CAPÍTULO 69

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Tanjiro respiraba muy agotado, el haber realizado no solo esa postura sino también las demás posturas de su respiración principal, le causó una gran fatiga a su cuerpo, además, las heridas que tenía en su cuerpo poco a poco lo estaban debilitando.

Kára se manifestó a lado del pelirrojo, muy preocupada por el en el que se encontraba su humano. Verlo tan herido pero, aún de pie, con una mirada y un rostro lleno de determinación, hizo que cambiara su manera de verlo por completo.

—¿Te encuentras bien, Tanjiro? —preguntó Kára.

—No..., del todo. Si ese sujeto vuelve a conectarme uno de sus ataques, me temo, que hasta aquí llegué yo. No quiero morir, y tampoco quiero que usted muera señorita Kára, pero..., no tengo las suficientes energías para alargar este combate por más tiempo.

Kára notó como a Tanjiro le costaba mucho respirar bien, sin duda alguna, las estocadas que Belcebú le dió con su bastón ahora estaban pasando factura sobre su cuerpo.

Belcebú de nuevo cargó energía en su mano derecha, llena de vibraciones, le iba a dar a su rival una pequeña demostración de las consecuencias que lleva, querer proteger a unos seres tan despreciables como lo son los humanos.

¡Palmira!
(¡Aleteo del diablo!)

—Belcebú va a atacar de nuevo a Tanjiro ¿Qué tendrá planeado hacer ahora? —dijo Heimdall, atónito y ansioso de querer saber, cuál sería el resultado de todo esto.

Tanjiro agarró de nuevo su katana con firmeza y se colocó en posición defensiva, tenía que actuar rápido, si Belcebú lanzaba algún poder superior o más poderoso que los anteriores, me temo que todo terminó para nuestro querido pelirrojo.

—Ten un pequeño adelanto, de lo que es el infierno... —dijo Belcebú.

Concentró sus vibraciones en la punta de su dedo índice y señaló al pelirrojo. Tanjiro quedó confundido sin entender muy bien las intenciones de Belcebú; mas sin embargo, no le dió tiempo de reaccionar cuando Belcebú literalmente disparó una vibración que viajó por el aire a una velocidad asombrosa.

Aquel disparo dió en su objetivo, Tanjiro recibió de lleno ese ataque en su hombro izquierdo, causando un gran daño. Fué un grito horrible, muy doloroso, sintió que le habían atravesado el hombro con ese ataque. El pelirrojo retrocedió casi soltando su katana, pero Belcebú no se iba a conformar con eso, siguió disparando varias vibraciones que dieron en el cuerpo del muchacho.

—¡Maldita sea, ese bastardo solo está jugando con Tanjiro y lo está haciendo sufrir! ¡Eso no es justo! —gritó un Sanemi prácticamente encolerizado.

—¡Ese sujeto no está peleando limpio! —gritó Genya, tan impotente al no poder hacer nada literalmente.

—Temo..., que esto es demasiado para Tanjiro —dijo Shinobu, aceptando el hecho de que el chico, no podía hacerle frente a su rival, menos en ese estado.

—¡No, aún no ha terminado, confiemos en Tanjiro, el puede hacerlo! —dijo Tokito, apretando el borde de las gradas. Esa desesperación de no poder hacer nada para ayudar a un ser querido era de lo peor.

Belcebú lanzó dos ataques más que fueron a parar a las piernas del pelirrojo, y con eso, asegurándose de que su rival no vaya a escapar. Belcebú dejó de disparar sus vibraciones y se lanzó a atacar al pelirrojo. Tanjiro terminó de rodillas en el suelo, observó sus piernas chorrear sangre, y ardían, dolían de la puta madre, sentía que en cualquier momento iba a perder el conocimiento.

—¡Ahora prepárate, porque te cortaré en pedazos! —exclamó Belcebú, volviendo a cargar energía en su mano derecha, tan fuerte como si fuera una cuchilla.

