie López, es su nombre. Consiguió varios trabajos para poder costear sus gastos, continuó viéndose con el joven hasta llegar a una relación estable.

La información del joven está en el otro sobre por si le interesa. En la USB hay unos vídeos que logré conseguir del hotel y en la dirección que me dio en ese papel, con la ayuda del señor Maldonado; dueño de la propiedad. Solo dejé lo que que creí sería importante para usted.

Esa es toda la información que obtuve hasta que la señora Zulia me pidió regresar.

No podía con tanto, mis ojos picaron, pero me prohibí derramar una sola lágrima.

«Valeria fue la amante de un hombre que podría ser su padre».

Las manos de mi hermana en mi hombro apoyándome no ayudaban.

—Mira los vídeos —pidió.

—No quiero.

No deseaba saber que había ahí, seguramente no era nada bueno. Zulia agarró la laptop e insertó la memoria. No tuve el valor de dar click cuando se abrió el archivo, así que ella lo hizo por mí.

La entrada del hotel Viaggio fue lo primero que apareció en pantalla, luego Sol con una gran sonrisa y un regalo en sus manos, se acercó a recepción y luego de un rato subió al ascensor. El vídeo se adelanta y de nuevo se ve, ahora entrando a la habitación que yo ocupaba. Se adelanta de nuevo y ahí estoy yo entrando con Valeria al ascensor.

Recuerdo eso bien, ella empezó a seducirme ahí dentro y cuando llegamos a la habitación estaba lo suficientemente excitado como para no notar que Sol estaba ahí, solo pensaba en sexo y en saciar mis ganas.

Obvio eso no estaba en el vídeo, de nuevo Sol apareció en pantalla, esta vez llorando, corrió a la salida y chocó con alguien que la sujetó y evitó que callera.

«Esperen, ¿Ese es su novio?»

Me acerqué un poco a la pantalla, pausé el vídeo y... Si, es él. Ahora estaba confundido.

Reproduje el siguiente video, mi corazón se contrajo al ver a Sol desmayada en los brazos de su novio entrando a un departamento, desde aquí el vídeo es explícito, incluso tiene audio. Seguí observando y... ¿Que? Pero...

«¿Qué hace Valeria tocando la puerta de ese lugar?»

Sentí como mi corazón se aceleró y casi se detuvo en cuanto vi a al hombre darle un beso en los labios.

No es cierto, aunque lo estoy viendo con mis propios ojos me niego a creerlo.

Miro y miro cuidadosamente cada detalle, escucho las palabras que salen de su boca, sintiendo una daga enterrarse en mi corazón.

...sé bien que me amas Gansita, justo ahora sé que te mueres porque te bese, y que te toque

Damián yo...

Házme olvidar gansito.

¿Olvidar qué Gansita?

Hazme el amor.

Eso, me destrozó por completo .Mis lágrimas salieron sin que me diera cuenta, la inmensa decepción me rompió en mil pedazos y desee que todo esto fuera un montaje.

Ella, le había pedido que le hiciera el amor cuando hacía unas horas habíamos estado juntos.

Me sentí un completo imbécil. El más idiota por caer en su juego. Quise detener el vídeo, pero Zulia me lo impidió, continúe observando todo; cuando Sol salió de la habitación, la discusión y el momento en que les contó a todos. Lo que más me dolió fue cuando Valeria lo negó, haciéndome saber que el hombre no tenía idea de mí como ella me había hecho creer. Aparte de eso me sentí muy mal al ver la expresión de su rostro en el momento de enterarse de la verdad, reflejaba un gran dolor y ya no pude continuar. Cerré la laptop sin terminar el vídeo mientras una que otra lágrima corría, los brazos de mi hermana me abrazaron queriendo darme un poco de consuelo que no lograba conseguir.

El timbre sonó y mi hermana se separó de mí, prácticamente corrio a abrir la puerta.

—Llegó la persona que esperaba. —dijo cuando volvió.

Me levanté de mi asiento en cuanto vi a Sebastián acercarse acompañado de Angie.

—¿Qué hace usted aqui? Creí ser muy claro cuando le dije que estaba despedida y no quería volver a verla —Me alteré al verla.

—Tranquilo Mao, yo le pedí a Sebas que la trajera porque nos va a dar sus razones para hacer lo que hizo. —Trató de calmarme mi hermana.

—Seguramente otra mentira para quedar bien y hacerse la víctima.

—No señor, esta vez diré toda la verdad, se lo juro. —Se defendió.

—Mao, nada perdemos al escuchar lo que Angie tiene para decir. —Intervino Sebastián.

Acepté, aunque no quería oírla, nos sentamos y ella se sentó quedando enfrente de los tres.

—Bien, hable. Diga lo que tenga para decir y sea breve. —dije tosco.

Hola hola.

Gracias por esperar, ya casi termino el último capítulo.

Bendiciones y de nuevo gracias por todo el apoyo.

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