Tanjiro levantó su cabeza rápido y observó a Belcebú acercarse a él. Se levantó rápido, como pudo se levantó y empuñó de nuevo su espada. Belcebú apuntó su cuchillo al cuerpo del pelirrojo, y, aunque no logró partirlo en dos, si le hizo un corte en su pecho. Levantó su mano y logró hacerle una herida en la mejilla izquierda del pelirrojo, manchando su mano con la sangre de aquel muchacho.

—¡Ten cuidado, Tanjiro! —gritó Göll con todas sus fuerzas.

Tanjiro levantó su katana e intentó cortar la mano de Belcebú, intentó cortar la lanza mas fuerte de todas, pero falló en el acto. Realizó un corte horizontal pero Belcebú de nuevo lo esquivó. El señor de las moscas acercó rápidamente su mano a la cabeza de Tanjiro, con todas las intenciones de hacerla explotar como lo hizo con los muros que rodeaban la arena. Tanjiro se arrojó con las fuerzas que le quedaban hacia atrás, alejándose del señor de las moscas.

Belcebú de nuevo volvió a disparar dos de sus vibraciones como si fueran balas hacia el rostro de su rival, con todas las intenciones de liquidarlo. Tanjiro, dándose cuenta de lo que hizo su rival, realizó una postura defensiva, viéndose su espada envuelta con flamas brillantes y un poco de fuego saliendo de su boca...

—¡Respiración solar, tercera postura: Espejo Carmesí Sofocante! —Tanjiro realizó dos cortes, uno de izquierda a derecha, y el otro igualmente, pero de derecha a izquierda.

—¿Qué? —preguntó un sorprendido Belcebú.

El ataque de Belcebú falló, Tanjiro logró contrarrestar los disparos del señor de las moscas. Volvió a disparar, pero Tanjiro volvió a contrarrestar sus ataques. Fastidiado por la maldita insistencia de su rival, volvió a arrojarle su técnica pero ahora, disparando varias veces.

—¡¿No sabes cuándo rendirte, Tanjiro?! —preguntó Belcebú, más que fastidiado.

Tanjiro, utilizando muy bien su Katana, siguió contrarrestando los disparos del señor de las moscas.

—¡Jamás, jamás verás que me rindo, y menos ante tí! —contestó el muchacho. Tanjiro se acercó a su rival lo más rápido que pudo cuando terminó de contrarrestar sus disparos.

—¡Enano insolente! ¡Esto se termina, aquí y ahora! ¡Tu estúpido deseo de proteger a esos humanos bastardos, se termina ahora mismo!

—Tienes, razón, esto se termina ¡Ahora! —dijo, tratando de mantener el ritmo del combate. Acercándose rápidamente hacia su rival.

Belcebú tomó su bastón con su mano derecha y concentró de nuevo, una gran cantidad de energía para proceder a realizar uno de sus ataques más poderosos...

¡Sorath Vau!
(¡Angel caído de la gula!)

La imágen de una gigantezca y grotesca mosca apareció a las espaldas de Belcebú cuando realizó su ataque.

—¡¿Pero qué rayos es esa cosa?! —preguntó Uzui, al ver literalmente la gigantesca mosca que había detrás de Belcebú.

—Que técnica más asquerosa —comentó Shinobu.

—¡Tanjiro, ten cuidado! —levantó la voz Mitsuri.

Tanjiro, aunque cansado, no se vió intimidado por eso, ni de lejos, algo de fuego salió de su boca al realizar una postura del aliento solar.

—¡RESPIRACIÓN SOLAR, SÉPTIMA POSTURA: LANZA DE GIRASOL!

La katana de Tanjiro se vió envueltas en varias flamas a la par del ataque de Belcebú. El rey de los demonios realizó su ataque con todas las intenciones de destrozar el cráneo del pelirrojo; mas sin embargo, Tanjiro logró contrarrestar su ataque con su respiración solar, realizando una poderosa estocada que logró detener el avance de Belcebú.

—¡Tanjiro logró detener el ataque de Belcebú! ¡Es sorprendente! —gritó Heimdall, entusiasmado.

—Me cuesta trabajo creer, que ese mocoso esté dándole de nuevo problemas a Belcebú —dijo Artemisa, fastidiada también.

—Su deseo de ganar esta ronda es lo que lo impulsa a seguir peleando, es asombroso —dijo Ares.

Tanto la katana de Tanjiro como el bastón de Belcebú chocaron empleando sus ataques. Tanjiro logró detener el avance de Belcebú, y aunque este último intentó ejercer más fuerza y aplastar a su enemigo, Tanjiro fué aún más rápido para eso y, empleando una gran cantidad de energía empujó su espada y su técnica haciendo retrocer a Belcebú.

—¡Belcebú! —gritó Ares, sin siquiera pestañear.

El señor de las moscas cayó al suelo, a lo que Tanjiro se acercó a él rápidamente, ahora qué estaba en el suelo, no podía permitir que se escape, no podía permitir que su enemigo escape ahora que lo tenía a su Merced.

—¡No te dejaré escapar, maldito!

Belcebú no tuvo tiempo de volver a crear un escudo de vibraciones que lo proteja de su rival, literalmente estaba a merced del pelirrojo. Vió como fueron de color amarillo y rosado envolvió la espada de su rival, por primera vez, el señor de las moscas estaba tan expuesto a un ataque.

—¡RESPIRACIÓN SOLAR, DOCEAVA POSTURA: VALS FLAMEANTE!

Tanjiro realizó dos cortes, uno vertical y el otro horizontal. Ambos cortes lograron herir a Belcebú por fin, causándole un gran daño no solo en su pecho, sino también todo su cuerpo por el efecto del fuego.

—¡Lo logró! ¡Tanjiro conectó su ataque! —dijo Göll, sumamente feliz, mejor dicho, envuelta en una oleada única de emociones y sentimientos.

La sangre salió disparada del cuerpo del señor de las moscas, manchando incluso la katana del pelirrojo, todo el mundo quedó atónito ante lo que había ocurrido, un niño le había caudado un daño tan grande a un dios como lo era Belcebú.

—¡¿Ese mocoso logró derrotar a Belcebú?! ¡No puedo creerlo! —dijo un dios entre las gradas.

—¡Los humanos de nuevo se llevarán la victoria, es imposible! —dijo otra deidad, también sorprendida de lo que sus ojos veían.

Belcebú, sintiendo un gran dolor, miró con odio al muchacho, su mano derecha la embulló con su energía y, haciendo un puño, cargó rápido contra el pelirrojo.

—¡NO TE EMOCIONES, MOCOSO INSOLENTE! —gritó Belcebú.

El señor de las moscas literalmente golpeó al pelirrojo en su estómago con mucha potencia. Tanjiro puso sus ojos en blanco, vomitó una gran cantidad de sangre, casi, casi perdía la conciencia con ese golpe, perdió el aire y le fué imposible realizar alguna otra postura para defenderse.

Belcebú colocó su mano en el pecho del pelirrojo y procedió a realizar de nuevo su ataque, causando un gran daño en el cuerpo de Tanjiro.

—Te haré picadillo, mocoso... —dijo Belcebú lleno de ira, quería reventar al chico a como diera lugar.

—¡No, no por favor, noooo! —gritó Nezuko, al ver a su hermano prácticamente en las manos de su enemigo.

Muchísimas cortadas aparecieron en el cuerpo del muchacho, cada una mortal para él, fueron tan rápidas como un parpadeo.

¡ALETEO DEL DIABLO!

Tanjiro salió disparado lejos del señor de las moscas, aterrizando en el suelo casi al borde del precipicio que había en los alrededores de la arena del Valhalla. Tanjiro aterrizó boca abajo, al parecer, inconsciente. Soltó su katana pero esta quedó cerca de él, mejor dicho, al frente suyo cerca de su cabeza.

—¡Hermano, por favor..., ya no sigas más, por favor! —gritó Nezuko, sintiéndose tan impotente, empezando a derramar lágrimas por su hermano.

—¡NO ME IMPORTA SI VA CONTRA LAS REGLAS, NO VOY A PERMITIR QUE ESE DESGRACIADO SIGA HACIENDO DE LAS SUYAS! —dijo Sanemi, FURIOSO, quería lanzarse hacia la arena y pelear también. Bueno, todos los ex pilares querían hacer eso, pero estaba terminante prohibido.

—Hermano, no, no puedes hacer eso, van a darles la victoria a esos bastardos —dijo Genya, deteniendo a su hermano de hacer una estupidez.

—¡Cálmate, idiota, vas a hacer que descalifiquen a Tanjiro! —dijo Obanai, también deteniendo a Sanemi de hacer reverenda estupidez.

Tomioka apretó sus puños, casi se lastimaba sus nudillos, la rabia que sentía junto con la impotencia no tenía manera alguna de ser medida.

No puedes..., no puedes morir, ¡Tanjiro, no puedes morir! —pensó Tomioka, furioso.

En la arena, Belcebú llevó su mano a su pecho, estaba perdiendo bastante sangre, la herida que Tanjiro le había hecho fué bastante grande. Se puso de pie, aún tenía las fuerzas suficientes para seguir peleando en caso de que su rival se ponga de pie.

Kára se manifestó a un lado del pelirrojo, más que preocupada, la situación para Tanjiro no se veía para nada favorable.

—¡Tanjiro, Tanjiro, reacciona, por favor reacciona, ¡Reacciona, niño, reacciona! —intentó despertar a Tanjiro. El pelirrojo abrió sus ojos, por pura suerte no había muerto con ese ataque.

—N-No..., perderé... —murmuró Tanjiro, cerrando su puño y haciendo un esfuerzo titánico para poder levantarse. Utilizó sus dos brazos para poder levantarse, pero volvió a caerse al suelo.

—Tanjiro, no sigas más, Belcebú es demasiado poderoso para tí, por favor rindete, estás sufriendo en vano.

—No me rendiré —dijo Tanjiro, volviéndose a poner de pie. Kára estaba sorprendida, si antes había juzgado mal a ese muchacho, pues se arrepentía de haberlo hecho—. Les prometí que ganaría esta ronda, no voy..., a perder.

Intentó de nuevo volver a levantarse, hizo un gran esfuerzo pero sus piernas temblaban, sus heridas dolían a más no poder, el cansancio sobre su cuerpo era demasiado.

—¡Tanjiro!

Una voz muy conocida por el pelirrojo logró llamar su atención. Tanjiro, con muchas dificultades giró su rostro y observó las gradas, y sí, ahí estaba, su querida hermana menor. Nezuko, con lágrimas corriendo por sus mejillas, ya no podía soportar seguir viendo a su hermano sufrir.

—Ne-Nezuko... —susurró el pelirrojo.

—¡Por favor, ya no sigas más, ya hiciste mucho por nosotros, hiciste mucho por mí, por favor ya no sigas más... por favor —dijo ella, entre muchísimas lágrimas, ese horrible sentimiento de ver sufrir a su hermano era insoportable.

Tanjiro cerró sus ojos unos momentos y volvió a abrirlos, si, ahí estaba su hermana, la persona por la que él tanto luchó en el pasado. Desvío un poco su mirada y alcanzó a ver, aunque algo borroso, a sus demás ex compañeros de la cofradía.

—Tanjiro, lo hiciste bien chico, ya no sigas sufriendo —gritó Uzui, tan impotente como el resto de pilares.

—¡Nosotros estaremos bien, ya rindete no sigas sufriendo más por nosotros! —dijo Mitsuri, al borde de las lágrimas también.

—¡Eres alguien increíble, pero ya rindete! —gritó Shinobu.

—Todos, todos están aquí. Puedo verlos, puedo escucharlos. Amigos..., Nezuko, todos los que alguna vez conocí, están mirándome ahora...

Tanjiro fué cerrando sus ojos poco a poco, sintiendo que ya estaba por perder la conciencia, también, no podía escuchar bien de un momento a otro, posiblemente ya había llegado a su límite.

No obstante, alcanzó a ver, en lo más alto de las gradas, a esa pequeña Valkiria a la cual le había hecho esa promesa. Esa pequeña Valkiria que estaba sufriendo por perder a sus hermanas, esa pequeña que sin duda alguna, se derrumbaría si volvía a perder a otra persona más.

—¡No! ¡Puedo hacerlo! ¡No debo rendirme! —pensó Tanjiro. Luchó, peleó, luchó con todas sus fuerzas para ponerse de pie, él había prometido la victoria, prometió que nadie iba a morir en esta ronda.

¡CUMPLIRÍA SU PROMESA, PASE LO QUE PASE!

Belcebú abrió sus ojos a más no poder, no podía creer que después del ataque que recibió ese niño aún pueda seguir poniéndose de pie.

¡¿POR QUÉ?! ¡¿POR QUÉ SIGUE PONIÉNDOSE DE PIE?! ¡¿VALE LA PENA SEGUIR SUFRIENDO POR ESOS BASTARDOS?! ¡ES ABSURDO! —pensó Belcebú, aún sin entender el POR QUÉ Tanjiro seguía poniendo de pie y siguiendo con todo ese sufrimiento.

Contra todo pronóstico, Tanjiro volvió a ponerse de pie enfrente de su rival. Esa mirada decidida, ese rostro lleno de determinación, esa forma de pararse, con la espalda recta, sin inclinarse ante ningún dios malvado. Él, era Tanjiro Kamado, y no iba a faltar a su palabra.

—¡¿Tanjiro, estás consciente de tu situación actual?! ¡Tienes heridas en todo tu cuerpo, aunque logres atacarme, tu muerte será un hecho, rindete ahora y deja de sufrir!

Tanjiro guardó silencio ante las palabras de su rival. Cerró sus ojos, levantó su rostro al cielo, sintió una sutil brisa en sus mejillas, había llegado el momento, sino lo hacía ahora, ya no lo volvería a hacer.

—Se-Señorita Kára —dijo Tanjiro, llamando a su Valkiria. Kára se manifestó a lado de él, viéndole muy preocupada y sin esperanzas de que él pudiera ganar.

—Tanjiro...

—S-Solo tengo energía, para una última postura, un último ataque. Por favor, necesito..., que lo dé todo ahora, y no vaya a romperse. Atacaré a ese bastardo y acabaré con él, con este último ataque. Confío en usted... —Tanjiro le miró a los ojos y le sonrió, una sonrisa gentil, era tal vez, una sonrisa de despedida.

Kára solo asintió con su cabeza. Definitivamente había juzgado mal a ese muchacho, no era un perdedor, era alguien digno de representar a los humanos.

Tanjiro respiró profundamente y...

¡Arde, Arde corazón, arde con todas tus fuerzas!

Tanjiro liberó en ese momento, una gran cantidad de energía, fuego comenzó a envolver su espada y no solo eso, comenzó a roderlo a él, creando un círculo de fuego a su alrededor.

—¡No permitas que esa flama se extinga ahora! ¡Ignora todo el dolor que sientas! ¡Ignóralo!

Belcebú notó la ENORME determinación del pelirrojo, verlo liberar esa cantidad de energía en forma de fuego, fué sin duda alguna algo sorprendente.

¡¿Aún no lo comprendes?! ¡Vas a morir, Tanjiro, vas a morir y no podrás hacer nada para evitarlo! ¡La victoria es de los dioses!

—¡Ese niño se volvió loco, enserio va a hacer que Belcebú lo mate! —levantó la voz Artemisa.

—Que alguien lo detenga, va a ser destrozado por Belcebú —dijo alguien entre las gradas, de lado de los dioses.

Apollo entrecerró sus ojos pero, sonrió muy sutilmente, sin duda alguna ver la enorme determinación del muchacho fué algo increíble ante sus ojos.

Tanjiro llevó su katana por detrás de su cabeza, inclinando su cuerpo sutilmente hacia adelante...

¡Supera tus límites, supera todo tus límites!

Brunhilde abrió sus ojos a más no poder al ver, por unos instantes, como literalmente la silueta de aquel valiente hombre que lo dió todo esa noche para proteger a todos, apareció a un lado del pelirrojo realizando la misma postura que estaba haciendo Tanjiro...

¡Ese hombre..! —comentó Brunhilde sorprendida.

—¿Hermana? —preguntó Göll, viéndola unos momentos pero volviendo a ver a Tanjiro rápidamente.

—Ese hombre... —volvió a murmurar la mayor de las Valkirias, parpadeó varías veces, aún estaba estupefacta.

La energía que rodeaba a Tanjiro salió disparada, el fuego que estaba cubriendo su espada y también a él se disipó alejándose, estaba preparado para lanzar su ataque más poderoso en contra de los dioses.

—¡SOY TANJIRO KAMADO, REPRESENTANTE DE LOS HUMANOS, Y TE JURO, QUE AUNQUE ME CUESTE LA VIDA..., EN NOMBRE DE TODA LA HUMANIDAD, ¡¡Y DEL SEÑOR RENGOKU!!, CORTARÉ TÚ CABEZA Y GANARÉ ESTA RONDA! —gritó con todas sus fuerzas Tanjiro.

—¡ADELANTE, DESTROZARÉ TU CUERPO Y LO VOLVERÉ POLVO EN LA NADA MOCOSO INSOLENTE! —gritó Belcebú, encolerizado.

Belcebú juntó sus manos, también le iba a lanzar su ataque más poderoso, el que era considerado, un tabú incluso hasta en el Inframundo por lo devastador que era. Tanjiro cerró sus ojos unos instantes...

¡Señor Rengoku, por favor, deme algo de su increíble fuerza, para acabar con este sujeto! —suplicó Tanjiro con todo su corazón y alma—. ¡RESPIRACIÓN SOLAR, ÚLTIMA POSTURA: EXTERMINIO DEL SOL NACIENTE!

En ese momento, en ese preciso momento, Tanjiro salió disparado a toda velocidad contra su rival, me atrevo a decir, que aunque con el cuerpo herido, casi al borde de la muerte, y sintiendo un dolor insoportable, Tanjiro se arrojó valientemente hacia su rival para acabarlo de una vez por todas.

¡PECADO ORIGINAL DEL INFIERNO: CAOS!

Belcebú también le lanzó a Tanjiro su técnica más poderosa, una maldita u jodida esfera negra tan colosal como devastadora. Esa esfera se acercó a Tanjiro mientras él se dirigía hacia ella. Levantó su espada, confío en su Valkiria, levantó su katana hasta donde sus brazos se lo permitían. Su katana fué envuelta en flamas muy brillantes y de un color rojo Carmesí.

—¡Es tu fin, mocoso, hasta aquí llegaste..!

Tanjiro de nuevo volvió a activar su marca de cazador al llevar su cuerpo más allá del límite. En ese momento, Tanjiro comenzó a realizar todas las posturas de la respiración solar a una velocidad tan malditamente exagerada, creando en el acto, una fuerza tan devastadora que literalmente...

¡Logró partir en dos la técnica de su rival! Todos quedaron en shock, jamás se imaginaron que una katana y un niño, serían capaces de realizar semejante hazaña. La explosión que surgió después de eso fué brutal, toda la arena quedó inservible de nuevo. Pero, de entre todo ese desastre, de entre todo ese infierno ardiente, emergió Tanjiro, portando aún su katana levantada por todo lo alto.

Belcebú quedó boquiabierto al ver a ese mocoso emerger de semejante ataque suyo. Su esfera fué dividida en dos por la katana de Tanjiro. La katana de Tanjiro se acercó salvajemente hacia el cuello de Belcebú, buscando la forma, de poder cortarle la cabeza y acabar con él.

—¡No! ¡No puedo, permitir eso!

Centímetros, solo faltaban centímetros para que lo logre. No obstante, y en esfuerzo por aferrarse a la victoria, Belcebú utilizó lo último que le quedaba de su poder para dar un último y desesperado ataque...

¡Sorath Resh!
(¡Cuernos del diablo!)

Belcebú perforó en ese momento y con sus dedos índice y medio, el corazón y el pulmón izquierdo de Tanjiro.

—Es tú fin, hasta aquí llegaste mocoso...

Pero, para su sorpresa, Tanjiro lanzó un grito con todas sus fuerzas y, soportando el dolor, soportando cualquier cosa, levantó su katana con todas las fuerzas que le quedaban, y por fin se la enterró en el cuello de Belcebú. El señor de las moscas quiso huir, pero ya no pudo hacerlo, ya no pudo hacerlo. Tanjiro dando de nuevo un grito valiente y de sobreesfuerzo, pasó su Katana limpiamente logrando lo imposible.

¡Logró cortarle la cabeza a Belcebú!

Hubo unos segundos de silencio, todos se quedaron sorprendidos, tan sorprendidos que ni siquiera pestañearon. Nadie lo hizo, y cuando digo nadie es nadie. Tanjiro aterrizó en el suelo, cayendo abruptamente de rodillas y su katana a lado de él.

La cabeza de Belcebú aterrizó unos pocos metros más adelante, casi al borde de la arena. Su cuerpo, que aún seguía expulsando sangre a chorros, cayó de espaldas luego de que fuera decapitado.

—¡¿PERO QUÉ RAYOS PASÓ?! —gritó Artemisa, al borde de las gradas.

—¡NO PUEDO CREERLO! —dijo Ares, incrédulo.

Todos, TODOS los humanos en ese momento, gritaron de emoción, por fin el señor de las moscas había sido derrotado por un cazador de demonios. El griterío no tenía comparación, todos los humanos gritaban emocionados de que Tanjiro había derrotado a su rival.

El cuerpo de Belcebú comenzó a brillar de una tonalidad verdosa, y después, a agrietarse y volverse polvo ante los ojos de todo el jodido mundo. Fueron esos mismos gritos los que despertaron al pobre Heimdall, quién literalmente tuvo que salir de la arena para no morir en aquella explosión.

—RAGNAROK, LA BATALLA FINAL ENTRE DIOS Y EL HOMBRE, NOVENA RONDA, TANJIRO CONTRA BELCEBÚ, EL GANADOR ES..., ¡TANJIRO KAMADOOOOO! —gritó Heimdall, hasta él se encontraba emocionado, es que enserio, el griterío de la humanidad era incomparable.

Tanjiro
VS
Belcebú
Ganador: Tanjiro Kamado
Técnica definitiva: Última postura de la respiración solar
Tiempo: 13 minutos y 49 segundos

Todos estaba felices, derramando lágrimas, lo impensable sucedió, lo imposible sucedió. Todos los dioses quedaron sorprendidos, eh shock amigos, en shock, aún no podían procesar bien lo que había ocurrido.

Pero, mientras todo esto sucedía, Tanjiro, quien aún seguía de rodillas en la arena, ya no podía moverse. Sangre salió de su boca, y ya casi no podía respirar.

—¡Lo lograste, lo lograste Tanjiro lo lograste, eres fantástico! —dijo, entre lágrimas de felicidad porque su humano había ganado el combate. No obstante, toda esa felicidad desapareció al ver el estado en el que se encontraba Tanjiro.

Tanjiro no respondió a eso, solo sonrió, estaba feliz con el resultado.

—S-S-Seño..., Kára..., ¿Puedo pedirle... u-un último, f-favor? —dijo con muchas dificultades el pelirrojo.

—No hables, necesitas ir rápido a la enfermería, sino vas...

—No..., no se moleste. Solo quiero que por favor, quiero q-que deshaga el Volundr, ahora mismo.

—¿Eh? ¡¿Estás loco?! ¡Déjame ayudarte, podemos hacer algo con esas heridas, ¡Tanjiro podemos salvarte así que déjame..!

—Por favor..., hágalo. Le prometí a Göll que usted no moriría, si usted muere, de nada habrá servido mi sacrificio, solo hágalo..

Kára no quería hacerlo, aún se podía salvar a Tanjiro, eso era lo que ella creía, iba a negarse de nuevo pero Tanjiro se lo suplicó, él quería que el Volundr se desahaga antes de que su vida se termine. Kára, entre lágrimas ahora de dolor, cumplió con la petición del pelirrojo, deshizo el Volundr separando ahora sí su alma con la de su humano.

—Tanjiro... —dijo Kára, entre lágrimas, enserio dolía ver lo que estaba pasando.

—Por favor, dígale a Göll, que sea fuerte, esto aún no termina. Los humanos aún no se han salvado, así que tiene que ser fuerte, y cuando llegue su turno de unir su alma, que dé lo mejor de sí, confío en ella, y confío en los otros.

Kára se acercó al pelirrojo y colocó sus manos en los hombros del pelirrojo, algunas lágrimas de ella cayeron sobre las rodillas del chico, entre lágrimas le pidió disculpas por haberlo tratado mal, le dijo en ese momento que era alguien increíble y un chico fuerte y fantástico. Se despidió de él, impotente por no hacer nada.

Tanjiro lentamente fué cerrando sus ojos, dejando incluso hasta de escuchar, empezando a dejar de sentir dolor, cuando, de repente, y en los últimos instantes de su vida, observó a alguien muy importante para él.

Vió ahí, sentado enfrente suyo, con los brazos cruzados y una amplia sonrisa, al hombre más puro y noble de todos.

—S-Señor Rengoku... —murmuró el pelirrojo.

—Lo hicistes bien jóven Kamado. Cumpliste tu promesa. Estoy orgulloso de tí.

Tanjiro sonrió, sí, nuestro querido Gompanchiro sonrió, feliz, satisfecho, sonrió ante esas palabras. Ante el sol de las mañanas, sonrió feliz, cumplió su promesa, y lo hizo con una sonrisa, así es, una última sonrisa...

¡La sonrisa más gentil de todas!

El griterío de la humanidad empezó a cesar, al ver que Tanjiro literalmente no se retiraba de la arena. Todos quedaron confundidos y no entendían lo que estaba pasando.

Heimdall también confundido se acercó a Tanjiro, y al estar cerca, se percató de la triste, cruda y dura realidad...

—E-Está muerto, Ta-Tanjiro está muerto ¡Está muerto! ¡TANJIRO KAMADO ESTÁ MUERTOOOOO!

Todo fué un caos en ese momento, TODO. Tanto dioses como humanos quedaron impactados de lo que escucharon de Heimdall. Tanjiro comenzó a brillar, tomando un color verdoso y después, haciéndose polvo y subiendo hacia el cielo.

En un grito desgarrador y doloroso, tanto los pilares, como los amigos de Tanjiro, su hermana, personas que lo conocieron, y demás, fué muy desgarrador ver al ganador de la novena ronda morir y desvanecerse ante los ojos de todo el mundo.

—¡¡TANJIRO, TANJIROOOOOO!! —gritó Göll, con todas sus fuerzas, levantando inútilmente su mano en un inútil esfuerzo por alcanzar a ese jóven pelirrojo, gentil y bondadoso.

—Murió, ganó la ronda pero..., murió —dijo Brunhilde, casi al borde de las lágrimas igual.

En las gradas, los dioses en la zona VIP también quedaron impactados, no sabían muy bien como reaccionar a eso. Hermes se acercó a Apollo y le preguntó cerca de su oído...

—¿Apollo podemos considerar esto como un empate?

—No —respondió sereno el dios del sol.

—¿Pero qué? Ese mocoso también murió, Apollo hermano mío, esto es un empate.

—Dije que no. Las reglas son claras. Belcebú murió primero, la victoria se la llevan los humanos, no hay discusión.

Apollo se puso de pie y se retiró de su lugar. Mientras le daba la espalda a los demás dioses, sonrió con sutileza de nuevo.

Tanjiro Kamado ¿Eh? Jamás olvidaré su nombre.

Así, el dios de la sol se retiró del lugar mientras a sus espaldas, la humanidad aún seguía sufriendo por la perdida de su representante.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro